Según un estudio de la consultora estadounidense McKinsey, la crisis generada por el coronavirus SARS-CoV-2 pone en riesgo a 59 millones de puestos de trabajo en la región y la Unión Europea (UE) pudiera registrar una tasa de desempleo de entre el seis y el 11 por ciento.
De acuerdo con dicha entidad, de esa situación sería imposible recuperarse hasta 2024 y los sectores más afectados serán las personas sin títulos universitarios, los jóvenes entre 18 y 24 años de edad y los contratados por pequeñas y medianas empresas.
Cuando todavía se sienten los efectos de la crisis financiera de 2008, la UE y el Reino Unido se preparan para otra situación similar que esta vez pudiera acabar con el 25 por ciento de los puestos laborales en el continente.
La víspera, el Grupo de la Izquierda Unitaria/Izquierda Verde Nórdica (GUE/NGL) en el Parlamento Europeo alertó sobre las consecuencias de la pandemia para los asalariados y demandó la revalorización de trabajadores mal pagados y subvalorados tradicionalmente, que demostraron ser fundamentales en la lucha contra el nuevo coronavirus.
Entre ellos sobresalen los enfermeros, especialistas en primeros auxilios, conductores, mensajeros y vendedores de alimentos
Ellos, que son esenciales en estos momentos y ponen su vida en peligro para continuar brindando servicios durante la pandemia, fueron víctimas durante años de brutales medidas de austeridad, de la falta de reconocimiento y de la ausencia de garantías sociales, señala un comunicado del GUE/NGL.
Asimismo, exige a los gobiernos cambiar esa realidad y respetar los derechos de todos los trabajadores por igual.
Por su parte, el presidente de la Eurocámara, David Sassoli, reconoció a quienes realizan los esfuerzos necesarios para contener la pandemia y laboran en condiciones de peligro para garantizar el bienestar de todos los ciudadanos.
Quienes cumplen su deber en esta situación tan compleja, nos dejan la esperanza de un mundo mejor. Ellos no son héroes, son personas como nosotros, que han elegido estar del lado correcto: el de la solidaridad y la dignidad humana, sentenció.
Londres, 2 de mayo 2020
Crónica Digital /PL