Apenas quedan días para que el exsindicalista Luis Inácio Lula da Silva cumpla su primer año (1 de enero de 2024) como presidente número 39 de Brasil y solo, según sus palabras, hay una razón para el retorno al poder: «que el pueblo vuelva a soñar». Por Osvaldo Cardosa Corresponsal en Brasil Por tercera vez Lula, candidato del Partido de los Trabajadores, resultó elegido el 30 de octubre de 2022 para gobernar 12 calendarios después de dejar el cargo. Con la energía de 30 años, como se autodefine, el extornero mecánico enfrentó por sexta ocasión otro escrutinio (en segunda vuelta). Lo hizo en 1989, 1994 y 1998, y solo venció en 2002, 2006 y 2022. Ganó este segundo turno de sufragio con 50,90 por ciento de los votos válidos, al derrotar al mandatario de tendencia ultraderechista Jair Bolsonaro, quien codiciaba reelegirse por el Partido Liberal y recibió 49,10. Ambos disputaron el balotaje por no lograr en el primer pleito del 2 de octubre del pasado año la mayoría absoluta de papeletas, es decir, más de la mitad de válidas (excluidas blancas y nulas), como establece la legislación para ser electo. El resultado en urnas se consideró la votación presidencial más cerrada de la historia reciente del gigante sudamericano. Bolsonaro resultó el primer jefe de Estado en funciones que no pudo reelegirse y tampoco lideró las encuestas en el año anterior a las votaciones, algo que no ocurrió en los intentos -exitosos- de Fernando Henrique Cardoso, en 1998, Lula (2006) y Dilma Rousseff (2014). Durante un baño de masas en la emblemática Avenida Paulista (Sao Paulo) tras conocer su triunfo en la consulta, Lula, de 78 años, admitió que enfrentó «la guerra más difícil», en alusión a los ataques contra su persona y fake news (noticias falsas) en la campaña electoral. Remarcó en aquella ocasión que regiría para todos. «Fui elegido para gobernar a 215 millones de brasileños (…) sin mirar si la persona es de derecha o de izquierda». Insistió que esta resultó «la victoria más consagratoria porque derrotamos el autoritarismo y el fascismo en este país. La democracia está de vuelta». Bajo presión por los nuevos desafíos, el errabundo a los ocho años y lustrabotas a los nueve, contó principalmente con el apoyo de los más pobres, los jóvenes, las mujeres y las minorías. Sin embargo, para las pasadas elecciones Lula construyó una alianza con sectores más inclinados a tendencias de centro que lo respaldaron con la finalidad común de derrotar a Bolsonaro. APROBACION DEL GOBIERNO Según datos del instituto Datafolha, divulgados el 7 de diciembre, Lula permanece con una evaluación positiva estable por los brasileños, pues un 38 por ciento de sus compatriotas clasifica su gobierno como óptimo/bueno. La encuesta indica que un 30 por ciento considera su administración regular, mientras que el mismo número vale para mala o pésima. Con lo anterior, el 68 por ciento de los brasileños aprueba en algún grado la actual gestión federal. Datafolha escuchó dos mil cuatro personas en 135 ciudades. El […]