El año 2023 fue testigo de importantes cambios en la dirección de los vectores de las relaciones internacionales de la Federación Rusa. Por Leonid Savin*, colaborador de Prensa Latina La lista de países hostiles a Moscú incluye a todos los de la Unión Europea, a Gran Bretaña, Estados Unidos de América y Canadá, así como a otros varios satélites del Occidente colectivo. En Asia mantienen una actitud inamistosa Australia, Nueva Zelanda, Japón, Singapur, Corea del sur y en el resto de Europa: Noruega, Albania, Montenegro y varios países más. Esto precipitó al Kremlin a realizar la mayor reorientación hacia otras direcciones en la historia de Rusia, y resulta evidente que este proceso continuará en los próximos años. De la misma manera, Rusia ha dejado de ser parte de una serie de mecanismos y plataformas internacionales que Occidente tradicionalmente había promovido, como el Foro de Davos o la Conferencia de Seguridad de Múnich. En cambio, intensificó sus propios espacios a nivel internacional (por ejemplo, el Foro Económico Oriental) y comenzó a participar en varias conferencias y reuniones de alto nivel en y con países amigos y neutrales. De un modo cada vez más marcado, en la retórica de los políticos y expertos rusos comenzó a aparecer el término «giro hacia el Este» o «viraje hacia el Oriente», donde se promueven diferentes asociaciones. También debe tenerse en cuenta que no estamos hablando del Este geográfico, sino de un fenómeno cultural e histórico. En Occidente, el término «Orientalismo» se usa comúnmente como un concepto unificador, que desde finales del siglo XIX comenzó a imponerse como algo universal. Así, las regiones del Magreb y Mashrek están asociadas con el Medio Oriente, aunque para toda Europa, geográficamente, no se trata del Este, sino el sur. De hecho, todo el sur de Eurasia, desde el punto de vista de la ciencia política occidental, se llama Oriente (Cercano, Medio y Lejano). Y la monopolización del discurso en las relaciones internacionales durante muchas décadas solo ha contribuido a confundir la descripción de los procesos en curso de esa región. Por lo tanto, el giro hacia el Este que tiene lugar hoy en la política exterior de Rusia ni siquiera muestra retóricamente los procesos reales que se están desarrollando en estos momentos. La implicación convencional es que estamos hablando de los países de Asia: India, China y la región de Asia y el Pacífico en general. De hecho, las relaciones bilaterales de Rusia con estos gigantes, así como con Myanmar, Vietnam, Mongolia y varios otros Estados del sudeste asiático, han avanzado significativamente en los últimos dos años. En algunos casos, como es el caso de las exportaciones de automóviles, China ha podido reemplazar una parte sustancial de los proveedores de países de la UE, Corea del sur y Japón, que anteriormente vendían autos en el mercado ruso. Sin embargo, en realidad, el giro hacia el Este incluye toda la región Afroasiática e incluso los países de América Latina. Es decir, estamos hablando del Sur Global, con el que existe […]