El Fondo Monetario Internacional (FMI) reconoció hoy que las estrecheces económicas provocadas por la pandemia del nuevo coronavirus podrían suscitar nuevos estallidos sociales como los ocurridos en Chile y Ecuador en los últimos años.
Tristemente famosa por sus impopulares políticas neoliberales de ajustes y recortes de pensiones que provocaron fuertes manifestaciones en los países mencionados y en Argentina durante la administración de Mauricio Macri, la institución financiera admitió que algunas naciones siguen vulnerables a las protestas.
El FMI reconoció la probabilidad de ese riesgo particularmente si las políticas para mitigar la crisis por la COVID-19 son percibidas como insuficientes o como injustas, más orientadas hacia las grandes corporaciones que hacia las personas.
Según el informe, un creciente número de protestas surgieron en los dos últimos años en varios lugares del mundo, desafiando a los gobiernos y a los responsables de las políticas públicas a entender o a poder entender las raíces del descontento.
En el texto se ejemplifica con una ola de protestas que comenzó con manifestaciones por un alza de los precios de algún producto o servicio y se convirtió en movimientos más amplios como ocurrió en octubre en Ecuador, donde el aumento del costo de la gasolina provocó un alzamiento que paralizó el país.
Igualmente refirió el caso de Chile, «donde un alza del billete de metro derivó en un movimiento masivo contra la desigualdad que logró que se convocará un plebiscito para cambiar la Constitución, o el de la crisis de los chalecos amarillos en Francia».
Los autores del documento instaron a los gobiernos a adoptar acciones para reducir las posibilidades de que surjan estas protestas, lo cual presupone una comunicación clara y emitida con antelación sobre sus políticas.
Observadores comentaron que el informe no hace referencia al papel desempeñado por las políticas neoliberales aplicadas en la génesis de los estallidos sociales.
Londres, 16 de abril 2020
Crónica Digital/PL