La continua propagación del virus y el aumento continuo de la cifra de muertos se produce cuando los líderes políticos buscan reabrir partes del país, advirtió el Times, aunque recordó que las órdenes de quedarse en casa siguen vigentes en muchos estados y el regreso a la normalidad aún parece muy distante.
Durante las últimas tres semanas se han anunciado más de mil muertes cada día, incluidas varias jornadas con más de dos mil fallecimientos, y el número de casos confirmados a nivel nacional ahora supera las poblaciones combinadas de Wyoming y Minneapolis.
A pesar de esas cifras y de las advertencias de los expertos de salud en contra de reabrir la economía demasiado pronto, en muchos lugares se reanudaron negocios como tiendas minoristas, peluquerías, gimnasios, e, incluso, restaurantes y cines.
En algunos lugares hay signos alentadores, como en Nueva York, donde el gobernador, Andrew Cuomo, dijo que lo peor de la pandemia ya pasó; en Vermont y Hawái, donde los casos disminuyen; y en Nueva Orleans, donde ahora se reportan pocos contagios cada día tras números elevados a principios de abril.
Pero en gran parte del territorio norteamericano, incluidas urbes importantes como Chicago y Los Ángeles, la cantidad de infectados todavía es alta y los funcionarios locales han advertido que la reapertura podría demorar semanas.
La noticia de que Estados Unidos registra más de 60 mil decesos se da a conocer después de que los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades sugirieron que el número real de fallecimientos a causa del coronavirus podría ser mucho mayor que el reportado.
De acuerdo con datos de esa agencia, las muertes totales en siete estados que han sido duramente afectados por la pandemia -Nueva York, Nueva Jersey, Michigan, Massachusetts, Illinois, Maryland y Colorado- fueron un 50 por ciento más elevadas de lo normal entre el 8 de marzo y el 11 de abril.
Eso da un total de nueve mil decesos más que la cantidad de fallecimientos atribuidos al coronavirus hasta esa fecha. A decir del Times, hay evidencia, en Nueva York y en otros lugares, de que los recuentos oficiales del SARS-Cov-2 son probablemente demasiado bajos, porque las pruebas para detectarlo pueden ser difíciles de realizar, y no todos los que mueren son examinados, especialmente si perecen fuera de un hospital.
Washington, 29 abril 2020
Crónica Digital/PL