Por Miguel Alvarado Natali Estrenada por la compañía de Teatro Aparte en 1995, esta obra ha sabido conocer el éxito y ha sobrevivido al paso del tiempo. Con una versión más remozada, se está presentando en el Teatro Mori del Parque Arauco hasta el 30 de julio. De uno a diez ¿Cuánto me quieres?, es una comedia centrada en tres parejas protagónicas: la que tiene conflictos, los hablan, los discuten y siguen juntos por amor. La que se separa por decisión de ella después de 30 años y la última un matrimonio que acepta la infidelidad teniendo como principio la honestidad entre ellos. Esto cruzado y entrelazado con otros personajes como las tres amigas hippies que se juntan para hablar de sus cosas e hijos. Teatro Aparte nace de un grupo de compañeros de universidad a fines de los 80” y se han mantenido casi los mismos integrantes por más de 30 años, Rodrigo Bastias, Magdalena Max-Neef, Elena Muñoz y Gabriel Prieto corresponden a la formación original, hoy en este montaje son acompañados por los actores María José Necochea, Claudia Pérez y Rodrigo Muñoz. Con una escenografía estable, donde vemos una cama matrimonial con un gran respaldo y los elementos como veladores o cuadros están dibujados en las paredes del escenario. Además hay un escaño con fondo igualmente coloreado de un jardín con árboles. Se logra la atmosfera ideal para situarnos inmediatamente en la intimidad de estos personajes, donde  fluyen muy normal en el espacio escénico y los cambios de escenas – que siempre se espera un juego de luces- esta vez es la naturalidad y la sincronización de los actores que lo hacen posible sin que el público se pierda. La capacidad actoral de este elenco no defrauda, ni decae. Un equipo afiatado, veterano en el arte de hacer reír no deja espacio para el aburrimiento y desata las carcajadas del  público que van apareciendo espontáneamente desde el primer momento -y cómo no – sí esta pieza teatral es divertida, es casi el autorretrato de los matrimonios chilenos y esto se siente en los asistentes que se ven reflejados en muchas de estas situaciones. Esta puesta en escena es realista, contingente y actual. Nos permite mirar distintas facetas del matrimonio, especialmente de aquellas parejas que bordean los 50 años. También reflexionar de la convivencia, de las mañas del otro, de los celos, el sexo y el amor. Entonces muchas veces la pregunta de uno a diez ¿Cuánto me quieres?, no tiene respuesta y la frase “yo soy lo mejor y lo peor que te ha pasado en tu vida”, ya no le hace gracia a quién está separado.   Es una terapia para los asistentes que ven un verdadero drama el hecho de una separación o una infidelidad. Es una respuesta a que la vida sigue y que hay matrimonios que no son para siempre, pero que te puedes reír de todo aquello. De uno a diez, ¿Cuánto me quieres? Es una obra imperdible, de buen ritmo, con un […]

After. Aquí empieza todo, basada en el bestseller del mismo nombre de la joven escritora Anna Todd, y que se trasformó en un verdadero suceso de lectura  después de haber sido publicado como fanfiction en las redes sociales. Posteriormente se editó  el  libro en el 2014 y desde entonces se ha traducido en más de 30 idiomas con más de 11 millones de copias vendidas en todo el mundo. Esta semana se estrenó en Chile dirigida por Jenny Gage, quien por primera vez llega a la pantalla grande donde las salas se llenaron de fans, que en rigor solo querían ver a su protagonista el británico Hero Fiennes Tiffines (Hardin Scott) y quien cuando tenía 11 años de edad apareció en la cinta «Harry Potter y el Misterio del Príncipe». Este comparte escena con Josephine Langford (Tessa Young) esta actriz australiana a quien ya la hemos visto en algunas películas, la más reciente “ Wish Upon” (7 deseos) en el 2017. After es la historia de amor y erotismo de una inocente joven (Tessa Young), que deja el hogar donde vivía con su madre para ingresar a la universidad, con una vida casi perfecta, tranquila y un pololo de toda la vida, se verá enfrentada a la nueva realidad de esta diversidad en el campo universitario -donde conoce a Hardin- un chico atractivo, sin ataduras, con tatuajes, atormentado y que es definitiva es el estudiante rudo. Mientras ambos protagonistas asisten a una fiesta en el campo universitario en medio de drogas y alcohol entran a un juego tipo penitencia donde alguien saldrá dañado. Con muy buena fotografía especialmente los planos del paisaje del lago, donde Hardin lleva a Tessa  y comienza esa atracción que los llevará a la madurez sexual. Hay una atmósfera que te cautiva con ese ambiente estudiantil y juvenil, mientras la música está apropiada y muy bien elegida. Sin embargo, After es una película liviana, especialmente dirigida a un público adolescente, no hay un verdadero drama en ella y menos un clímax que se pueda sostener. En este melodrama el guion es insuficiente y la trama no logra despegar, cintas como estas hemos visto cientos. La típica niña que se enamora del chico malo, con una madre controladora y aquí viene lo peor, nuevamente aparece ese novio de la niñez, que es bueno, pero aburrido y que termina siempre perdiendo. After es un film totalmente predecible, desde el  momento que Tessa  ve entrar a Hardin a la sala de clases, ya todos saben lo que viene. Tiene serios problemas con los diálogos y esto se aprecia especialmente en la escena en que los protagonistas discuten en clase de literatura sobre una obra romántica, es casi absurdo que el joven rudo le guste y lea poesía. Además se estigmatiza a la protagonista, se le humilla por tener una vida tranquila y ser virgen, como si esto fuera anormal. Y es un poco ridículo que la profesora que revisa los ensayos haga esa suerte de cupido y le entregue […]

Este drama familiar es dirigido por Bárbara Ruiz-Tagle y fue escrito por el joven croata  Ivor Martinic y aunque el título sugiere un argumento donde se hablará de la enfermedad que mantiene al protagonista en silla de ruedas, es todo lo contrario, ya que la discapacidad está más en  su propia familia. ¿Qué nos ocurre cuando tenemos entre nosotros a alguien diferente al resto y los problemas que esto conlleva? Mientras los asistentes se van acomodando en la sala del Teatro Mori de Bellavista, ya los 11 actores están en escena bebiendo una taza de té o tal vez una de café -acompañado por unas galletas- sentados en sillas comunes alrededor de una mesa rectangular. A esto le sumamos unos ventanales y esa es la paupérrima escenografía, pero con la música de fondo, ya se va creando esa atmósfera necesaria de la emocionalidad de un hogar. Es aquí, donde Branco, un joven invalido, cumple 25 años. Su madre se esmera en juntar a la familia por la tarde para celebrar su día. En tanto los personajes se distribuyen en el espacio escénico tomando cada uno su asiento para aparentar el living de la casa. “Mi hijo sólo camina un poco más lento”,  se sumerge en el corazón de una familia que claramente ha tenido sus conflictos y que ahora los saca a la luz. La abuela con una especie de alzhermer  no deja de divagar y recordar a un ex amor, al mismo instante que putea y garabatea a su esposo. La hija que viene de visita no hace más que criticar a su hermana –que es la madre de Branco- porque no ha bañado ni alimentado bien a su anciana madre y la hermana de Branco  llega con una amiga la que se enamorará de este joven, que solo anda más lento porque maneja una silla de ruedas. Él no tiene ningún impedimento en salir a la calle ni tampoco en dejarse llevar por el amor. Los rencores y las culpas, las heridas y la poca comprensión por el otro, van aflorando a medida que fluyen los diálogos. Este montaje tiene momentos altos y bajos, hay que estar atento al desarrollo de los personajes para poder descubrir el vínculo familiar entre ellos. Una familia que aprovecha un cumpleaños para salir un poco de la cotidianidad, que finalmente,  es el enfermo el menos aburrido y el que pese a sus limitaciones se vincula con el resto y acepta su condición sin complejos. Asumir la imposibilidad de caminar, es el que dice que hay que abrir las ventanas para que entre el aire, en tanto, el abuelo busca una corbata para esta importante ocasión, donde la alegría está en las pequeñas cosas. La simpleza en la escenografía da un resultado funcional al montaje y los actores que siempre se mantienen a la vista del público, aprovechan y ocupan el espacio escénico con mucha sutileza, sin estorbar, ni distraer al que le toca intervenir en el acto. Hay instantes en que los […]

Estrenada con gran éxito  en Barcelona en el  2015  y  al año siguiente en Madrid “Los Vecinos de Arriba” del director y guionista de cine  español Cesc Gay,  sigue y suma en la adaptación chilena, que dirige Alejandro Goic, ya que después de ser el montaje más visto del 2017  hoy se presenta en el Teatro Mori Parque Arauco con la misma acogida del público que en las temporadas anteriores, pero con algunos cambios de actores. En un edificio moderno y de altos ventanales viven dos parejas, Ana (Mónica Godoy) y Julio (Alvaro Espinoza), mientras que un piso más arriba están Gloria (Catalina Guerra) y Salva (Nicolás Saavedra) ambos matrimonios tienen estilos de vidas totalmente opuestos. En tanto, los de arriba una sicóloga y un bombero son liberales, espontáneos y alegres, abajo en cambio, un profesor de música que a veces toca el piano y una dueña de tienda de decoración, que denota frustración. Estos son muy conservadores, pero están ahogados en la monotonía en que ha caído su vida conyugal. Para romper esta rutina y a agradecerles la ayuda que los vecinos de arriba les brindaron cuando llegaron al edificio, Ana los invita a cenar y tiene todo preparado al momento que llega su esposo Julio, el cual  en principio no está  de acuerdo en este encuentro, pero luego ve que es la ocasión de enfrentar a esta pareja por los insoportables ruidos  y aullidos de carácter sexual que hacen todas las noches sobre sus cabezas. En el living entre alcohol y picadillos los vecinos de arriba van soltando con mucha naturalidad y simpatía su tendencia a un hábito sexual liberal, relajado y sin ningún tapujo. Ellos se besan, se acarician y están en un constante juego de seducción, no solo para sí mismos, sino que además para los dueños de casa, que en un principio se sorprenden y quedan atónitos ante estas revelaciones e insinuaciones de estos adultos-jóvenes y su particular estilo de vida swing. “Los Vecinos de Arriba”, es una obra inteligente, bien construida, donde no hay espacios vacíos ni cabida para el aburrimiento. Te sorprende, te hace sonrojar y reír de buena gana. Los cánones éticos, sociales y morales son aplastados por el morbo que produce ese ofrecimiento de irse a la cama de a cuatro. Es una comedia irreverente, actual y dinámica, que nos hace pensar en nosotros mismos como parejas. ¿Qué está permitido o no al interactuar con otros matrimonios? El coqueteo, la atracción sexual, el voyeurismo, el sexo flexible, la falta de honestidad, son aspecto que aborda este montaje. La interpretación de los actores es genial, sus intervenciones y el uso del espacio escénico es preciso. Se logra esa atmósfera de estar dentro de un departamento. La obra nos lleva al gran tema que es el matrimonio y cómo andamos en el amor y el sexo. En nuestras preferencias, secretos y prioridades, que son muy bien contadas a través del humor y la ironía. Indudablemente quién se roba las risas de la sala […]

Patricio Bunster, bailarín, actor y coreógrafo chileno es el creador de “Vindicación de la Primavera”, que está presentando el Centro de Danza Espiral, con una notable puesta en escena en Matucana 100.  Basado en el montaje  “La Consagración de la Primavera” de 1913, del compositor y director orquestal ruso Igor Stravinky, la cual fue una novedad para la época, en su tonalidad, métrica, ritmo, acentuación y disonancia. El ciclo vida-muerte-vida de la naturaleza montado por Stravinky en partituras, Bunster lo transforma ocupando solo la música original y realizando un cambio coreográfico. La primavera y sus súbditos, ahora son seres humanos. La muerte es un soldado que impone destrucción y la primavera una mujer prisionera y torturada. Espiral rescata la creación que Bunster hiciera en 1987, donde claramente había un tema político que era la dictadura de Pinochet. Entonces la Primavera ha sido capturada y la vindicación, que es el acto de devolver al pueblo esto que le corresponde por derecho y que en otras palabras no es más que la libertad, debe ser restaurada, la Primavera tiene que volver. Y este es el juego que se presenta en todo el espacio escénico, con un ritmo permanente, donde de principio a fin la danza se desarrolla con precisión y exigencia técnica. Más allá que estamos en presencia  de bailarines, las actuaciones del conjunto son significativas, especialmente en los protagonistas, con un trabajo de emociones corporales y gestuales, dándole un valor a los movimientos que junto con la sinfonía nos sumergen en la trama, la pugna entre los hombres y el Gran Jaguar. La obra discurre en un mundo imaginario, pero con un sentido real de la naturaleza y donde los cuerpos son la proyección del bosque, del agua y la muerte. Son cincuenta minutos en que los bailarines demuestran una gran vitalidad, fuerza y destreza. La relevante acrobacia de sus cuerpos y una singular mezcla de variedad de movimientos. No hay dudas que estamos en presencia de un acto enérgico y soñador, que nos lleva a liberar nuestras almas en ese climax donde volvemos a ver la Primavera. “Vindicación de la Primavera” es un espectáculo de gozo, donde la iluminación adquiere notoriedad, las luces son adecuadas y envolventes, tanto que de pronto te hacen aparecer y desaparecer cuerpos colgados y danzantes por toda la planada escénica. Además es muy rescatable el vestuario, pensado para resistir toda la acción y esos desplazamientos rápidos. En fin la obra logra cautivar y mantiene la atención de la sala, que además por el grado de inclinación que ella tiene permite una vista panorámica de toda la escena. “Es un gran honor pertenecer a una compañía con un rol muy social, para que no olvidemos lo que ha pasado antes acá”, nos señala Celeste Ormazábal, perteneciente a la nueva generación de bailarinas de Espiral. “Hay cosas no resueltas y por eso no hay que perder la esperanza”. Al consultarle sobre el legado de Patricio Bunster, la bailarina que interpreta a una de las “Mujeres del Agua” […]

Con una puesta en escena notable el Teatro Nacional Chileno está presentando por primera vez en Chile “El presidente” del dramaturgo, escritor y poeta austríaco Thomas Bernhard (1931-1989), el cual se caracterizó por esa reiterativa y ácida crítica hacia su país por haber colaborado con los nazis, en el preludio de la Segunda Guerra Mundial – lo que lo llevó a estar censurado en su nación- sin embargo, Austria reconoció su considerable obra otorgándole el premio nacional de literatura en 1968. Bajo la dirección de Omar Morán y con las actuaciones principales de Catalina Saavedra, Guilherme Sepúlveda y Víctor Montero. Nos sitúan en un Palacio Presidencial, que  de pronto, podría corresponder al de cualquier gobernante hispanoamericano, con esos rasgos dictatoriales y lujuriosos, mientras el pueblo entero pide comida y los anarquistas quieren acabar con todo. Varios miembros del gobierno han resultado muertos por una serie de atentados, pero esta vez le tocó su turno al presidente, el cual sale ileso durante una ceremonia de homenaje a los soldados,  no así  el Coronel de Ejército y el perro de la primera dama que son asesinados. La esposa del mandatario (Catalina Saavedra) es una histérica  que solo se lamente de la muerte de su querida mascota, en tanto, se arregla frente a sus espejos para el funeral del oficial recién muerto, culpando a los pobres, a los artistas y a los anarquistas de querer acabar con el Estado. Ella predica un falso altruismo con su criada a  la cual humilla, pero a la vez,  le alaba su buen vestir de tela roja que lleva puesto. La empleada es su confidente, la calma e intenta parar el rumor de que es su propio hijo y el del presidente, el principal sospechoso de los atentados. Mientras en el mismo  palacio presidencial el mandatario (Guilherme Sepúlveda) con una herida, se relaja con su amanerado masajista, para luego  huir no solamente de la casa de gobierno, también del miedo y su mediocridad, sumergiéndose en un mundo de alcohol, abuso y desenfreno con una bella prostituta con dotes de actriz, interpretada por Daniela Castillo, quién se luce en este papel de mucho histrionismo y desplante. La escenografía es perfecta, recrea dos hileras de columnas dóricas que terminan con grandes puertas con ventanales, una camilla, un escritorio con espejos, un ropero  y colgando del cielo dos lámparas de lágrimas, lo suficientes para imaginarnos un palacio de gobierno. La idea de hacer caer uno de los pilares en el centro del escenario, es propicio para el cambio de atmósfera, dónde el mandatario y su íntima amiga, mantienen su violento, destructivo  y absurdo romance. Las luces, esos efectos de sonidos como explosión y la música complementan armónicamente esta puesta en escena. El desprecio a los sirvientes, a los desposeídos, el apego al mando, la política inescrupulosa, la descomposición patética de un matrimonio, la degeneración de un hombre tras el poder, son aspectos que se viven -de comienzo a fin- en esta pieza teatral. Es potente y fácil de digerir, consigue […]

Marcelo Leonart, es el autor y director  de “Noche Mapuche” montaje que está presentando el teatro Camilo Henríquez y que ya el año pasado había tenido muy buena acogida en el GAM. Es una comedia negra, dinámica y frenética. Plagada de inesperados movimientos y discursos delirantes para contar historias que van desde el conflicto histórico de la Araucanía, pasando por  la colonización de los pieles rojas en EE.UU, hasta la muerte del empresario Werner Luchsinger  y su conyuge Vivianne mackay, en el contexto de una protesta por el aniversario del asesinato del comunero Matías Catrileo, en Vilcún. Una noche un matrimonio chileno descendiente de alemanes comparte una velada con otra pareja en un departamento  de un barrio acomodado de la capital. Mientras  que el alcohol los hace bailar y cantar, pero también sacar a relucir –luego de un preámbulo por parte de la dueña de casa- la historia de su primera experiencia sexual  a los 16 años con un trabajador mapuche,  en el fundo de su familia. Al joven dos años más que ella, lo dejaron encerrado desnudo en la habitación de la menor, como resultado de una broma que le habían realizado los hermanos y primos de la adolescente. Evento  sabido desde siempre por el marido, pero curiosamente ambos disfrutaban al borde del erotismo del relato. El despertar sexual, sueños premonitores, violencia verbal, ese ir y venir del mundo real a lo irreal y el viaje al pasado que se funde con el presente, es lo que va compaginando esta puesta en escena, donde la actriz Nona Fernández interpretando a la esposa que cuenta su aventura, es certera, precisa y creíble en el papel de María Trinidad. Su acento y palabras en alemán son percibidos con un atractivo por la audiencia y se agradece ese trabajo fonético. Por su parte, Pablo Schwarz, es Juan Ignacio, su esposo y primo. Él la induce y la provoca para que una vez más ella cuente ese episodio que los excita. Demostrando destreza y lucidez, Schwarz por momentos también tiene y le da un toque de humor al acto. Otro actor que sorprende es Daniel Alcaíno, al verlo en esta faceta alejado del “Yerco Puchento”  de Vértigo. Aquí encarna junto a Roxana Naranjo al segundo matrimonio de la velada. Él le da la seriedad sin dejar su aspecto lúdico en el escenario, completa la historia trágica del conflicto mapuche desgarradoramente dolorosa y que junto a la actuación de Roxana Naranjo, consiguen la atención de la sala hasta la conmoción. Sin embargo, todo el elenco cae en la exageración  verbal y gestual, que de pronto no ayuda en la comprensión total de la obra. Sugerente es la escenografía: un living, una mesa de centro y al fondo ventanales asemejando un departamento, donde atrás de los vidrios se cambia un telón desde la imagen de la ciudad hasta los bosques del sur. Se cumple el objetivo y todos los actores mantienen un buen despliegue en el espacio escénico. Los protagonistas de pronto tienen esa mirada […]

Nassim Soleimanpour, es el autor iraní de este montaje que lleva por nombre “Conejo Blanco, Conejo Rojo”, el cual lo ha llevado a ser considerado un dramaturgo influyente en la escena contemporánea, ya que se atreve a estar siempre en cada escenario donde se presenta su performance. Imaginen un actor que llega a representar su papel, pero no conoce el texto hasta que sube al escenario y abre un sobre sellado donde en su interior está el libreto de la obra y las instrucciones del propio Soleimanpour. Y esto se repite en cada función pero con un actor distinto, el cual va siguiendo el guion y las instrucciones del autor, quién hasta da a conocer su correo electrónico para que le envíen la foto del público que el mismo hace participar. Estrenada en 2011 fue escrita por Soleimanpour en momentos que se le negaba la salida de su país por no hacer el servicio militar obligatorio e influenciado por un sueño donde se iba a suicidar, por tanto, hace el texto para poder viajar junto a su obra. En esta ocasión es la actriz, Eliza Zulueta (Juana Brava), (Un diablo con Ángel) la que se somete a este juego de actuar un texto sin un trabajo previo, ni ensayo ni un director que la dirija. La escena comienza y se ve ese nerviosismo a lo desconocido, para dar paso a la improvisación en la medida que va leyendo el libreto. “Prepárate para personificar a ‘xxx’. Una vez que hayas comenzado, debes terminar… sin importar lo que suceda”, son las primeras instrucciones de Nassim Soleimanpour, para luego seguir con el conteo del público y donde cada asistente dice su número en voz alta, pero esto ya es parte de lo que no puedo revelar después de ser un observador y testigo de esta presentación, asumiendo que el factor sorpresa es lo que mantiene motivado al público, que se asombra, ríe y teme. “Conejo Blanco, Conejo Rojo” que se está presentando en el Teatro Mori de Bellavista,  es sin dudas, una obra novedosa pero extremadamente lúdica, donde cada actriz va a ser un aporte según como se plantea su desenvolvimiento dentro del espacio escénico. Eliza Zulueta sale airosa de este proyecto. Es cooperadora con el texto, desborda simpatía y logra la improvisación necesaria, pese a que, de pronto, va cometiendo errores de lectura, pero que sirven para que la audiencia se relaje y ría. Entonces podemos señalar que se puede hacer una pieza teatral con un texto y un actor que se cruzan por primera vez en esta historia de conejos, donde deambula la muerte y parte de la biografía del propio creador de este enigmático montaje, que siempre es el mismo, pero nunca es igual. El climax, está muy bien logrado en momentos donde el único personaje en escena debe hacer una elección entre dos vasos de agua. No hay escapatoria entre beber agua sola o con cianuro. Lo que genera una expectación y reflexión, en tanto, el autor se sale […]

Edward  Albee, el desaparecido dramaturgo estadounidense, es el autor de este montaje que está presentando el Teatro Mori de Bellavista  ¿Quién le teme a Virginia Woolf? escrita en 1962 interpretada en distintos escenarios y llevada al cine  en 1966 por el director Mike Nichols y los actores Richard Burton y Elizabeth Taylor. George, es profesor de historia en una universidad norteamericana (Willy Semler) y  Martha es su esposa e hija del Rector (Solange Lackington). Son una pareja inusual que escapa de todos los cánones normales de un matrimonio que se ha prolongado por 20 años, que es educado y de un buen pasar, pero extremadamente impulsivos, agresivos, autodestructivos, cuya retroalimentación se basa en humillarse él una al otro. Una noche luego de una fiesta de bienvenida en el campus universitario, ella decide invitar a Nick, (Diego Ruiz), un joven biólogo recién llegado a la universidad  junto a su esposa Honey (Camila Hirane) a que pasen una velada en su casa. Pero la reunión poco a poco se fue convirtiendo en un dramático diálogo que fue aumentando de tono hasta llegar a las agresiones verbales y casi destructivas especialmente de parte de los anfitriones, que finalmente imponen a los invitados un juego sarcástico, morboso y macabro donde el alcohol, las confusas ambigüedades y los deseos, llevan a que Martha seduzca al nuevo maestro, al extremo de llevarlo a su habitación. Mientras Honey -un poco necia y totalmente embriagada- se lo pasa en el baño devolviendo todo los tragos consumidos. ¿Quién le teme a Virginia Woolf? es un título que constituye una parodia de la canción «Who’s Afraid On The Big Bad Wolf?», de «Los tres cerditos» de Disney y que los personajes de George y Martha entonan en este ambiente que va más allá de la comprensión lógica y que utilizan antes de comenzar a humillar y descolocar a los invitados, para llevar a cabo el juego de montar a la dueña de casa. A George no le queda otra que seguir este acto de humillación aparentemente justificado por su mediocridad como docente y con la esperanza de llegar a ser rector cuando su suegro no esté. Martha en cambio, no es mejor que su esposo, pero es de estas mujeres posesivas, que no son felices y tampoco dejan que los otros lo sean. Nick es inteligente y ambicioso, pero hará lo que sea por escalar a la cima del poder, mientas su adorable, millonaria y callada esposa Honey, deja notar un gran vacío intelectual y que solo el alcohol la pone desinhibida. Puedo quedar corto al hablar de las fabulosas actuaciones especialmente de Solange Lackington a quién por estos días la vemos en la serie de Mega “Si yo fuera rico”. Aquí en esta puesta en escena es Martha, seductora y avasalladora. Amargada y destructiva. Su interpretación es desgarradora, especialmente al fin de la última escena, es tensional y con una fuerza interpretativa creíble cuando se lanza en un diálogo profundo y sollozo de  secretos matrimoniales, de miedos y frustraciones. […]

Año 2038 y al parecer no hay un candidato a la presidencia con el cual la gente se  identifique y asuma los cambios sociales que Chile necesita, después que se ha experimentado con gobiernos de izquierda y derecha. Asumiendo entonces que ya las instituciones como la Iglesia y los militares están en decadencia y el prestigio de la política por el suelo. Surge entre tanto, Nahuelpan y su slogan “Soy Mapuche y tengo las manos limpias…soy la mejor opción para estos tiempos”. Gastón Salgado (Sitiados, El Reemplazante y Martín Vargas) es el actor que da vida al monologo “Los Pueblos te llaman Nahuelpan Presidente”, que se está presentando en el Teatro del Puente hasta el 24 de Junio. Con una actuación impecable, demostrando una gran vitalidad y aprovechamiento de ese reducido espacio escénico en el que tiene que desenvolverse, Salgado interpreta al político Nahuelpan. Pensando en sus ancestro hace una meditación de lo que implica ser candidato mapuche, lo que ha sido la lucha por el poder y discriminación que ha sufrido por siglos  su pueblo. Hace alarde de la posición en la que se encuentra, de que está ahí no por su apellido, ni por algún pituto, más bien por meritocracia. Un mapuche y pobre, que pudo salir de ese círculo marginal, llegando a las esferas del poder solo con sabiduría y esfuerzo. Del actor y Guionista Roberto Cayuqueo y dirigida por la joven y talentosa Constanza Thümler, quienes en este montaje nos trasladan a un futuro hipotético, donde por primera vez, un candidato mapuche a la presidencia de Chile gana las elecciones. Sin embargo, una vez más descubrimos que no hay nada nuevo en esta campaña y que Nahuelpan no es muy  distinto a lo que hacen y dicen otros candidatos. Tan mapuche no es -ya que nació en una periférica población de Santiago-  y no en el Bío-Bío . Siendo su padre el de la etnia mapuche, es decir, el apellido le llegó de resbalón. En fin, el político vende su imagen, que va más allá del traje azul y la corbata roja. Es entrevistado para todo el país dentro del marco de su campaña, por la periodista Soledad Onetto, sometiéndose a ese patético discurso coherente, bien correcto que no queda mal con nadie y sin nada concreto. El climax en esta pieza teatral es notable y va de la mano de un recurso escénico, no muy recurrente, pero en este caso tiene una fluidez y una credibilidad que se desborda en la atención y tención que se produce en el público. Mientras Nahuelpan está en pleno discurso dando a conocer su programa de gobierno es interrumpido por una muchacha de origen mapuche, que se levanta de una de las butacas del teatro en medio de los asistentes, quienes en un principio quedaron incrédulos al no saber si esto era real o parte de la escena teatral. El político mapuche es increpado por la joven por la falta de consistencia en su retórica al no referirse a […]

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