El Comité Permanente de los obispos católicos dio a conocer un mensaje de Navidad.  En el indican que hay tres… “realidades de nuestra sociedad (que) pueden ser particularmente iluminadas con el nacimiento de Jesús y con su propuesta de vida nueva”. Esas realidades son: niños y niñas en situación vulnerable, los migrantes en Chile y personas privadas de libertad con enfermedades terminales”.  Llaman a los reos rematados elípticamente “personas privadas de libertad”, como un enfermo postrado largo tiempo.  No mencionan a los reos de Punta Peuco y se quedan en la ambigüedad.  En seguida, en un pase de malabarismo dicen que “Jesús, al final de su vida pública, fue apresado, juzgado y condenado a morir en la cruz. Muchos de sus discípulos fueron encarcelados por dar testimonio de su resurrección”, es decir, se insinúa que los “delitos” de Jesús y amigos son equivalente a la violación de derechos humanos.  Claro, no está dicho explícitamente, porque el mensaje no lo es nunca.  Además se sostiene que “para nadie es desconocido el sufrimiento que se experimenta cuando se vive privado de libertad en una cárcel, incluso cuando es producto de un juicio justo y correctamente ejecutado”, peor todavía, pues todos las prisiones causan sufrimiento, no importando la causa de ello, sea el Señor Jesús, los mártires o un asesino de lesa humanidad.  En realidad es peor estar en una mazmorra privado de agua, comida, vendado y a merced del abuso, la tortura y la indignidad. Son malos tiempos para la jerarquía, es un homenaje al relativismo moral y, de paso, una distorsión del sentido de la muerte del Redentor.  Luego de esto vino la ceremonia ecuménica en la cual algunos reos de Punta peuco pedirían perdón.  Viendo lo que dieron a conocer como perdón sólo se puede concluir que el perdón está en liquidación. Pero la Iglesia sostuvo por su Comité Permanente que “hay situaciones especiales en las que se nos abren espacios para que como sociedad demos signos de humanidad y podamos crecer en clemencia y misericordia.  Es el caso de aquellos que están cumpliendo una condena y, además, sufren una enfermedad terminal o alguna alteración en sus facultades mentales que afectan gravemente sus capacidades y disminuyen notablemente su relación con el medio y con las demás personas”; lo cual no es ninguna novedad y nos va a pasar a todos, si es que  ya no nos pasa.  ¿y los signos de humanidad para las víctimas? Y luego, está lo único explícito: “las dificultades legales que implicarían estas medidas. Pero, ¿no será el momento en que como país busquemos los mecanismos jurídicos para que personas con estas dificultades, siguiendo criterios objetivos, puedan continuar cumpliendo en sus casas, junto a sus seres queridos, la condena recibida?”  Aquí se nota que el perdón era lo que menos importaba y no era sino sólo un show, que no importaba nada que pidieran –y se les otorgara– perdón.  Todo no es más que un montaje con fines de instalar un supuesto tema de justicia y […]

Fue el 25 de noviembre de 2016 cuando Fidel Alejandro Castro Ruz partió de este mundo. Los millones de cubanos y personas de todo el mundo que le rindieron homenaje durante los días siguientes manifestaron que había sido “absuelto por la historia”, en referencia a la frase final y el posterior título del alegato de autodefensa de Fidel ante el juicio en su contra por los asaltos a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes. Por ejemplo, es lo que señaló el Presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, en el homenaje póstumo a Fidel Castro celebrado en La Habana. Fue el penúltimo orador, precediendo a Raúl Castro. Señaló que el líder cubano “se queda invicto entre nosotros, absolutamente absuelto por la historia grande de la patria”. La frase “absuelto por la historia” es el título, además, de un libro del periodista cubano Luis Báez Hernández. Este trabajo reproduce valoraciones sobre Fidel por una diversidad de personalidades de la política, el arte, la educación, la ciencia, el deporte, la medicina y otras, emitidas en diferentes momentos históricos. A continuación, reproducimos parte de esos juicios. El pueblo cubano y Fidel Castro nos están ofreciendo su corazón, su vida, todo, y yo creo que esto es un ejemplo maravilloso de vida, entereza, y tenemos que seguir unidos y seguir luchando, porque la lucha no ha terminado Adolfo Pérez Esquivel, Premio Nobel de la Paz. Nuestra esperanza de una América diferente, de una América mejor, proyectada hacia el porvenir en un clima de justicia (…) encontró en la Revolución Cubana y en las ideas de Fidel Castro una concretización. Alejo Carpentier, escritor Lo que los cubanos hicieron en los campos de la educación y la salud es impresionante. Es bueno lo que han hecho en la educación superior y la ampliación del acceso a la educación básica. Fidel Castro está muy bien informado. Habla con gran entusiasmo de las cosas que hizo y que son positivas. Es un ser muy carismático y lleno de optimismo. David Rockefeller, empresario estadounidense. Fidel Castro es un símbolo de dignidad nacional. Para los latinoamericanos, que estamos cumpliendo cinco siglos de humillación, un símbolo entrañable. Eduardo Galeano, escritor. Suele haber genio para una sola cosa, pero Fidel es genio en muchas. Hombres como Fidel surgen pocas veces en la vida. Ernesto Cardenal, poeta. El líder cubano se mantiene firme y valiente frente a los Estados Unidos y desafía a las grandes potencias para que expliquen sus actos. Fernando Enrique Cardoso, ex Presidente de Brasil. Tremenda cosa el abrazo que me dio Fidel. Es el abrazo de toda Cuba. Francisco Repilado, Compay Segundo. Aprendí a amar a Cuba, incluso sus errores, porque lo positivo es mucho más profundo; porque soy cristiano y creo que el mayor don de Dios es la vida, y no hay nación en el mundo que defienda la vida como Cuba (…) A pesar de toda su genialidad, de toda la historia que encarna, Fidel consigue hacernos sentir su hermano. Frei Betto, teólogo. Fidel Castro es […]

Tomás J. Reyes, escritor nacido en Talca, cuyas referencias iniciales lo vinculan a la poesía, se abre paso en el terreno de la prosa, luego de ser publicado por la Editorial española SELEER, integrándose a su catálogo de autores acompañado de su primer trabajo en el género novela titulado: “Sombras de papel”.   El logro es particular, cuando se trata de escritores ubicados en la provincia, la mayoría de las veces alejados de las redes literarias. La pasión, la locura abrazada a los libros y la literatura, como una especie de demonio que acecha, es un tema ya esbozado por la tradición literaria desde Cervantes, para el autor se trata de un tópico constante en su trabajo, ya instalado en alguno de sus poemas y desarrollado de manera superior en su primera novela.  “Mi enemigo no tiene brazos/ ni manos escamosas/ ni cuerpo objetivo/ Se disfraza/ puebla mi mesa de manjares/ deambula por libros y periódicos/ se instala en mis zapatos/ en mi camisa importada / Monstruo ambiguo/ Multiforme”   (Enemigo Cósmico 1997 EN LOS CAUDALES DE LA MEMORIA) De ahí entonces que Gabriel Santillán, el personaje principal (casi único) posea antecedentes previos, siendo parte de la cosmovisión del autor, fruto de una propuesta existencialista, arraigada en lecturas variadas como: Nietzsche, Sábato, Faulkner y cómo no Borges.  Santillán no es un personaje antojadizo. El personaje toma forma  y va absorbiendo al lector, quién se pregunta cada cierto tiempo ¿en qué momento este tipo  se fue envolviendo junto a los libros?  “Siguiendo las instrucciones del doctor, hoy me siento frente al escritorio vacío y las murallas repletas de libros. Partiré señalando que mi nombre es Gabriel Santillán y que fui un muchacho como cualquier otro hasta que mis padres me dejaron. Allí comenzó todo”. La ausencia de los padres, transformada en una especie de abandono provocado por el destino, cuyo símbolo, nos acerca a nacer de nuevo, envolviéndose en la soledad,  la náusea. El relato tiene consigo un aire claustrofóbico, donde la economía de lenguaje, un cierto minimalismo propio del género, concibe el ambiente preciso, el tono necesario. “Volví a la lámpara asignada por la voz. Me sentí atrapado o más bien encarcelado entre pasadizos de libros y más libros. “Son todos tuyos”, dijo la voz, pero esta vez me pareció que no tenía origen definido, que era la voz de la biblioteca, de un dios malvado que residía allí o peor aún, que provenía del interior de mis oídos y que iba a volverme loco”.  Si Santillán es enigmático, R es un misterio por resolver, una ventana, una escalera que nos sitúa en un viaje ilimitado, por personajes librescos, donde el propio R puede ser entendido como uno de los dispositivos de la técnica del flujo de conciencia. Es sugerente, como en este contexto el territorio, la memoria tiende a jugar un papel significativo; el barrio Edén ubicado en la ciudad de Talca: en un giro de infancia.  La vieja sede sur de la Universidad, colmada de pedagogías y que tantos dolores […]

¿Qué tienen en común la Teletón y su compromiso de rehabilitación, las malas condiciones en que viven los reclusos de las cárceles chilenas, el rechazo que en algunos sectores provocan los inmigrantes y las preocupantes cifras que denotan la invisibilidad de las personas en situación de calle? La necesidad de tomar conciencia e implementar la inclusión como base de toda actividad social. En Fondo Esperanza, la comunidad de emprendimiento solidario más grande de Chile, nos comprometimos con la inclusión y en estos 14 años de existencia hemos comprobado que, a través del fomento al emprendimiento y de la confianza que entregamos a microempresarios, aportamos a desarrollar un país más inclusivo. Este año, obtuvimos un importante reconocimiento a nuestro trabajo con el tercer lugar del Premio de Educación Financiera 2016, en la categoría “Aporte de Inclusión Financiera” que otorga la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras (SBIF) y la Universidad de Chile, gracias a la entrega del servicio de Fondo Esperanza a personas privadas de libertad, en seis centros penitenciarios en distintas regiones del país, y a personas en situación de calle en la comuna de Santiago. Para estos emprendedores, el trabajo en conjunto con Fondo Esperanza ha significado una posibilidad real de cambiar su futuro, aportar a los suyos y demostrar que pese a estar cumpliendo una condena o una situación difícil, sí se puede salir adelante. Este mismo servicio es el que entregamos a más de 100 mil emprendedores y emprendedoras desde Arica a Chiloé, basado en una labor colaborativa, donde privilegiamos a las personas, reconociendo su dignidad. En Fondo Esperanza hay espacio para los privados de libertad, para quienes viven en situación de calle y para los inmigrantes (provenientes principalmente de Perú, Ecuador, Colombia y Bolivia). En definitiva, hay lugar para todos los que comparten el sueño de abrirse a nuevas oportunidades, de reinventarse y de transformar sus vidas a través del emprendimiento. Estamos orgullosos de ser inclusivos. La inclusión es necesaria si queremos un mejor país. Más aún, si queremos una sociedad más equitativa y más respetuosa frente a las diferencias. Ojalá seamos muchas las personas e instituciones que nos aventuremos en ello. Mario Pavón Prat Gerente General Fondo Esperanza Santiago de Chile, 2 de enero 2017 Crónica Digital 

Nuevamente vemos cómo una familia guardadora sufre la ausencia de un hijo, a quien por años le entregaron amor y protección. Un hijo con el que crearon lazos y a quien apoyaron en su crecimiento. El Estado ha vuelto a fallar en garantizar el derecho que tienen todos los niños a tener una familia,  a crecer sanos física, mental y espiritualmente. ¿Cómo es posible que se separe a una familia por el sólo hecho de amar a un niño como su propio hijo? Esto es inaceptable.   Desde hace meses hemos seguido la historia de Nachito. Un pequeño que fue alejado de su familia de acogida y entregado a una nueva en Arica para su adopción. Luego vimos la historia de Ángel y su hermanito, quienes también fueron separados de sus padres cuidadores, pero además este padre y esta madre fueron formalizados por el delito de sustracción de menores y  deberán enfrentar las consecuencias jurídicas de esos hechos. Siempre hablamos y escuchamos sobre la importancia de asegurar el bien superior de los niños, pero claramente aquí lo olvidamos. Olvidamos lo que significa la entrega, el amor y los cuidados. Pasamos a llevar el anhelo de una madre y de un padre por formar una familia, de cambiar el destino de unos pequeños institucionalizados. ¿Cómo pedimos que se respeten las leyes cuando el propio sistema no lo hace? Teresa y su esposo tuvieron a Nachito por más de cinco años, cuando la ley estipula un plazo máximo de seis meses para cuidar de estos niños que están a la espera de ser adoptados. Por eso necesitamos modernizar y mejorar la actual Ley de Adopción, una que permita que situaciones como las vividas por Nachito y Ángel no se vuelva a repetir, que nunca más una familia sea tratada como delincuentes porque el sistema de adopción está obsoleto. Hoy Nachito pasa sus días y sus noches anhelando compartir, nuevamente, con las personas que él conoce y considera su familia, de comenzar el 2017 en su casa de La Higuera. Por Ramón Farías Diputado

Cuando los historiadores del futuro escriban sobre nuestra época, Michelle Bachelet –una víctima de la dictadura que, sin embargo, trataba de “tío” al general de la Fach Fernando Matthei, quien traicionó a su padre y compañero de armas Alberto Bachelet- no entrará a los libros de historia como una líder que contribuyera de manera decisiva al “Nunca Más”. El programa de gobierno que Michelle Bachelet y su equipo presentaron a fines de 2013 en medio de la campaña presidencial era más bien escuálido en materia de las graves violaciones a los derechos humanos cometidos durante la dictadura cívico-militar. Sin embargo, contenía algunos puntos interesantes, como era el de revisar el secreto de 50 años que rige para los testimonios de aquellos que declararon durante la década pasada para la Comisión Valech I y II acerca de la tortura y prisión política que habían sufrido. Se trataba de casi 40 mil testimonios aceptados como válidos por la comisión. Y poco después de asumir, la mandataria prometió en un acto de la Asociación Nacional de Empleados Fiscales (ANEF) que bajo su mandato pensaba clausurar el penal de Punta Peuco, que otorga privilegios carcelarios especiales a los militares condenados por la justicia, que no tienen los reos comunes del país, como aquellos calcinados en el incendio de la cárcel de San Miguel en 2010. Hasta ahora, Bachelet no ha cumplido con ninguna de estas dos promesas. Ciertamente, el caso Caval descarriló a su gobierno y el ataque constante de la derecha y sus ayudantes de la prensa tradicional ha tenido en jaque a su programa de reformas desde el principio. Pero nada de ello es excusa para que una Presidenta, que vivió en carne propia los vejámenes de la Dictadura, no alce su voz en estos temas. ¿Qué opina nuestra Presidenta de la reciente misa en la que un puñado de militares y agentes de la dictadura pidió perdón por sus crímenes? Nadie lo sabe. ¿Qué opina nuestra Presidenta de las cuatro mociones parlamentarias que, de formas distintas, piden que se libera de sus penas a reos de edad avanzada o gravemente enfermos? Nadie lo sabe aún. Esa medida, tener misericordia por condenados ancianos y gravemente enfermos, ¿se aplicará sólo a los militares o también a los presos comunes? ¿Se podrían beneficiar también de esta medida en un futuro cercano Cupertino Andaur, el asesino y violador convicto del niño Víctor Zamorano Jones, o Julio Pérez Silva, el llamado “psicópata de Alto Hospicio? La misa reciente en la que unos pocos violadores a los derechos humanos pidieron perdón, tras meditar, se supone, unos 40 años, es un eslabón más en una campaña comunicacional que busca privilegios especiales para los condenados que alguna vez vistieron uniforme o estuvieron al servicio de los aparatos represivos de la dictadura. Se trata de una campaña comunicacional que hace sólo pocos meses levantó el cuerpo editorial de El Mercurio, auxiliado por representantes de la jerarquía de la Iglesia Católica. El perdón de lágrimas de cocodrilo de los represores condenados […]

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En una entrevista que se le hizo al senador Andrés Zaldívar, éste defiende la autonomía que deben tener los gobernantes y legisladores respecto de la opinión y demandas de las organizaciones sociales. Aceptando la necesidad de que los parlamentarios observen y escuchen al país, postula que estos resuelvan solamente conforme a sus convicciones. Se trata, sin duda, de una aseveración que, a primera vista, puede aparecer razonable, pero que en definitiva esconde una inclinación francamente antidemocrática. Además de revestir severos peligros si se considera que el pueblo debe ser siempre el único soberano, el llamado a definir las decisiones fundamentales, cuanto que los políticos debieran ser solo los mandatarios o ejecutores de la voluntad popular. No solo lo que exprese en las urnas, desde luego, sino en sus movilizaciones sociales, los sondeos de opinión pública y mediante las decisiones de las diversas organizaciones sindicales, estudiantiles o de cualquier otro orden dentro de la sociedad civil. Cuando se habla de que existe una clase o una casta política, ello significa que lo que se ha consagrado en Chile, en realidad, es la existencia de un conjunto de personas que se sienten iluminadas y llamadas a resolver de motu propio los destinos del país, teniendo en cuenta, a lo sumo, la opinión de sus propias y manipuladas organizaciones partidarias. Habitualmente sin siquiera disimular tal propósito y negándose a promover las reformas aclamadas por la población, como llegando a ejercer un completo desdén a sus propios partidos y adherentes. Más allá de tener que garantizarles cargos públicos o cupos, como los llaman) a estas colectividades para tenerlos más propicios y agenciarse el apoyo parlamentario que necesitan para ejercer su empecinada voluntad. En este sentido, ya hemos visto las  consecuencias que enfrentan quienes adoptan una posición renuente o díscola, esto es cuando asumen que las demandas de la población no se condicen con lo que se obran los gobiernos y las mayorías parlamentarias. Expresión de todo esto es la resistencia que algunos parlamentarios por fin oponen a algunas iniciativas del Ejecutivo que no gozan, ciertamente, de aprobación social. Especialmente, en materia de previsión, reajustes de remuneraciones y reformas tales como la educacional. Llamándonos la atención, además, de todas aquellas promesas hechas al país y que La Moneda y el Poder Legislativo desoyen y posponen para un próximo gobierno o indefinidamente. Como sucede con la demanda por una asamblea constituyente que diseñe una nueva Carta Fundamental. O cuando se omite legislar para acabar con los abusos del sistema de salud privado. La misma iniciativa de suprimirles las penas de cárcel a los empresarios que se coludieran para vulnerar la “libre competencia” se derivó años atrás de una componenda cupular acicateada, de seguro, por la propia clase patronal. Cuando se impuso una norma claramente lesiva a los intereses de los consumidores y, por lo tanto,  de espaldas a la inmensa mayoría de país. Decisión que hoy ocasiona el bochorno de quienes la urdieron y que los ha llevado a reponer las severas penas que ya existían […]

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Un acto ecuménico. Así lo llaman. Es el acto que convocan religiosos católicos y evangélicos en el Penal de Punta Peuco fundados “…en la idea que los condenados por violaciones a los Derechos Humanos también tienen derecho a la libertad” La presencia de connotados hombres de Fé en esta ceremonia litúrgico – política connota la prisión de genocidas como “sujetos de perdón”. ¿Un debate abierto desde la Fé? Una nueva categoría conceptual que deja a los condenados por crímenes genocidas fuera de los valores del derecho y del humanismo universal, y que, por el contrario, los apiña en un rincón de la historia social plastificados en el aurea de la condición de “sujetos de misericordia”. Así sea, la razón humanitaria como fundamento de la misericordia, la misericordia como fundamento del perdón, el perdón como razón del indulto. ¿Y cómo no, se filtra en la prensa que0 hasta el propio Presidente de la Corte Suprema se habría manifestado a favor de conceder el indulto por las mismas “razones humanitarias”?  ¿El derecho pone su rodilla en tierra? Así las cosas, este debate, -como lo han llamado-, pondría de un lado a los compasivos y misericordiosos (son aquellos que ponen su corazón en el dolor del Otro) y, por omisión, pone en la otra vereda a los “inmisericordes”, los incapaces de comprender o conmiserar el sufrimiento de este Otro y que, en consecuencia, no pueden ser compasivos. ¿Sobre qué se discute, sobre amnistía, impunidad, reducción de penas o indulto? Las declaraciones de los patrocinantes se refieren “perdón y disculpas” o “perdón como señal de arrepentimiento” o el “perdón como condición del indulto”. En todas las referencias queda una idea al centro de todas. Ellos van a “pedir perdón”. Son 8 de 130 condenados por crímenes de lesa humanidad, pero no es una cuestión de número. Un destacado hombre de Fé declara que espera que “…en lo posible haya dos cosas, arrepentimiento y que den toda la información que tienen”. Declara que le consta que hay gente que lamenta haber hecho lo que hicieron, y que están dolidos y arrepentidos. La expectativa, según informan algunos periodistas, es que los reos ofrezcan disculpas y muestren arrepentimiento Las disculpas no son perdón, y no hay arrepentimiento si antes no hay confesión y contrición. Y el arrepentimiento no sirve si no hay reparación. Pero, ¿nos olvidamos de la confesión? Entre los criminales y genocidas de Punta Peuco hay personas orgullosas de su condición de exterminador. El problema se complica cuando, desde fuera del derecho, se pretende instalar una lógica del perdón como mediador de un indulto. Un acto declarativo sin consecuencias sobre los victimarios, pero avasallador sobre las víctimas. Por menos que eso la iglesia vivió el cisma evangélico por los indultos papales. Eso no es el perdón en la Fé. Ni siquiera para los no creyentes que nos hemos dado el tiempo de leer a los maestros sobre la condición del perdón. El perdón es un camino que emprende aquel que ha sido la causa de […]

Cada vez que me hablan de perdón, la rabia me toma. Sí, la rabia, pues cómo me gustaría perdonar genuinamente a tantos que nos causaron tanto daño. Pero no puedo, a pesar de que fui educada en la doctrina de la iglesia católica y no soy mala persona, ni estoy llena de rencor ni de anhelos de venganza, como algunos tratan de estigmatizar a los que fuimos víctimas de la dictadura cívico militar chilena. Es más, soy una mujer, esposa, madre de 3 hijas y profesional , que a pesar de todo esto, contenta de estar viva! Hago un poco de memoria para entender mi proceso personal y social hacia la reconciliación que todos deseamos. A los 5 años de edad sin darme cuenta el Estado ya no me cuidaba, pues se había instalado un dictador por la fuerza de las armas derrocando al Presidente Constitucional Salvador Allende. Aprendí que no debía hablar en el colegio, a no confiar, hay sapos en todas partes-me decían mis padres. Ya el Estado no estaba para proteger, ni cuidar, ni brindar justicia a sus ciudadanos. Había que callar, callar la impotencia de crecer con la censura, con asesinatos de opositores al gobierno, sufrir allanamientos en las poblaciones como Nogales donde yo vivía, callar extraños enfrentamientos que encubrían masacres, presos políticos, torturados y mucha gente saliendo al exilio. Todos opositores a Pinochet. Esto es lo que los tratados internacionales llaman Genocidio o crímenes contra la humanidad. Cuando es el Estado, que usando la fuerza de las armas arremete contra sus propios ciudadanos sea por pensar distinto, por raza o creencia. A los 18 años de edad, siendo estudiante de la USACH, fui golpeada, rociada con bencina y quemada viva por militares chilenos , a plena luz del día en una jornada de paro nacional. Mi compañero en esos momentos, Rodrigo Rojas, no sobrevivió. Yo resulté con el 65% de mi cuerpo quemado y deformado de por vida. Tuve que iniciar un camino de reconstrucción personal , donde lo más difícil fue tratar de entender cómo el Estado a través de sus agentes fue capaz de quemar dos personas vivas en pleno siglo XX. Personalmente era incapaz de asimilarlo y esto se me hacía explícito cada vez que un niño me preguntaba ¿qué le pasó señora? Y mi repuesta era tan dolorosa para mí, como para el niño que la escuchaba. Entonces muchas veces cambiaba de tema. Me tuve que someter a más de 40 operaciones con anestesia total, muchas terapias de rehabilitación física interminables, psicoterapias psicológicas para aceptar mi cuerpo dañado y tratar de perdonarme a mí misma por salir ese día 02 de julio a protestar por un Chile para todos y exponerme al riesgo con los resultados que tuve. También perdonar mi sentimiento de culpa de haber causado tanto dolor a toda mi familia. ¡Me sentía culpable por protestar! Me costó entender en mi terapia, que es el Estado el responsable de los crímenes de DDHH, que nadie debe ser sometido a […]

Al iniciar el camino de un nuevo año proclamamos el sentido profundo de la esperanza, el derecho a soñar, el deber del compromiso, el sentido estratégico y moral de la utopía. Reclamamos el entusiasmo de los despertares, la emoción a flor de labios, la melancolía de la puesta de sol, el brillo de los amaneceres, la plenitud del respirar a pleno pulmón, el fundirse en un abrazo. Así queremos vivir, sonreír, seguir el rumbo. Ese es nuestro deseo para el Año Nuevo 2017, más allá de la circunstancia histórica de la incertidumbre, más allá de los horizontes probables, más allá de las dificultades y tropiezos. Nuestro desafío es construir el camino hacia el horizonte de nuestras metas. Y como dice la voz profética de Antonio Machado, y lo canta Serrat “se hace camino al andar”. Equipo Crónica Digital Santiago de Chile, 23 de diciembre 2016 Crónica Digital 

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