Por Rafael Calcines Armas
Chile comienza junio con una cantidad superior a los 100 mil infectados y más de mil muertes por la pademia de Covid-19, cifras que tienen al gobierno en jaque ante el fracaso de las estrategias para combatir esa enfermedad.
Luego que fuera informado el primer caso de contagio en el país el 3 de marzo último, tanto el presidente Sebastián Piñera como su ministro de Salud, Jaime Mañalich, y otros altos funcionarios, no cesaron de afirmar que el país estaba preparado para enfrentar la pandemia.
A medida que aumentaba la expansión del nuevo coronavirus desde La Moneda continuaron insistiendo en ese argumento e incluso con una alta dosis de triunfalismo, se señalaba que este país sudamericano se encontraba en mejores condiciones para salir airoso de los desafíos que impondría la enfermedad en todos los órdenes.
Pero también a lo largo de estos meses fueron en aumento reconocidas voces, como el Colegio Médico, alcaldes de todas las tendencias políticas, así como figuras de la oposición e incluso del oficialismo que reclamaban la aplicación de medidas más contundentes en los planos sanitario, económico y social.
Las mismas voces criticaron, además, la sordera del mandatario y su equipo para escuchar opiniones diferentes, a pesar de que ya en abril las cifras de la pandemia en el país comenzaban a resultar alarmantes.
A contracorriente, el presidente Sebastián Piñera a mediados de ese mes lanzó la estrategia de la vuelta a la nueva normalidad con la clara intención de reimpulsar la economía, cuyo pobre desempeño durante 2019 se agudizó con las restricciones de todo tipo impuestas por la necesidad de combatir la pandemia.
Una semana más tarde se vio obligado a cambiar el tono y proponer una estrategia de «retorno seguro a la normalidad» alegando que la reapertura de las actividades productivas se realizaría bajo estrictas medidas de seguridad sanitaria.
Sin embargo, mayo irrumpió con cifras cada vez más negativas que llevaron a una explosiva elevación de la curva de contagios y a la aplicación de medidas drásticas que hasta ese momento el gobierno se había negado a implementar, como la cuarentena total en todos los municipios de la capital.
Hoy, la estrategia del retorno seguro a la normalidad ya apenas se menciona, y tampoco los cálculos del Ministerio de Salud de que el pico de la pandemia sería a principios de mayo.
Finalmente, la pasada semana el ministro Mañalich admitió que todas las previsiones «se derrumbaron como un castillo de naipes», mientras Piñera reconoció, por primera vez, que «hemos cometido errores».
Junio comienza con más de cien mil infectados y una cifra superior a los mil fallecidos, mientras médicos y académicos aseguran que este mes se verán reportes diarios de muertes y enfermos muy superiores a los de mayo.
Y para empeorar la situación, la entrada del invierno austral augura adicionalmente un incremento de otras enfermedades respiratorias, que se sumarán a la Covid-19 para presionar aún más los servicios hospitalarios, que desde hace semanas se encuentran al borde del colapso.
Santiago de Chile, 1 junio 2020
Crónica Digital/PL