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La declaración de Sebastián Piñera ha sido recordada una y otra vez en las redes sociales en el curso de la última semana. “En medio de esta América Latina convulsionada veamos a Chile: nuestro país es un verdadero oasis con una democracia estable”, señaló el pasado 8 de octubre en el programa “Mucho Gusto” de Mega. Como resultado de la creciente conflictividad social en los países de la región gobernados por la derecha, Piñera parecía que tiraba por la borda su aspiración de transformarse en el líder del neoliberalismo en América Latina, el mismo que hasta hace poco caracterizaba como único actor con capacidad de producir crecimiento y bienestar. “Mire lo que pasa en América Latina”, señaló Piñera y mencionó, entre otros, los casos de Argentina, Paraguay, Brasil, Perú y Colombia. La diferencia era el oasis neoliberal de Chile. Pero ya lo había señalado Marx: “Todo lo sólido se desvanece en el aire (…) y los hombres, al fin, se ven forzados a considerar serenamente sus condiciones de existencia y relaciones recíprocas”. Con razón el diario español “El País” tituló una crónica sobre la irrupción de la revuelta social en el país con el siguiente título: “La olla de presión revienta en el oasis chileno”. Indicaba: “Aparentemente Chile era un oasis dentro de una América Latina convulsionada, como dijo hace unas semanas el Presidente Sebastián Piñera. Pero entre jueves y viernes explotó una especie de olla de presión con violentas protestas sociales que este sábado tienen la capital bajo control militar, como no sucedía desde la dictadura”. Sobre las razones del estallido social, mencionaron una imagen que circulaba en las redes sociales como ejemplo explicativo: “Como punta del iceberg –se muestra–, aparecen las protestas por el alza de la tarifa del Metro, las cuales comenzaron la semana pasada con entradas masivas de jóvenes saltando los accesos del Metro sin pagar. Pero, de acuerdo con el dibujo, existe una parte profunda del iceberg que no se ve”. Entre ellas, menciona hechos como las “pensiones indignas”, la “salud precaria” y los “sueldos miserables”, lo que ha terminado generando “un hartazgo que ni este Gobierno ni los anteriores han logrado apaciguar”. Un poco antes de las declaraciones de Piñera sobre el “oasis”, el ex Presidente uruguayo Pepe Mujica señaló en un acto de la campaña presidencial de su país: “No queremos ser un país como Chile (…) Ojalá Chile pueda repartir un día como repartimos en Uruguay”. Fue una reacción frente a la derecha uruguaya, que colocaba a Chile como modelo. A continuación, unas notas –escritas al calor de las movilizaciones y solamente en una primera aproximación– en que se proponen cuatro claves para aprehender el fenómeno de la desigualdad, que está en la base de la emergencia de un Chile que despertó. La profunda desigualdad de Chile El crecimiento económico está concentrado en muy pequeños segmentos de la población. Junto con México, Chile es el país más desigual en la OCDE. El 1 por ciento más rico de la población acapara el […]

  Definitivamente el escenario político y social chileno ha dado un vuelco  drástico este viernes  18 y sábado 19 de octubre de 2019. Dos hechos políticos  se han instalado en el escenario político nacional: De una parte , las masas, han asumido el protagonismo social y político, constituyéndose en una fuerza movilizada con capacidad de autoconvocarse, y poner en jaque tanto al gobierno, como a otras instituciones del Estado, incluidos los partidos políticos, y  por la otra, el gobierno del presidente Sebastián Piñera  y la Derecha  ha respondido con  el desconocimiento de los derechos ciudadanos y de los principios de la Democracia,  imponiendo el Estado de Emergencia,  militarizando  el escenario, buscando imponer el imperio de las armas contra las legitimas demandas de los ciudadanos. Sacar a las Fuerzas Armadas a la calle, para utilizarlos como fuerza represiva  es sin duda una  grave amenaza para la institucionalidad democrática,  pero también para la estabilidad política y social. Pero además constata la incapacidad, la falta de  voluntad política para hacer una política para las mayorías, al mismo tiempo que confirmar derechamente  su subordinación a los intereses de los grupos económicos  nacionales y extranjeros. El gobierno ha preferido  apagar el fuego con bencina y ha declinado ejercer su responsabilidad  ejecutiva, cediendo el  uso de la fuerza  a las instituciones militares, reviviendo ominosos tiempos de la historia, en que  ejercieron un  poder dictatorial, en conjunto con la Derecha política y económica. Lo cierto es que la movilización popular ha obligado al Gobierno a echar pie atrás en una medida el  alza en los pasajes del Metro,  y del Transantiago, que, en el colmo de la  torpeza y la insensibilidad, ha sido el detonante de la  protesta masiva. Pero el mensaje de la ciudadanía va mas allá, y su  contenido  profundo es  de rechazo a  todo su accionar político, social y económico. Las declaraciones de los chilenos  en estas  jornadas, sin duda inéditas e históricas,  han sido de  exasperación  e indignación frente  al sistema previsional implantado bajo la dictadura de Pinochet y mantenido bajo los gobiernos democráticos ,  a las alzas de la luz eléctricas, del gas, del agua, al lucro en la salud, en la educación, a la carestía en general, al  abuso en todos los terrenos, de los sueldos miserables y la colusión  de los monopolios. El sentimiento popular, expresado primero en apoyo a los estudiantes que asumieron un lugar de vanguardia, pero que terminó testimoniando un sentimiento  generalizado  y acumulado de la población,   se sintetizó  en frases  de trabajadores  y trabajadorass, de dueñass de casas, de jóvenes madres, participantes en las manifestaciones y  que los medios no pudieron evitar difundir; “¡ESTA BUENO YA!”, ¡YA ESTAMOS CANSADOS!” . Incluso el presidente de Renovación  Nacional,  Mario Desbordes, no pudo desconocer las razones profundas del malestar ciudadano, de la molestia,  de la –según sus palabras- “bronca”-, que fue  explicitada en las calles de la capital,  por los “abusos públicos y privados”, reconociendo que ésta ha sido  ”una de las más graves situaciones que ha pasado el gobierno”. Algo similar expresó  el alcalde de Puente Alto, Germán Codina, también de RN, que  advirtió que “tenemos que ser  muy responsables  de que algo se está  incubando en el país” instando al gobierno  a ”llamar al dialogo para construir un país más justo y más equitativo”. Codina   explicó la masividad de la protesta porque existe “una sensación de […]

Para los gobiernos de derecha. Para las oligarquías colonizadas del continente, junto a sus intelectuales satélites amparados por fundaciones, universidades y medios de comunicación uniformados, el giro que se experimenta a nivel geopolítico, se ha vuelto su talón de Aquiles. Confiados en la protección proveniente desde Washington, han actuado con ligereza e impunidad, envalentonados por la retórica del inquilino de La Casa Blanca, han traspasado los límites de lo aceptable. Intentaron una agresión directa contra un estado soberano como el de Venezuela, en Cúcuta.   Reconocieron a un diputado que se autoproclamó presidente en una plaza pública y no contento con eso, hoy se sabe de sus vínculos con paramilitares narcos de Colombia, ante el silencio de sus socios y de una parte de la comunidad internacional. Bajo la misma lógica y sin ningún pudor, el Presidente colombiano Iván Duque, miente con un informe que pretendía vincular al gobierno de La república Bolivariana de Venezuela, con guerrilleros del ELN colombiano. Dicho escrito ni siquiera resistió un par de horas y hoy debe lucir en las oficinas del Secretario General de Las Naciones Unidas António Guterres, como un himno de la hipocresía. No obstante, la capacidad de superación, el espíritu de competitividad de los liberales del continente no conoce límites, así lo ha dejado claro el ímpetu del presidente Lenin Moreno al acusar sin ningún sustento a su par Nicolás Maduro y al ex – mandatario Correa, por la crisis política generada por su administración, al decretar una serie de medidas económicas favorables a las transnacionales y la economía de EE.UU. por medio del FMI, ante la desazón de los menospreciados de su país. Luego de varios días de movilización, con muertos, heridos, detenidos, las comunidades de los pueblos originarios, junto a los trabajadores, pobladores y sectores de clase media, lograron torcer la mano a su destino. Sin embargo, esa resistencia es presentada como un intento de golpe de Estado. La afonía, el mutismo, la manipulación de los gobiernos conservadores, de las sociales democracias del continente: es un impacto a la conciencia. En Lima en tanto, las cosas no andan mucho mejor, con un parlamento que se vio tentado a proclamar a una mandataria, para luego arrepentirse y buscar otras maneras de disentir de las políticas del gobierno de Vizcarra. Releer los mitos La democracia de los aristócratas atenienses, esa que les gusta tanto citar a los intelectuales de occidente, la de Pericles y su edicto donde recalcaba que los derechos de ciudadanía, los privilegios de la ciudad Estado del siglo V antes de nuestra era, se resguardaban para los nacidos de padre y madre atenienses.  El viejo Eurípides y disculpen el ejemplo euro-céntrico, lo devela en Medea, la extranjera casada con Jasón, la que tuvo dos hijos que no podían aspirar a los más altos cargos en la sociedad ateniense, por eso Jasón se casa con la hija del rey de Creta, la respuesta desesperada de Medea, es la crítica de Eurípides a una democracia que nace excluyente, la exclusión se […]

El rechazo en la Cámara de Diputados a la Acusación Constitucional contra la ministra de Educación, Marcela Cubillos, constató la dificultad de alinear a la oposición  del Gobierno del presidente Sebastián Piñera,  tanto como la  complejidad de su perfil político  y las tendencias ideológicas que  la componen, y a veces  la  desperfilan y contribuyen a que la ciudadanía, la perciban  como ineficaz, y lejana a sus necesidades y demandas. No cabe dudas de que la acusación, cuyo objetivo político es innegable y buscaba una derrota del Gobierno, tanto a su manera de  conducir la política y buscar imponer su programa neoliberal  en el campo de la educación,  como a su práctica totalitaria y arrogante,  en las relaciones gobierno-oposición, fue derrotada. Pero al mismo tiempo abre un escenario de riesgo en la escena política nacional. La estrategia del gobierno- presiones, maniobras, apelaciones a una institucionalidad acomodada a sus intereses, amenazas abiertas contra el derecho del  Parlamento a ejercer sus atribuciones y prerrogativas – logró desarticular la mayoría opositora, que no  demostró ni  cohesión, claridad de objetivos, lealtad interna ,y  perspectivas de futuro. La oposición deberá hacer  su correspondiente control de daños, replantearse sus  metas  posibles y diseñar  una estrategia  y tácticas, algo más que  el objetivo en que empeñó sus esfuerzos y retórica en las últimas semanas. La discusión deberá ofrecer un nivel de responsabilidad  y serenidad acorde con los deberes  y magnitud de las tareas que la situación política y social pone ante los líderes, partidos y la sociedad. En  relación al enjuiciamiento del  gobierno y de la ministra Cubillos, las negociaciones, búsqueda de acuerdos, polémicas, presiones, acusaciones, arrebatos verbales,  vistas en el campo de la oposición, estuvieron marcadas por  argumentos de deberes  morales, compromisos con un pasado  gubernamental  y  acuerdos políticos ya superados por la innegable  crisis  de lo que fue la Concertación y la Nueva Mayoría,   y la búsqueda de “perfilamientos” propios,  o “identidades”, y los comprensibles  pero  insuficientes intereses  sectoriales  ( y sectarios) de la coyuntura y los próximos desafíos electorales. Claramente no fue suficiente, ni eficiente,  el  ejercicio  de debate en las cúpulas, los mensajes a través de los medios,  ciertos modales cortesanos, mesclados con abiertos chantajes  más propios de grescas  de barras bravas, que discusiones sobre temas políticos de real importancia y contundencia. Y no estamos hablando solo de la Derecha en La  Moneda o del neofacismo  emergente. Lo que en realidad se echa de menos en la coyuntura política de hoy- con o sin  el show  en que se convirtió la Acusación Constitucional a la antigua propagandista “juvenil” de Pinochet, hoy ministra de ·Educación del presidente Sebastián Piñera,  de que en el  escenario  no estuvo presente el actor social, la calle. ¿Cómo se explica que en la discusión  sobre la  acusación contra la Ministra de Educación, y la política  en esta área tan  trascendente para el futuro de la nación y de sus nuevas generaciones haya estado prácticamente ausente el  estudiantado y  los otros actores del sector:  profesores, académicos, estudiosos de un tema tan […]

La conmovedora defensa del medio ambiente y la denuncia de los estragos producidos por el cambio climático hecha por Greta Thunberg, así como su durísima crítica a la dirigencia política mundial, esa que por su ineptitud, inconsciencia o corrupción ha defraudado a los niños y jóvenes al dejar como herencia un medio ambiente contaminado, semidestruido (y, para muchas especies, invivible), adquirió en tiempos recientes una resonancia verdaderamente excepcional. Esto provocó la respuesta o la repulsa de personajes tan siniestros como Donald Trump o Jair Bolsonaro, para mencionar apenas a los más notorios, así como de otros bufones y paniaguados de la derecha y el imperialismo cuyo oficio es reproducir las barbaridades de sus jefes y alabarlos sin cesar. Pero las burlas y los sarcasmos de aquellos homínidos lejos de desmerecer la crítica de la jovencita sueca no hicieron sino ratificar la verdad y la justicia de la causa que Greta defiende con tanto ardor. Claro está que sus planteamientos serían mucho más sólidos si tomaran en cuenta lo que una vez sentenciara Chico Mendes -el recolector de caucho, ambientalista y sindicalista brasileño asesinado en 1988 por quienes hoy incendian la Amazonía- cuando dijo que “la ecología sin lucha social, es solo jardinería.” En otras palabras, la defensa del medio ambiente y la denuncia del cambio climático y sus estragos requiere atacar las causas del holocausto ecológico en marcha. El origen de esta tragedia no puede atribuirse a “los hombres” o al “género humano” y su maldad o inconsciencia sino que se encuentra en la esencia misma del capitalismo, un régimen de producción que incesante e inexorablemente trata a mujeres, hombres y la naturaleza como simples mercancías sólo merecedoras de ser cuidadas y preservadas en la medida en que sean fuentes de ganancias. Por consiguiente, sería importantísimo que los jóvenes que se nuclean tras el liderazgo de Greta sepan que su lucha estará destinada al fracaso en la medida en que se limiten a combatir los efectos predatorios del capitalismo en el medio ambiente (y en la sociedad) y no se lancen, con el mismo ardor, a luchar contra el origen o las causas del desastre ambiental que no es otro que el capitalismo. Mientras este subsista, mientras la dinámica de la acumulación siga su carrera hacia el abismo y la barbarie, el deterioro ecológico seguirá su marcha hasta su cataclísmico final. Por eso hay que acabar con el capitalismo antes de que éste haga lo propio con la naturaleza y la humanidad. Ojalá Greta y los millones de jóvenes que la siguen en todo el mundo comprendan este mensaje. Por Atilio Boron Santiago de Chile, 28 de septiembre 2019 Crónica Digital

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Joan Alsina era un sacerdote catalán de 31 años cuando fue fusilado por una patrulla del Ejército en el Puente Bulnes de Santiago. Era la noche del 19 de septiembre de 1973. Ese mismo día lo habían detenido en el Hospital San Juan de Dios, en el que trabajaba en la administración de personal, en coherencia con su vocación de “cura obrero”, inserto en el mundo de los trabajadores. Más tarde, el soldado de 18 años que lo asesinó, Nelson Bañados Pinto, relató: “Me bajé, saqué a Joan del furgón y fui a vendarle los ojos, pero me dijo: ‘Por favor no me pongas la venda, mátame de frente porque quiero verte para darte el perdón’. Fue muy rápido. Recuerdo que levantó su mirada al cielo, hizo un gesto con las manos, las puso sobre su corazón y movió los labios como si estuviera rezando y dijo: ‘Padre, perdónalos’… Yo le disparé la ráfaga y cayó al tiro (…) Lo hice con la metralleta para que fuera más rápido. El impacto fue tan fuerte que volteó su cuerpo y prácticamente cayó solo al Mapocho. Tuve que darle un empujoncito no más”. “De este fusilamiento no me voy a olvidar nunca jamás”, agregó.​ Había llegado a Chile el martes 30 de enero de 1968 como misionero poco después de su ordenación sacerdotal en Gerona, su región de origen en España. Estudió en el Seminario que la Obra de Cooperación Sacerdotal Hispano–Americana (OCSHA) tenía para preparar a sacerdotes que vendrían a América a realizar tareas pastorales. Era su sueño. Contó a sus cercanos: “Siento que Dios me llama para ir a misiones y quiero prepárame bien”. Su viaje a Chile era un compromiso de trabajo en el país por diez años. Se instaló inicialmente en San Bernardo, donde vivían otros sacerdotes catalanes llegados como misioneros al país, como Miguel Jordá, quien luego del asesinato de Joan optó por ocupar parte importante de su propia vida en la restitución de la memoria y del gesto martirial de su amigo y compañero Alsina. Más tarde Alsina inició su servicio pastoral en la Parroquia de San Antonio. Con el espíritu del Concilio Vaticano II y de la conferencia del CELAM en Medellín era un firme convencido de la opción por los pobres y por la transformación radical de la sociedad. Como otros cristianos, le había convocado el testimonio del cura revolucionario Camilo Torres, caído en combate en la guerrilla colombiana en 1966; le impactó la toma de la Catedral de Santiago y la creación del Movimiento Iglesia Joven ese mismo año 1968; conoció las reflexiones que al interior del mundo cristiano iban prefigurando la Teología de la Liberación. Por cierto, también conoció además los conflictos sociales y políticos que remecían la sociedad chilena y que antes de tres años desencadenarían la conquista del gobierno por la Izquierda. Alsina tomó la decisión de compartir la vida de los trabajadores, combinando sus tareas sacerdotales con la condición de empleado del Hospital del puerto y después del Hospital […]

Las fechas de septiembre son propicias para el examen autocrítico y franco de los demócratas, de la izquierda, el centro, de las diversas sensibilidades democráticas, que se pueden identificar en los diversos estamentos y sensibilidades políticas, sociales y académicas del país. Cada actor político y social debe enfrentar los hechos, los antecedentes y consecuencias de lo hecho, de lo que dejaron hacer, de lo que propusieron y no fueron capaces de cumplir, de lo que dejaron de hacer y permitieron en una actitud cobarde o cómplice. Nada ni nadie puede quedar libre de este examen, o puede esquivar ni eludir el juicio objetivo, quizás descarnado, de su propia historia. Por cierto nadie puede justificar los crímenes miserables, la tortura, la violación, los campos de concentración, la libertad, el genocidio, la ruptura de la institucionalidad democrática, y pretender hoy día, que tenían como objetivo, las libertades, la Patria. No pueden dar lecciones de patriotismo quienes fueron yanaconas del imperio norteamericano, fueron serviles ejecutores de una estrategia sediciosa, destinada a  subordinar al país, sus Fuerzas Armadas y sus grupos económicos, a los intereses de Nixon, Kisinger y las transnacionales. Tampoco se puede esgrimir como argumento para justificar la derrota del proyecto reformista de la Unidad Popular solo el complot derechista, el esperable boicot del poder económico, político y militar internacional, pero cuya participación no se puede eludir ni olvidar. Pero no se ha hecho seriamente, lo suficiente, para  asumir la experiencia, como una lección de carácter histórico. Las fechas de septiembre, en primer lugar el significado y trascendencia del triunfo de la unidad del pueblo el 4 de septiembre de 1970, con la Unidad Popular y Salvador Allende y luego, el sangriento Golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973, y sus consecuencias sobre la vida y la muerte de millones de miles de chilenos, son hechos cruciales de la historia contemporánea nacional, y de la experiencia social y personal de los chilenos. Es cierto que no todo está escrito al respecto y existe aun ocultamiento, deformación, caricatura sobre los hechos, y  muchos protagonistas se refugian en un cómodo olvido, con la hipocresía culpable del “dar vuelta la página”. Hay quienes, por razones de vergüenza y complejo de culpa por la sangre derramada y los extremos de la bestial barbarie represiva de los perros de la guerra lanzados a masacrar a chilenos, buscaron primero justificar los crímenes y a reglón seguido, ignorar “los excesos”, responsabilizando a los ejecutores, a los verdugos, escondiendo su mano ensangrentada por la culpa. Luego se  enmascararon en la cómoda pero hipócrita calidad de “cómplices pasivos”, asegurando a tambor batiente que se pronunciaron- bajo cuerda- contra las violaciones a los Derechos Humanos, mientras aprovechaban de las prebendas y ganancias que les otorgaba la tiranía, y aparecen hoy defendiendo la “obra” de Pinochet y entusiastas ideólogos y beneficiados de la “democracia protegida”. Y hasta- en el colmo de la impudicia- como entusiastas arquitectos de la transición  y pretender que “su Constitución”, sería el fundamento de la inconclusa construcción […]

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Tenía 10 años cuando Ernesto descubrió la verdad. Mientras registraba los cajones de un closet en la casa de sus abuelos paternos en Buenos Aires, encontró un recorte amarillento de un diario. “Otro argentino asesinado en Chile”, era el título de la nota. Se trataba de su padre Bernardo Lejderman. Hasta entonces pensaba que había muerto en un accidente de tren. Pero era un detenido–desaparecido. También su madre, María del Rosario Ávalos. Los abuelos de Ernesto Yoliztly Lejderman Ávalos habían decidido no contarle la verdad. La idea era que el niño no sufriera… Pasaron cinco años hasta que se armó de coraje para decirles que ya conocía su secreto mejor guardado. Hoy prefiere no juzgar: “Mi abuela casi se suicida cuando se enteró lo de mis padres. Con su dolor, se hizo cargo de mí, vivió para mí. En su lugar hubiese hablado de la situación y hubiese ido a un psicólogo. Pero mi abuela desde que tenía doce años y vino a Argentina trabajó con una máquina de coser, no fue a psicólogos ni tuvo estudios. Con su personalidad, hizo lo mejor que pudo y lo hizo bien”, comentó al diario trasandino “Página 12”. El próximo lunes 2 de septiembre, a las 18:30 horas, en la Sala Amanda Labarca de la Casa Central de la Universidad Tecnológica Metropolitana (UTEM) del Estado de Chile, se desarrollará un diálogo con el ciudadano argentino Ernesto Lejderman, en torno a su testimonio de vida sobre un emblemático caso de desaparición forzada en Chile, con el propósito de realizar una más amplia reflexión sobre la memoria histórica. La actividad se realizará en el marco de la puesta en marcha del Programa de Derechos Humanos y Ciudadanía de la Universidad Tecnológica Metropolitana. Ernesto es hijo de Bernardo Mario Lejderman Konujowska y María del Rosario Ávalos Castañeda. Su padre era músico y estudiante de Derecho de origen argentino. Su madre era mexicana, estudiante de Sociología y trabajaba de bibliotecaria en la Universidad Autónoma de México (UNAM). Además, ambos eran profesores. Se conocieron en la Ciudad de México y en 1971 se fueron a vivir a Santiago de Chile, seducidos por el proceso de cambios sociales que entonces se registraba en el país. Al momento del golpe de Estado, Bernardo Lejderman era asesor de la Gobernación de Vicuña, en la actual Región de Coquimbo. El matrimonio fue asesinado en la madrugada del 8 de diciembre de 1973 por una patrulla militar de la dotación del Regimiento Arica de La Serena, en el valle de Elqui. Ernesto tenía poco menos de dos años de edad y se quedó solo en la Quebrada de Gualliguaica, cerca de la frontera con Argentina. Hasta que se llevó un joven oficial. Su madre permanece desaparecida. Los restos de su padre fueron recuperados en 1990 y enterrados en el cementerio de Vicuña. El hallazgo en los cajones de los abuelos fue solamente el punto de partida para la larga jornada de Ernesto en procura de la verdad y la justicia. La historia comenzó […]

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El jueves 19 de agosto de 1982, hace 37 años, se desarrolló en el centro de Santiago la primera “Marcha del Hambre” en contra de la dictadura. Fue un antecedente directo de las Jornadas de Protesta Nacional que irrumpieron el 11 de mayo del año siguiente, y que hicieron tambalear al tirano. Es un dato histórico clave que muestra que no es cierto que el fin del autoritarismo se logró sólo y principalmente en el plebiscito de 1988 y que “le ganamos con un lápiz” a Pinochet. En esos días, yo era un adolescente, un liceano del Insucodos de Avenida España, y no tenía vínculo alguno con la oposición política. Me enteré de la marcha por uno de los miles de panfletos que fueron diseminados en los barrios de Santiago, llamando a salir a la calle a protestar contra la dictadura. Fue la primera vez que me sumé a una muchedumbre que, avanzando por el Paseo Ahumada, proclamaba su indignación contra la tiranía. Fue la primera ocasión en que escuché dos gritos, que tantas veces se repetirían en los años siguientes: “¡Pan, trabajo / justicia y libertad!”, y “¡Se va a acabar, se va a acabar / la dictadura militar!”. No pocos de los que asistimos éramos estudiantes secundarios, cuya realidad era ocultada (o desfigurada) en la televisión por espacios como la teleserie “De cara al mañana”, que era transmitida por TVN. Fue también la vez primera en que veía a la policía uniformada con cascos y escudos, golpeando en forma inmisericorde. También fue la primera vez, desde el golpe de Estado de 1973, en que se lanzaban gases lacrimógenos en el centro de Santiago. Ambos hechos, por cierto, se repetirían desde entonces  una y otra vez. Hasta el grupo “Upa” se inspiró en aquello para componer su emblemático tema “Ella Llora”. EL ESCENARIO NACIONAL El 11 de marzo de 1982 la dictadura había celebrado el primer año de la “entrada en vigencia” de su Constitución. Augusto Pinochet dijo entonces: “En la lucha contra el comunismo soviético, nuestra primera obligación para afrontarla es la unidad interna. Por ello, no se permitirá que nadie siempre la semilla de la discordia entre nosotros. No aceptaremos que persona alguna nos pretenda encasillar en malintencionados y rígidos esquemas políticos”. Unas pocas semanas antes, el 22 de enero, había muerto el ex Presidente Eduardo Frei Montalva en la Clínica Santa María. Un mes después, el 25 de febrero, era asesinado por degollamiento y disparos de armas de fuego el presidente de la ANEF (Agrupación Nacional de Empleados Fiscales), Tucapel Jiménez. Ambos se encontraban trabajando por la unidad social y política para enfrentar la dictadura y ponerle término. Al calor de la entrada en vigencia de la Constitución, la tiranía había puesto en marcha su plan de institucionalización. Así por ejemplo, había comenzado a operar el nuevo sistema previsional, con once Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP). También se había iniciado la Municipalización de la Enseñanza e impuesto la Ley General de Universidades. Ese año 1982 […]

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La literatura contiene un abanico de posibilidades. Entre ellas escoger hablantes curiosos e insensatos, con el fin de lograr contar una historia. Mario Vargas Llosa es una de las voces más importantes, en el ámbito de las letras de habla hispana. En el transcurso de los años, se ha transformado en una especie de oráculo global, de escritor amante del micrófono y las cámaras en los setenta, a evangelista ilustrado de las llamadas ideas liberales. La llamada de la tribu, puede ser considerado un libro de cruzada.   Enmarcado dentro de la batalla de las ideas.   De ahí entonces que un intelectual como Atilio Borón, se preocupe y ocupe de una biografía intelectual, la tercera para ser preciso, donde el escritor peruano nos cuenta como se transformó de un escritor que apoyaba la revolución cubana a un propagador de las ideas liberales Borón[i] , es un profesor universitario y ensayista argentino de larga trayectoria, con artículos y libros publicados en distintos lugares del continente, algunos de sus ensayos han sido galardonados por su aporte a la discusión intelectual en la región.  El hechicero de la tribu libro que viene a presentar a Chile, es un contrapunto inteligente y mordaz a la propuesta elaborada por el novelista peruano, cuyo interés no es otro que divulgar de un modo seductor, sus nuevas creencias donde Smith, Hayek,  Isaiah Berlin entre otros: son los apóstoles a difundir. De hecho ya en un ensayo[ii] donde reflexiona sobre la labor de los intelectuales dedica en ese trabajo algunas palabras a Mario Vargas Llosa. “…Mario Vargas Llosa, otro notable escritor y destacado intelectual que tras un primer coqueteo con la izquierda y la Revolución Cubana se pasó rápida e inescrupulosamente –y sin las sutilezas intelectuales y las iniciales ambigüedades políticas de Paz– a las filas de la reacción y el imperialismo. Como muchos de los de su bando (en esto Paz era un poco más cuidadoso), Vargas Llosa y en general los «perfectos idiotas colonizados», son estentóreos y pródigos a la hora de pontificar sobre la libertad y la democracia y de combatir con encendida verborragia las ideas, partidos y gobiernos de izquierda”.   El trabajo del profesor Borón, nos plantea la vertiente didáctica de esta nueva arremetida neoliberal, porque no se trata solo de una propuesta económica, política y jurídica.   Se trata de un esfuerzo colonizador de las conciencias, de las subjetividades. Lo realizan con herramientas lúdicas, ocupando toda su capacidad mediática. La llamada de la tribu es parte de esa estrategia. En ese contexto, llama la atención el descuido de las izquierdas en Chile, por los temas culturales, por las organizaciones donde el mundo de la cultura se organiza, por la ausencia de debate en los espacios donde ese mundo político reflexiona.   Gracias a la divina providencia, en Chile no existe un escritor de ideas conservadoras con la capacidad del Nobel peruano.   Sin embargo, ello no quita el constante apoyo a personajes de dudoso vuelo intelectual como Mauricio Rojas, con su libro “El joven Karl Marx […]

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Un café en una plaza con historia....

Maturana con Huérfanos
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