La siguiente nota fue escrita en despedida de la combatiente de la resistencia chilena a la dictadura de Pinochet, Lola Duarte fallecida el 12 del presente mes de abril,, 2020, por nuestro director, Marcel Garcés Muñoz.
Es también un homenaje a todas las mujeres y hombres, centenares, miles, que en los momentos más difíciles de la represión de la tiranía, arriesgaron sus vidas, sus hogares, sus familias, sus seres queridos, en defensa de la democracia, de los derechos humanos, de la vida de la justicia y de la de felicidad y el amor.
Lola dio su última batalla, pero no pudo sortear el desafío de su partida.
Entonces, la mantendremos junto a nosotros, en la memoria, en nuestros corazones, que es la manera de permanecer , de mantenerla viva, entregando como siempre su alegría, su pasión por la vida, su ternura constante, a pesar de los pesares y los riesgos que caracterizaron sus momentos.
Lola forma parte de nuestras historias, ocupó un lugar protagónico en los años violentos de la dictadura, en los tiempos cruciales, dramáticos, pero apasionantes desde los primeros pasos tras el golpe del 73.
Vivió y sufrió los momentos dramáticos iniciales de la represión criminal contra el Partido Comunista de Chile y otras fuerzas de izquierda, contra la democracia y los derechos humanos y sociales del pueblo chileno.
Y como muchos y muchas asumió el desafío principal de desafiar el terrorismo bárbaro del revanchismo de la Derecha política y empresarial, y no lo olvidemos, de la Casa Blanca y el Pentágono.
Estuvo entonces en la “primera línea” efectiva de entonces, protegiendo a los combatientes, a los dirigentes, a los cuadros, a la “resistencia” antidictatorial, colaborando decidida y efectivamente con la reconstitución, la reorganización del difícil y complejo, tejido partidario y social.
Ahí expuso su vida, se entregó con la alegría y pasión que la caracterizaba en las batallas desde la sombra, asumiendo, como miles de mujeres y hombres de ese momento, su lugar en la clandestinidad mas anónima, pero vital.
Formó parte del “ejército de las sombras”, aquellos que no esperaban- ni recibieron- reconocimientos ni medallas, pero que se mantuvieron firmes, decididos, aguerridos, sacrificados, sin otra ambición que el deber cumplido y su conciencia limpia y tranquila.
(Yo se que si hubiera sabido que escribiría de ella, que es como escribir de miles de otras y otros desconocidos u olvidados héroes de ese tiempo tormentoso, me habría mandado “a buena parte”, o algún otro lugar más o menos conocido de nuestro léxico popular, aunque sin eludir una buena copa de vino y algún comentario más o menos afilado sobre algún personaje de la historia o de la actualidad).
Lo cierto es que le tocó vivir circunstancias históricas de nuestra historia social y política, de nuestros deberes políticos, partidarios, y asumió sin ninguna estridencia las responsabilidades correspondientes, no sin dolores personales, sinsabores, o penurias económicas y emocionales.
Pero siempre miró hacia el porvenir. que como se sabe siempre cuando se cree que estas llegando al horizonte soñado, este se encarga de recordarte que recién estás , de nuevo, iniciando el camino.
Pero no te creas Lola Duarte, que ahora están en un camino sin vuelta ni destino.
Estás de viaje para iniciar el rumbo a la Memoria, al recuerdo en el corazón de tu familia, de tus amigos, de tus camaradas de ayer, de hoy y de mañana. Porque lo que sembraste, las semillas de organización, de cariño y de ternura van a florecer mañana, en nuevas trincheras, en nuevas manos, en nuevos enamorados, en nuevos combates por la felicidad y el amor.
Recibe, querida amiga y compañera, estés donde estés y con quién estés, el abrazo de Marcel y Valentina.
Santiago de Chile, 13 de abril 2020
Crónica Digital