Aunque la crisis económica y social recrudecida por la pandemia de la COVID–19 llevó a la pobreza a millones de chilenos, algunos de los más ricos de Chile aumentaron sus fortunas de forma espectacular en este tiempo.
Entre ellos aparecen incluso el Presidente Sebastián Piñera y su esposa Cecilia Morel, cuya riqueza se incrementó en 11 por ciento entre marzo, cuando entró la pandemia al país, y el mes que finaliza, al pasar de dos mil 600 millones de dólares a dos mil 900 millones.
Los datos publicados por la revista “Forbes” en su ranking anual sobre los más ricos del planeta, fueron recogidos por el diario “El Financiero”, el cual señala que al menos cinco multimillonarios chilenos vieron incrementadas sus fortunas a pesar de la crisis.
En el listado, Piñera aparece en segundo lugar, pues es superado por Iris Fontbona, la viuda de Andrónico Luksic Abaroa, fundador del mayor grupo empresarial de Chile, que aumentó sus ingresos nada menos que en 84,2 por ciento, al pasar de un capital de 10 mil 800 millones en marzo, a 19 mil 800 millones nueve meses después.
El tercer puesto lo ocupa Julio Ponce Lerou, quien al comienzo de la crisis atesoraba mil 700 millones e incrementó ese capital en mil 800 millones.
Lo más significativo es el principal envuelto en el sonado Caso Cascadas, el mayor escándalo financiero ocurrido en Chile, por compraventa fraudulenta de acciones entre 2008 y 2011 y que todavía sigue dando que hacer, aunque no parece haber afectado el enriquecimiento de Ponce.
Los dos restantes nombres de la lista son Roberto Angelini y Alvaro Saieh, cabezas de dos de los mayores grupos económicos, que aumentaron sus fortunas de mil 300 millones a mil 700 millones de dólares el primero, y de mil 300 a mil 500 millones el segundo.
Cabe recordar que en el Congreso Nacional lleva ya meses sin ser analizado un proyecto manifiesto por diputados de centro e izquierda que busca establecer un impuesto de 2,5 por ciento a los “súper ricos” de Chile, por una sola vez, para ayudar a las decenas de miles de familias golpeadas por la crisis económica, social y sanitaria.
Ese gravamen, que afectaría solo a quienes poseen de 22,5 millones de dólares en adelante, permitiría ofrecerles a esos hogares una renta básica de emergencia durante varios meses, con la recaudación de más de seis mil millones de dólares.
Los promotores de la iniciativa advirtieron que el Gobierno ha alegado constantemente que no cuenta con suficientes recursos para ofrecer a las familias más vulnerables ayudas más sustanciosas a fin de paliar la crisis, pero este impuesto le permitiría a La Moneda disponer de un gran fondo sin tener que apelar al presupuesto del Estado.
Santiago, 31 de diciembre 2020.
Crónica Digital / Prensa Latina.