Más de dos millones de personas ingresaron a los distintos soportes del Congreso Nacional, en el contexto de las discusiones en torno al 10% posible de recuperar de los fondos de capitalización individual, mal llamado “fondo de pensiones”. Para los tiempos en el teleespectáculo, la cifra parece ser contundente, aún que esta vez refiere a una audienciación con interés en la cosa pública, lo que puede venir a refrendar los grados positivos de politización que ha vivido la sociedad chilena desde iniciada la revuelta social de octubre pasado. Bien pudiera ser por la coyuntura sanitaria, que da cuenta que los bolsillos de los habitantes de este país han vuelto a vaciarse, como las bolsas de los pobres, de los miserables.
El número 2 millones, pudiera dar cuenta de una otra interpretación; que comenzó el camino hacia el fin de un sistema de previsión que vino a reemplazar aquella que garantizó a todos los chilenos y chilenas una vejez digna, la única forma que las generaciones actuales tienen para agradecer a todos y todas constructores del país, en las buenas y en las malas. Que hay un interés general y que en las horas del noticiero solo es referido por los señores que capitalizan groseramente con nuestras utopias para la vejez.
10 mil muertos y cientos de miles de contagiados
A la semana 28 del año, los datos entregados en la cuenta diaria del Ministerio de Salud, permitían al novel ministro de la cartera respirar con cierta tranquilidad. Este otro programa del teleespectáculo matinal, la tragicomedia de los números y las formas de contar, parecieran que desmienten el antiguo adagio de que uno más uno son dos. El exceso de creatividad, sumado al afán por parecer lo que no se es, llevó al desechado ministro Mañalich a optar por estrategias comunicacionales clásicas: entregar el informe de la situación, considerando de partida la negra experiencia que vivían países europeos, EE.UU, y Brasil, para luego informar de las cifras nacionales, que hasta esa fecha resultaban muy competitivas. Umberto Eco llamó “efecto Gioconda”, a una de las maneras mediatizadas de esconder algo, fuere un fenómeno social, una catástrofe, un movimiento ciudadano, etc.
Por lo que 10 mil muertos y los miles de chilenos diezmados, pasaron a ser cifras que competían con otras horribles cifras en medio de la escena del dolor, la angustia y la rabia de aquellos que ya, ni ánimo tenían de informarse, menos aún, al modo de los telediarios criollos y sus periodistas que por comentarios vacuo, no se quedan. El matinal de La Moneda terminó en una puesta en escena, encadenado en vivo y en directo.
67,5% de encuestados dicen de un mal gobierno
Según la consultora Activa Research, casi un 70% del público consultado perciben que el gobierno llega tarde con las respuestas a los evidentes problemas que afloran en medio de la urgencia sanitaria. Sería entonces un mal gobierno para una mayoría importante, o a lo menos, uno pusilánime, incompetente, cagón, quién sabe si refieren a que simplemente es un gobierno temeroso. Los niveles de confianza se expresan en un 57,8% que tiene “poca o nada de confianza”. Se puede especular que el resto de los opinantes se divide en más o menos, o sencillamente, que Dios le ayude, lo que puede expresar una fracción de almas caritativas, que las hay siempre.
Pero no tenemos ningún dato respecto de la experiencia de la gran mayoría de teleespectadores forzados en tiempos de pandemia, que pasamos las horas de enclaustramiento saboreando la angustia, el temor y de postre, la rabia por carecer de lo mínimo a fin de mantener, no solo la salud, en un ritmo de vida o muerte, sino de mirarse la cara, la cara de las caras que nos acompañan y sentir, irremediablemente, la pérdida de la dignidad.
Un último dato: la noche del martes 14 y madrugada del 15 de julio, decenas de barricadas y cientos de miles de cacerolas, volvieron a aparecer en las calles del país, y a la mañana, como parte del telespectáculo pandémico, las referencias a dicho fenómeno social, fueron escasa, casi como un “no contesta, no responde”.
Leonel Yáñez Uribe
Periodista
Profesor USACH
Santiago de Chile, 15 de julio 2020
Crónica Digital