La Covid-19 provocó en Latinoamérica la peor crisis en más de 100 años y objetivos de la Agenda 2030, como el fin de la pobreza y el hambre cero, están en zona de riesgo dado su bajo ritmo de avance, estancamiento o retroceso. Por Carmen Esquivel Corresponsal jefa en Chile Los datos lo corroboran. En 2020 el producto interno bruto (PIB) de la región se contrajo -6,8 por ciento, peor aún que en 1914, 1930 y 2009, cuando el retroceso fue de -4,9, -5 y -1,9, respectivamente, y es posible hablar de una nueva década perdida. Así lo expresó en entrevista exclusiva con Prensa Latina el secretario ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), José Manuel Salazar-Xirinachs. “El impacto económico de la pandemia ha sido más fuerte en América Latina y el Caribe que en otras regiones del mundo. La caída del PIB fue una de las más pronunciadas a nivel internacional y lo mismo ocurrió con el empleo (nueve por ciento)”, dijo. Esta situación influye en el cumplimiento de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS) establecidos en 2015 por la Asamblea General de la ONU con el fin de lograr un futuro mejor para todos hacia 2030. Un tercio de esas metas están en una situación ventajosa, lo cual demuestra que, en promedio, la región implementa acciones que acompañan el espíritu de la Agenda 2030, denotó el secretario ejecutivo de la Cepal. Sin embargo, afirmó, es necesario reforzar y ampliar ese compromiso respecto a los dos tercios restantes para poder cumplirlos. Según los datos disponibles hasta hoy, los objetivos referidos a la salud y bienestar, energía asequible y no contaminante, vida submarina, ecosistemas terrestres, entre otros, están en mejores condiciones en su tránsito hacia conseguir los valores propuestos. En cambio, las metas sobre el fin de la pobreza, hambre cero, igualdad de género, agua limpia y saneamiento, ciudades y comunidades sostenibles, acción por el clima, paz, justicia e instituciones sólidas, se encuentran en una zona de riesgo mayor respecto al resto. En 2022 la tasa de pobreza alcanzó a 32,1 por ciento de la población latinoamericana y la pobreza extrema a 13,1, lo cual implica que 27 millones de personas más están en ambas condiciones con respecto a 2019. “Este es un ejemplo de cómo la pandemia cambió trayectorias, amplió vulnerabilidades y nos puso en dificultades para alcanzar los ODS”, indicó Salazar-Xirinachs. De acuerdo con la Cepal, llevar la pobreza extrema a niveles cercanos a su erradicación, exige un desempeño mucho mejor en términos de crecimiento económico, redistribución del ingreso e innovación en políticas públicas inclusivas. Con respecto a la meta del hambre cero, un informe reciente de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura señaló que durante los últimos tres años, el número de personas con hambre en América Latina pasó de 43,3 millones a 56,5 millones. ENTRE EL IMPACTO DE LA PANDEMIA Y LA CRISIS INTERNACIONAL A las secuelas provocadas por la Covid-19, se suman ahora […]