Por Marcel Garcés Muñoz Con el inicio de la “llegada de marzo” el panorama político chileno se está enrareciendo a ojos vista. Y podríamos decir que se está emponzoñando. En primer lugar, Febrero no fue precisamente de idílicas vacaciones. El fallecimiento del ex presidente Sebastián Piñera, en un  desgraciado accidente aéreo marcó un  signo trágico del 2024,  más allá del dolor familiar por la  pérdida  del ser querido, y el impacto emocional de duelo indudable en la opinión pública de la desaparición trágica de una figura relevante de la política nacional. Pero sin duda que la valoración  de su rol político, humano, social, empresarial, será materia de  un análisis  histórico desapasionado y objetivo,, ajenos al interés de la coyuntura política electorera y de la demagogia, y sobre todo el interés subalterno que ha pretendido transformarlo – canonizarlo- en un santo con obvio objetivo y manipulación  politiquera o descalificarlo como un demonio. La Derecha busca por supuesto, desesperadamente, utilizarlo como un argumento partidista, para unificar sus fuerzas políticas, como profeta de un revanchismo  pinochetista contra la democracia y la justicia social que se abre paso mirando hacia el futuro. Ocultan, desvergonzadamente,  que Piñera los desnudó como “cómplices pasivos” de los crímenes   de  la dictadura de Pinochet y que  nunca  justificó  las violaciones a los Derechos Humanos, el exilio, los campos de concentración, las torturas, las violaciones , los degollamientos de patriotas y otras barbaridades del régimen  implantado por la oligarquía política y económica local subordinada a una estrategia global del Imperio, aplicando la Doctrina de la Seguridad Nacional,  mediante  del mecanismo de la llamada “ guerra interna”, utilizando, pagando, a generales traidores y a un  caudillo castrense sin escrúpulos ni ética y reclutando a  camarillas políticas  desvergonzadas. Así pretenden manipular desvergonzadamente su pensamiento y acción política, simulando hipócritamente presentarse como sus herederos  y seguidores, cuando lo deningraron, despreciaron, o caricaturizaron, en busca de una acuerdo político para la unidad de la jauría derechista y pinochetista, en busca de una revancha política. Pero un segundo hecho desgraciado manchó de sangre este febrero de 2024: el secuestro  y posterior asesinato, en oscuras circunstancias, de un  ex militar venezolano,  el teniente (R) Ronald Leandro Ojeda Moreno,  que obtuvo  refugio en Chile, tras escapar de un proceso judicial en su país por conspiración y subversión  contra el gobierno legítimo de su país. El hecho, sin duda, también  conmovió al país, estimulada como es natural, por la brutalidad del hecho  y la combinación  de una operación  de guerra sicológica, que pretendió vincular- sin prueba o circunstancia una- el suceso a una supuesta operación criminal del Gobierno venezolano. Y al mismo tiempo, utilizar descaradamente la manipulación informativa, cuando no la tergiversación de los hechos y las canalladas  disfrazadas de estridentes “declaraciones políticas”, o escritos que pretendían ser análisis, que no superaban la categoría de infundios, contra el presidente  Gabriel Boric, y los partidos políticos de su alianza de gobierno. Transcurrida una semana del  secuestro del ex militar  venezolano y encontrado  su cadáver por la policía civil chilena, tras un trabajo de investigación  pertinente,  prolijo, y reservado, de donde se desprende el origen delictual, propio del llamado 2crimen organizado internacional y del narcotráfico, irrumpe nuevamente la manipulación política, la teoría de la conspiración,  y de manera prácticamente concertada la […]

Por Marcel Garcés Muñoz Estamos en medio de tiempos difíciles, complejos y riesgosos para el futuro democrático de Chile y su pueblo. La Derecha política, los grupos empresariales, los poderes fácticos y los clanes comunicacionales, desarrollan una estrategia permanente y creciente, gansteril, y desconocen la autoridad legítima, del gobierno del presidente Gabriel Boric y sus iniciativas La desestabilización, el sabotaje, la desobediencia civil, el terrorismo, el estímulo a la delincuencia, incluida el crimen organizado, el narcotráfico y su violencia criminal, conforman una plataforma conspirativa, que busca como corolario el golpismo sedicioso, un estado de insurgencia, y hasta una  versión “blanca”, ”blandaª, o sangrienta de una versión 2.0 de un Golpe de Estado, que recibe el visto bueno de la internacional neofascista que manipulada por Estados Unidos, se desarrolla a nivel global. A la luz de nuestra experiencia como país, y continente, no se puede olvidar tampoco la acción permanente de la CIA, del Pentágono, y las diversas agencias que integran la Comunidad de Inteligencia de Estados Unidos y sus alianzas internacionales- tipo OTAN-, el Comando Sur y sus estaciones en cada país, que entrena a servidores de su estrategia imperial en la región. Por ello, y en lugar de la fragmentación, confrontación interna y una evidente irresponsabilidad política e histórica en algunos de sus portavoces, la izquierda, los sectores populares, las diversas organizaciones sociales democráticas, humanistas, de los trabajadores, estudiantes, feministas, libertarios, ecologistas, de defensa de los derechos de los pueblos originarios, denuncia de las violaciones de los Derechos Humanos, todo el conjunto del progresismo social, deben asumir la magnitud del desafío en juego en este momento crucial. Las direcciones de las organizaciones políticas, sindicales, gremiales, académicas, de Derechos Humanos, en lugar de sumarse a las campañas de descalificaciones mutuas, y acusaciones sin fundamento y descrédito de las instituciones y principios de la democracia, deben asumir su responsabilidad por el porvenir. El camino no puede ser participar, comprometerse en la estrategia destructiva de una derecha que busca romper y corromper el proyecto de construir un futuro de unidad, de construcción de una sociedad mejor, de espíritu humanista, de fraternidad  y de progreso social para Chile. Derechamente no es aceptable que el intento de aportar crítica, autocríticamente y responsablemente a la conmemoración del 50 aniversario del Golpe de Estado militar derechista e imperialista del 11 de septiembre de 1973, se utilice para desoír el derecho humano de disentir de una visión, legitimada por el dolor y demanda de una justicia que no acaba. Lo que se debe asumir por la sociedad y los liderazgos políticos y sociales es la responsabilidad por encontrar los mínimos comunes  y compartidos, para la condena a los cómplices activos y pasivos, de los actores, los hechores de los horrores cometidos por la dictadura y sus esbirros, por civiles y por instituciones que avalaron, participaron, ordenaron, profitaron y se benefician hasta hoy de esos horrores. Nadie podría hablar – y francamente sería democráticamente inaceptable- que se intentara- como lo hace la Derecha mediática, política y económica, y […]

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Por Marcel Garcés  Muñoz La ultraderecha de Chile, ha dejado de lado todas las buenas maneras políticas y la hipocresía verbal y han pasado francamente a una nueva fase- la de abierta conspiración, en busca de asaltar la institucionalidad democrática que les ha sido esquiva por la decisión democrática de los ciudadanos, en sendas elecciones. Lo de Brasil, el asalto a las sedes de los tres poderes políticos de la institucionalidad democrática del país -el Palacio Presidencial de Planalto,  el Parlamento y el Tribunal Supremo, en Brasilia, demandando a las Fueras Armadas un Golpe de Estado que derroque al presidente Constitucional Lula da Silva,  elegido por el voto ciudadano en octubre del año pasado, y que asumió el 1 de enero de 2023, es un mal ejemplo. PERO EN CHILE LAS COSAS NO ANDAN MEJOR. DEBEMOS ESTAR ALERTAS El desembozado accionar subversivo puesto en evidencia en las últimas semanas aglutina a la elite política, empresarial y mediática derechista, a un abigarrada  y a veces rocambolezco desfile  de políticos tradicionales en busca desesperada de exposición- y fondos, claro,- en el escenario del cual han sido justamente desplazados por los ciudadanos. Es posible encontrar con amplia difusión en las páginas mercuriales, en las pantallas de la TV de una multiforme representación de los llamados “Republicanos”, amarillos, neofacistas, lumpen, analistas, “académicos”, al servicio de la misma estrategia sediciosa, contra el Gobierno del Presidente Gabriel Boric, contra la estabilidad y la seguridad, la paz en el país, desconocimiento de la legitimidad y autoridad del Gobierno, pero sobre todo contra la institucionalidad y el futuro democrático del país. Y es necesario, indispensable que se demande a todos los actores , una concertación, coordinación, un  compromiso político-social que ponga atajo a una amenaza que por ahora se puede limitar a las diatribas a través de las páginas de medios, al atemorizamiento e intranquilización de la población, la le insolencia y agresividad contra autoridades, dirigentes politicos de gobierno y hasta el propio Presidente  de la República. Sin descartar actos de violencia terrorista, atentados, asesinatos. “La Semana Politica” de “El Mercurio” del domingo 8 del presente titula su primer análisis de 2023: “El Peor inicio de año”, agregando que luego de la tormenta comunicacional levantada por el tema de los indultos presidenciales que condujeron a la salida de la ministra  de Justicia, Marcela Ríos y del Jefe de Gabinete presidencial, Matías Meza-Lopehandía, es caracterizado como “una crisis donde las actuaciones  del propio Presidente han sido determinantes”. El mismo 8 de enero la columnista de El Mercurio y Directora de Asuntos Juridicos y Legislativos del Instituto Libertad y Desarrollo, de la UDI,  Natalia González, publica en el matutino, bajo el titulo “El Presidente de la Primera Fila”, que Boric “hace politiquería, empuerca la vida en democracia, y desvía esfuerzos que deben estar puestos en las prioridades ciudadanas, y no en las del octubrismo, quién vulnera la Constitución, fiándose de que su responsabilidad no será exigida”. Otro mensaje claramente subversivo, en concordancia con una declaración de Renovación Nacional, en El Mercurio, que duda cabe, un personaje bajo el nombre de Rodrigo Salcedo, […]

Por Marcel Garcés Muñoz Más allá de la determinación ciudadana del 4 de septiembre próximo, el futuro nos muestra un camino a recorrer. Se trata de un nuevo paso fundamental, en que se expresará la voluntad ciudadana, al mismo tiempo que el umbral de un proceso complejo y determinante. Claramente, nos quedan muchas cosas por hacer. Obtener el respaldo ciudadano para la opción “Apruebo” en el Plebiscito del próximo 4 de septiembre, y con ello la legitimación ciudadana del proyecto de nueva Constitución, abrirá por lo mismo el camino del cambio político institucional, del perfeccionamiento del sistema democrático y representativo. El proceso será complejo, lleno de recodos y mucho tendrá que ver con nuestra percepción y comprensión del significado histórico, patriótico y responsable del acto fundacional que hemos emprendido- mas allá de la circunstancia plebiscitaria con la que desafiamos a la historia que no es otra cosa que la coyuntura que el porvenir ha puesto ante nosotros, y que será  el impulso de unas páginas que deberemos imaginar, pero sobre todo, protagonizar, escribir, como un pueblo en marcha. Entiendo que todos sabemos que la historia, como lo estampara en su testamento político y en un trance dramático, Salvador Allende, la escriben los pueblos. Y que las circunstancias presentes nos entregan nuevas responsabilidades, pruebas y nuevos desafíos futuros. Quizás el primero sea hacer el máximo esfuerzo en lograr el triunfo sobre los enemigos de la democracia, que hoy se visten de pacíficas ovejas y predicadores del “amor”, pero que no logran disfrazar su pasado de ejecutores y cómplices de genocidas, torturadores, de criminales, pero sobre todo de violadores de los Derechos Humanos y democráticos de los ciudadanos, del pueblo. Los momentos que se viven en Chile son trascendentes y los desafíos para los demócratas serán muchos y complejos: El camino será  con riesgos, pero la voluntad colectiva debe ser, como llama Machado  ”hacer camino al andar”. Entiendo que en momentos trascendentes como este, lo que se impone es la coherencia, la unidad, la responsabilidad política, la claridad y el compromiso patriótico con los objetivos y demandas ciudadanas, el no solo proclamarlo, sino sentirlo, vivirlo, empaparse del sentimiento popular, de la generosidad, y sobre todo de la honestidad intelectual de reconocerse en el rostro del obrero, del trabajador, de la mujer valiente y esforzada del pueblo , del joven estudiante que enarbola su potencial de sueños y esperanzas, del intelectual que imagina un mundo nuevo, que queremos sea más justo y  creador, terreno, horizontes fértiles para los soñadores de futuros, de las nuevas generaciones pero también de los viejos tercios que lo entregaron todo, pero que siguen en la barricada. Esto es lo que pedimos y exigimos, y no declaraciones que nos retrocedan a épocas de consignas atrasadas o extemporáneas, discursos  que especulan sobre la base de cálculos políticos electorales de la coyuntura o de intereses personales o mezquinas ilusiones de mantenerse pontificando sobre el bien y el mal. Lo de hoy es concreto. Existe un legítimo mandato  nacional, madurado en el […]

Lamentamos darles malas noticias. Y alertarles sobre la preparación de un ataque alevoso  que pretende abortar los derechos democráticos de todos los chilenos instalados en la agenda histórica del país a partir del 18 de octubre de 2019, y los dos millones de chilenos en las calles del país exigiendo una nueva Constitución  y otras demandas democráticas, el plebiscito del  28 de octubre de 2020, donde participaron 7 millones 562 mil 173 chilenos, la más alta participación histórica en un acto electoral de la historia política del país. En esa fecha y fruto de una conciencia democrática generada desde la lucha contra la dictadura militar  derechista y empresarial de Augusto Pinochet, la opción Apruebo una nueva Constitución llegó al 78.27 de los votantes, instalando como órgano redactor de la nueva Carta Magna, a la Convención  Constitucional, con un 78.99 por ciento de los votos nacionales. Fue una expresión inédita, abrumadora del estado de ánimo de los ciudadanos frente a un tema trascendental, definitorio, histórico de las demandas de cambio político e institucional del país, y una derrota contundente de quienes seguían y siguen buscando los mecanismos antidemocráticos para impedirlos. Siguiendo en el recuento de un periodo  de acción política masiva, popular y en procura de una democracia, efectiva, participativa y no meramente representativa, la elección del órgano constituyente el 15 y 16 de  mayo del 2021 donde 6.3 millones de ciudadanos  eligieron a los 155 constituyentes, fue otra constatación democrática de la legitimidad de la decisión ciudadana en un tema tan transcendental como el cambio estructural de la Constitución heredada de la dictadura y que fue redactada por generales y políticos de la derecha pinochetista y el empresariado y sus servidores ideológicos y políticos cómplices. La derrota del pinochetismo político y empresarial, parapetado en el pacto Vamos por Chile, (UDI, RN, Evopoli) y otros poderes fácticos, comunicacionales e ideológicos, remanente de la opción Rechazo  a la democracia al cambio Constitucional que solo logró un 20.56 por ciento de la votación  nacional y solo 37 escaños, del total de 155, es lo que explica su actitud obstruccionista  y sus maniobras para  torpedear y sabotear, las iniciativas democráticas  y el carácter fundacional del proceso, restarle legitimidad a sus acuerdos, y en definitiva  y rebelarse contra la soberanía popular. Hoy se han sacado la careta de supuestas “tradiciones republicanas”, propuestas de diálogos, respetos de la institucionalidad y los acuerdos, tantas veces esgrimidos  e irrespetados a lo largo de la historia. En definitiva , se trata de una conspiración insurreccional, política y  empresarial que se orquesta a través de las entidades patronales, medios de comunicación subordinados a su estrategia y serviles a sus  consignas , fake news o falsedades con el objetivo de desinformar, engañar, falsificar los hechos, y manipular la conciencia social,, y que tiene su brazo armado en organizaciones paramilitares y que se exponen descaradamente siguiendo un libreto de “guerra sicológica” o “guerra interna”,  demasiado parecido al que llevó al país y los chilenos al drama del Golpe de Estado del ll […]

Mireya Baltra ha partido, pero seguirá viva en nuestro recuerdo, con su vocación de heroína, luchadora, apasionada  combatiente por la libertad, por el futuro, por la construcción de una sociedad más justa, solidaria, creadora. Los que se quedan en el recuerdo, en la historia del pueblo, de sus camaradas, no mueren jamás, y la historia les entregará su lugar en el panteón de los héroes de su lucha, colectiva y revivirá en cada generación de jóvenes, de mujeres, y trabajadores que seguirán su ejemplo. Su partida se produce en un momento en que Chile y su pueblo, enfrentan una nueva ofensiva obcecada de la derecha política, económica, fáctica, que no trepidan en el complot, la guerra sicológica, para intentar frustrar y si fuera posible, destruir la batalla del pueblo por una democracia más amplia, un futuro más promisor, un porvenir  venturoso para las nuevas generaciones y la sociedad chilena en general. Chile vive momentos cruciales tras la lucha nacional por una democracia más amplia y profunda, cuyas últimas expresiones han sido la rebelión de octubre de 2019, el plebiscito que puso en marcha el proceso por una nueva constitución (28 octubre de 2020, la elección, (15-16 de mayo de 2021) de la Convención Constituyente y la elección  mayoritaria  de sus miembros, del pueblo protagonista de su futuro, que se pronunció por el cambio, que se constituyó en la mayoría abrumadora de ese nuevo órgano del poder democrático y el más representativo y legitimo de la historia política del país, tras su Independencia en 1810-1812. Este escenario político y social apasionante acompañó a Mireya Baltra Moreno, ex ministra del Trabajo del gobierno del presidente Salvador Allende, militante comunista,  suplementera y periodista, estudiante de sociología en la etapa final de su vida, hasta su despedida en el Salón de Honor del Congreso Nacional, sede hoy de la Convención  Constitucional, este domingo 17 y lunes 18 de abril. Exiliada bajo la dictadura, relegada por  el régimen espúreo de Pinochet, integrada en la Resistencia contra la dictadura militar derechista, en complicidad del entonces Poder Judicial se rebeló contra la dictadura e ingresó al país, clandestinamente, por senderos cordilleranos, junto a otra gran mujer, la ex senadora comunista, Julieta Campusano, para integrarse a los combates del pueblo,  por la democracia, la libertad, contra la dictadura. Participó activamente, orgullosamente, en lo que hoy algunos “arrepentidos”, “renovados” o simplemente “amarillitos”, denostan tras una palabrería adoptada del léxico derechista, o mercurial, como “terrorismo”, “insurgencia”,   subordinándose a los objetivos ideológicos y políticos del Pentágono, la CIA y la Casa Blanca,- en la Resistencia a la tiranía, en la solidaridad internacional, y en la lucha por la ampliación democrática, de las libertades y los derechos humanos. Fue, activista, militante por la democracia y la justicia social. La amplitud, firmeza, pasión, de su compromiso le pudo haber costado más de algún problema o incomprensión, en su vida. Pero ella supo no confundir las cosas, Y más de alguna vez,  desafiante, pero siempre oportunamente, en el lugar preciso, a veces desafiante, en […]

Por Marcel Garcés Muñoz Chile se apresta en pocas semanas más a iniciar un camino político y social, pleno de perspectivas pero sobre todo de esperanzas, así como de desafíos, donde se pondrá en juego un proceso de cambios históricos, demandados abrumadoramente por la ciudadanía. Pero al mismo tiempo se trata de una coyuntura llena de riesgos y peligros, con fuerzas sociales, políticas, económicas y fácticas que ya toman posiciones  en busca de impedir, torpedear y combatir con todas los métodos de los cuales históricamente han sido capaces de utilizar desde el complot político hasta la fuerza, la conspiración, la violencia, el terrorismo, el crimen, la conjura antidemocrática, el quiebre institucional, el fraccionamiento de la sociedad y sus instituciones políticas y sociales, la ruptura del orden y la convivencia nacional. Claramente no es el momento para “tomar palco”, ante las dificultades que tendría el Gobierno Boric, como lo señaló -“sin querer, queriendo”, según el Chavo del Ocho- la presidenta del Senado,  Ximena Rincón,  lo que estaría refrendando lo dicho en diciembre pasado, cuando expresó que la DC sería “oposición constructiva, pero oposición”, y que  si un militante del partido se sumara a su gobierno, debería renunciar al partido. Diferente ha sido la posición  de la presidenta del PDC, Carmen Frei, que tras una entrevista con Boric, al día siguiente de la “filtración” del comentario de la senadora Rincón, señaló que  “nosotros, la DC no vamos a ser oposición sino que vamos a hacer colaboraciones constructivas”, y  caracterizó su entrevista con el presidente Electo, como “fraternal y cordial”. Por otro lado, la decisión de Boric de ampliar las bases sociales y políticas de su coalición de gobierno, también  es una aclaración a quienes pretendieron hace semanas poner límites a la ampliación del programa y de su política de alianzas para ampliar sus fuerzas de sustentación política indispensables para avanzar en los cambios estructurales que el país requiere y que se precisan para  avanzar en los procesos legislativos y políticos necesarios. Otra muestra de los afanes de la estrategia política que se planifica por parte de sectores de la Derecha, es la propuesta del presidente de Renovación Nacional, senador Francisco Chahuán , de constituir un gabinete en las sombras, de “ministros alternativos”, destinado a  obstruir y dar la guerra al nuevo gobierno  en cada área del gobierno  que asume en marzo próximo, justo en el mismo día en que Boric recibiera oficialmente a las directivas del bloque derechista, y donde se expresara una voluntad de un dialogo gobierno oposición, de “conversar”. Esto debería entenderse  por parte de la Derecha, aunque negaron que la pretensión de Chahuán fue una posición oficial o discutida por el bloque, como componente de  una especie de  “cogobierno”, que es lo que parece pretender la oposición, que además insistió en el virtual “empate” que se ha dado en la composición del futuro Congreso, como elemento de presión política contra el Gobierno. Se trata realmente de una estrategia de confrontación, que busca boicotear la acción del gobierno y frustrar […]

Por Marcel Garcés Muñoz Al abrir las páginas de este nuevo año 2022 tenemos muchas buenas razones para celebrar. En primer lugar porque los tenemos en este caminar conjunto,  y porque estamos. Porque los recordamos y nos recordamos. Porque nos abrazamos y nos permitimos seguir soñando Y sobre todo porque tenemos motivos, metas por cumplir, objetivos por los cuales vivir y luchar. Y porque tenemos determinación, optimismo y seguimos construyendo un destino, un proyecto que se impone sobre las incertidumbres, en un escenario donde a veces asechan los desafíos del presente y del futuro, pero sobre todo prevalecen las perspectivas, las esperanzas, la épica aprendido en tantas batallas y circunstancias, las banderas de los que cayeron pero no murieron, sino que solo partieron, abriendo caminos. Como siempre en la vida y en la historia, estamos una vez más en un nuevo punto de partida ¿Estamos dispuestos a ser de la partida, a asumir este nuevo compromiso que nos pone la historia?. Tenemos  muchas razones para seguir el camino, en la ruta del progreso y de los cambios, de la construcción de nuestro futuro. Esperamos seguir juntos, codo a codo, con alegría, amándonos. Tenemos muchas razones para abrazarnos y seguir avanzando por las rutas del porvenir. Y recordar a los que ya han partido, pero siguen estando. Por ello, Felicidades Totales, personales, familiares, del grupo, de los compañeros, de los cómplices, de los soñadores, de los enamorados. Por cierto un saludo especial a nuestros hijos, hijas, nietos y todos los que engrandecen nuestras tribus personales. Éxito en los propósitos, en el amor, en la familia. A no bajar la guardia Tenemos mucho que celebrar por el año que termina y renovar esperanzas en este año que amanece, y mucho que trabajar, como siempre. ¡Venga el abrazo, un brindis, celebremos la vida. Ahí nos vemos, en la lucha, en la vida! A no bajar la guardia del compromiso, el cariño y los sueños. Marcel Garcés Muñoz Periodista Director de Crónica Digital Santiago de Chile, 1 de enero 2022 Crónica Digital

Por Marcel Garcés Muñoz Chile y los chilenos viviremos este domingo 21 de noviembre una histórica disyuntiva, una confrontación entre un proyecto democrático de futuro, y la pretensión de devolver el país, al escenario de la violencia, de la guerra interna, del terrorismo, del facismo corriente y confrontación permanente entre la oligarquía y los ciudadanos. Con total desparpajo y  altanería el candidato del pinochetismo, José Antonio Kast, ha reivindicado a su mentor político, su ídolo del “orden social”, la disciplina,  el dictador Augusto Pinochet, y negado al carácter  criminal de su régimen, que él y su familia apoyaron, junto a otros que hoy reivindican su “legado”: el terrorismo de Estado y el imperio del modelo de mercado. Kast señaló en un encuentro con corresponsales extranjeros, que durante la dictadura  de Pinochet, de sus esbirros uniformados y cómplices civiles, políticos y empresariales, no hubo represión, persecución, asesinatos dentro y fuera de las fronteras, exilio  de dirigentes políticos democráticos, opositores a sus fechorías. Tamaña barbaridad, dicha con un rostro interpérrito, casi sonriente, conforme al personaje que sus asesores de imagen le han creado, no solo es una canallada, sino un acto de complicidad con un régimen, una pandilla de asesinos  desalmados, a los que hoy es posible encontrar en cárceles, con condenas judiciales de decenas y hasta cientos de años de prisión, pero también en esferas de derecha política y empresarial, cómplice de esos crímenes. Kast, cuya familia ha sido denunciada judicialmente por sus vinculación con los verdugos de  decenas de campesinos y dirigentes populares en Paine, durante la dictadura de Pinochet, afirmó en declaraciones periodísticas del 15 recién pasado, que durante la dictadura derechista-militar de Pinochet “se hicieron elecciones democráticas y no se encarceló a opositores políticos”, en referencia a sus acusaciones contra el proceso electoral presidencial nicaragüense. Kast, como si no fuera suficiente su historial familiar y político, ya se había hecho notar por su admiración a Pinochet y sus crímenes, el 9 de noviembre de 1917, cuando en declaraciones a TV-13, en medio de una campaña electoral presidencial de la época, aseguró que si Pinochet estuviera vivo, “votaría por mí”. Semejante falsificación de la historia y “negacionismo” frente a los crímenes de la dictadura encabezada por su ídolo, además de la pretensión de sentirse “heredero”, de Pinochet, de quien se presenta como continuador político, no pudo pasar desapercibido. La candidata  presidencial, Yasna Provoste señaló que bajo Pinochet, “se encerró  a los opositores, en Chile se torturó a los opositores, en Chile se hizo desaparecer opositores”. Incluso el candidato derechista-populista, Sebastián Sichel se distanció de  Kast y su pretensión de relativizar los horrores de la dictadura militar derechista de Pinochet, apuntando que no se puede ocultar, ”lo doloroso que fue para miles de chilenos ver vulnerados sus Derechos Humanos, o para una generación completa de no saber lo que era la libertad o las elecciones democráticas”. Conceptos similares  tuvieron  los presidenciales, Gabriel Boric, y Marco Enriquez-Ominami y muchos políticos, victimas de los crímenes de la dictadura y luchadores por los […]

Por Marcel Garcés Muñoz El segundo aniversario de la protesta social del 18 de octubre 2019 ha reavivado la discusión política, ideológica, de un hecho sin duda histórico de la historia reciente del país, y de su indudable carácter político y social y de las consecuencias inmediatas y remotas del acontecimiento. Sin duda ese 18 de octubre es un hecho fundacional que provocó un inédito proceso de reagrupamiento y conciencia histórica de las fuerzas sociales y política y de la emergencia de nuevos liderazgos que hizo evidente el protagonismo de actores  existentes desde hace tiempo, pero negados, tergiversados y manipulados por los administradores habituales del escenario político nacional, las oligarquías de poder, los clanes económicos, los tradicionales detentadores del poder. Fue sin duda, y de acuerdo a una valoración histórica objetiva, la explosión de una fuerza social, de una tensión contenida, de la presión que buscaba una salida, el estallido de una caldera imposible de contener, abriendo un camino que no ha terminado de explorar, pero que tiene un horizonte  continuo, con avances, desafíos y aún obstáculos, pero que la ciudadanía estima necesario, obligatorio, desafiar y seguir avanzando. Por ello, es falsa la disyuntiva que El Mercurio, la derecha y el Gobierno del presidente Piñera, han pretendido  instalar, entre el orden establecido -en realidad su orden oligárquico- y las legítimas demandas ciudadanas. La negación y falsificación de la realidad, lo que busca no solo es demonizar la expresión soberana de la ciudadanía, sino que eliminar el derecho a la protesta, y el ejercicio de la democracia, de los derechos humanos, sociales, económicos del pueblo. La realidad y constatación histórica es que la violencia, el terrorismo, el crimen, la delincuencia política, la corrupción, la represión el genocidio, han sido instalados en el escenario nacional por la Derecha, las oligarquías, los clanes, económicos, empresariales, militares, en alianza y subordinados  a las transnacionales y poderes imperiales. Precisamente de eso se trata cuando la propaganda derechista abruma a través de editoriales, declaraciones, análisis de “expertos”, encuestas, con sus ataques a la Convención Constituyente, el órgano legislativo más democrático, representativo, que se ha dado la  ciudadanía, el pueblo, en toda la historia del país. No se trata entones de lamentaciones sobre puntuales hechos de violencia, saqueos, incendios, cuya autoría e intenciones son claramente sospechosos, a los que la policía llega habitualmente tarde, y más bien parecen corresponder a un libreto diseñado previamente por los propios servicios de inteligencia policial y las academias políticas de la Derecha. Habría que hacerse entonces la clásica pregunta de “a quién sirven” estos hechos, cuales son sus objetivos políticos, quienes promueven y financian, manipulan, coordinan su accionar. El saqueo, el asalto a pequeños almacenes, el crimen alevoso nunca ha sido un método, un instrumento de las luchas populares y democráticas, pero si lo han sido  de las bandas paramilitares ( tipo Patria y Libertad, los comandos Rolando Matus, las pandillas armadas y protegidas por la UDI, en el último tiempo, los grupos de autodefensa en Las Condes, Lo Barnechea, Vitacura,  y otras comunas y en La Araucanía, […]

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Un café en una plaza con historia....

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