Chile desplegará desde hoy militares en la frontera con Bolivia y Perú con el fin de frenar la migración, aunque existen dudas de la efectividad de esta medida para resolver los problemas en la zona norte. La ministra del Interior Carolina Tohá anunció un viaje este lunes a la región para monitorear en el terreno la llegada de las Fuerzas Armadas a Arica y Parinacota, Tarapacá y Antofagasta. De acuerdo con el decreto supremo, adoptado en el marco de la Ley de Infraestructura Crítica, las unidades militares podrán realizar controles de identidad, fiscalizar equipajes y detener a personas que ingresen por puntos no autorizados. Según declaró el alcalde de Colchane, Javier García, por ese lugar llegan a Chile entre 200 y 400 personas diariamente, a través de pasos irregulares. El operativo estará vigente durante 90 días y podrá ser extendido con la aprobación del Congreso Nacional, una vez concluidos los primeros tres meses. El despliegue militar en las fronteras genera reacciones diversas y, si bien autoridades locales lo respaldan, existen dudas sobre la decisión de darle amplias atribuciones a las fuerzas armadas en temas que no son de su competencia. Varios políticos coinciden en que para resolver los problemas de inseguridad y creciente flujo migratorio es necesario también otorgar más recursos a las instituciones regionales y tener una mayor comunicación con las autoridades de los países vecinos. El gobernador de Antofagasta, Ricardo Díaz, consideró como positiva la medida, pero dijo esperar que se concreten otras iniciativas para el norte grande. Estamos esperando mayores inversiones, aumento en las dotaciones de los policías y tener capacidad como autoridades regionales de incidir en temas de prevención del delito, expresó Díaz, quien además es el presidente de la Asociación de Gobernadores Regionales. El Instituto Nacional de Derechos Humanos solicitó a los ministerios del Interior y Defensa información sobre los protocolos con los que trabajarán las Fuerzas Armadas en las fronteras y el armamento específico que utilizarán. También manifestó su preocupación porque militares asuman el control del orden público. Santiago de Chile, 27 de febrero 2023 Crónica Digital/PL

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Por Marcel Garcés  Muñoz La ultraderecha de Chile, ha dejado de lado todas las buenas maneras políticas y la hipocresía verbal y han pasado francamente a una nueva fase- la de abierta conspiración, en busca de asaltar la institucionalidad democrática que les ha sido esquiva por la decisión democrática de los ciudadanos, en sendas elecciones. Lo de Brasil, el asalto a las sedes de los tres poderes políticos de la institucionalidad democrática del país -el Palacio Presidencial de Planalto,  el Parlamento y el Tribunal Supremo, en Brasilia, demandando a las Fueras Armadas un Golpe de Estado que derroque al presidente Constitucional Lula da Silva,  elegido por el voto ciudadano en octubre del año pasado, y que asumió el 1 de enero de 2023, es un mal ejemplo. PERO EN CHILE LAS COSAS NO ANDAN MEJOR. DEBEMOS ESTAR ALERTAS El desembozado accionar subversivo puesto en evidencia en las últimas semanas aglutina a la elite política, empresarial y mediática derechista, a un abigarrada  y a veces rocambolezco desfile  de políticos tradicionales en busca desesperada de exposición- y fondos, claro,- en el escenario del cual han sido justamente desplazados por los ciudadanos. Es posible encontrar con amplia difusión en las páginas mercuriales, en las pantallas de la TV de una multiforme representación de los llamados “Republicanos”, amarillos, neofacistas, lumpen, analistas, “académicos”, al servicio de la misma estrategia sediciosa, contra el Gobierno del Presidente Gabriel Boric, contra la estabilidad y la seguridad, la paz en el país, desconocimiento de la legitimidad y autoridad del Gobierno, pero sobre todo contra la institucionalidad y el futuro democrático del país. Y es necesario, indispensable que se demande a todos los actores , una concertación, coordinación, un  compromiso político-social que ponga atajo a una amenaza que por ahora se puede limitar a las diatribas a través de las páginas de medios, al atemorizamiento e intranquilización de la población, la le insolencia y agresividad contra autoridades, dirigentes politicos de gobierno y hasta el propio Presidente  de la República. Sin descartar actos de violencia terrorista, atentados, asesinatos. “La Semana Politica” de “El Mercurio” del domingo 8 del presente titula su primer análisis de 2023: “El Peor inicio de año”, agregando que luego de la tormenta comunicacional levantada por el tema de los indultos presidenciales que condujeron a la salida de la ministra  de Justicia, Marcela Ríos y del Jefe de Gabinete presidencial, Matías Meza-Lopehandía, es caracterizado como “una crisis donde las actuaciones  del propio Presidente han sido determinantes”. El mismo 8 de enero la columnista de El Mercurio y Directora de Asuntos Juridicos y Legislativos del Instituto Libertad y Desarrollo, de la UDI,  Natalia González, publica en el matutino, bajo el titulo “El Presidente de la Primera Fila”, que Boric “hace politiquería, empuerca la vida en democracia, y desvía esfuerzos que deben estar puestos en las prioridades ciudadanas, y no en las del octubrismo, quién vulnera la Constitución, fiándose de que su responsabilidad no será exigida”. Otro mensaje claramente subversivo, en concordancia con una declaración de Renovación Nacional, en El Mercurio, que duda cabe, un personaje bajo el nombre de Rodrigo Salcedo, […]

Por Patricio Hales No hay que pedirle a  las FFAA  que  deliberen politicamente decidiendo si acatan o no las reglas políticas constitucionales. No están invitadas al debate político. No es por desprecio sino porque tienen el privilegio exclusivo  de las armas. Politicamente están en una posición institucional de prescindencia porque  son el cuerpo armado que sirve al Estado para la Defensa y  no les corresponde decidir  la política. Su rol es  defender  la soberanía y preservar la integralidad  territorial. La sociedad les da recursos y el derecho a usar las armas, por eso es ella la que   fija su razón de ser. Los militares ofrecen hasta su propia su vida y con razón se sienten orgullosos de hacerlo. Pero su papel es la Defensa y no militarizar el orden interno. Sin embargo no siempre cumplieron. Por eso hay comprensibles resentimientos cuando se habla de las FFAA  pensando en la Nueva Constitución. Varias veces en la historia, los militares asumieron un rol político interno. La última , en 1973, sirvieron a la derecha, con tal horror que, desde sus propias filas, llegó el arrepentimiento: “Nunca más” dijo oficialmente  el Comandante en Jefe General don  Juan Emilio Cheyre. Pero el compromiso político con que afirmaron la dictadura por 17 años, deformó la comprensión de ellos y del pueblo respecto de su rol. Por esto, una parte del debate público mezcla emociones negativas antimilitares junto con las necesidades objetivas de  Defensa de Chile. Necesaria, porque mientras los seres humanos y los países, no tengamos como costumbre el respeto mutuo, existe la amenaza de conflicto de fuerza. Y eso, por ahora, requiere fuerza armada del Estado. La Nueva Constitución debe consagrar con claridad la necesidad de la Defensa, que comienza por las RREE y  para que son    las FFAA. Una  legislación establecerá el cumplimiento de las tareas profesionales militares. Pero es una definición   política no técnica. El Estado siempre oprime, conforme a las normas que establece. Aunque lo haga democráticamente, manda, prohíbe o permite. La igualdad no es pura, es igualdad ante la ley. Pero el Estado dictatorial de cualquier color  político, oprime con las FFAA,  aunque  se disfrace de apolítico, en dictadura las FFAA toman partido  polític. El recurso de todas la dictaduras, de izquierda y derecha  es militarizar la política y siempre  aureoladas en nombre del pueblo. Aunque sea obvio, hay que tener presente que  la Constitución que rige en Chile, establecida por   la Dictadura de derecha desde 1980 , es antidemocrática. Su  non plus ultra lo representó su artículo 90 diciendo  que “las Fuerzas Armadas…….garantizan el orden institucional de la República”. Les encomendó intervenir la democracia. El artículo  remplazado, quince años después de la reconquista de la democracia,  “en la medida de lo posible”, le eliminó   la calidad  de garantes democráticos que la derecha le consagró constitucionalmente a quienes tenía el monopolio de las armas. La Nueva Constitución  y las leyes que devengue, tienen  la oportunidad de precisar el  rol de la FFAA  en un Estado […]

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