Los resultados de la encuesta CEP, dada a conocer este 16 de enero, sin duda fue una  pésima noticia para el gobierno y su coalición, y personalmente, para  el propio presidente Sebastián Piñera, un golpe brutal a su elevada autoestima, y una derrota a su gestión política y a esa sensación de triunfador que  busca  representar desde La Moneda. Los ciudadanos consultados por el empresarial Centro de Estudios Pùblicos le dieron a Piñera la peor valoración de un Presidente de la Republica, desde  que se realiza la medición, un mínimo histórico de 6 por ciento, 19 puntos menos del último registro en mayo 2019. La desaprobación fue también un golpe al ego presidencial aumentando de un 50 por ciento a un 82 por ciento. El sondeo, que recoge el grado de aprobación y rechazo  que los ciudadanos  dan a la gestión, la persona y la conducta del Presidente, fue realizada en medio de la crisis social y política desatada el 18 de octubre pasado, una virtual rebelión social. Pero la consulta va mucho más allá de esa crucial medición y abarca un abanico  de temas y desafíos éticos, en donde el gobierno de la Derecha económica y política sale claramente desfavorecido del apoyo popular. Se trata de un juicio histórico a un modelo de dominación político, económico y social- el neoliberalismo-, que ha demostrado su incapacidad o ineptitud, para responder a los desafíos y demandas de un mundo en proceso de cambio y a las necesidades apremiantes de la justicia social, la democracia y el progreso de la humanidad. El trabajo de campo fue desarrollado entre el 29 de noviembre de 2019 y el 6 de enero de 2020. en un universo de 1.496 personas mayores de 18 años, entrevistados cara a cara, en sus hogares, en 117 localidades del país, a excepción de Isla de Pascua, es decir en el climax de las protestas populares y nacionales contra el gobierno y sus políticas. El Mandatario buscó reaccionar, con su habitual retórica, a las cifras que constatan el juicio de los ciudadanos a su gestión, señalando, sin poder evitar el rostro sombrío, que “Los chilenos conocemos lo que hemos vivido los últimos 90 días, yo entiendo que los chilenos no están contentos con lo que ha pasado. Todo lo que los chilenos nos dicen, nosotros lo escuchamos con atención y no solamente los escuchamos, nos ponemos manos a la obra”, agregando, “Eso es lo que nos motiva todos los días y no las encuestas”. Como es lógico, el ministro del Interior, Gonzalo Blumel, siguió con el argumento declarando que “La encuesta  muestra que hay un fuerte problema en general en todas las instituciones  y liderazgos políticos y  eso es un llamado de atención”. Es decir, cero autocrítica  en La Moneda, y siguiendo el dicho de “mal de muchos, consuelo de tontos”, con el argumento que hay otros que también está mal o peor, aunque no tengan la responsabilidad de mando y de poder del Ejecutivo. En este caso la desinformación, […]

El gobierno del presidente Sebastián Piñera y la alianza derechista, Chile Vamos, que lo sustenta, han vuelto al lenguaje del chantaje político y la artera amenaza de ka fuerza, como estrategia para desconocer la voluntad democrática de los chilenos. Lo que está hoy en marcha desembozada es una contraofensiva derechista, con La Moneda a la cabeza, y su bloque gubernamental, contra el proceso de elaboración de una nueva Constitución reclamada por la ciudadanía. El ministro del Interior, Gonzalo Blumel, anunció descaradamente que de persistir la legítima acción política de la oposición, pueden patear la mesa, suspender el proclamado plan social y el propio proceso constitucional, confirmando que con ello solo intentaron enfriar la caldera de la protesta ciudadana desatada en octubre del año pasado. “La convivencia democrática no es posible si no tenemos niveles mínimos de paz social y de orden público”, apuntó el ministro en declaraciones  a El Mercurio (05.01.2020) agregando que “Estamos obligados a ponernos de acuerdo y no será posible concretar la agenda social y constitucional sin orden público”. El que en algún momento apareciera como el ministro “dialogante”, incluso con la izquierda de la oposición, ha mostrado su verdadero rostro, o la subordinación a la altanería de la UDI y su presidenta, Jacqueline van Rysselberghe  y de los sectores ultraderechista de RN, que buscan terminar además con el “progresismo” de su presidente, Mario Desborde, amenazando con la división de la colectividad y por cierto sumarse al objetivo revanchista del pinochetismo, encabezado por el caudillo del neofacista partido Acción Republicana, José Antonio Kast. Van Rysselberghe, los díscolos de RN y Kast, han proclamado su rechazo a una nueva Constitución para Chile, y al proceso que debe tener como punto de partida el plebiscito anunciado para el 26 de abril próximo. Ahí se ve el objetivo real del proclamado “diálogo” ofrecido por La Moneda a la oposición, de la cantinela de haber  “entendido” el malestar social y de su táctica  de dividir a los ciudadanos de oposición política en buenos y malos  y de haber logrado la subordinación de un sector de la centro izquierda a la “hoja de ruta” gubernamental para el 2002 y el 2003. Queda claro entonces que  la estrategia de La Moneda no fue  otra que ganar tiempo, mientras elaborada la estrategia del enfriamiento del ambiente, de la división del campo opositor,  criminalizar la protesta social, calmar la  condena internacional por los crímenes de la represión, y así, reordenar sus fuerzas y lograr los votos y voluntades  de las elites políticas, para desconocer las demandas  de los millones de chilenos  y engatusar a ciertas oligarquías políticas crédulas, y a los directivos y editorialistas de medios de comunicación oficialistas, con supuestos planes de reformas. Un nuevo hecho se agrega a la estrategia; ocho de los nueve senadores de RN, encabezados por el esposo de la ministra de Educación Marcela Cubillos (entusiasta propagandista de Pinochet en el plebiscito de 1988), Andrés Allamand, que con su conocida y teatral “travesía  del desierto”, guiso limpiar su pasado pinochetista, han anunciado que […]

Por Omar Cid* A los ojos de quienes se preocupan por el destino de nuestro país, las condiciones geopolíticas no pueden menospreciarse. Uno de los grandes golpes que recibió el “jaguar” de América del Sur y su elite económico-política, fue entender y asumir lo intrascendentes que pueden llegar a ser.   Sobre todo, cuando el Brasil de Bolsonaro desde la ultraderecha; la Argentina centroizquierdista de los Fernández, deciden ser más activos en el continente, para no hablar del regreso de la mejor tradición mexicana: la del asilo. Los intereses económicos -y de otro tipo- de las potencias en conflicto, nos indican que somos un territorio en disputa. Para ser sinceros: litio, petróleo, agua y alimentos, son razones vigorosas para entender el escenario político. Los hechos del Oriente Medio, nos hablan de un inicio de año vertiginoso, con el asesinato del general iraní Oseim Soleimaní, en suelo de Irak, el parlamento iraquí, exigió la retirada de tropas de EE.UU de su suelo, petición a la que El Pentágono se niega, sin embargo la incertidumbre está instalada, con consecuencias en el precio del petróleo, la inestabilidad de las bolsas y la posible escalada del conflicto. En el corazón de Washington, si hay algo que no se vive es tranquilidad, republicanos y demócratas, han lanzado sus cartas sobre la mesa, las huestes de Trump y los seguidores de George Soros[1], llevan a cabo una confrontación irregular en toda la geografía continental. Volviendo al barrio Tensiones de distinta índole marcan el rumbo de la región. La contradicción entre las elites colonizadas y los sectores sociales que quieren volver a instalar las soberanías nacionales. La lucha entre globalistas y nacionalistas en lo económico. Las relaciones de resistencia  entre los privilegios del gran privado y las necesidades de mayor justicia social, enarboladas por los excluidos y los diversos sectores medios precarizados.  El despertar de los pueblos originarios y su reconstrucción histórico social, los movimientos feministas y sus demandas que tensionan la cultura y las instituciones patriarcales; la irrupción de una generación de jóvenes que entiende que en las condiciones actuales de América Latina y del planeta: no existe un futuro posible.  Se trata de un conjunto de pinceladas precarias. En tanto, pareciera ser que el fenómeno de la autoproclamación, transita el camino de la tragedia a la comedia. Juan Guaidó, no conforme con autoproclamarse presidente encargado, ahora se vio en la necesidad de repetir la operación en una asamblea paralela, según él, porque no se le dejaba ingresar al hemiciclo, aunque sus colegas de coalición lo hicieron sin problemas.   Como era de suponer, la pérdida de confianza de un conjunto de sus pares por malos manejos económicos, generó una nueva alianza, entre los disconformes con la gestión del autoproclamado  y representantes del gobierno; lo que se tradujo en la elección de una nueva mesa directiva de la Asamblea Nacional, encabezada por el diputado opositor Luis Parra. Ante esta situación el diputado Guaidó, en conjunto a otra fracción opositora, decide auto-declararse presidente de una asamblea imaginaria. Desde Bolivia, […]

Por Marcel Garcés Muñoz De nuevo en el umbral del nuevo año,  miramos el futuro con esperanzas  e interrogantes, en medio de  inevitables ilusiones e incertidumbres. Miramos hacia un horizonte  con más dudas  que  certezas., pero sobre todo, con desafíos y tareas. Eso  ya lo sabíamos. Y por ello se inventó el concepto de la épica, que son los sueños como método de lucha, de suma de voluntades para un objetivo común. De caminar hacia el horizonte de nuestros propósitos. Acercar las fronteras de lo posible, que además  limita  cada día con nuevos amaneceres. Pero hay que aprender de nuestra historia, de nuestros logros, desafíos y fracasos. Los proyectos, las esperanzas, los sueños tenemos que construirlos entre todos. Debemos aventurarnos en lo soñado y deseado por generaciones   sociales, culturales, étnicas, de hombres,  mujeres, jóvenes, que nutren nuestra historia y nuestra identidad, y abrieron el camino a los ideales, aspiraciones, y objetivos  de justicia, oportunidades en la sociedad en que vivimos. A eso estamos convocados. Así  que tenemos mucho que  hacer y en esta senda no sobra nadie. Nuestro saludo, entonces, en esta encrucijada del destino, es de cariño . Es un abrazo cálido , pero determinado, que nos acompañe en los desafíos vitales de 2020. Nuestro mensaje es de ponernos a disposición  de las grandes aspiraciones y tareas del presente y del  futuro. Por un Chile más justo, una democracia más participativa amplia y profunda, una sociedad más inclusiva, una institucionalidad que garantice el respeto de todos los derechos humanos (el trabajo, la salud, la educación, la previsión, el medio ambiente, la seguridad, a la expresión  creadora y libre del  pensamiento, la palabra y convocatoria ciudadana). La democracia,  su defensa, el respeto a sus amplios y profundos contenidos,  sigue siendo nuestro objetivo prioritario e irrenunciable. Y la unidad del pueblo, es el principal mecanismo  para consolidar un movimiento y una acción política y social en pro de las legítimas demandas populares. Por otro lado, el año  2019 termina mal para el gobierno y para su base política, su autoridad y su gestión tanto nacional como internacional. El desafío social,  desatado  con   fuerza a partir de octubre y que mantuvo en  jaque a La Moneda  hasta el fin de año, quedo marcado a fuego en un escuálido apoyo de un  11 por ciento  de los chilenos y un rechazo de un 80 por ciento al presidente. Al mismo tiempo la tragedia del incendio en los cerros de Valparaíso , con miles de damnificados y la destrucción de cientos de casas, confirma no solo la vulnerabilidad de un fenómeno social – el poblamiento irregular en zonas claramente inapropiadas  para la vivienda humana y ocupadas como secuela inevitable de la miseria– tanto como la falta de sensibilidad, incapacidad de gestión  gubernamental, desidia ante las carencias de compatriotas castigados cada cierto tiempo y de manera  irremediable  por incendio, aluviones, inundaciones , terremotos, y otros desastres Pero lo peor de todo  es  que en lugar de prever  y anticiparse a las situaciones , las autoridades- el presidente, el intendente, el gobernador y hasta un alcalde que se podía suponer no se sumaría al coro – en lugar de ponerse de cabeza a  las acciones de solidaridad, de resolución frente a los efectos […]

Se acerca la hora del resumen 2019. Pero, más allá del balance personal, de los logros, los éxitos y sobre todo de las  esperanzas, de los sueños, está el umbral del futuro, el camino, la construcción del porvenir, del rumbo personal, familiar y colectivo. Lo que se hace presente en el análisis es aquello que nos compromete, de los desafíos que enfrentamos como ciudadanos, como pueblo. 2019, nos deja una experiencia colectiva notable, una enseñanza socio política, una épica, un renacimiento, una alegría y una esperanza, una lucha y un mundo por conquistar, una emoción plasmada en frases importantes y definitorios, versos y consignas, aspiraciones, sueños, una poesía insurgente, romántica, insolente, valiente, contundente, escrita en los muros, en las barricadas. Y en los corazones. Pero también nos interpela sobre la enseñanza de la necesidad de la unidad y la lucha, de la coherencia entre el discurso y la acción política concreta, en el valor de lo colectivo, en la obligación de poner en el centro la responsabilidad política y la honestidad de los fines, en el realismo del discurso y la épica movilizadora de la consigna, de la pasión inspiradora del discurso. Deben los políticos, los que aspiran a ser líderes en las nuevas trincheras sociales, los partidos, los analistas, los académicos, los dirigentes sociales, los comunicadores, recuperar la confianza de los ciudadanos, saber plantear las metas de hoy y de mañana, representar las demandas de los ciudadanos y encabezar sus aspiraciones. Hay que ponerse a disposición de los sueños colectivos. Ser los instrumentos de la voluntad de los chilenos, asumir  sus sueños y objetivos de vida, y no pretender llevar solo la batuta, con meros fines electorales o retóricos. Tienen los ciudadanos, el pueblo, la calle, el derecho a exigirles consecuencia, honestidad, realismo, justicia y valentía, pero sobre todo capacidad de recoger sus demandas, de encabezar sus luchas, la valentía de reconocer sus errores y deficiencias, volver a enarbolar sus banderas. Los meses de octubre y noviembre de 2019, pasarán sin duda a la historia social y política del país. Pero es solo el reinicio de una lucha constante, histórica, con nuevos bríos sin duda, y nuevas perspectivas. Pero solo a condición de que todos entendamos que no ha sido un mero fenómeno inusitado, repentino, sorpresivo, espontáneo, de gente molesta, lo que ha sido simplificado meramente como un gran ”estallido social”, de gente sumamente  molesta y “hasta la coronilla” con gobernantes, políticos, empresarios e instituciones como la Iglesia, la policía, los políticos, los poderes del sistema y los generales. En realidad esos grupos sociales e institucionales se tienen bien ganado el rechazo ciudadano, pero el malestar ciudadano va mucho más lejos, y el enjuiciamiento social, tiene fundamentos, razones y consecuencias más profundas. Es cierto que la democracia pos dictadura, ha sido demasiado condescendiente, temerosa, en cierta medida también cómplice u obsecuente, con el modelo social de mercado, con los enclaves dictatoriales, con la colusión, con la corrupción, pero también con la represión criminal contra los pueblos originarios, y los […]

Hemos presenciado uno de los episodios más bochornosos protagonizados por la extrema derecha durante el ciclo de movilización ciudadana iniciado el pasado 18 de octubre, a raíz de una intervención de Florencia Lagos en la inauguración del Congreso Internacional de Comunicación, recientemente realizado en Caracas. Florencia Lagos Neumann, en efecto, desde hace un año es colaboradora de “Crónica Digital”, contribuyendo al desarrollo de nuestro proyecto periodístico como corresponsal en Cuba. Como bien se sabe, “Crónica Digital” es un proyecto de comunicación social y comunitaria que pronto cumplirá 15 años de existencia y recorrido, con independencia de partidos políticos y entidades empresariales, de Chile o el exterior, sin haber tenido nunca colaboración material de ninguna de ellas, pero siempre al servicio de las ideas progresistas y de izquierda. Las opiniones que Florencia Lagos expresó en el Congreso Internacional de Comunicación, se inscriben en el legítimo ejercicio de su derecho a opinión y expresión, el que incluye el derecho “de no ser molestado a causa de sus opiniones (…) y el derecho de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión”, según lo establecen la Declaración Universal de los Derechos Humanos y el Pacto Internacional de Derechos Sociales y Políticos. Los puntos de vista que expresó en el señalado evento son consistentes con la diversidad, en las fronteras del progresismo y la izquierda, que desde sus orígenes ha caracterizado al equipo y colaboradores de “Crónica Digital”, y que siempre hemos procurado promover y respetar. Como lo manifestó la escritora británica Evelyn Beatrice Hall, en una frase que se atribuye a Voltaire: “Estoy en desacuerdo con lo que sostienes, pero defenderé hasta la muerte tu derecho a decirlo”. Es evidente que la intervención de Florencia Lagos se propagó en las redes sociales con una sorprendente velocidad, y llegó a ser motivo de comentario por medios de comunicación del establishment, porque sectores de la derecha y el conjunto de la ultraderecha creyeron ver en sus palabras, y en el contexto en el que fueron expresadas, una “evidencia” de una supuesta intervención de Venezuela en las protestas sociales en Chile. Por supuesto que esos afanes no tienen más asidero que su propia febril imaginación y su incapacidad de reconocer que el conflicto social existente en el país no tiene más origen que un modelo político–institucional y económico–social que se encuentra cuestionado en forma categórica por la inmensa mayoría de las chilenas y chilenos. Ahora bien, nada hay en las palabras de Florencia Lagos que pudiera permitir que fueran interpretadas del modo en que la ultraderecha y sectores de la derecha han pretendido presentarlas. Invitamos al lector a revisar el respectivo video en Crónica Digital. Hemos tomado conocimiento de las numerosas amenazas contra la vida y la integridad física de Florencia Lagos. Ello nos parece extraordinariamente grave y muestra el nivel de degradación moral a la que pueden llegar defensores del orden establecido. Nuestra preocupación no es exagerada, pues la historia de Chile muestra que los poderosos de siempre no han dudado en atentar […]

Para la construcción del espectáculo, tomaron todas las medidas necesarias. Han sido pulcros. En eso la derecha chilena es experta. Arrinconados, desprestigiados, sin piso posible, se esmeraron en negociar con los de siempre, con un elemento novedoso, necesitaban la firma del Frente Amplio o de un sector de ellos, para dar legitimidad al acuerdo por la paz social y la nueva constitución. El viejo orden intenta sobrevivir de algún modo. Lo que pudiera ser considerado distinto, no es más que la constatación del espíritu de casta, finalmente los hijos y nietos de la vieja Concertación, vuelven al rebaño. Desde diversos lugares de la política tradicional, se ha dicho que es un acuerdo comparable al de finales de los 80, el que permitió abrir las puertas a la transición democrática.   La tesis es sugerente, sin embargo no se hace cargo de un elemento vital, los sectores firmantes de ese entonces, en especial de la oposición, contaban con un respaldo amplio; se tenía líderes en el tejido social, los partidos de ese acontecimiento histórico, no estaban plagados de operarios y tecnócratas, por tanto su rúbrica poseía un valor simbólico y material. La situación de hoy es distinta. Los partidos firmantes (gobierno-oposición) como los que se restaron, no ostentan ese grado de legitimidad.  La respuesta de diversos fragmentos organizados, donde La Mesa Social, ha ido posesionándose con mayor fuerza, es de una crítica severa en forma y fondo. El senador Felipe Kast, ha dicho en Radio Cooperativa el 28 de noviembre, que es un gesto de humildad del Ministro Blumel, abrir diálogo con La Mesa Social, luego de su crítica lapidaria al acuerdo.   Tengo la impresión que ese razonamiento, implica una dificultad mayor.   La madurez del movimiento social y de sus actores, es mucho mayor de lo que se piensa, aceptan conversar luego de 40 días, con muertos, heridos y víctimas de diversas vejaciones por los organismos del Estado, aceptan conversar, luego de ser sistemáticamente invisibilizados, ninguneados, por las castas que hoy rondan en El Congreso y en la administración estatal. Convengamos que en un acto de realismo político de ambos sectores, se intenta enmendar el error desde el gobierno -y por parte del movimiento social- se reconoce que la situación es delicada; siendo necesario buscar acciones concretas que permitan destrabar el conflicto, con señales claras y consistentes que hasta ahora no han existido.   Lo indiscutible, es la insuficiencia en los hechos cotidianos del acuerdo. En una lectura más profunda.   Se firma un pacto que pudiera ser significativo, donde se reconoce que Chile despertó.   No obstante,  el mundo político sigue actuando, como si se encontrara con el calendario estancado el 17 de octubre del año en curso.   Sin asumir que la elite política, económica, religiosa y militar, son parte esencial del problema: por su comportamiento abusivo y de corrupción sistemática. Transcurridas las semanas, los grandes perdedores -hasta el día de hoy- son los asesinados y sus familias, los heridos cuyas secuelas serán de por vida, las y los torturados.   En otro sendero, el […]

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El diálogo telefónico con Jorge Mateluna Muñoz comenzaba siempre más o menos igual: “¿Cómo ha estado?”. “Aquí, sufriendo intensamente”, era la invariable respuesta, siempre seria y solemne al inicio, para luego acompañarse de una risa que celebraba la propia ironía y sarcasmo, los mismos que hace casi 50 años conocieron todo el país, durante la campaña presidencial de Salvador Allende, en la portada del diario “Puro Chile” a través del “Enano Maldito”, su más trascendente creación. “El Enano Maldito” fue un personaje emblemático de inicios de los 70, marcó el proceso de movilización que culminó en la victoria de Allende, resultado al que solía considerase que el personaje hizo un aporte relevante, así como durante los mil días del Gobierno de la Unidad Popular. Su aparición en la edición de “Puro Chile” que informaba del triunfo, ocupando toda la portada y proclamando muerto de la risa que “les volamos la ra… jajaja”, nunca fue olvidada. Mateluna siempre recordara cuando una multitud llegó la noche del 4 de septiembre de 1970 hasta la redacción del diario, aclamando el “Enano Maldito”, y cuando el propio Allende visitó el matutino y agradeció su contribución a la victoria. En un libro de dos “intelectuales orgánicos” de la derecha, Mauricio Rojas sentenció que, en el período previo a septiembre de 1973, “se dio un notable proceso de desquiciamiento de la convivencia cívica a nivel de la cultura y del lenguaje (…) Recuerdo las campañas de Clarín y Puro Chile, con fuertes vínculos con Allende y el Partido Comunista, en contra de Jorge Alessandri (…) No dejaron insulto por usar, transformando el dialogo político en una pocilga”. Roberto Ampuero le respondió: “¿Te acuerdas, Mauricio, de la página de la portada del izquierdista Puro Chile del 5 de septiembre de 1970, al día siguiente de la elección presidencial? Aparece una gran caricatura del llamado ‘Enano Maldito’ gritando ‘¡Les volamos la ra… ja ja ja ja…!’. Una forma nada republicana de celebrar una victoria presidencial, un estilo que nos recuerda lo peor del populismo de Chávez y Maduro” (sic). En 1995, en el primer reportaje que se hizo en Chile a Jorge Mateluna después del golpe de Estado y todo el período de la dictadura, el diario “La Nación” comentó: “Nunca se quedaba callado y eso lo hizo un personaje inolvidable, se le quisiera o se le odiara (…) Hasta lo responsabilizaron del triunfo de Allende (…) ¿Qué va a decir ahora el Enano Maldito? Era la pregunta clásica entre momios y upelientos, que entre tanta guerrilla informativa de esos tiempos, jamás dejaron de reconocer la asertividad de este monito”. En una de las últimas entrevistas que dio en el ocaso de su vida, José Gómez López señaló que “el ‘Enano Maldito’ vivió y convivió con los acontecimientos que culminaron con el triunfo presidencial de Allende. Hubo factores circunstanciales que ayudaron mucho a la incidencia del Enano Maldito en la política chilena. Era un personaje irreverente, joven, ágil. Tenía el mérito y el valor de representar el alma […]

“Hubiésemos preferido 3/5 (de quórum). Pero 2/3 se ha utilizado en Derecho comparado (…) Y esta Constitución no puede ser ni de izquierdas ni derechas”. Aquellos fueron los argumentos que esgrimió el diputado Gabriel Boric, en entrevista a “El Mercurio”, para intentar justificar el enorme quórum, para los acuerdos del futuro órgano constituyente, que estuvo dispuesto a concordar con la derecha en el llamado “Acuerdo por la Paz y por una Nueva Constitución”. El razonamiento de Boric es que, considerando la naturaleza de la Carta Fundamental, la nueva Constitución Política de la República de Chile deberá ser el resultado de “grandes consensos”, más que reflejo de concepciones de “izquierda” o “derecha”. Ahora bien, ¿qué significa, en términos precisos, una “Constitución de izquierda” o una “Constitución de derecha”? No hay duda que es necesario ser rigurosamente precisos en esta materia, abandonar la práctica de recitar cuñas a escala de los paladares mercuriales, pues estamos hablando de la Carta Fundamental para Chile, del marco determinante de regulación de la convivencia social en las próximas décadas. El problema con estas aseveraciones de Boric, en efecto, es que no precisa que se debiera entender por una Constitución de “izquierda” o “derecha”, o más bien qué, en términos de la realidad política concreta y no de las abstracciones, la derecha chilena entiende por una definición de “izquierda”. Ello no es irrelevante, porque la derecha ha sostenido en Chile, en forma homogénea, una concepción radical y extrema del capitalismo, la que está en profundo conflicto con las tendencias internacionales en materia de las definiciones constitucionales de derechos sociales. En otras palabras, lo que en Grecia o Portugal bien pudiera ser suscrito por la derecha de estos países en materia de derecho a la salud, a la vivienda, la seguridad social, a la huelga, en Chile la derecha lo descalificaría como “estatista”, “populista” o de “izquierda”. Hagamos, siguiendo las recomendaciones de Boric, un ejercicio de Derecho comparado, en torno sólo a un puñado de tópicos: el Derecho a la Salud, los Derechos de la Tercera Edad, el Derecho a la Seguridad Social, el Derecho a la Vivienda y los Derechos de los Trabajadores, a partir de lo establecido en las Constituciones de Portugal, España, Grecia, Finlandia, Suiza y Argentina. EL DERECHO A LA SALUD La Constitución de Portugal señala, en su Título III, Capítulo II, lo siguiente: Artículo 64 1. Todos tienen derecho a la protección de la salud y el deber de defenderla y promoverla. 2. El derecho a la protección de la salud se realiza: a) A través de un servicio nacional de salud universal y general que, teniendo en cuenta las condiciones económicas y sociales de los ciudadanos, sea tendente a la gratuidad; b) Por la creación de las condiciones económicas, sociales, culturales y ambientales que garanticen, especialmente, la protección de la infancia, de la juventud y de la vejez, y por la mejora sistemática de las condiciones de vida y de trabajo, así como por la promoción de la cultura física y deportiva, escolar […]

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Como se sabe, el “Acuerdo por la Paz Social y la Nueva Constitución” estableció que los acuerdos del futuro órgano constituyente, Convención Mixta Constitucional o Convención Constitucional, deberán ser adoptados por dos tercios de sus integrantes. Los apologetas del acuerdo han apelado, para justificar aquel elevado quórum, al caso de la Asamblea Constituyente de Bolivia (2006), lo que resulta sorprendente, a lo menos en una parte de quienes así argumentan, porque hasta hace un mes atrás con seguridad sostenían que la experiencia del país altiplánico era una expresión de “populismo”. Es pertinente reflexionar al respecto, considerando que estamos hablando de un debate que tendrá un impacto de larga duración en el devenir futuro de la sociedad chilena, y cuando ha transcurrido un mes desde el recodo que instaló el ciclo de la movilización de la ciudadanía que, a lo largo de las calles y barrios de todo el país, abrió paso al “momento constituyente” que puso fin a la “normalidad” de casi 30 años de la transición pactada. Los apologetas dicen que los dos tercios que se han definido en “Acuerdo por la Paz Social y la Nueva Constitución” no son contradictorios con la democracia, considerando que la Asamblea Constituyente de Bolivia habría funcionado con un quórum, aseveran, de dos tercios. Para ese efecto, se ha citado el Informe “Mecanismos de Cambio Constitucional en el Mundo”, publicado por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) de las Naciones Unidas en septiembre de 2015. En el punto 3, sobre “Análisis comparado de casos de Asambleas Constituyentes”, en lo que se refiere a funcionamiento, se indica: “La adopción de acuerdos mediante consenso fue una práctica bastante usada en el funcionamiento de las asambleas constituyentes de Sudáfrica, Uganda, Islandia, y también de Bolivia (…) En las comisiones temáticas de la asamblea constituyente de Bolivia también se privilegiaba el consenso o unanimidad para la elaboración de sus textos finales, y si ello no era posible, la comisión entregaba al comité redactor más de un borrador para su consideración, los que en todo caso debían estar apoyados por al menos 1/3 de los miembros de la respectiva comisión. El texto final fue votado artículo por artículo en el pleno, necesitando para su aprobación los 2/3 de los miembros presentes”. Por cierto, los apologistas suelen omitir que en el mismo Informe del PNUD se consignan, además, experiencias diferentes: “Una combinación de votaciones por mayoría absoluta y mayorías calificadas se usó tanto en Colombia como en Túnez. En el primer caso, por ejemplo, en un primer plenario se decidía por mayoría absoluta el articulado decidido por las diferentes comisiones, y luego en un segundo plenario, se discutían temas calificados como sensibles o que no habían podido ser resueltos en el primer plenario, y en este caso las decisiones debían obtenerse a través de mayorías calificadas. En Túnez, el pleno votaba artículo por artículo, aprobándolos por mayoría absoluta. Pero para la aprobación del texto final, se exigía un quórum de 2/3, el que si no se […]

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