El 4 de septiembre se cumplen 50 años de la victoria de la Unidad Popular, aniversario que cobra especial significado luego de la rebelión social iniciada en octubre del año pasado y la actual crisis sanitaria y económico-social.
En Chile, país laboratorio del neoliberalismo tras el arrasamiento a sangre y fuego del proceso de transformaciones antiimperialistas y antioligárquicas con vistas al socialismo que llevaba a cabo la Unidad Popular, millones de chilenos se levantaron contra el gobierno y el régimen neoliberal que hoy encabezan los herederos políticos de la dictadura de Pinochet, y contra quienes gobiernan en las sombras: las grandes fortunas que se empezaron a amasar en dictadura.
Las causas profundas de la rebelión social se desnudan nuevamente con la epidemia de coronavirus, cuyos desastrosos efectos son agravados por las políticas antipopulares del gobierno derechista de Piñera, que solo persigue garantizar la continuidad de las ganancias de los grandes ricos, desatando una espiral creciente de muertes, contagios, cesantía y pobreza entre los sectores populares.
La Unidad Popular mostró que era factible que una coalición integrada por partidos marxistas, cristianos, laicos, socialdemócratas, ganara el gobierno y llevara a cabo un proceso de transformaciones antiimperialistas y antioligárquicas con vistas al socialismo, plasmando entendimientos y acuerdos con otros sectores, particularmente con la DC.
Salvador Allende y su gobierno cumplieron leal y consecuentemente el programa prometido al pueblo, aun en medio de la desestabilización y conspiración golpista desatadas por el gobierno de Estados Unidos y la derecha, marcando la diferencia con la habitual demagogia e incumplimientos de los partidos derechistas, populistas y socialdemócratas.
La Unidad Popular inauguró la vía institucional al socialismo, un camino nuevo e inexplorado para los cambios revolucionarios, que muestra toda su vigencia en estos tiempos marcados por el hegemonismo e intervencionismo del gobierno de Estados Unidos en el mundo. Sin embargo, nuestra experiencia y la de otros países, confirman que una vía institucional no desaloja las confrontaciones violentas, porque el imperialismo y la oligarquía defienden sus privilegios por más democrático, legal y moderado que sea el proyecto de transformaciones. Por eso, los pueblos deben prepararse para defender lo conquistado.
Hoy, en medio de la pandemia, con Estado de Emergencia, toque de queda y cuarentenas, con dictadura comunicacional y represión contra el pueblo, llamamos a las chilenas y chilenos a revitalizar la memoria acerca del proyecto de la Unidad Popular, proyectando sus enseñanzas a nuestra lucha por una salida antineoliberal a la crisis, por cambios democráticos y revolucionarios con perspectiva al socialismo.
Llamamos a irradiar las actividades conmemorativas en todo Chile, a vincularlas al accionar del pueblo con vistas al plebiscito constituyente del 25 de octubre, actualizando al presente las 40 medidas de la Unidad Popular, que hoy deben aliviar la dramática situación del pueblo bajo la pandemia y apuntar al diseño del Nuevo Chile que debe plasmarse en la Nueva Constitución. A impulsar miles de iniciativas en septiembre, noviembre y diciembre, a divulgar cada una de las realizaciones y medidas adoptadas por el gobierno de la Unidad Popular.
Viva la Victoria de la Unidad Popular. Allende Vive. Venceremos
Santiago de Chile, 26 de junio 2020
Crónica Digital