Hay un dicho que viene del mundo jurídico pero que se popularizado más allá de ese círculo, que dice: “  A  confesión de parte, relevo de pruebas”. Se usa cuando una de las partes admite aquello de que se le acusa, y entonces no es necesario presentar más pruebas para demostrarlo. Lo comento, lectores/lectoras, en directa alusión al alevoso e increíble  hecho que se dio hace muy poco, cuando un grupo de Carabineros – de seguro del Gope-, armados como  Robocoops para una guerra galáctica, no encontró mejor idea que lanzar a un  menor al Mapocho, el cual, como usted sabe, lleva  muy poca agua.  No contentos con eso, viendo que quedaba inmóvil abajo, partieron tranquilamente del lugar.  Junto con los perdigones a los ojos de los manifestantes el año pasado, los 31 muertos, además de otras situaciones vejatorias, es de lo más grave que hemos visto en cuanto a la represión policial en estos años. No solo eso. Acabamos de enterarnos que en recordatorio masivo de ayer del estallido social del 18 de octubre del año pasado, fue asesinado el joven de 29 años, Aníbal Villarroel, en La Victoria,  y fueron detenidas más de 600 personas. Por cierto, ni el Grupo de Lima, ni la Alta comisionada de la ONU dicen algo al respecto. Para qué vamos a hablar de la OEA.  Ahí tiene usted, en directo, el absoluto doble estándar y la hipocresía manipulatoria respecto a derechos humanos, de parte de los gobiernos neoliberales y de ultraderecha y sus medios de comunicación.   La memoria es, con todo, obstinada. La pregunta que tiene que hacerse lector/lectora es:  ¿ si Carabineros (al igual que el resto de las FFAA obviamente) puede disparar a matar, sacar ojos, torturar, o tirar menores de edad al Mapocho en lo que se dice una “democracia”,  cuánto no habrá podido hacer en la Dictadura cívico-militar del Sr. Pinochet,  donde “no se movía una hoja” sin que el dictador lo supiera?  ¿ Cómo alguien podría negar entonces la existencia de los detenidos-desaparecidos, muchos de los cuales nunca  podremos recuperar, porque fueron lanzados a mares, ríos y lagos del país ¿.   Lamentablemente aún tenemos autoridades y ciudadanos que asumen la mentalidad  neopinochetista, tanto en el gobierno, como en algunas instituciones: ahh, fueron detenidos, lanzados al río, o torturados, algo habrán estado haciendo¡ Así tal cual se argumentaba en plena dictadura cada vez que distintas instituciones  reclamaban la persecución o detención de personas. Y a ese coro se sumaban prestos, como no, el grupo de diarios del Mercurio, La Tercera, los noticiarios de televisión y la mayoría de las radios, con notables excepciones.  Una vergüenza.  Pueden más los intereses clasistas e ideológicos que la vida de las personas. Pero que fiscales usen este mismo argumento, resulta impresentable. Lo importante no es que un grupo de Carabineros o de miembros de inteligencia infiltrados se crean dueños de la vida y la muerte de todos nosotros, sino,  qué hemos estado haciendo manifestando en las calles,  para “merecer”  ser  […]

El país ha protagonizado un amplio debate frente al próximo e histórico Plebiscito del 25 de octubre próximo, en el que la ciudadanía está convocada a pronunciarse por el Apruebo o Rechazo a una Nueva Constitución, y por el mecanismo para la elaboración de esa eventual Carta Fundamental. En el marco del llamado a tomar posición frente a esas opciones, se ha observado que un sector del mundo evangélico y protestante ha salido a pronunciarse por el Rechazo, pero –lo que estimo resulta grave– ha pretendido atribuirse el monopolio de la representación de las Iglesias evangélicas y sugerir que su postura en materia política contingente está escrita en la Biblia y que los partidarios del Apruebo serían una especie de siervos de Satanás. Frente a estos hechos, más que intentar formular una reflexión teológica, me parece más apropiado compartir el testimonio personal. Desde niño, fui formado en el seno de una hermosa familia de pastores evangélicos de línea pentecostal, específicamente en la Iglesia Pentecostal Apostólica, de aquellos que creen en el derramamiento del Espíritu Santo. Soy una persona agradecida de esta Fe y sus principios. Allí aprendí que el amor a Dios y el amor al prójimo están estrechamente relacionados y son inseparables, comprendí que Dios no hace acepción de personas, y tomé conocimiento de que son bienaventurados aquellos que tienen hambre y sed de justicia, porque la paz es el fruto de la justicia. Conocí una comunidad de hombres y mujeres honestos, esforzados, asentados entre los más pobres y desheredados de la tierra, y conocí de su historia de discriminación, en que ni siquiera tenían derecho a un cementerio, por parte de la entidad eclesiástica dominante y de los conservadores que eran entonces su representación política. También supe que los demócratas progresistas siempre estuvieron disponibles para generar espacios crecientes de libertad religiosa y de conciencia, desde la promulgación de las Leyes Laicas hasta la Ley de Culto. Junto con mi esposa e hijos tenemos una quinta generación en esta senda. El intento de imposición hegemónica de la opción Rechazo por parte de algunas personas y expresiones evangélicas, atribuyéndose una representación total de este mundo religioso, distorsiona la diversidad del pueblo evangélico. Además, no ayuda a desarrollar un debate con respeto a la pluralidad propia del país y cautelando que la argumentación se desarrolle teniendo siempre presente el imperativo de la fraternidad, la justicia y el amor por nuestro prójimo, sin descalificaciones y sin odio. El Pastor y Siervo de Dios Martin Luther King señaló: “La verdadera medida de un hombre no es su posición en circunstancias convenientes y cómodas, sino su posición en tiempos de desafíos y controversias”. Desde nuestra historia y ese legado, somos de aquellos que el 25 de octubre votaremos por el Apruebo y optaremos por una Convención Constitucional, tal cual como mi abuelo Pastor Evangélico Pentecostal votó por el NO en el plebiscito del 5 de octubre de 1988, sin prestar oído a las campañas del terror de ese tiempo y sin miedo, sin odio […]

RESUMEN La universidad tradicional (también llamada “compleja”) está sufriendo no sólo una crisis presupuestaria y de apoyo público en el mundo entero, sino una crisis de sentido que cuestiona su existencia. Esta crisis paradigmática tiene un antecedente directo en la que sufrió la universidad medieval entre los siglos XVI y XVIII y que condujo, a comienzos del siglo XIX, al reemplazo del paradigma medieval por el paradigma moderno, cuyo fin último fue apoyar el desarrollo de la sociedad industrial. Doscientos años después, un nuevo paradigma – ajustado a las necesidades de la sociedad post industrial – está naciendo y es posible advertir sus características. Este trabajo analiza la crisis paradigmática de la universidad, sus consecuencias en las universidades chilenas y propone rescatar los aspectos más valiosos de la universidad en declinación para hacerlos parte de la universidad del futuro. HISTORIA Y CRISIS PARADIGMATICAS Orígenes de la universidad. Las universidades no fueron las primeras escuelas superiores ni profesionales en la historia. En verdad, las primeras evidencias de formación profesional se encuentran en la cultura sumeria alrededor de 2400 a.C. y hubo notables precursoras de la universidad, por ejemplo, en la academia de Platón (367 a.C.), el liceo de Aristóteles (336 a.C.), las escuelas surgidas en torno a la biblioteca y museo de Alejandría (siglo III a.C.), escuelas superiores en Constantinopla (siglo V d.C.), India (Nalanda, siglo V), China (Xian, siglo VII) y en la zona de dominación árabe (Bagdad, Cairo, Córdoba, Granada, Toledo, siglos X y XI). La universidad (con el nombre de tal) nace en Europa entre los siglos XI y XII primero en la forma de universitas scholarium (comunidad o gremio de estudiantes) y más tarde como universitas magistrorum (comunidad o gremio de maestros). En el primer caso, grupos organizados de estudiantes contrataban maestros para que les impartieran formación básica (las “siete artes liberales” – gramática, retórica, dialéctica, aritmética, geometría, astronomía y música- y las “tres filosofías” – moral, natural y metafísica -) y formación profesional en medicina, derecho o teología. Los estudiantes regían la universitas y el rector era un estudiante; el prototipo fue la Universidad de Bolonia. En el segundo caso, los maestros ofrecían los mismos servicios a los jóvenes, pero eran los docentes quienes regían y el rector era un maestro; en este caso, el prototipo fue la Universidad de París. Como señala Rashdall (1), con pocas excepciones, las universidades italianas siguieron el modelo escolar, mientras que las universidades del norte de Europa siguieron el modelo magisterial. En algunos lugares (especialmente España y el sur de Francia) se desarrolló un modelo mixto (universitas magistrorum et scholarium) en que estudiantes y maestros cogobernaban. Por ejemplo, en los estatutos de 1422 de la Universidad de Salamanca, el Consejo está formado por el rector, el canciller, veinte delegados estudiantiles y diez delegados docentes. El primer antecedente de una ley orgánica universitaria fue la carta de privilegios otorgada por el emperador Federico I Barbarroja a los estudiantes de Bolonia en 1155 (2). De allí en adelante, diversas universidades recibieron privilegios […]

Por Pablo Jofré Leal * El MAS y su binomio conformado por Luis Arce como presidente y David Choquehuanca en la vicepresidencia lograron una victoria furibunda e indiscutible en las elecciones del 18 de octubre, a las que fueron convocados 7.3 millones de bolivianos. Estos resultados se alcanzaron a pesar de la intervención desvergonzada de la OEA, del Departamento de Estado norteamericano y de una ultraderecha sometida a las órdenes de fuerzas externas. Un 52,4 por ciento y una diferencia de 20 puntos sobre Carlos Mesa (31,5 por ciento) y 40 puntos sobre Luis Fernando Camacho (14,1 por ciento), son cifras extraordinarias que representan aire fresco para la lucha de los pueblos. Con esto se confirma, tal como se sostuvo, que hubo una operación destinada a impedir el triunfo del MAS por parte de la derecha en las elecciones del año 2019. Avalado esto por los gobiernos derechistas latinoamericanos y el silencio cómplice de organismos internacionales. Hubo un golpe de Estado orquestado por Washington y sus aliados incondicionales y que con el triunfo de este 18 de octubre permite al pueblo boliviano volver a Palacio Quemado y además controlando las dos Cámaras del Parlamento. Es una victoria que traerá consigo un tremendo impacto regional e internacional, da nuevos aires al progresismo en América Latina y recupera la democracia para Bolivia y su pueblo, el cual sabiamente vuelve a confiar en aquellos que lo dignificaron, que le dice no al racismo, al robo, al sometimiento a Washington y a la corrupción. Mientras más postergaba la derecha golpista la convocatoria a elecciones, con una estrategia política errada del gobierno de facto presidido por Jeanine Áñez, más debilitaban sus opciones. Política supremacista, racista, de corte fascista, de insulto al pueblo indígena, a sus símbolos y cultura. En ese contexto la sociedad boliviana, los más humildes, tenían tiempo de comparar lo que había sido un proceso revolucionario que durante 14 años le cambió la cara y el organismo entero a esta Bolivia. Una revolución que nacionalizó los recursos naturales, llevó a los indígenas a ocupar Palacio Quemado y decirle al mundo que Bolivia existía, tenía una dignidad que necesitaba aflorar tras cientos de años de sometimiento y abusos. Cada día que pasaba el pueblo ponía en la balanza a los golpistas con el MAS. El ministro de gobierno de la dictadura, el empresario Arturo Murillo, estuvo en la noche del 18 de octubre largas horas presionando a los medios de comunicación, al Tribunal Supremo Electoral y a las encuestadoras para que no dieran a conocer lo que ya se sabía a las 20:00 horas y que demoró cuatro horas en visibilizar: el triunfo del MAS era inobjetable y con una mayoría abrumadora. Una maniobra que comenzó a cocinarse en la visita que hizo Murillo a la sede de la OEA a fines de septiembre y al Departamento de Estado norteamericano dirigido por Mike Pompeo, que dieron las órdenes y los apoyos necesarios para impedir que el MAS volviera a presidir el gobierno. Un plan […]

La solidaridad internacional desplegada por Cuba, fundamentalmente durante los últimos 60 años, es imposible de ocultar, no importan los recursos que se pongan en función de ello. Esa verdad, sin embargo, ha de ser entendida como el proceso que es dentro del universo de valores que caracterizan al pueblo de la Mayor de las Antillas; de lo contrario, se corre el riesgo de apreciarlo como una construcción, ajena al sentir de las masas populares, que es precisamente lo que quieren los adversarios políticos del proyecto social de la isla caribeña. El sentimiento solidario que albergan los cubanos hacia el resto de las naciones del mundo surge, en primer término, de la gratitud que sienten por quienes, nacidos en otras tierras, supieron dar su sudor, su sangre y hasta su vida por la emancipación de Cuba. Llegados de todos los confines del planeta, sus aportes fueron tan significativos, que para los cubanos se mantienen vivos y actuales. No es casual, por ejemplo, que el mayor general Máximo Gómez, dominicano de nacimiento, fuera reconocido como máximo jefe del Ejército Libertador en la Guerra de 1895, cargo que le fue ofrecido por el propio José Martí, figura indiscutible de la Revolución cubana en el Siglo XIX. Otros extranjeros ocuparon altas responsabilidades entre las tropas libertarias, como el mayor general Juan Rius Rivera, puertorriqueño; y los generales de brigada Henry Reeve, norteamericano, y el chileno Pedro Vargas Sotomayor. Se calcula que unos 3000 extranjeros participaron en las guerras por la independencia cubana que se extendieron, con interrupciones, entre 1868 y 1898. Vinieron de 40 países, y once alcanzaron el grado de mayor general, el más alto del Ejército Libertador. Naciones como China, Polonia, Gran Bretaña, Francia e Italia; e incluso España, tuvieron representantes sumados a la causa de la independencia; en la que justo es destacar a los miles de hijos de Latinoamérica que levantaron las armas por una Cuba libre. Todo eso, sin mencionar los incontables hijos del continente africano que, liberados de su esclavitud, lucharon y murieron por la independencia. La historia del apoyo internacional a la Mayor de las Antillas no se detuvo una vez obtenida la victoria sobre España, arrebatada por los Estados Unidos. Un venezolano, Carlos Aponte, cayó combatiendo al lado del revolucionario cubano Antonio Guiteras, en 1935. Numerosos mexicanos apoyaron al revolucionario cubano Julio Antonio Mella, en la década de 1920, y a los futuros expedicionarios del yate Granma, en la década del 50. En la propia expedición que redundaría en la definitiva liberación de Cuba, viajarían cuatro extranjeros, incluido ese referente mundial de la solidaridad que es Ernesto Guevara de la Serna, el Che. Ese apoyo fue reciprocado a lo largo de los años por los hijos de Cuba. El pinareño Francisco Calderón murió al servicio de la independencia de Ecuador en 1812, y su hijo Abdón lo imitó en la Batalla de Pichincha, reconocido por su heroísmo por el mismísimo Antonio José de Sucre. Varios cubanos combatieron del lado independentista en Junín, Carabobo y Ayacucho. Un […]

Una de las diferencias entre el Chile 1990-2018 y el de hoy es que el pueblo se da cuenta de alguna manera, y lo expresa, de su condición de explotado. La conciencia social del pueblo ha avanzado con respecto a su existencia social, el pueblo ha ido perdiendo el miedo y ganando confianza en sí mismo. Pero aún falta, falta ese paso que quedó pendiente tras el 18 de octubre de 2019 y que la pandemia contuvo. Un paso que no es otro que desalojar a la casta política que por décadas ha mantenido al pueblo viviendo bajo un espejismo de prosperidad, un espejismo sostenido por el endeudamiento y las ofertas con letra chica. Por lo tanto, si queremos comenzar a vivir con dignidad, sin explotación, sin impunidad, sin mentiras ni violaciones a los derechos humanos y con una Constitución realmente legítima nacida de una asamblea constituyente (no de una convención constitucional), la única opción que procede es el desalojo de los culpables de los infortunios del país. Y los culpables son, sin duda alguna, la derecha pinochetista y la Concertación (o ex  Concertación como la llaman hoy), que permitió desde 1990, y aún permite, que esa derecha pinochetista campee a su antojo en la política chilena. La Concertación pactó, entre gatos y medianoche, tras el triunfo del NO, una “transición” donde no se tocaría el modelo económico, ni las privatizaciones fraudulentas ni los crímenes de Pinochet y su jauría. Esto quedó demostrado durante todos los gobiernos de la Concertación, incluido el de la Concertación-Nueva Mayoría, que continuaron ahondando el modelo. Y si se consiguieron avances en materia de derechos humanos y algunos acotados logros sociales, se debió exclusivamente al trabajo incansable de las agrupaciones de derechos humanos y de sectores poblacionales que se manifestaron en las calles incesantemente. No se debió a una iniciativa nacida porque sí de los gobiernos concertacionistas y sus principales dirigentes, que desde un comienzo mostraron su verdadera faceta. Podemos mencionar a Enrique Correa, Andrés Zaldívar, Sergio Bitar, Mariana Aylwin, Soledad Alvear, Ximena Rincón, Francisco Vidal, Ricardo Lagos Escobar, Eduardo Frei Ruiz-Tagle, Juan Pablo Letelier, Jorge Burgos, Edmundo Pérez Yoma, Isabel Allende Bussi, Enrique Krauss, Camilo Escalona, Felipe Harboe, Jorge Pizarro, Genaro Arriagada, Nicolás Eyzaguirre, José Miguel Insulza, entre una interminable lista de perkines bien pagados por la derecha política y empresarial. De hecho, la “oposición” recibió dinero del yerno del genocida y ladrón Augusto Pinochet. Gracias a esa cáfila, a ese lastre, tenemos el Chile de hoy, gobernado por el pinochetismo, con sistemáticas violaciones a los derechos humanos desde el 18 de octubre de 2019, con presos políticos, represión y montajes contra pueblo mapuche e impunidad para militares y empresarios corruptos, que han saqueado el erario a vista y paciencia de los poderes del Estado. Incluyendo entre todos estos especímenes un general director de carabineros con perfil sicológico DINA-CNI, el que evidentemente se ve reflejado en sus tropas de asalto, émulos de las SS nazis. Es repudiable y repugnante que el país tenga hoy un […]

Nos encontramos en un doce de octubre distinto, marcado por dos puntos relevantes. El primero la pandemia global y el segundo el álgido movimiento social nacido hacia finales del año 2019. Ciertamente, ambos elementos de alguna forma confabularán para que esta fecha conmemorativa del denominado encuentro de dos mundos sea diferente, aludiendo a que el 18 de octubre del año recién pasado marca un antes y un después en los mecanismos de manifestación popular. Algo hicimos, algo tan grande que nunca lo imaginamos. El movimiento social de finales del año recién pasado puso en la palestra problemáticas transversales y estructurales para la sociedad chilena, siendo este el motivo con la participación ciudadana en las jornadas de protestas adquirieran una masividad histórica. Recordemos lo ocurrido en el marco de la denomina marcha más grande de Chile, ocurrida el 25 de octubre, donde se reunieron más de un millón de personas en el centro de la capital, copando las principales avenidas, calles y parques. Es dentro de este escenario donde se originaron nuevos simbolismos del mundo popular, como el perro matapacos y la primera línea. También se ocuparon espacios, al punto de ser rebautizados por la sociedad, como ocurrió con la Plaza de la Dignidad (ex Plaza Baquedano). Algunos sitios pasaron a ser verdaderos museos al aire libre, situación vista con el edificio del GAM. Por esos días se hizo común ver en las calles, poblaciones y barrios simbolismos de la resistencia popular, asumiendo la wiphala y la wenüfoye un papel protagónico ante las demandas sociales, reproduciéndose una y otra vez, al punto de hacerse común en las ventanas y balcones. Este mes de octubre es distinto, está cargado de memorias, imágenes y relatos de los testigos que estuvieron ahí, haciendo la historia, la misma que han escrito los poderosos desde siempre. Nos referimos a la historia oficialista, aquella que siempre ha justiciado en beneficio de unos pocos, aquellos que hoy tienen el monopolio de la verdad en sus manos. Son los tiempos donde se hace necesario tomar parte de nuestros orígenes y de forma introspectiva reconocernos. Por ahí dicen que de las cicatrices debiésemos pensar nuestro pasado, el que no es tan lejano si pensamos en las cenizas sobre las cuales fueron cimentadas las estructuras dominantes en las sociedades contemporáneas. El 12 de octubre debiese ser precisamente donde debiésemos reflexionar sobre nuestros orígenes, incluso aquellos que nos llevaron a un levantamiento popular como el visto hace un año. Al parecer  sufrimos una condena a perpetuidad, la que nos ata irremediablemente a una estructura de dominación tortuosa, capaz de estrangularnos por un trozo de pan o de quitarnos los ojos  por  vivienda o salud digna. Es dentro de ese lenguaje de la violencia donde los simbolismos adquieren importancia, siendo puntos donde llegan a  converger parte de nuestras resistencias ancestrales. De algún modo esas cualidades lograron trascender en el presente. De forma algo tardía se hicieron vigentes, atravesando siglos de historia, posicionándose más allá de las banderas o símbolos como el kultrún o […]

En el enjambre, Byung-Chul Han muestra ,focalizado en la  violencia digital y no en  la callejera que atemoriza respecto  al proceso constituyente, que ella   se expresa digitalmente con  la misma falta de proyecto  de  aquellos que veo  enamorados del enojo. Que de la justa   furia  contra  los abusos sociales pasan a adorarla,  negando todo  camino político que proponga caminos de solución. La indignación ante un modelo social injusto requiere del alma que inspira la ideología y no del enojo perpetuo. El sistema se combate  con indignación masiva ordenada, tras un proyecto de construcción colectiva y no en la piedra solitaria ni en el colectivo efímero. Con su buen ojo clínico y político Francisco Flores nos hace  vincular al  digitador solitario,  aislado, con la ira sin rumbo. El homo digitalis del filósofo y  la horda físicamente lejana, a mi juicio se nutren. Les falta  el alma  que tiene la masa con proyecto. No tienen espíritu ni ideología dice Byung. Su carácter de modelo colectivo es fugaz. El alma congrega, une  a la masa con lo que llamo la ira sana, con proyecto, ideas, ideología, espíritu colectivo. El alma emociona pero   convoca al nosotros. La violencia digital es sin respeto, ingresan hasta la persona misma repartiendo al mundo lo que se le ocurra, invocando su libertad y no la del otro. La indignación sin rumbo no entiende que lo  público exige respeto al otro porque se construye con el otro. El enjambre quiere   reemplazar el proyecto social por el acto de moverse, sea desde el colectivo imaginario de la red o desde  el individualismo grupal en la calle. La derecha culturiza ese miedo a la violencia callejera y   profetiza que esta inspiraría la escritura de la Nueva Constitución.  Y por eso el enjambre digital individualista, conservador por lo inútil, lo promueven gigantescos intereses. El  enjambre sale de su encierro digital  con  expresión de primitivismo, sin   más proyecto que la movilización perpetua con un programa diario al que no le interesa el telos. Sus miembros, potenciados por la indignación, que siempre ha sido eficaz para producir reacción, movilidad y entusiasmo como la ira de Hegel, pero que si solo se goza en si misma es estéril al cambio. El enojo de la contra todo proyecto político que no sea el propio, que por lo demás es de contenido desconocido, vive de las negaciones. Mirar y pensar en el porvenir con responsabilidad, les quita el orgullo de exhibir la ausencia de pertenencia. La horda culmina en  su programa diario, se enorgullece de no creer en ningún otro orden político que no sea el propio, de moverse como expresión episódica de sus individuos  en dinamismo. Aparentan actuar  contra el orden vigente pero su enojo perpetuo es contra toda idea de un orden político democrático. Autarquía en cuanto a su impulso de prescindencia de todo orden social institucionalizado. Esa  violencia encierra un desprecio muy profundo hacia la democracia, al diálogo, a los derechos de los otros, al orden político nuevo […]

En mi barrio una fracción mínima está inscrita en la junta de vecinos, y sólo un puñado participa en alguna actividad. Los dirigentes son quienes más trabajan. ¿A qué se debe esto? Nuestra sociedad ha hecho que un número importante de personas estén ocupadas sólo de llevar el sustento al hogar. El tiempo de buena calidad se acaba en el trabajo y el desplazamiento al y del trabajo. Una fracción menor lo dedican a la familia y/o al círculo cercano. El cultivo del sujeto integral queda pendiente para cuando haya mejores condiciones, en la mayoría de los casos eso es nunca. El individuo que no se ve a sí mismo inserto en una realidad, compuesta de personas y múltiples relaciones entre ellas y también con el medio ambiente que determinan en gran medida sus posibilidades de hacer y ser, ese sujeto está ajeno no sólo a la realidad, lo está además de sí mismo. El vocablo inglés alien refiere a alguien que es de otro lugar, de otra tierra, de otro mundo. Alienado es aquel sujeto que vive en una realidad ajena a la suya, que no puede o no quiere ver su relación con el medio en que está inmerso. La alineación es conveniente para los grupos dominantes. Cada individuo se ocupa principalmente sólo de sus asuntos particulares y deja a algún otro los temas colectivos, sobre todo a los políticos. Pero hemos sabido de numerosos políticos cooptados por el gran empresariado: ministros, parlamentarios, alcaldes, concejales y muchos más. Si ellos reciben dinero a cambio de favorecer en su quehacer a determinados intereses económicos ¿por qué hemos de continuar entregándoles los temas de todos? ¿será sano hacer una gran renovación de políticos? ¿asegura eso un resultado distinto? ¿De dónde sale la idea de que sólo unos pocos tienen las condiciones para representar apropiadamente al pueblo? ¡Oh!, justamente de los partidos políticos que dieron la espalda a la parte del pueblo que dicen representar. ¿Por qué los delegados constituyentes se elegirán con el sistema electoral de los diputados que castiga a los independientes impidiéndoles formar listas y favorece los pactos entre partidos políticos? ¿Quieren los partidos someter a los independientes? ¿A cambio de qué? A fines de los noventa trabajé en el Fosis en la Región del Maule. En la comuna de San Clemente fui parte de un público proceso colectivo de asignación de recursos para la ejecución de los programas institucionales. Dirigentes de más de cien organizaciones sociales debatieron y se pusieron de acuerdo en una mañana para ejecutar cuatro proyectos, escogidos por ellos, declinando algunos sus legítimas aspiraciones en favor de otros más necesitados. Esa madurez cívica de gente pobre, algunos analfabetos, muestra la capacidad potencial de cada persona de ponerse a la altura cuando se siente convocada a actuar por el bien común. Un buen diálogo vale más que una cuna dorada o una escolaridad larga y cara. El diálogo rompe la alineación. Para los ojos de la biología todos somos igualmente inteligentes. Hay muchos más ejemplos […]

Por Gonzalo Núñez Erices  Difícilmente alguien podría dudar que David Hume (1711-1776) es uno de los filósofos más relevantes en la historia de las ideas, la comprensión del pensamiento ilustrado anglosajón y, en términos generales, la construcción de la identidad moderna en occidente. Sin embargo, en estas últimas semanas su nombre ha generado una controversia que resulta interesante de comentar. Debido a una petición online firmada por más de 1,700 estudiantes denunciando comentarios racistas afirmados por el filósofo, la Universidad deEdimburgo ha decidido finalmente renombrar uno de sus edificios bautizado como David Hume Tower con el nombre 40 George Square. La decisión de la universidad, tal como las autoridades explican en un comunicado, está ‘energizado’ por la muerte de George Floyd en Estados Unidos y el activismo en torno al movimiento Black Lives Matter. De este modo, algunas de las ideas expresadas por el filósofo escoces que siembran la discordia provienen de su ensayo ‘Of the National Character’ en el cual sostiene: “Sospecho que los negros y en general todas las otras especies de hombres (de las que hay unas cuatro o cinco clases) son naturalmente inferiores a los blancos. Nunca hubo una nación civilizada que no tuviera la tez blanca, ni individuos eminentes en la acción o la especulación”. A pesar de que el movimiento iluminista en los siglos XVIII y XIX es un proyecto histórico basado en la consolidación de los valores de la libertad, igualdad y fraternidad, no hay que olvidar que también tiene un componente racial importante. El sujeto que reconoce su propia autonomía a partir de una racionalidad compartida con otros sujetos iguales es fundamentalmente el hombre blanco europeo. Así, no solo es posible rastrear comentarios de superioridad racial en textos de Hume, sino también en Montesquieu, por ejemplo, quien describió a los africanos como “bárbaros”, Voltaire quien pensaba a las personas de piel negra como individuos que tenían “algunas ideas más que los animales”, o Kant, filósofo emblema del siglo de las luces, quien afirmaba que “la humanidad existe en su mayor perfección en la raza blanca”. La ilustración es una construcción de identidad bajo la noción de lo civilizado en contraposición a lo barbárico, es decir, todo aquello que no corresponde a los parámetros morales y estéticos de una racionalidad blanca masculina. Hay un ‘nosotros’ que incluye un tipo particular de sujeto que excluye a las(os) ‘otras(os)’, las(os) no-civilizadas(os). Esta exclusión priva a esa(e) otra(o) de su condición de autonomía y racionalidad y, por lo tanto, la(o) destierra finalmente de su propia humanidad. A mi juicio, lo interesante no está en tomar ninguna de las siguientes posiciones: por una parte, indignarse y encolerizarse por considerar que comentarios racistas propios de la época no representan ni tampoco desacreditan la enorme obra intelectual de David Hume; por otra parte, festejar la decisión de la universidad como el logro de dejar de reconocer valor histórico en personajes que han promovido ideas racistas. Lo realmente importante estriba en un hecho que ya no depende de nuestras voluntades […]

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Un café en una plaza con historia....

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