La falta de funcionamiento del Gobierno federal se encuentra hoy en el tope de las preocupaciones de los estadounidenses, por encima de la economía, el desempleo, el déficit y la atención sanitaria. Aumentan afectaciones en EE.UU. por cierre federal Obama llama a consulta a demócratas del Congreso Una encuesta de Gallup encontró que para la población del país el cierre del gobierno es la mayor preocupación. Lo que ha alcanzado la tasa más alta en 74 años, según el sondeo. El 33 por ciento de los consultados dijo que el gobierno disfuncional es el mayor problema que enfrenta la nación, superando el 19 por ciento que tiene esa percepción de la economía y el 12 por ciento que, respectivamente, eligió el desempleo, el déficit y la atención sanitaria. Hace apenas un mes sólo el 16 por ciento eligió la disfunción como el problema principal, y en las consultas de Gallup desde 1939, Washington nunca se presentó como el asunto más preocupante para la población. Cuando se produjo el paro del gobierno en 1996, el nivel de la disfunción gubernamental como tema principal sólo se elevó a 17 por ciento, muy por debajo del presupuesto y el déficit. El muestreo coincide con la frustración existente por las consecuencias del bloqueo en el Congreso, cuya tasa de aprobación cayó a 11 puntos porcentuales, situándose ahora solamente un punto por encima de su nivel más bajo de aprobación de todos los tiempos, registrado el año pasado. Una pesquisa publicada este lunes mostró que el 70 por ciento de los consultados en los primeros días de la parálisis del Ejecutivo, iniciada el 1 de octubre, consideró que este era un problema mayor. En la actualidad, aparte de la parálisis de agencias de gobierno y el cierre de parques nacionales, entre otras consecuencias, llama la atención que los causantes de la crisis, los congresistas, continúan recibiendo sus salarios en contraste con millares de empleados federales obligados a tomar licencia forzada y sin sueldo.  Washington, 9 octubre 2013 PL

La Higuera, aldea perdida en la geografía de Boliva, es hoy en centro de las ilusiones y utopías de la revolución en América Latina, porque allí murió un hombre y nació un mito: el del Che Guevara. Como cada año a inicios del octubre, el poblado campesino de casas miserables de adobe y paja se llena de turistas y peregrinos que recorren el último lugar de América que vio con vida al guerrillero argentino-cubano, al sitio que se llevó su último pensamiento y su última mirada. Es un caserío de apenas 50 almas, una especie de valle rodaeado de montañas de vegetación espesa, pero hace 46 años se convirtió en uno de los lugares de referencia para la izquierda latinoamerciana, en el núcleo pospuesto de la revolución continental. Hoy, casi medio siglo después de aquellos hechos, de que las balas y los ideales del Che removieran la dictadura de René Barrientos y a la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos, los habitantes de La Higuera han creado una especie de culto profano a la imagen del guerrillero, al que consideran un santo y le ruegan por milagros, le ofrecen flores y le encienden velas. Delegaciones de Cuba y Argentina, entre ellas el hermano menor de Guevara, Juan Martín, acudirán hoy al poblado para realizar un acto de recordación, al cumplirse 46 años del asesinato en una vieja escuelita que todavía se conserva como sitio de culto. Muchos de los pobladores de La Higuera recuerdan aquel día de 1967, y algunos hasta cobran por contar la historia, pero todos son conscientes de que desde aquel 9 de octubre, nada volvió a ser igual en ese caserío al sureste de Bolivia. Julia Cortez, una maestra jubilada, dice que ella fue la última en ofrecerle un plato de comida al Che, una sopa de maní, y cómo él le reprochó que siendo maestra, hubiera escrito ángulo sin tilde en el pizarrón de la escuela. Algunos cuentan cómo al caer la tarde, unas ráfagas estremecieron la noche y entonces entendieron que el preso de la escuelita había sido asesinado. El verdugo de Guevara, el exsargento boliviano Mario Terán, relató a su ministro del Interior, Antonio Arguedas, cuáles fueron las últimas palabras del Guerrillero. Dijo a su captor: ÂíSerénese y apunte bien! ÂíVa usted a matar a un hombre! Terán contó que quedó estremecido por esas palabras, dio un paso atrás, hacia el umbral de la puerta, cerró los ojos y disparó la primera ráfaga. La Paz, 9 de octubre 2013 PL

 No hay dudas que a la hora de nombrar canciones que alentaron a miles de jóvenes a votar por el “No” están las de Sol y Lluvia. “Para que nunca más en Chile”, “Un largo Tour”, “Alzando el vuelo” y la más emblemática “Adiós General”, todas estas melodías pasaron a ser la resistencia sonora a la dictadura de Pinochet. La banda nacida en 1978 en la comuna de San Joaquín fue fundada por los hermanos Charles y Amaro Labra, tiempo después se incorporaría un tercer hermano, Jonny. Con ocho discos de estudio, otros seis grabados en vivo, dos DVD y colaboraciones en distintos  proyectos discográficos, lanzan su último trabajo llamado “Clima Humana”.   ¿Las primeras canciones de Sol y Lluvia, que por lo demás son las más memorables, fueron debidamente planificadas o corresponden  a una creación espontánea de cantar  lo que nadie se atrevía a decir? -Fue decir lo que nosotros queríamos decir, no hubo una planificación. El canto que nosotros hemos desarrollado es como caminar, como hablar, es parte de nuestra vida y una forma de expresarla fue cantando. Entonces las canciones surgieron como crónicas de lo que estábamos viviendo. Sentíamos que podíamos interpretar una fuerza que se fuera uniendo y era así, los pequeños lugares dónde cantábamos siempre fueron creciendo y siempre fue así, ya que había una preocupación por cambiar la situación  que estábamos viviendo y teníamos la posibilidad de cantarlo y juntar gente así, y no hablando, era más entretenido.   ¿De estas canciones la única que no es de autoría de ustedes es “Adiós General”? -Nosotros hemos hecho cuatro cover, el primero de estos es “Adiós General”, que es “Adiós Juventud” y que yo lo tome de un grupo uruguayo, lo escuche dos veces y me llamó la atención, adapte parte del estribillo de esta canción que era parte de una murga que nosotros entendíamos como una expresión política en Uruguay bastante fuerte. La otra es un tema de un grupo español que se llama “Tiana” y ese esta casi igual, después tenemos una canción de Víctor Jara, que es “Caminando, Caminando” y por último un tema de Silvio Rodríguez “El reino de todavía”.   ¿En qué momento toman conciencia del papel que estaban jugando contra la dictadura? -El efecto era estar contra la dictadura, pero nosotros en realidad estábamos por cosas positivas, por la democracia, la libertad y la justicia. Nosotros sentíamos que estábamos cambiando con todo…haciendo un ejercicio que era robustecernos para alcanzar una meta que era recuperar la democracia…había impunidad y violaciones a los derechos humanos gigantescas y simplemente lo hacíamos…yo creo que no teníamos tiempo para alejarnos y decir oh…yo creo que era el pueblo el que iba creciendo, nunca lo vi separado de eso, quizá la importancia de lo que hacíamos me la ha ido dando más la gente, las personas, el pueblo que es super agradecido y ahora tal vez me doy cuenta de la importancia que seguimos teniendo. La tendencia es decir: ellos en los “80, pero estamos […]

  Correr por los pasillos del colegio era peligroso, ser inteligente era peligroso, crear era peligroso y lo más peligroso era pensar distinto, en fin, ser joven ya era un peligro. Todo acto de cultura era transformado por los ojos de las autoridades como algo subversivo; sí preguntabas mucho eras comunista, sino preguntabas nada eras un zopenco, sí eras desordenado, te enviaban al sicólogo. Claro está, que esto era para los que se atrevían a cuestionar el sistema, ya que una gran mayoría padecía de la más terrible de las enfermedades, el miedo, sin duda, un síndrome difícil de exterminar. Algunos profesores como el de computación, se tomaba en serio lo del autoritarismo, mandando a sus alumnos a realizar labores de aseo e incluso nos trataba despectivamente llegando al extremo de gritarnos ¡estudiantes mediocres!, sin dejar de lado su famosa palabra “zopenco”. Estudiantes zopencos atención a la lista. -comenzaba. -Mario Aimón. -Presente – respondía yo. -Mario Aimón  -volvía a nombrar el educador. -Presente -decía yo nuevamente. -Mario Aimón -gritaba esta vez un poco más alterado que en la llamada anterior y frunciendo el ceño. Sus bigotes se encrespaban risiblemente y se pasaba la mano izquierda por su cabeza dando la impresión de estar peinándose, mientras te apuntaba como queriéndote abatir con el lápiz Bic: su aspecto ratonil se acentuaba más cuando se enfurecía, mientras que sus lentes se deslizaban en sus narices, logrando un equilibrio preciso para no votarlos. Era delgado y alto, que desde su asiento veía a todos los alumnos e irónicamente advertía que nos tenía a todos identificados agregando además que era el amo y señor de la clase. Por tercera vez yo no respondía a la lista de curso como quería el maestro; y esto, que ya era un ritual, pasaba casi todos los días, ya que nuestro preceptor no dejaba de repetir el nombre de cualquier alumno hasta que se le dijera ¡presente señor!. La palabra “señor” le da autoridad, respeto y orden a la clase  -repetía constantemente-. Con el tiempo comprendí que esa prepotencia, ese poder de los maestros radicaba sencillamente en nuestro miedo. No sé, por qué motivo siempre me sentaba  adelante en el primer asiento, después del profesor; sería tal vez una costumbre desde que pasé la enseñanza básica y los seis colegios que había recorrido -gracias a mi madre que me matriculaba en cada establecimiento en el cual entraba a trabajar, algo que me parecía estúpidamente absurdo- hasta llegar  al último curso de la enseñanza media y encontrarme en  un quinto medio de la Escuela Abdón Cifuentes; allí en calle Dieciocho ciento dieciséis, a una cuadra de la Alameda del Libertador Bernardo O’Higgins, casi al frente de un lugar denominado “la firma” y que correspondía a un centro de detención de la DICOMCAR (Direción de comunicaciones de carabineros), y en un año decisivo para la política futura de Chile: votábamos por primera vez en dieciocho años, ahora no con el propósito de elegir un Presidente de la República, más bien para […]

Desenterremos septiembre desde las postrimerías de agosto hasta principios de octubre. Desenterremos los niños de Santiago perdidos en el pavimento, los autos y el smog. Desenterremos la maleta del clóset de la última pieza  y planchemos la bandera en estos años oscuros de poesía. Desenterremos la chicha y las empanadas hechas en horno de barrro en Mahuidanchi… para celebrar con el mapuche exiliado de sus tierras ancestrales. Desenterremos la Biblia que está de adorno en la biblioteca  del comedor, junto a las cuentas abusivas de luz y teléfono. Desenterremos las bolitas, los trompos y los taca-taca, que mis hijos han cambiado por juegos virtuales, tables y celulares de última generación. Desenterremos nuestro baile nacional y nuestro folklore opacado por los corridos mexicanos y tantas veces olvidada en las programaciones radiales Desenterremos a Violeta, a Gabriela, a Pablo y Víctor, homenajeados o sepultados por el Gobierno de turno. Desenterremos nuestras virtudes marketeada por la realidad social imperante. Desenterremos las manos de nuestros mezquinos bolsillos, para dar una limosna a los entes paupérrimos de las escaleras del metro.. Desenterremos septiembre de 1810 y celebremos Cancha Rayada y Maipú. desenterremos el encuentro de dos mundos tan diferentes y enfrentemos estos más de quinientos años de la mano de Colón y Galvarino. Desenterremos sin odios los desaparecidos de estos cuarenta años, desenterremos la verdad, cada paso y cada latido del fondo de la tierra. Desenterremos al viejo Parra y bailemos una cueca en la Alameda. Desenterremos el reloj de diez y siete rubíes, que el abuelo nos dejó con tanto cariño y démosle cuerda para convencernos que no fue un sueño y que el tiempo no se detuvo. Desenterremos la primavera que florece en septiembre, en esta buena tierra… desenterremos septiembre, porque no está triste, porque septiembre está en paz.     Por Miguel Alvarado Natali Crónica Digital, 17 de septiembre 2013

La alcaldesa de Santiago Carolina Tohá se refirió en estos términos al recordar los 40  años del Golpe de Estado inaugurando un memorial que será un hito urbano dentro del recinto Parque Quinta Normal. “Quienes hicieron el golpe de estado y lo respaldaron, tienen responsabilidades que no son extensibles a los demás ni justificables para el contexto de la época, son responsabilidades que no terminan en lo penal y son antes que todo morales e históricas” señaló.  Los chilenos de hoy agregó Tohá, están cada día más interesados en su pasado y cada vez más concientes de la fractura que tubo Chile que en definitiva  esto sirve para ir forjando un futuro libre de los traumas y los miedos que nos dejó en 11 de septiembre, enfatizando en que :“Hay que mirar el pasado, dejar de lado las medias verdades para que el futuro vuele alto y sea construido por todos los chilenos, con la fuerza de un país que aprendió de verdad de su historia”. En esta ocasión se llamó a poner una rosa en este nuevo memorial a distintas personalidades como la ex dirigenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, Ana González De Recabarren, por su incansable lucha por los derechos humanos. También se hizo presente  la actriz de vasta trayectoria como lo es Claudia  di Girólamo  y el periodista y amigo del Presidente Allende, Carlos jorquera, entre otros. Por Miguel Alvarado Natali Crónica Digital, 12 septiembre 2013

 Peregrinaciones hasta el monumento de Salvador Allende frente al Palacio de La Moneda y actos en memoria a estudiantes asesinados durante la dictadura dan continuidad hoy en Chile a las conmemoraciones por los 40 años del golpe de Estado. Como es habitual desde hace algunos años, representantes de organizaciones de derechos humanos, políticas, sindicales y sociales, entre otras, depositan ofrendas florales ante la estatua del Presidente, enclavada en una esquina de la Plaza de la Constitución desde junio de 2000. Integrantes de las agrupaciones de Familiares de Detenidos Desaparecidos, de Ejecutados Políticos, la Central Unitaria de Trabajadores, el Colegio de Profesores y los partidos Socialista, Comunista e Izquierda Ciudadana son algunas de los colectivos que llegan hasta la estatua de Allende para rendirle tributo los 11 de septiembre, en recordación al día de 1973 en que murió mientras La Moneda era bombardeada. Muy cerca del monumento, también es escenario de homenajes la puerta del palacio de Gobierno conocida como Morandé 80, por la que fue extraído cadáver de Allende, y que Pinochet la tapió. No fue hasta el gobierno de Ricardo Lagos (2000-2006) que dicho acceso al edificio ejecutivo sería reabierto. La Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (ACES) hizo el martes un llamado a ocupar las escuelas como un acto en memoria de los alumnos asesinados durante la dictadura Pinochet (1973-1990). Una de las voceras de la ACES, Eloísa González, explicó a medios de prensa que con la toma de centros educativos buscan levantar los proyectos educacionales «aplastados» por la asonada golpista. De acuerdo con el informe Retting, de la Comisión Verdad y Reconciliación emitido en 1991, al menos 307 jóvenes menores de 20 años murieron en acciones ejercidas por agentes del Estado (no todos eran estudiantes). Otras investigaciones indican que en los colegios existió un seguimiento coordinado desde el Ministerio de Educación, que espió también a alumnos. En los últimos años, los estudiantes protagonizaron numerosas manifestaciones contra el modelo educacional en Chile que tiene bases en la Constitución del régimen militar de Pinochet. Por estos días, varios han sido también los llamados a que salga a flote la verdad sobre el rosario de crímenes cometidos por los agentes de Pinochet en los 17 años de dictadura, ya que decenas y decenas de cuerpos sin vida nunca fueron hallados. El informe Retting solo contabilizó ejecuciones y desapariciones. En total, reconoció dos mil 279 muertes en manos de las fuerzas castrenses durante la época Pinochet. En tanto, la Comisión Valech, denominada así en honor al exobispo de Santiago, Sergio Valech, presentó su reporte en 2004 en el cual se enumeró más de 30 mil víctimas, de ellas más de 28 mil por detenciones ilegales, tortura, ejecuciones y desapariciones. Las muertes sumaron más de tres mil. Empero, el segundo informe de esa comisión reconoce en general más de 40 mil víctimas, a pesar de que unas 22 mil denuncias de organizaciones de derechos humanos fueron rechazadas por el equipo investigador. El domingo último más de 30 mil personas marcharon hasta el Cementerio […]

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 Confusas y lejanas son las imágenes archivadas en mi mente. Aparecen mis primeros recuerdos como las noches de invierno , donde la luna hace todo lo posible por proyectar su luz a través de las nubes. Había escuchado un comentario de mi cumpleaños, pero no recuerdo de quién; Pablo mi amigo, escalaba la reja del patio pasándose al mío a sacar una pelota: En la Mañana mi perro Kayser  comenzó a ladrar  y papá bajó a ver quién era. Dos soldados comenzaron a allanar la casa y luego subieron al segundo piso, uno de ellos me saludó; una señora gritaba no sé que cosa de una de las viviendas de al lado: alguien me llevó a comprar dulces, pero llegamos a la esquina y nos devolvimos, era una mujer que no era mi mamá, parece que algo la asustó.   Trato de rescatar otros momentos, pero nada concreto, aquí se presenta un  vació, que me hace saltar hasta el primer día de clases; tenía miedo de entrar al colegio, temor a los niños mayores  y pánico de perderme, pese a que la escuela se encontraba a dos cuadras de mi hogar.   Mejor haber nacido en enero junto a la calidez del verano y ser acuario, en lugar de ser producto de septiembre con etiqueta de virgo. El noveno mes estaba marcado por las empanadas la reunión de toda la familia y los volantines. Los 18 de septiembre los tengo en mi mente, al igual que una novela de García Márquez, sin un orden cronológico, y sin recordar aquel cumpleaños de septiembre de 1973.   Mis cortos años no entendían lo que pasaba a mí alrededor, en lo que era aquel entonces la población Pablo de Rokha. Pasé mucho tiempo escuchando este nombre sin saber que era un poeta al cual yo saqué del anonimato, años más tarde, al encontrar un libro de este en el mercado persa.   El mercado persa callejero se establecía en la calle Los Morros en  el 28 de Gran Avenida, donde yo había llegado a los 14 años. Aquella calle me vio pasear con mi primera polola y salir a mis primeras fiestas donde escuchábamos todo en inglés. Michael Jackson imponía su moda y nos hacía a todos andar para atrás, mientras el grupo Devo nos contagiaba y saltábamos como locos con su ritmo acelerado y computarizado. Los primeros besos fueron abrazaditos escuchando “Escalera al Cielo” de Led Zepelin, o los temas románticos de la banda Chicago.   Así, comenzaba mi juventud en este sector que también me observó manejar por primera vez la camioneta vieja de mi padre.  Frente a mi casa a unos treinta metros, estaba esa señora cuarentona, pero de apariencia bastante jovial, con su pelo liso y bien rubio: faldas largas y aros artesanales. Rompía todos los esquemas de una simple vendedora de cassettes y equipos de música.  Aquellas melodías estremecían a todos los puestos establecidos a lo largo de la cuadra. Dos razones,  una, el gran volumen que está señora le daba a los […]

Así, lo señalo Michelle Bachelet, candidata a la Moneda por el pacto La Nueva Mayoría en la explanada del Museo de la Memoria, en la conmemoración de los 40 años del Golpe militar  del 11 de septiembre de 1973.  La ex presidenta manifestó que no era justo hablar del Golpe de Estado como un destino fatal e inevitable y que la democracia se respaldaba con democracia no con un golpe de estado. “Las violaciones a los Derechos Humanos no son justificables, no son inevitables y son responsabilidad de quienes lo cometieron y quienes lo justificaron”. Señalando que Chile ya está en condiciones de ver el pasado, reconocer los errores y condenar la violencia de estado a la cual fue sometido el pueblo, por lo tanto Bachelet agrega que no existe  reconciliación si esta se construye sobre la ausencia de verdad y de justicia: “Hay algo inaceptable ayer y hoy y es el abismo moral y político que constituye  la base  sobre la cual se construye y se sostiene nuestra vida en sociedad”, puntualizando que hay que robustecer la intitucionalidad y con esto habrá una mayor protección a los derechos humanos que van más allá del respeto a la vida y a la integridad de una persona.  La ex presidenta se refirió además a otros derechos como al de identidad, diversidad, al de defensa frente al abuso, al derecho a la protesta y al de una información  pública, que el Estado debiera garantizar: “En dictadura la lucha por los derechos humanos  se hizo en contra del Estado, ya que era este el que violaba sistemáticamente”, siendo enérgica en decir que no está dispuesta a repetir esta historia. “La memoria de estos años  debe ser como el edificio que hoy nos acoge, un puente sólido y luminoso, que nos permita atravesar lo que nos fractura como nación, una memoria que nos permita  proyectar nuestra memoria común , desde esta explanada hasta el horizonte que nosotros soberanamente decidimos tranzar”, puntualizó Bachelet.  En el acto al cual  también asistieron los ex presidentes Eduardo Frei y Ricardo Lagos junto con diputados y senadores de oposición y la hija del Ex presidente Salvador Allende, la diputada Isabel Allende. Se realizaron dos distinciones por el aporte en la lucha contra la dictadura y las violaciones a los derechos humanos la primera en subir al escenario fue Ana González De Recabarren, que perdió  dos hijos una nuera y su esposo en manos de la dictadura y quien fuera por muchos años dirigenta de la Agrupación  de Detenidos Desaparecidos. Esta emblemática mujer de 88 años agradeció a todos los que pelearon contra la dictadura y rindió un homenaje al Presidente Allende “Cómo olvidar a quién encarnaba los sueños y esperanzas del pueblo unido”.  El segundo en recibir el reconocimiento de los organizadores fue Andrés Aylwin, abogado y ex diputado demócrata Cristiano y uno de los políticos que firmó una declaración en contra del Golpe de Estado en 1973, defensor en causas de Derechos Humanos “Fuimos personas que cuando en […]

 Que veinte años no es nada, que febril la mirada, las nieves del tiempo platearon mi sien.   Que decir cuando son cuarenta años. Que decir si a los niños de entonces el tiempo ya les  plateo la  memoria, les opaco la  capacidad de asombro, les coarto el deseo de conocer la verdad, verdad que les resulta tan lejana, pareciera ser la verdad de otros, una verdad que no los distrae ni por un momento  de su cotidianeidad cibernética de su cotidiano consumismo que es una enfermedad cuyo efecto colateral más grave es la ceguera más absoluta.          Hoy puedo decir que veinte años no es nada,  recuerdo como si ayer hubiera  estado en una protesta contra el dictador,  recuerdo como si fuera ayer que celebraba el retorno de la DEMOCRACIA, que la conseguimos luchando con armas de papel roneo   de diez por diez con tinta negra impresos en un “piter” de madera y un esténcil, recuerdo como si  hubiera salido anoche, en un frío Agosto simulando con una compañera ser una pareja de enamorados para poder distribuir esos armamentos tan peligrosos de diez por diez.           La memoria nos juega malas pasadas. A los que tiene más de sesenta años los cofunde y complica, que hice, que no hice, que pude hacer que debí hacer. A los que tenemos más de cincuenta y aquí hablo por mí, la memoria me pone en un estado de alerta, en una emotividad un tanto desbordada, creo que hice poco, pero lo que hice lo realice con toda la pasión del mundo, puse todo mi valor, que para algunos resultaba ser poco, vencí demasiados temores, supere demasiadas vallas que tienen que ver con el muchacho tímido y casi silente, pero estuve ahí. A los que tiene más de cuarenta la memoria los tiene ocupadísimos buscando respuestas, que la Socialdemocracia, que el gremialismo, que el neo-liberalismo, que el Socialismo Histórico, que el Comunismo, que el Anarquismo. A los cuarentones productos de las usinas privadas llamadas Universidades, que sienten ser los dueños del presente, la memoria no los complica pues no tiene tiempo para pensar en algo que no sea su automóvil o su teléfono de última generación. Y  los que tiene entre veinte y treinta, están construyendo memoria, y es aquí donde todos los anteriores debemos fijar nuestra atención, en la memoria de nuestros jóvenes en la memoria de nuestros hijos, es ahí en donde debemos depositar la verdad, para que en veinte o treinta años más, en esa memoria solo se encuentre la verdad.   La verdad, ese pez tan esquivo y resbaloso que en estos cuarenta años no hemos podido atrapar.  Que veinte años no es nada, que cuarenta años no necesariamente son el doble de nada.     Por     Miguel Ángel González Jara Crónica Digital, 4 de septiembre 2013

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