Chile quedó fracturado por el golpe de Estado de 1973, pero no derrotado ni inerte porque supo transitar del dolor a la resistencia y luego al combate contra la dictadura y por la justicia. Por Edgar Amílcar Morales Corresponsal de Prensa Latina en Chile El pasado reciente de este pueblo está impreso en sus protagonistas muchos de los cuales, empinados sobre su propio sufrimiento, trabajan medio siglo después para recuperar la memoria personal y colectiva, conocer toda la verdad y garantizar la no repetición. Mónica Araya atravesó todas las etapas en esta historia, desde los días luminosos de la Unidad Popular con Salvador Allende; el descenso a los abismos durante el régimen de Augusto Pinochet; la recuperación de la esperanza en 1990 y el duelo interminable por sus padres desaparecidos y su hijo mayor muerto. Figura menuda, rostro poblado de arrugas que anuncian añejos sufrimientos, mirada profunda, evocadora, y una voz suave, pero cortante como metal afilado cuando hace falta, Mónica accedió a compartir sus vivencias y las de su país con Prensa Latina. EL TIEMPO DE LAS ALAMEDAS En Chile todos trabajamos y nos ilusionamos de tener un gobierno popular con Salvador Allende, con un programa que dignificaba al país y al pueblo en general, a la gente, los trabajadores, obreros y campesinos, explicó la hoy abogada especializada en Derechos Humanos. Se trató, dijo, de un proyecto que iba más allá, pues impulsado por vías democráticas daba pasos muy sólidos hacia el socialismo, lo cual resultó verdaderamente muy fuerte para Estados Unidos, preocupado por perder el control sobre la región y sus recursos naturales. Un objetivo del gobierno de Allende fue cortar la dependencia de Chile del capital transnacional y para ello nacionalizó el cobre y pasó al sector público las mayores compañías mineras y 68 grandes empresas locales de carácter privado. Además culminó la reforma agraria iniciada por los expresidentes Jorge Alessandri y Eduardo Frei Montalva, creó un sistema de salarios mínimos con igual pago para los mismos trabajos e impulsó un plan de viviendas populares de bajo costo y modernizó la educación, entre otros logros. DESCENSO AL INFIERNO Temeroso de que se repitiera la experiencia de Cuba, Estados Unidos con Henry Kissinger como principal operador y la obediencia del ejército chileno propiciaron el sangriento cuartelazo del 11 de septiembre de 1973, recordó Mónica. “Yo hablo por Chile donde el golpe militar fue muy duro desde los primeros momentos”, expresó. Dirigentes de juntas de vecinos, organizaciones comunales, de trabajadores y partidos políticos en todo el país fueron sacados de sus casas y llevados a campos de concentración y exterminio. La activista precisó que no se perdonó ni siquiera a niños, niñas y adolescentes, tal y como aparece en el libro Rompiendo el Silencio, editado por la Agrupación de Familiares de Ejecutados Políticos y donde se documentan casi 200 casos entre 1973 y 1989. En esa lista hay tres bebés de uno, tres y cinco meses muertos en acciones de agentes de la dictadura y varios niños de entre […]