En el territorio rural de nuestro continente, por lo tanto también en Chile, una parte muy importante de su población son los pueblos originarios, cuyas actividades contribuyen al desarrollo y aportan un valioso capital cultural  de un valor colosal que le da un plus particular a la construcción del pueblo criollo que se siente heredero de la producción indígena. En la actualidad las Naciones Unidas reconocen la existencia en América y El Caribe de 650 pueblos indígenas, que tienen una población de 50 millones de personas, los que han contribuido como nadie a la domesticación de la agrobiodiversidad que hoy alimenta a la humanidad, sin embargo, sus índices de inseguridad alimentaria superan en varias veces a los de la población no indígena. En Chile desde sus primeros tiempos de lucha del naciente movimiento sindical agrario, las organizaciones campesinas en forma creciente vienen valorando    la participación en los sindicatos de los pueblos originarios tanto en su dimensión de pequeños productores, como campesinos asalariados. Las organizaciones sindicales y gremiales,-resalta el dirigente del MUCECH Omar Jofre- reconocen que los pueblos originarios aportan una vocación muy especial para defender la naturaleza y la tierra, como un factor indispensable para pensar en el desarrollo integral de la Agricultura Familiar Campesina e Indígena (AFCeI). La práctica histórica de las organizaciones campesinas que se viene desarrollando en los pueblos rurales es una base sólida que ha permitido levantar un conjunto de propuestas para todo los que trabajan como asalariados o pequeños productores en el ámbito rural Por otra parte, los datos estadísticos oficiales que  proporciona el Estado chileno,  junto a los  entregados por los estudios de los organismos internacionales,  las iglesias cristianas   las universidades y muy especialmente los que emanan de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), en un trabajo difundido a fines del 2015, informan que los   indígenas de América Latina  y el Caribe  representan el 10 % del total de la población rural del continente. Según el trabajo realizado por el organismo internacional bajo la coordinación del especialista, Alfonso Alem,  América Latina es la región que registra los mayores avances en el reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas, dado que la mayoría de los países han ratificado el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que entró en vigencia el año 1991. Por su parte en Chile, de acuerdo a los datos oficiales del estatal Instituto Nacional de Estadísticas (INE), emanados del censo realizado el año 2002, en el país 692.192 personas mayores de 14 años se declararon como indígenas, lo que correspondió al 4,58% de la población total chilena que pertenecen a nueve pueblos originarios. En la actualidad, el Estado chileno, tras decretar el 24 de junio como el día de los pueblos originarios, reconoce oficialmente la existencia de los nueve pueblos aborígenes; y que son; mapuche,  aymara, atacameño, quechua, rapanui, kolla, kawésqar, diaguita y yagán. Junto a este reconocimiento, el Estado se comprometió “asumir la defensa de la lengua de los pueblos […]

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Chilito import export, aunque  lo que nuestro país exporta se llena de certificaciones de calidad y barreras de ingreso al libre mercado, la cultura gringa ingresa cada vez más potente en la mente de los consumidores.  Nuestras materias primas y sus procesos de exportación han ido a la par a las exigencias de mercado.  Normativas y procesos de gestión han generado un MADE IN CHILE potente y reconocido a nivel mundial.  Y esto se traduce en productores comprometidos en entregar los productos nacionales a los tiempos indicados y bajo las normas internacionales vigentes. Ad portas de otra fiesta Halloween, resultado de años de marketing americano, nos hemos encontrado bajo una nueva propuesta, creándonos necesidades  a raíz de una celebración cada vez más arraigada  y adaptada a nuestra identidad, un poco confusa, desde la era de los Jaguares de América.  La pomada de la época, las AFP, nuevos modelos de negocio, financieras vende sueños, políticos millonarios por casualidad y un modelo de mercado que genera felicidad a altos costos.  Empresario multimillonario y gente cada vez más pobre, tanto de billete como de conocimientos. Como decía un profe de la universidad, “existe un mundo mejor, pero es muy caro”.  Una realidad dura para algunos y fácil para otros.  En fin, con plata o sin plata, los chilenos nos hemos arreglado para ser gringos al peo, sin ofender a nadie, pero con mucho respeto. En conclusión, nos encontramos ante una sociedad abierta a celebrar una de las fiestas paganas más incorporadas a la cultura occidental de estos años.  Una fiesta de temer, una noche en que lo espiritual y lo mágico toman fuerza, en que las animas se divierten, los muertos toman vida y eso a nadie le importa. Cuenta la historia que  en la noche de brujas, Jack el tacaño, así le decían a este famoso personaje,  tuvo la mala fortuna de encontrarse cara a cara con el mismísimo diablo en una taberna.  Jack, amigo de Daniels, como siempre, había bebido durante toda la noche.  Entre borrachos del afters, invitaron al  diablo a un juego macabro, donde Jack ofrece su alma a cambio de un último trago, por cuenta del diablo, quien aceptó  y se convirtió en una moneda para pagar al camarero. Pero Jack decidió  quedarse con  la moneda y la guardó rápidamente en su bolsillo junto a una cruz de plata, para  impedir que el diablo se liberara y adoptase su forma original. El diablo prometió a Jack no pedir su alma en diez años, contar de ser liberado. Al paso de una década, Jack y el diablo se encontraron en un bosque para saldar su deuda.  El diablo había sido desafiado por un pobre hombre y esta era la oportunidad para llevarse consigo el alma de Jack. Sin embargo,  Jack muy astuto  condicionó al diablo diciéndole:  «Como último deseo… ¿podrías bajarme aquella manzana de ese árbol por favor?».  El diablo lo observó , tragó un poco de saliva, sonrió con una seguridad de poker  pensando  que no perdía nada […]

Las elecciones municipales nos obligan a mirar con ojo crítico el fenómeno de la híper-abstención electoral. Quién crea que se puede sacar una conclusión fácil respecto al 65% que no votó se equivoca. Chile ya vivió períodos de bajísima participación, concretamente entre 1925 y 1958, años en los que los votantes no pasaron nunca del 35% del padrón. En la medida en que la competencia política se hizo más determinante, esas cifras se fueron elevando, más y más. Ya en las elecciones de 1964 votó el 86.81% y en las de 1970 al 83.70%. En el plebiscito de 1988 esta cifra alcanza un récord del 97.53%, en las presidenciales de 1989 un 94.72%, y en las municipales de 1992 un 72%. Pero a partir esa fecha se empieza a constatar un incremento de la abstención por la vía de la no inscripción en los registros electorales de la población juvenil. Y entre los inscritos se constata una progresiva desafección con las propuestas políticas desde las elecciones parlamentarias de 1997, donde se contabilizó un 13,51 % de votos nulos. Elección tras elección el temor a la sanción fue disminuyendo entre la población inscrita, por lo cual la abstención empieza a subir lentamente. En respuesta a la baja inscripción electoral de los jóvenes y al creciente abstencionismo se dictó en 2012 la ley de inscripción automática y voto voluntario, que debutó en las municipales de 2012. En ese año la abstención llegó a un 56,8%. En la segunda vuelta presidencial de enero de 2014 se abstuvo un 58,21% del electorado. Por eso el 65% de abstención de 2016 confirma esta tendencia y desata las más diversas interpretaciones. Hay voces que piden reinstaurar el voto obligatorio, tratando de suprimir por la fuerza el síntoma de otra gran enfermedad. Hay voces que ven en el abstencionismo el germen de una rebelión social inminente, sin preguntarle a los abstencionistas el verdadero motivo de su ausencia a las urnas. Otros acusan a los ausentes de irresponsabilidad. Pero olvidan que la abstención también puede ser un acto de responsabilidad, si se entiende como una forma de no avalar opciones con las que no se desea cooperar de ninguna manera. En general es un fenómeno que debería estudiarse desde más la psicología social que desde el análisis político, porque las motivaciones de los abstencionistas son muy diversas y no permuten extraer un solo mensaje. La hiper-abstención produce efectos perversos: en 2012 la DC obtuvo 804.622 votos (15,07%) eligiendo 391concejales. En 2016 bajó a 580.347 votos (12,77%) pero subió a 402 concejales electos. Lo que queda claro es que los años de electorados duros y fieles se han acabado. La participación electoral se ha licuado, lo que  hace extremadamente difícil prever resultados. Las estadísticas sólo permiten extraer datos genéricos: la abstención es generalizada, pero es especialmente alta en la Región Metropolitana y el Norte Grande. A la vez, es menor en las comunas de altos ingresos. Vitacura es la única comuna del país donde subió la participación electoral, pasando […]

Las elección municipal hizo estallar la crisis política que a todas luces resultaba evidente desde hace bastante tiempo. Su causa profunda es asimismo obvia. El sistema político de la transición no ha sido capaz de canalizar constructivamente la inmensa ola de indignación popular que se ha venido levantando desde hace años, para enmendar las graves distorsiones heredadas de la dictadura y otras de su propia factura. En lo inmediato, por cierto, la principal responsabilidad es del gobierno y la coalición que lo sustenta, que han caído en la frivolidad de abdicar de su deber de iniciar con decisión el proceso de reformas que comprometieron con el pueblo. Merecidamente los ha castigado, dejando de votar por ellos en masas todavía numerosas que las que se restaron de participar en la votación en general. Todo el sistema político debe reaccionar con responsabilidad y presteza ante la crisis desatada, para evitar que ésta se profundice con consecuencias impredecibles. El gobierno y la Nueva Mayoría retomando con decisión y hasta el último día de su mandato las reformas en curso las que debe profundizar y ampliar, como su misma conformación, para proyectarlas al gobierno venidero. La oposición debe jugar asimismo un papel constructivo. Cerca de un millón de electores, alredededor de un quinto de quienes votaron en las municipales pasadas, se han abstenido de votar en éstas. La mayor parte de ellos, junto a otros que votaron por candidaturas al margen de las coaliciones principales, son partidarios de las reformas que castigaron así al oficialismo. Le infringieron una derrota de proporciones debido a que disminuyó su votación en mayor número que la oposición, que también redujo la suya considerablemente. Todos coinciden que este es el mensaje contundente que la ciudadanía gritó en su cara al sistema político en su conjunto. No faltaron voces consabidas que han sacado cuentas alegres de este resultado, pero en general se trata de opinólogos que de lo esencial de la política saben poco y nada. No han entendido nunca que ésta opera de modo diferente en los períodos de gran agitación popular como el que se encuentra en ascenso, que es uno de los mayores de la historia del país, o los interpretan como la llegada del día del juicio final. El mote de “cretinismo” con que la ciencia política clásica tildó estos errores resulta expresivo. Por fortuna, el sistema político chileno en todo su espectro es experimentado y flexible, tal cual lo ha demostrado a lo largo de un siglo en que casi siempre ha sabido encauzar hacia buen puerto estas recurrentes irrupciones masivas del pueblo en el escenario político. Las dos excepciones en que no ha sido capaz de hacerlo y el ejército ha asumido ese papel, resultan más que convincentes para no repetir la experiencia, especialmente la segunda cuyas desastrosas consecuencias todavía no terminamos de reparar. Lo más probable, por lo tanto, es que tras un momento de dispersión inevitable venga una reacción del sistema político en la única dirección posible en las circunstancias actuales. Hay […]

Renato León Zenteno, Conservador de Bienes Raíces de Santiago,  a 40 años de su muerte,  su sobrino-hijo entregará por vez primera su testimonio al Museo de la Memoria y los Derechos Humanos  y  a un abogado para dar curso a una investigación judicial que incluya un antecedente hasta ahora nunca dicho públicamente. Un mes antes de que fuera asesinado le había contado su negativa a inscribir propiedades irregulares solicitadas por tres militares vestidos de civil, quienes le aseguraron: «Mi General tiene mucho interés en esto». En ese momento, ninguno de los dos podía deducir que dicha negativa era su propia sentencia condenatoria de muerte. Cuando mi amigo, Gustavo León Pardo, se enteró de mi viaje a Barcelona (año 2015), comentó que no podía dejar de ver «La Sagrada Familia», una de las  maravillas del mundo católico y del arte arquitectónico. Al responder que sí estaba contemplada en mi programa turístico, me pidió llevar un poco de tierra de Las Cruces y esparcirla en los jardines del frontis de dicha iglesia a nombre de  Renato León Zenteno, su tío-segundo padre, quién la había visitado  un mes antes de que fuera encontrado muerto en su departamento en pleno corazón de Providencia. “Es una de las tantas barbaridades de la dictadura militar”, dijo. Hasta ahora nunca había hablado de esta historia, ni a mi ni a sus amigos más cercanos. Primer otro sí.  Los hechos Renato León Zenteno, abogado, Conservador de Bienes Raíces de Santiago, (CBRS), murió el 30 de noviembre de 1976. Tenía 69 años. Su cuerpo estaba intacto, no tenía rastros de heridas graves, presentaba una pequeña hematoma a la altura de la barbilla, un hilillo de sangre que corría de su boca y sus anteojos estaban botados detrás de la puerta de su departamento. Gloria, su sobrina que trabajaba con él  y Estanislao León Aguirre, su primo, militar retirado, ambos a cargo de los funerales, creían había fallecido por un ataque cardíaco. Ella, así lo dió a conocer a la prensa, aunque después de este primer momento, los medios de comunicación abordaban las extrañas circunstancias que rodeaban el caso, barajando podría tratarse de un crimen entre homosexuales o por intento de robo. El mayordomo del edificio había declarado que la noche de los hechos observó a cuatro hombres, intentando descerrajar la puerta de su departamento. El deceso quedó registrado como de «muerte natural», no obstante, la Brigada de Homicidios solicitó efectuar una autopsia. Los familiares no accedieron a este documento, tampoco lograron ver el certificado de Defunción. Desorientados y confundidos, sin sospechar sería un asesinato no realizan ninguna gestión ante los Tribunales de Justicia. Se trataba de una familia conservadora, mayoritariamente conformada por adultos de tercera edad y dispersos unos de otros. Muchos de ellos estaban  vinculados al mundo militar. Arturo, hermano mayor, padecía de un principio de Alzheimer, su hermana estaba distanciada y Guillermo, hermano menor, que fuera vicepresidente adjunto de todas las filiales de la empresa minera Anaconda, trabajaba en Irán, donde su esposa estaba gravemente enferma. Gustavo, su sobrino-hijo, (a la muerte de su hermano), residía en España, […]

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Pocos ciudadanos concurrieron a la llamada “Fiesta de la Democracia”. Apenas un tercio de los convocados participó en estas últimas elecciones municipales, pese a los desesperados llamados de toda la clase política, de algunos medios de comunicación , de la propia Iglesia Católica y de otros referentes animándonos a concurrir a las urnas. Aunque la abstención fue legalizada y legitimada por quienes suprimieron el voto obligatorio, sin embargo esta vez se nos hizo creer esta vez que era una irresponsabilidad. Claro; las autoridades sospechaban con razón que el repudio generalizado  a la corrupción y a la ineptitud de nuestros gobernantes pudiera expresarse en esta renuencia electoral, pero nada efectivamente pudieron hacer para evitarla. Con ella,  es ahora la falta de legitimidad de todos los elegidos lo que desacreditará todavía más a nuestro sistema político pretendidamente democrático. Solo bastaría restarle el 70 por ciento a los votos de los que “ganaron” para darnos cuenta que muchos alcaldes y concejales fueron elegidos por un ínfimo apoyo real de sus comunas. En muchos casos con menos del 15 por ciento del apoyo real de los ciudadanos, situación que puede afectar mucho sus pretensiones al momento de ejercer sus cargos. Se nos dirá que la abstención es un fenómeno generalizado en todas las democracias del mundo, pero está claro que aquí las cifras fueron demasiado elevadas e indudablemente representan el malestar ciudadano,  su indignación, más que a su desidia o desinterés en la política. De esta forma es que ahora  debemos hablar más de derrotados que de ganadores. A excepción de la enorme sorpresa que en Valparaíso causara la elección de Jorge Sharp, joven militante del Movimiento Autonomista de  izquierda,  que se impuso contra todos los pronósticos y dejó sentado que las mejores opciones políticas para el futuro radican en los sectores más vanguardistas y críticos del actual sistema. Por algo, al momento de su triunfo, lo primero que dijo Sharp fue que su victoria terminaba el duopolio político afianzado en  La Moneda, el Parlamento y los municipios del país. Además de éste, destaca la gran cantidad de postulantes independientes que aventajaron a los representantes de los partidos, como si no militar fuera ahora la más acertada opción política, un verdadero signo de confianza popular. Si viviéramos una democracia seria, a esta altura habría caído el Gobierno y candidaturas presidenciales como la de Ricardo Lagos Escobar ya  tendrían que haber renunciado a sus pretensiones electorales, después de la contundente derrota de al menos tres emblemáticas candidatas bacheletistas, cuanto el estrepitoso fracaso electoral de Carolina Tohá, la edil de Santiago, apoyada por el Expresidente y por cuya reelección apostara todo el oficialismo y sus partidos. Perdieron, también en estos comicios las figuras más comprometidas en los escándalos referidos al financiamiento irregular de candidatos y partidos. Patético resulta, en este sentido, el enorme daño hecho por los millonarios aportes de Soquimich y del yerno del Dictador, Julio Ponce Lerou,  a la política, así como la derrota de varios caudillos regionales que permanecían aferrados a sus cargos […]

Los típicos asados matizaron las celebraciones de alcaldes y concejales triunfadores en las elecciones municipales en Chile, tal vez para olvidar por un momento que hay una copa con cristales quebrados. Volver a armarla será difícil y aunque con sabor a triunfo la derecha festejó su ligera ventaja en los comicios, 38.51 por 37.08 por ciento, en el fondo todo el mundo sabe que una abstención de más del 65 por ciento es cosa seria. Como reza en el viejo refrán, a río revuelto ganancia de pescador. Y en este caso fue el ex mandatario Sebastián Piñera el principal ganador, a un año de las elecciones presidenciales para las cuales será sin dudas el candidato de la derecha. Piñera se reafirmó como líder natural de la concertación y aprovechó la ocasión para dar su estocada: «los chilenos han expresado su deseo de un cambio, de un cambio para que Chilesea un mejor país». Del otro lado de la barrera, la presidenta de la República, Michelle Bachelet, a todas luces se tomará el tiempo necesario para emprender acciones que permitan, sobre todo, recomponer la maltrecha coalición de Gobierno Nueva Mayoría. Aunque ya hizo un cambio de gabinete (tres titulares reemplazados), se espera que vuelva con otros para refrescar el ambiente y de paso permitir a algunos ministros dejar los cargos, ante sus aspiraciones para diputados o senadores. Frente a un panorama político complejo, con casos de corrupción en proceso, escándalos y torpes manejos -como los errores en los padrones electorales-, llamó la atención el triunfo de un político joven en Valparaíso. Jorge Sharp, un abogado de 31 años, ex dirigente estudiantil en la ciudad portuaria, fue la sorpresa de los comicios al batir con holgura al alcalde saliente de la derechista Unión Demócrata Independiente (UDI). De su quehacer y futuro dependerá bastante el ascenso de una incipiente clase política irreverente y contestataria, que comienza a abrirse paso en Chile, un país muy conservador marcado todavía por la dictadura de Augusto Pinochet. Sharp ganó con un 54 por ciento de apoyo y como bien dijo, su elección abre una oportunidad para Chile de un cambio histórico. «Hoy día somos alternativa. Somos fuerza política y social», comentó. Herido pero todavía en pie de lucha, otro exgobernante, Ricardo Lagos, tendrá que buscar diversas alternativas para hacerse de un lugar en las preferencias de la Nueva Mayoría con miras a las presidenciales de 2017. De momento marcha bien a distancia de Piñera en las encuestas y sus eventuales rivales serían los senadores Alejandro Guillier y la hija de Salvador Allende y presidenta del Partido Socialista, Isabel Allende Bussi. Por Fausto Triana Santiago de Chile, 25 de octubre 2016 Crónica Digital / PL

Las elecciones municipales de este domingo 23 de octubre trajeron malas noticias para la clase política chilena y también para la democracia y plantea desafiantes escenarios para el futuro. La abstención de un 65.2 por ciento confirma un cuadro ciudadano de desafección, desinterés y rechazo electoral, que afecta gravemente uno de los instrumentos claves de las prácticas democráticas: el voto, en su significado de participación, protagonismo colectivo, confianza en las instituciones. En los comicios municipales votaron 4.929.957 personas, de un padrón electoral de 14.121.316 electores, un 34.8 por ciento de participación. Y en dos comunas populares, las de mayor población del país, Puente Alto y Maipú. la abstención se situó en un 80 y un 70 por ciento, respectivamente. Las explicaciones para esta conducta de los chilenos, la más alta abstención desde las imposición del voto voluntario 2012, cuando un 43 por ciento acudió a las urnas, son muchas, desde la corrupción y el rol del dinero en la vida política, hasta la incapacidad del gobierno y de la Nueva Mayoría en tener un discurso capaz de atraer voluntades, de ser receptivos a las demandas y problemas de la gente. Por otro lado, la Derecha deben tener en cuenta que su triunfo en Alcaldes (38.51 por ciento) y en las llamadas comunas “emblemáticas”- donde la correlación de fuerzas les fue favorable- con 134 ediles electos ( 120 en 2012), no significa una derrota aplastante de la Nueva Mayoría (37.08 por ciento), con 133 jefes municipales (167 en 2012). Los alcaldes de la derecha gobernarán sobre comunas que suman  6.508.777 personas, en tanto los de la Nueva Mayoría, lo habrán sobre 5.084.869 habitantes. En concejales, la Nueva Mayoría llegó en primer lugar en la contienda, con un 47.21 por ciento, frente a un 39.72 de  la derechista alianza Chile Vamos. En todo caso, no está todo dicho. Hay otros tres hechos destacados del balance y que caracterizan el nuevo cuadro político generado tras las elecciones municipales: la elección en Valparaíso, con un 54 por ciento, del abogado Jorge Sharp, candidato del Movimiento Autonomista (Pacto La Matriz, Pacto Urbano, Frente Amplio por Valparaíso, Revolución Democrática y Partido Humanista),  el desastre electoral del  Partido Progresista (PRO), de Marco Enríquez-Ominami, (3.47 por ciento de la votación) que sepulta sus pretensiones de ser presidenciable y el potencial de los “otros e independientes”, una fuerza multiforme, de regionalistas, desencantados con los partidos o outsider de los bloques tradicionales que constituyen en conjunto un 24.50 por ciento de los votos, un 5.06 más que en 2012 . En cuanto a Sharp, es una figura joven y proviene del movimiento estudiantil porteño, y lleva al gobierno municipal a una coalición que rechaza a los políticos tradicionales y según afirmó, con su triunfo “se abre para Chile una oportunidad de cambio histórico”. “Hoy día somos alternativa. Somos fuerza política y social” enfatizó el joven abogado de 31 años, ex dirigente de la Federación de Estudiantes de la PUCV que ha puesto en primer plano al emergente movimiento político, “Frente […]

Hubo una histórica abstención (65%), especialmente en la Región Metropolitana y el norte grande. En Alcaldes gana la derecha (39,2%) a la Nueva Mayoría (38,1%), pero hay que afinar porque varios del 17% de independientes se inclinan por uno u otro bloque. Las otras expresiones suman 5,9%, con pocos éxitos, con excepción del notable caso de Valparaíso y también el de Macul. La derecha gana alcaldías emblemáticas, pero no se acerca a una mayoría absoluta agregada. En Concejales, la suma de las listas de Nueva Mayoría alcanza un 47,1%, contra un 40,6% de la derecha. Este es un muy buen resultado para la Nueva Mayoría (que políticamente no valoró, sin ningún gesto de unidad mayor el 23 en la noche, pues prevalece una lógica competitiva con norte de diferenciación presidencial) y no es un tan buen resultado para la derecha. Los grupos alternativos de izquierda, en medio de una gran dispersión, suman un 8,0%. Y con ecologistas, liberales y expresiones regionales suman un 11,1%. Si se hubieran juntado en menos listas, y planteado un mensaje de alternativa plural, tal vez su impacto habría sido mayor. El proceso de Valparaíso es la clave para una nueva alternativa de cambio, con movimientos sociales presentes, primarias, nuevos liderazgos, decencia y mensaje claro que expresa una decidida voluntad política transformadora. Por Gonzalo Martner Santiago de Chile, 24 de octubre 2016 Crónica Digital

Los temas de Formación Ciudadana que se introducirán, a partir del año 2017 en las escuelas y liceos de Chile, impactarán realmente en la calidad de la democracia que tenemos como país? es una pregunta que se hacen los especialistas, como uno de los recursos a implementar, para salir de la crisis en la cual nos encontramos como sociedad, a causa de la descomposición de las estructuras que sustentan a la política tradicional y su forma de relación con el mundo social. Tenemos pues, que la abstención es uno de los fenómenos más notorios de esta disgregación, en donde la ciudadanía tomó distancia definitivamente, de los mecanismos generados para la participación, en el marco de la democracia, en los últimos 25 años en Chile. Es interesante preguntarse también, porqué surge este fenómeno. Después de los escándalos generados a partir de los financiamientos ilegales, la clase política asume, como una de sus explicaciones, que la Formación Ciudadana de nuestros niños, niñas y jóvenes es deficiente y por tanto, es necesario incluir en nuestros establecimientos educacionales, aprendizajes para promover que los estudiantes se involucren en iniciativas constructivas de aporte al establecimiento, al entorno y a la sociedad en general. A través del Ministerio de Educación, los establecimientos de educación básica y media y sus sostenedores, contarán con un conjunto de referentes de un marco orientador, denominados Estándares Indicativos de Desempeño, entre los cuales se incluye Formación Ciudadana, para la evaluación de los procesos de gestión educacional en el tema. Estos se inscriben dentro de los requerimientos estipulados por el Sistema Nacional de Aseguramiento de la Calidad de la Educación, y fueron elaborados con el propósito de apoyar y orientar a los establecimientos en un amplio proceso de mejora continua. Surge esto también, en el contexto de las medidas pro transparencia que fueron propuestas por la Comisión Engels. El supuesto es que, al no existir, en el ámbito educativo, estas experiencias, o encontrarse en baja frecuencia o mala calidad, se produce un desinterés y una desafección, de parte de los estudiantes, hacia los procesos que involucran la participación y de esta forma, se dificulta el desarrollo de actitudes hacia la comunidad, en donde los estudiantes sean capaces de situarse en ella, como sujetos de derechos y obligaciones. El conocimiento y adhesión a los derechos humanos como criterios éticos fundamentales que orientan la conducta personal y social, seria por cierto, otro ámbito de escaso desarrollo. No obstante lo anterior, la asignatura de Orientación, históricamente ha contemplado de alguna manera los temas formativos y existen además, los objetivos transversales que han estado presentes durante décadas en el curriculum formal. Los  objetivos  que se plantean en esta dimensión, sitúan a la persona como un ciudadano en un escenario democrático, comprometido con su entorno, y con sentido de responsabilidad social. Junto con lo anterior se ha promovido, en escuelas y liceos de Chile, desde hace ya unos diez años, las políticas de convivencia escolar, basadas en el respeto por el otro/a, en la resolución pacífica de conflictos; […]

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