En el este de Londres, la amenaza de lluvia y el clima ventoso tampoco impidió la afluencia de clientes al Oiler Bar, una vieja barcaza anclada en un canal de Royal Victoria Docks, los antiguos muelles reales ubicados a tiro de piedra del río Támesis, constató Prensa Latina.
John Byrne, gerente del lugar, celebró la vuelta a los negocios, no solo por lo que representa para su empresa desde el punto de vista financiero, sino por los beneficios que aporta a la salud mental de las personas.
Londres ya de por sí es un lugar bastante estresante, por lo que después de esta cuarentena lo mejor es que la gente se atreva a salir de sus casas sin temor a contagiarse, siempre y cuando respeten las medidas de distanciamiento social, comentó Byrne a este corresponsal.
El empresario explicó que para cumplir con las regulaciones establecidas por las autoridades de Salud, se instalaron pantallas de acrílico entre las mesas, y se sirve a los clientes al aire libre, pues el restaurante bajo la cubierta de la embarcación, dijo, seguirá cerrado por el momento.
Por tratarse de un lugar abierto, en el Oiler Bar no es necesario llenar un formulario donde el cliente debe registrar su nombre, número de teléfono, y la fecha y hora en que entró y salió del establecimiento, para poder ser localizado en caso de detectarse un brote del nuevo coronavirus en un pub a puertas cerradas.
La víspera, durante una rueda de prensa junto al primer ministro, Boris Johnson, el principal asesor médico del gobierno, Chris Whitty, advirtió que el objetivo principal de los bares es hacer que las personas se reúnan, lo cual, dijo, es muy bueno para las relaciones sociales, pero también para la propagación del virus.
Al igual que Johnson, quien alertó que la amenaza de la pandemia no ha sido conjurada todavía, a pesar de una disminución en el número de casos positivos y muertes, Whitty señaló que ‘aún falta mucho’ para que el virus desaparezca del Reino Unido, donde hasta el momento se compilan más de 44 fallecidos y cerca de 300 contagios a causa de la pandemia.
La desescalada de la cuarentena iniciada por el gobierno, y que solo se aplica en Inglaterra porque Gales, Escocia e Irlanda del Norte tienen sus propios cronogramas, incluye la reapertura de los cines, bibliotecas y otros lugares de ocio, además de parques de diversiones, salones de belleza y barberías.
Los habitantes de la ciudad inglesa de Leicester no podrán disfrutar, sin embargo, del relajamiento de las medidas, después que el aumento en el número de contagios detectado en las últimas semanas obligó a reforzar el confinamiento, una decisión que Johnson dijo no dudará en tomar para el resto del país, de existir el peligro de una segunda ola de la pandemia.
Londres, 4 julio 2020
Crónica Digital/PL