Cientos de resultados de publicaciones de todo el mundo surgen de la afirmación del veterano reportero Seymour Hersh de que Estados Unidos destruyó el gasoducto Nord Stream II que conecta Rusia con Alemania y el resto de Europa Central. Por José R. Oro*, colaborador de Prensa Latina Video: actualidad.rt.com La agencia de noticias británica Reuters (desde el 9/2/23) publicó al menos diez historias sobre el informe Nord Stream de Hersh; la AP de EE.UU. no publicó ninguna. Lo más llamativo en las semanas posteriores a la difusión del 8 de febrero de ese artículo no es lo que se ha comentado sobre ella, sino el estruendoso silencio o poca atención de los medios estadounidenses en comparación con los de otros países El Times de Londres por ejemplo (8/2/23) informó al respecto horas después de que lo publicara en su cuenta de Substack. La agencia de noticias Reuters de Gran Bretaña divulgó al menos diez historias (8/2/23, 9/2/23, 12/2/2, 15/2/23 , entre otras), y en todos los medios españoles, franceses, alemanes, italianos, coreanos (de ambas Coreas), japoneses, australianos, de China y por supuesto rusos. En otras palabras del mundo entero excepto los EE.UU. donde fue tratado de ocultar lo más posible. Ni una nota transmitida por las principales cadenas de televisión estadounidenses NBC, ABC, CBS o las emisoras financiadas con fondos públicos PBS, NPR y la antes mencionada Associated Press. Cero noticias en los principales canales de cable del país, CNN, MSNBC y Fox News. Solo el New York Post y otros medios alternativos estadounidenses que no pertenecen directamente al establishment o al Complejo Militar Industrial. La revista online Newsweek (8/2/23) fue otra de los pocos medios notables de EE. UU. que cubrió el informe Hersh como noticia. ¿Hay justificación para tal autocensura? La historia de Hersh se basa en una única fuente anónima. Pero las fuentes anónimas son un elemento básico de los principales reportajes sobre el gobierno de EE. UU., utilizados por todos los principales medios. Además, se han publicado innumerables hechos de menor importancia nacional e internacional, haciendo la salvedad de que no han sido verificados de forma independiente. Dejando a un lado las dudas sobre la historia de Hersh, según todos los estándares periodísticos, la amplia cobertura internacional que se le dio, así como las inflexibles negativas de la Casa Blanca y el Pentágono, deberían haber sido una gran noticia en los Estados Unidos. Sobre todo cuando se habla de un acto de terrorismo de la mayor magnitud que incluso puede llevar a una guerra de impredecibles consecuencias Más importante aún, si Hersh se equivocó, su historia debe ser refutada en vez de acallada. El silencio no es periodismo aceptable, o no debe serlo. Pero la imaginaria “Democracia” estadounidense es así de selectiva, solo publicamos lo que nos gusta. Apagón informativo Apareció en las páginas de opinión (porque la gente escribió sobre el reporte a los periódicos), pero no en las de noticias, de dos diarios importantes. Los Angeles Times (11/2/23) la mencionó en el párrafo 11 […]