El 3 de enero de este año, Magdalena Krebs, Directora de la DIBAM, informó a través de El Mercurio, que puso fin a la publicación de la revista Patrimonio Cultural. Junto con anunciarnos la muerte de esta prestigiosa revista, la autoridad presentó una nueva publicación denominada PAT y explicó que las razones centrales de este cambio son incluir el patrimonio natural y ampliar los ámbitos patrimoniales hasta entonces considerados por la revista Patrimonio Cultural. Y estoy sorprendida. Lo estoy pues, al contrario de lo informado por la Sra. Krebs, la revista Patrimonio Cultural , creada el año 1995 por la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos – DIBAM- por decisión de su entonces directora Marta Cruz-Coke y con la activa participación de la escritora, académica y Premio Nacional de Periodismo Faride Zerán, dedicó no sólo significativas páginas a la reflexión, conocimiento y valoración del patrimonio natural sino que dedicó íntegramente algunas ediciones de la revista a ello. Asimismo, a lo largo de sus 15 años de existencia, esta publicación abordó muy amplios y diversos temas y problemáticas del patrimonio cultural material e inmaterial; entre otros relevantes el lenguaje, pueblos originarios y patrimonio, el patrimonio fotográfico, industrial, artístico, literario, gastronómico, arquitectónico, gráfico,etc. Intencionadamente invitó a reflexionar sobre ciudadanía, memoria y patrimonio; ciudad y patrimonio; identidad, territorio y patrimonio; religiosidad y patrimonio; cultura popular y cultura tradicional, saberes, oficios, ritos y prácticas culturales; museos como espacios y testimonios de ejercicios de memoria; arte y patrimonio; el poder y la definición de lo patrimonial como asimismo el patrimonio histórico como manifestación del ejercicio del poder hegemónico en un país, en particular en Chile. La revista Patrimonio Cultural invitó a debatir en definitiva sobre el concepto tradicional de patrimonio cultural, contribuyendo a complejizar, ampliar y democratizar su definición, promoviendo el respeto y valoración de manifestaciones de la cultura popular y tradicional de nuestro país, reconociendo y estimulando la participación ciudadana en la definición y puesta en valor de lo patrimonial, y reinstalando el patrimonio como espacio e instrumento de (re)construcción de una comunidad imaginada de país. Esta publicación, sin duda, contribuyó a visibilizar la compleja relación entre los discursos de identidad y “chilenidad” y el concepto del patrimonio cultural hegemónico en la sociedad y el Estado de Chile en los siglos XIX y XX. La publicación cultural que ha sepultado la Sra. Krebs, abrió y se constituyó en un espacio libertario, plural, democrático, crítico y respetuoso de debate y reflexión cultural. Y lo hizo constituyéndose en sí misma en un objeto cultural; con una estética muy singular, gran formato, bellas imágenes, uso del blanco y negro, los espacios vacíos y el diseño de textos que comunicaban libertad, y sus provocadoras y atractivas portadas, que de inmediato abrían preguntas, debates y conversaciones. Era una revista creada por una institución del Estado pero no era una revista institucional. Era una revista financiada por el Estado pero invitaba con absoluta libertad a pensar, dialogar y criticar el propio accionar del Estado. Este gran esfuerzo de apertura […]

  Hace pocos días valoramos la acción de la Justicia en la investigación del terrible crimen de Víctor Jara que, después de casi 40 años, procediera a identificar y encausar a sus autores; manifestamos que no hay consideración alguna que pueda paralizar y detener la acción penal que corresponde a los Tribunales en ese crimen de lesa humanidad. Ahora es necesario bregar con una infatigable voluntad de justicia ante el cruel asesinato del matrimonio Luchsinger-Mc Kay. Sus autores deben ser debidamente castigados por el Estado de Derecho democrático imperante en nuestro país. No puede haber justificación alguna ante el crimen que se presenta o intenta excusar por supuestas razones políticas. Sus consecuencias en la historia de Chile han sido trágicas y de un incalculable costo social. Aquellas que lo intentan justificar por las razones de injusticia imperante no hacen sino que provocar un clima de venganza y represalias que corroe y destruye el tejido social. Se ha demostrado ya tantas veces que los propician «el ojo por ojo» terminan arrastrando a la espiral de violencia a víctimas inocentes. El que pretende ser paladín de una noble causa autodesignandose para ello termina transformado en autor de crímenes de la peor especie. En este caso, un atentado incendiario y la violencia descontrolada llega a la ejecución de un doble y feroz homicidio. Frente a estos crímenes irracionales no puede haber doble estándar. No hay víctimas de primera o segunda categoría. No importa si cuentan o no con afiliación partidaria, si son independientes o si tienen preferencias de izquierda, centro o derecha; si son parte de un credo religioso, son agnóstico o no hacen suya ninguna creencia en el ámbito de la fe. Por encima de cualquier causa, razón o motivo está la persona humana. La inviolabilidad de su dignidad personal y en su derecho a la vida. Aceptar cualquier «pero» o matiz en este criterio esencial significaría no asumir cabal y definitivamente las lecciones de la lucha del pueblo de Chile durante casi dos décadas por el respeto a los Derechos Humanos y el restablecimiento de la democracia. Lo que fue valido ayer en dictadura lo es también hoy en democracia. Nadie tiene el derecho de arrogarse para si la facultad de disponer de la vida de los demás. Ninguna organización criminal de esa naturaleza puede ser permitida. Este crimen efectuado con crueldad y alevosía debe ser sancionado con todo el rigor de la ley. Sus ejecutores no tienen justificación posible. Santiago de Chile 7 de Enero Camilo Escalona Medina Presidente del Senado Crónica Digital

  En estos días hemos asistido a una campaña de provocación hacia el Partido Comunista que incluye poner en la agenda nacional la situación de una disidente cubana y afectar el proceso de unidad de la oposición. Quiero partir diciendo que los afanes de la derecha, de los cuales se hace eco la pauta editorial de El Mercurio, de dividir a la oposición van a fracasar. Hay diferencias entre sectores opositores, es algo natural, pero creo que seremos capaces de asumirlas y discutirlas con franqueza y en los espacios que corresponde. Lo que está claro es que todos los partidos de la oposición, más allá de la legítima confrontación de ideas, estamos por construir una convergencia de las fuerzas democráticas, progresistas y de izquierda en base a un programa común. Soy un convencido de que los partidos políticos debemos ser sensibles a las demandas del movimiento social y que en un gobierno democrático debe primar el diálogo y la voluntad de asumir las demandas de la gente, por sobre la represión que tanto ha sido criticada. No aceptamos la falsa disyuntiva entre expresión social y gobernabilidad. Se puede tener gobernabilidad respondiendo a las necesidades del movimiento social y ciudadano. No nos parece contribuyente meter en la agenda nacional el caso de la ciudadana cubana Rosa María Payá. Debo decir claramente que no entraré en debate con ella. Nuestro debate es con los dirigentes de nuestro país. Por lo demás, Rosa María Payá, estando en Cuba, habla sin restricciones con medios de prensa chilenos y ella puede difundir, también sin restricciones, sus planteamientos a través de las redes sociales. Así que en Chile sabemos de sus opiniones.  Hemos dicho que no nos gusta que un ciudadano no tenga permiso para salir de su país, como tampoco nos gusta que por ley, los ciudadanos estadounidenses tengan prohibición de viajar a Cuba y que para hacerlo tengan que solicitar un permiso de salida al Departamento del Tesoro de Estados Unidos; ni nos gusta que en Chile existan comuneros mapuches presos.  Pero no podemos dejar de expresar y es lo que hemos querido advertir, por declaraciones de dirigentes de la derecha, que hay una campaña para ensuciar la visita a Chile del jefe de Estado cubano, Raúl Castro, quien viene a recibir de manos del Presidente Sebastián Piñera la presidencia de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), montando operaciones mediáticas y políticas.  En los días que los personeros de la derecha anuncian acciones contra Raúl Castro, se informó del procesamiento a ocho ex militares por el asesinato del cantautor Víctor Jara; varios periodistas chilenos que sacaron a luz nexos de personeros de la derecha con los servicios represivos de Pinochet, fueron amenazados, sus casas asaltadas y sus familiares acosados, además de sufrir el robo del material periodístico; siguen las denuncias de violaciones de derechos en comunidades indígenas y se aplica la Ley Antiterrorista dejada por la dictadura; y en el Senado, esa misma derecha busca nominar a Juan Manuel Muñoz Pardo como […]

  En un libro reciente, Mario Amorós, “Sombras sobre Isla Negra”, nos refiere la reacción de Neruda ante la muerte de Víctor Jara, triste presagio de la suya propia en la Clínica Santa María en oscuras circunstancias. Desde su lecho de enfermo, en la habitación, Pablo le increpa a Matilde: “Están matando gente, entregan cadáveres despedazados. La morgue está llena de muertos, la gente está afuera por cientos, reclamando cadáveres. ¿Usted no sabía lo que le pasó a Víctor Jara?, es uno de los despedazados, le destrozaron sus manos…  ¿Usted no sabía esto? ¡Oh dios mío! Si esto es como matar un ruiseñor, y dicen que él cantaba y cantaba y que esto los enardecía”  En aquellos tristes días de septiembre de 1973, Víctor Jara fue llevado desde la Universidad Técnica del Estado al Estadio Chile, un centro de detención de ciudadanos; allí fue sometido a vejámenes durante varios días y, finalmente acribillado. Hoy, un proceso judicial en curso ha señalado el nombre de los verdugos: Pedro Barrientos Núñez, Hugo Sánchez Marmonti y entre los cómplices Edwin Dimter, alias “El Príncipe” Hoy sabemos que en todo el territorio nacional, aquel día y los que siguieron, muchos hombres de armas se convirtieron de uniformados al servicio de su patria en asesinos y criminales.  El cuerpo de Víctor Jara fue tirado cerca del cementerio con 44 impactos de bala y evidencias claras de tortura. Fue sepultado en silencio y soledad por su viuda, Joan Turner, como única testigo de la infamia, al tiempo que Chile entero se sumía en una oscura noche de terror dictatorial que duraría varios años. Mientras muchos chilenos enterraban a sus muertos, muchos uniformados, con la abierta complicidad de civiles de derecha, ebrios de sangre, recorrían amenazantes las mudas calles de nuestras ciudades y poblados.  A casi cuatro décadas de aquella tragedia, los chilenos hemos podido conocer, aunque sea muy parcialmente, las dimensiones más tenebrosas de lo acontecido. Bien sabemos que muchos de los culpables, tanto uniformados como sus cómplices civiles, siguen impunes en el Chile de hoy. Lo que no sabían los verdugos de entonces es que al matar un ruiseñor, su canto se multiplica al infinito en un “para siempre” y sus ecos resuenan una y otra vez en el mundo entero, tal y como cantara Víctor Jara: “Ahí donde llega todo / y donde todo comienza / canto que ha sido valiente /siempre será canción nueva”. Santiago de Chile 2 de Enero 2013 Por Álvaro Cuadra ELAP. Universidad ARCIS Crónica Digital

    La Navidad es siempre oportunidad de volver al cristianismo originario. En primer lugar, existe el mensaje de Jesús: la experiencia de Dios como Padre con características de madre, el amor incondicional, la misericordia y la entrega radical a un sueño: el del Reino de Dios. En segundo lugar, existe el movimiento de Jesús: de aquellos que, sin adherirse a alguna confesión o dogma, se dejan fascinar por su saga generosa y radicalmente humana y lo tienen como una referencia de valor. En tercer lugar, están las teologías sobre Jesús, contenidas ya en los evangelios, escritos 40-50 años después de su ejecución en la cruz. Las comunidades subyacentes a cada uno de los evangelios elaboraron sus interpretaciones sobre la vida de Jesús, su práctica, su conflicto con las autoridades, su experiencia de Dios y sobre el significado de su muerte y resurrección. Sin embargo, cubren su figura con tantas doctrinas que resulta difícil saber quién fue realmente el Jesús histórico que vivió entre nosotros. Por último, existen las Iglesias que intentan llevar adelante el legado de Jesús, una de ellas, la católica, que reivindica ser la única verdadera guardiana de su mensaje y la intérprete exclusiva de su significado. Tal pretensión hace prácticamente imposible el diálogo ecuménico y la unidad de las Iglesias a no ser mediante la conversión.  Hoy tendemos a decir que ninguna Iglesia puede apropiarse de Jesús. Él pertenece a la humanidad y representa un don que Dios ofreció a todos, de todos los rincones de la Tierra.  Tomando como referencia a la Iglesia Católica, notamos que, en su milenaria historia, dos tendencias, entre otras menores, alcanzaron gran desarrollo. La primera se funda mucho en la culpa, en el pecado y en la penitencia. Sobre tales realidades planea el espectro del infierno, del purgatorio y del miedo. Efectivamente, podemos decir, que el miedo fue uno de los factores fundamentales en la penetración del cristianismo, como lo mostró J. Delumeau en su clásico El miedo en Occidente (1989). El método en tiempo de Carlomagno era: conviértete o serás por el filo de la espada. Leyendo los primeros catecismos hechos en América Latina como el primero de Fray Pedro de Córdoba Doctrina Cristiana (1510 y 1544), se ve claramente esta tendencia. Comienza con la descripción idílica del cielo y después la terrorífica del infierno «donde están todos vuestros antepasados, padres, madres, abuelos y parientes… y adonde iréis todos vosotros si no os convertís». Hoy día todavía hay sectores de la Iglesia que manejan estas categorías del miedo y del infierno.  Otra tendencia, más contemporánea, y pienso que más próxima a Jesús, pone el énfasis en la compasión y en el amor, en la justicia original y en el fin bueno de la creación. Entiende que la historia de la salvación se da dentro de la historia humana y no como una alternativa a ella. De ahí surge un perfil de cristianismo más jovial, en diálogo con las culturas y con los valores modernos.  La fiesta de Navidad se […]

  Los alegatos de la fase oral en el Tribunal de La Haya han concluido. El representante de Chile, Alberto van Klaveren, finalizo el tiempo correspondiente a nuestro país con una exposición maciza y potente que, probablemente, se estudiara con atención en el futuro no solo por el caso de Chile sino que por su trascendencia en el Derecho Internacional. En algunos meses más el Tribunal ha de fallar en Derecho y se sellará una etapa en la vida de ambas naciones. Desde ese momento la responsabilidad será de los Estados respectivos. De la controversia se habrá de evolucionar hacia una nueva mirada centrada en la Integración regional. Desde hace tres décadas aproximadamente, América del Sur logro asentar gobiernos democráticos elegidos por votación popular y dejar atrás el oscuro periodo de las dictaduras neoliberales. Afianzar la democracia es un proceso en curso, cuya potencialidad comienza a dar sus frutos paulatinamente, pero que ahora debe hacerse cargo de un imperativo mayor: enfrentar la desigualdad en cada país y colaborar para superarla como fenómeno crónico de la región. Ello requiere formular un nuevo pensamiento geoeconómico en el cono Sur. Este es un esfuerzo en que para Chile adquiere especial significación establecer una relación de complementariedad con Argentina, no obstante, inclusiva y abierta al Brasil y el conjunto de la región. Desde este suelo se puede mirar -si cooperamos- hacia las dos cuencas oceánicas principales: la atlántica y hacia la creciente presencia del Pacífico. Un entendimiento constructivo en el Cono Sur abriría perspectivas insospechadas a cada uno de los países por separado, como parte de un esfuerzo conjunto de solidaridad e integración, que posibilite incluso una perspectiva de interlocución asociada con vistas al interés común frente a otros protagonistas del mundo global. Chile debe ampliar los horizontes de su visión de regionalismo abierto para potenciar los nuevos espacios que se abren en esta segunda década del siglo XXI.Hoy en la globalización compiten los países. Eso deben entenderlo aquellas miradas mezquinas y llenas de codicia que solo pretenden maximizar ganancias, no importando los grados de injusticia que su voracidad provoca. Por ello, enfrentar la desigualdad, debe pensarse como una acción que va mas allá del imperativo moral y social que la anima, es una tarea de alcance decisivo para la estabilidad democrática y, además, como una apremiante exigencia impuesta a las obligaciones competitivas del país. Una nación marcada por la desigualdad no podrá ser el interlocutor que el contexto global del siglo XXI demanda a cada uno de sus actores. Cuando, como en el caso de Freirina, hay autoridades que pregonan que por el número de empleos la comuna debe aceptar cualquier condición sanitaria, eso significa que se piensa con anteojeras, que no se está a la altura de las circunstancias que exigen dignidad en todos los hogares. Cuando el descrédito consume el sistema de acreditación de la Educación superior privada y la autoridad solo observa como los conflictos de interés acentúan ese descrédito, tampoco se está a la altura de lo que el […]

  Recientemente, el Presidente de la República, ha expresado diversos juicios en que se propone desautorizar al amplísimo arco de fuerzas de pensamiento que critican el modelo neoliberal, pretendiendo crear una imagen histórica inexacta: serian las fuerzas libremercadistas las que habrían logrado asegurar a la humanidad un presente de libertad, derrotando la pretensión totalitaria del comunismo y sus aliados. Ese dibujo, en blanco y negro, propio de la guerra fría es, obviamente, una manera de acomodar los hechos históricos en función de las propias argumentaciones y no refleja, de ninguna manera, lo ocurrido a lo largo del siglo XX, en que la civilización sufrió las más terribles catástrofes fruto de la entronización de experiencias totalitarias que significaron la pérdida de millones de víctimas inocentes y la destrucción de un patrimonio material y cultural incalculable.  En particular, se intenta descalificar la experiencia del Estado del Bienestar Social con que Europa supero el descalabro de la Segunda Guerra Mundial y logró contener el poderío con que la entonces Unión Soviética emergió de esa confrontación bélica. Sin la voluntad de levantar sociedades igualitarias, con un elevadisimo grado de justicia social, ese continente en ruinas no habría sido capaz de consolidar una sociedad democrática, que tuviera la fuerza y legitimidad de resistir la atracción que ejercían los proyectos totalitarios de la época. Una fractura social como la que ha irrumpido luego del desplome de los países de Europa de Este en 1989, a causa, precisamente, que las fuerzas del capitalismo salvaje no sienten amenaza alguna y se consideran capaces de hacer lo que su libre voluntad les dicte; esta realidad de inequidad e injusticia hubiese tenido consecuencias, definitivamente, incalculables.  La libertad, para perdurar, exige la edificación de sociedades con justicia y humanidad. Los que creen que para el progreso de la civilización basta con un buen clima para lograr ganancias y rentabilidades que nunca antes capturaron,  están definitivamente equivocados. Los que ponen en peligro la libertad son los que permiten, patrocinan y amparan la codicia y la superexplotación, es el fundamentalismo de mercado.  Precisamente, impulsados por nuestras convicciones libertarias, hemos promovido y conseguido que se sitúe en el centro de la preocupación del país la necesidad de enfrentar la desigualdad. El problema de hoy no es la discusión sobre la libertad, ya que socialistas, democratacristianos, pepedes, radicales, comunistas, personas de la derecha republicana y gente libertaria sin partido, en suma, la mayoría de los chilenos, tanto civiles como uniformados, confluimos finalmente desde 1988 en adelante, en la magna tarea de restaurar la libertad y afianzar la democracia.  En Chile el totalitarismo fue de derecha, con el propósito de imponer el desenfreno del mercado.  También existió en Europa, con dos grandes tipos de totalitarismo, amén de sus imitadores, el de Hitler de derecha, el de Stalin, de izquierda. Pero, en Chile la libertad se recuperó, a mucha honra, por el acuerdo político entre el centro y la izquierda.  Luego de consolidarse la democracia, hoy el desafío es la desigualdad que tiene como costo ahogar la […]

  Sr. Director, Fui uno de los cientos de vocales de mesa que tuvieron tiempo para dormir una siesta, aburrirse y elucubrar teorías acerca del voto voluntario y, por extensión, sobre la democracia que tenemos. La desideologización forzada a la que estuvo sometido nuestro país durante los años de dictadura y que se ha prolongado durante los 22 años posteriores del marasmo ideológico liderado por la Concertación y profundizado con maestría por la Alianza, han terminado por transformar al grueso de nuestra población en una suerte de ameba light e individualista, con ansias exacerbadas de consumo y propensa al sobreendeudamiento. Como muchos invertebrados con sistemas neuronales básicos, esta masa social amorfa desde el punto de vista político, responde a estímulos específicos de manera predecible. Cuando los estímulos son pobres o de baja intensidad, un organismo de este tipo no reacciona. La escasa calidad de los candidatos representó un estímulo cercano a cero. La combinación nefasta entre el descrédito casi total de partidos políticos y la oferta a raudales de candidatos insípidos ideológicamente, salvo escasas excepciones, transformó las últimas elecciones municipales en una clara prueba que desde 1990 nos hemos convertido progresiva y sostenidamente en una Nación de invertebrados políticos, incapaces de oponer resistencia racional y coordinada frente a las agresiones permanentes perpetradas por vermes igualmente subdesarrollados, enquistados en las esferas de poder desde que la República es República. Atentamente, Marcelo Saavedra Pérez Biólogo Santiago de Chile 31 de octubre 2012 Crónica Digital

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