Por Manuel Riesco En entrevista al Diario Financiero (18/3/22), el Ministro de Hacienda del nuevo gobierno ha planteado con crudeza sus opiniones respecto de los principales temas económicos. A la tozuda reiteración de su cerrada defensa del ahorro forzoso y rechazo a los retiros, ha sumado ahora su patrocinio al escandaloso recorte del Senado a la ley de royalty aprobada por la Cámara de Diputados. Por si ello fuera poco, critica al gobierno saliente por expansivo, diciendo que se necesita contraer aún más el gasto para contener la inflación. El ministro ha entrado al “área chica”, como dice la entrevista, pero en marcha atrás. Tres días después de su entrevista, la Cámara de Diputados nuevamente no le hizo caso y aceptó tramitar un quinto retiro, por 117 votos contra 26.  Como presidente del Banco Central y excediendo sus atribuciones funcionarias, el ministro hizo campaña del terror exagerando ante el Parlamento los efectos de los retiros sobre inflación, alza de tasas de créditos hipotecarios y caída de las pensiones, ahora insiste en atribuir falsamente a los mismos la causa de estos fenómenos. La inflación y alza de tasas afectan al mundo entero y se originan principalmente en la paralización del COVID agravada ahora por la guerra en Europa, y las políticas monetarias de los países desarrollados. La fuerte baja de pensiones es exclusiva de Chile y se debe a que acá están sometidas a las turbulencias financieras.  El efecto de los retiros sobre estos fenómenos es bajo. Los retiros en realidad han sido la medida reactivadora y redistributiva más importante en registro. No es inflacionaria en estricto rigor, puesto que no es un estímulo monetario financiado con emisión, sino una transferencia de recursos reales desde un pequeño grupo de grandes empresarios y de la industria financiera en general, a 13 millones de personas del pueblo trabajador de Chile. En buena medida se trata de una repatriación de recursos desde el exterior, por lo cual no impacta negativamente el tipo de cambio. Por añadidura, ahora el ministro patrocina el brutal recorte en el Senado del cobro de royalty aprobado por la Cámara. Lo redujeron a la décima parte acogiendo una indicación presentada por el lobby minero que, como ha denunciado el economista José Gabriel Palma, estuvo presente en la negociación del Senado. Si lo anterior fuera poco, el ministro estima que el gasto agregado debe contraerse aún más que lo estimado por el gobierno saliente, de hecho, la única crítica que se le ha escuchado de ese gobierno es su razonable medida postrera de extender el programa de fomento del empleo por unos meses.   Su entrevista comprueba que no está dispuesto a enfrentar a los grupos más poderosos para realizar las reformas necesarias que el país requiere y el pueblo exige. Es una gran irresponsabilidad política. Los retiros, por el contrario, ayudaron a legitimar el sistema político democratico en momentos cruciales, porque el Parlamento impuso su autoridad sobre la feroz resistencia de los grandes grupos que lucran con el ahorro forzoso del […]

La Cámara de Diputados ha aprobado la acusación constitucional contra el Presidente Sebastián Piñera. Como dijo el H.D. Jaime Naranjo, gran protagonista de la inolvidable jornada, la Cámara no tolera ya más los abusos ni la impunidad. Ello la honra y legítima ante la ciudadanía que apoya abrumadoramente la destitución de Piñera.  Si el Senado la confirma, ello tendría un significado histórico relevante y positivo para la sana convivencia social y la legitimidad del sistema democrático. Nada menos que resolver ahora la crisis política nacional en curso, designando una autoridad legítima a la cabeza del Estado. Aunque la destitución se abra paso por otros medios, esta acusación pasará a la historia, en ella participaron millones de compatriotas y fue noticia mundial.  Junto a la Convención, el 18-O habrá alcanzado así, aunque sea simbólicamente, sus objetivos principales. De este modo, la transformación en curso puede seguir su curso principalmente por los cauces así abiertos. Por cierto queda aún todo por hacer en cuanto a las reformas necesarias que el país requiere y el pueblo exige. De hecho una de las dos más importantes, acabar con el abusivo desvío al ahorro forzoso de las cotizaciones obligatorias, a costa de millones de jubiladas, apenas se esboza en los programas presidenciales. La otra, la principal, la renacionalización y reserva en exclusiva al Estado del uso y protección del cobre y los bienes comunes estratégicos, esa nadie siquiera la menciona. Claro, es el elefante en la habitación, si se reconoce su presencia nadie hablaría de otra cosa. Porque al cambiar la relación de fuerzas en el empresariado desde los rentistas a los auténticos capitalistas, hace posible todo lo demás. Porque quien controla el cobre controla Chile. Pero la nueva institucionalidad política que así está naciendo, reforzada por  la próxima elección presidencial y parlamentaria, y la elaboración y promulgación de una Nueva Constitución, debería ser capaz de completar dichas reformas necesarias.  Porque seguirá empujada desde abajo, como ocurre hoy con los retiros y la acusación a Piñera, por un pueblo que apenas inicia esta nueva irrupción masiva en el espacio político, las dos últimas han durado siete años cada una. Se honrará así la más noble tradición del sistema político chileno, que a lo largo de dos siglos generalmente ha sido capaz  de conducir grandes transformaciones por un cauce legal, democrático y singularmente pacifico. El respeto del mundo por ello es simbolizado en la veneración universal por el Presidente Salvador Allende. Como ha dicho un periodista talentoso aunque  conservador, el contenido del 18-O es acabar con lo que se inició el 11 de septiembre de 1973. Lo sucedido tras la derrota sangrienta de la Revolución Chilena, por criminal mano ajena con intervención de una potencia extranjera, seguida de  tres décadas en que el dinero se adueñó de la política, fue la restauración de  los vástagos de  la vieja oligarquía, que otro periodista de talento bautizó como “Hijos de Pinochet”.  Nadie los personifica mejor que Piñera, ayer acusado por la Cámara de Diputados.   Manuel Riesco, Vicepresidente […]

La Comisión de Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento del Senado, ha aprobado en general el cuarto retiro del fondo AFP, lo que es exigido por la ciudadanía en diferentes estratos sociales y fue aprobado por una amplia mayoría de diputados de todos los sectores políticos. Al autorizar los retiros anteriores, el Parlamento ha impuesto su autoridad democrática, frente a la feroz resistencia desplegada por un puñado de grandes empresarios, súper enriquecidos por el sistema AFP, a costa de millones de jubiladas abusadas durante cuarenta años.  Ellos han desplegado todo su poder, movilizando todos los recursos a su alcance, para intentar infructuosamente impedirlos. Incluyendo al poder ejecutivo, a las principales instituciones económicas del Estado en flagrante transgresión de sus atribuciones funcionarias, a los medios de comunicación principales y también a casi todos los economistas, de un arco político bastante transversal. Superando esa resistencia con el decidido apoyo ciudadano, el Parlamento ha actuado de manera responsable. Sin duda los retiros han sido una de las medidas de mayor impacto positivo, en lo económico y social y en sus consecuencias políticas, de todas las aprobadas por el Parlamento desde el retorno de la democracia.  Ha sido la política de reactivación económica más importante en registro, representa cinco de cada siete pesos transferidos por el Estado a la población trabajadora paralizada por la pandemia, protegiendo a millones de familias y miles de empresas, y recuperando rápidamente la actividad en beneficio de todos.  El mayor impacto de los retiros ha sido mejorar notablemente la distribución del ingreso nacional. Han restituido a 11 millones de afiliados AFP, activos y jubilados, el equivalente a más de la mitad de la masa de sus salarios imponibles de los últimos 12 meses, Una cifra equivalente a poco menos de un quinto del producto interno bruto (PIB), elevando su participación desde menos de un tercio del PIB a más de la mitad del mismo, lo que no ocurría desde 1973. Hoy se reconoce ampliamente que todos los beneficios mencionados se han verificado en los tres retiros ya efectuados. Ha sido una buena idea, una de las políticas públicas más importantes, efectivas y progresivas desde el retorno de la democracia. Beneficios similares se verificarán nuevamente al autorizar el Parlamento un cuarto retiro.  La economía y el empleo están aún lejos de normalizarse. Vienen recién saliendo de una paralización profunda y la recuperación es aún frágil y debe cuidarse. Continúan entrabados todos los canales de producción y circulación. Las mercancías aún no pueden alcanzar oportunamente a quiénes las demandan, por eso los precios han subido transitoriamente. Esa es la situación en el mundo y en el país. Sin embargo, las autoridades económicas chilenas están cometiendo un error de proporciones, puesto que se han apresurado a cercenar los programas fiscales extraordinarios y se proponen reducir de golpe el presupuesto fiscal en un quinto para el año venidero, al tiempo que el Banco Central está elevando la tasa de interés a un ritmo desmesurado. Todo ello corre el riesgo de precipitar una nueva recesión, […]

“El papel principal de la economía dominante en nuestra sociedad es proporcionar una apologética para un orden social criminalmente opresivo, insostenible e injusto.” Jeremy B. Rudd, Federal Reserve Board*, September 23, 2021 Esta notable cita reciente de un respetado asesor del banco central estadounidense, parece venir como anillo al dedo a casi todos los economistas que han intervenido en el debate de pensiones en Chile desde el 11 de septiembre de 1973. En este país, los economistas defensores del ahorro forzoso son legión. Encabezados por quienes fungen de ministros de hacienda y directores del banco central, secundados por otros en cargos públicos menores, los que alternan con altas posiciones en los principales organismos financieros internacionales.  No es bien visto tampoco, que se abstengan de dirigir o dictar cátedra en las principales universidades del país y, uno que otro, por qué no, en alguna de prestigio mundial. No pocos rotan asimismo en directorios de grandes empresas privadas, y varios han ocupado cargos en el mismísimo y trístemente célebre sistema chileno de AFP, o en sus nuevos apéndices que ellos mismos han inventado en el ejercicio de su servicio público. La fortuna no es verdadera si no llama a la fama. Así, no hay día en que la machacona y omnipresente propaganda del sistema privado de pensiones chileno, de muy lejos el mayor avisador del país, no tenga a alguno de tales sabihondos entre sus invitados de privilegio, entrevistas que matizan con intervenciones en el Parlamento y bien pagadas conferencias en selectos foros empresariales.  En sus peroratas olvidan los fundamentos de su propia ciencia. Confunden la obvia igualdad de ahorro e inversión con supuesta causalidad de la primera sobre la segunda. En sus cálculos omiten la mitad de los datos si la otra mitad les da la razón. Dicen que devolver el fondo dejará al sistema sin dinero para pagar pensiones, pero ocultan que en cuarenta años el único beneficio que ha salido de ahí son los retiros, los demás se han pagado con subsidios y parte menor de la recaudación corriente. Alardean de ganancias olvidando descontar de las mismas las suculentas comisiones y primas que cobran. Afirman que anticipar el pago de pensiones contratadas afectaría el patrimonio de los contratantes, olvidando que dicho desembolso de caja cancela una deuda de igual monto. Olvidan que la inflación no es cualquier alza de precios sino aquella generada por emisión exagerada de moneda que la envilece.  Hacen campaña del terror, como reconoció uno de ellos. Exageran, como tuvo que venir a reprenderlos uno de los baluartes morales de esta ciencia en el país. Bueno, pero para eso están. No sólo olvidan los fundamentos de su ciencia sino además los imperativos de la razón. Nada les produce mayor éxtasis que el equilibrio de las cuentas públicas. Ya han conseguido elevar tal exigencia a los mayores niveles legales, incluyendo prohibiciones al propio BC que han hecho crisis en la reciente crisis. No importa, para ellos este sagrado principio debería quedar grabado en la constitución y ojalá […]

El 11 de septiembre de 1973 la Revolución Chilena sufrió una derrota espantosa. A manos de generales traidores digitados por una potencia extranjera. Su contrarrevolución sanguinaria restauró en el poder a la vieja oligarquía agraria, más bien a sus vástagos ansiosos de revancha, los “Hijos de Pinochet” disfrazados de “Chicago Boys”.  Acabada la dictadura por la Rebelión Popular de los años 1980, una nueva y masiva intervención extranjera, con la complicidad de parte de la oposición a la dictadura, permitió que la restauración se prolongase durante otras tres décadas bajo gobiernos democráticos, un “tiempo en que el dinero se adueñó de la política (Stefan Zweig)”.  Como dice un periodista talentoso aunque lamentablemente reaccionario, el 18-O finalmente está acabando con lo que se inició el 11 de septiembre de 1973. Este fue nuestro equivalente, alejado en el tiempo y el espacio, a la derrota atroz de la Revolución Francesa en Waterloo, que restauró a los nobles y al rey. Dicha restauración sólo acabó décadas más tarde, tras las sucesivas revoluciones de 1830, que relata el gran Víctor Hugo en Los Miserables, y la Primavera de los Pueblos de Europa en 1848, que en Francia describe Gustave Flaubert en su entrañable Educación Sentimental.  Sólo entonces la moderna república reconoció en la Revolución Francesa a la madre que la parió, y trasladó a sus héroes al Panteón que les construyó, con el honor y gloria que se merecen.  El 18-O está culminando la Era de Revoluciones de Chile, que se inició a mediados de los años 1960 y acabó para siempre con el régimen secular de inquilinaje y latifundio, y nacionalizó el cobre, sentando así las bases irreversibles para la modernización de la sociedad chilena. En la vieja Europa, Eric Hobsbawm fecha este período de la transición a la modernidad precisamente entre 1789 y 1848. La historia avanza de este modo, en una tensión contínua entre el pueblo trabajador y las élites, en el curso de la cual el primero irrumpe a cada tanto masivamente en la escena política, para hacerse respetar y resolver las constantes pugnas al interior de los de arriba, en favor de las fracciones dispuestas a realizar las reformas necesarias en cada momento, para que la sociedad continúe su curso de progreso.  Así ha sido a lo largo de milenios, como confirman desde las clásicas novelas chinas hasta la sociología e historiografía del siglo XIX. Ésta lo resumió en la famosa formulación de Marx que la historia de la humanidad es la historia de la lucha de clases.  La caída de los socialismos reales, por su parte, reafirmó lo que viene a continuación en dicha formulación clásica, es decir, que los pueblos hacen la historia, pero no como les viene en gana. En otras palabras, que sólo pueden llevar a cabo las reformas que en cada momento resultan necesarias para el modo de vida y trabajo de cada sociedad.  En Chile, el pueblo trabajador es muy paciente, pero a cada tanto pierde la paciencia. Ha irrumpido masivamente en la […]

Estoy asombrado. Los más reputados economistas del país, con un par de honrosas excepciones, así como la unanimidad de las instituciones del Estado que se han pronunciado al respecto, encabezadas por el Banco Central de Chile, han advertido de modo bastante destemplado que un cuarto retiro AFP desatará la inflación. Los precios cambian todos los días y es de uso común denominar inflación a cualquier aumento de los mismos. El diccionario español denomina así al aumento en el nivel general de precios que usualmente mide el índice de precios al consumidor. Para la teoría económica, sin embargo, la inflación es un concepto preciso: se trata de un fenómeno estrictamente monetario, causado por emisión de moneda que excede la demanda por dinero y consecuentemente la deprecia.  No es lo mismo un alza de precios, por general que sea, ocasionada por incrementos en la demanda solvente, es decir, sustentada por dinero real o moneda que refleje adecuadamente su valor, que un alza de general de precios originada en demanda financiada con emisión que, por exceder la demanda por dinero, haya depreciado la moneda. En el primer caso las cosas suben realmente de precio, en el segundo es la moneda la que se deprecia.  En ambos casos los precios suben, pero mientras en el primero ello obedece a la constante interacción entre demanda y oferta, necesaria para ajustar la segunda a la primera y los precios de las cosas a su valor, en el segundo caso, en cambio, ello obedece a la depreciación de la moneda, lo que afecta todo lo que se mide en ésta.  La diferencia es más notoria en el caso de los salarios o los depósitos no reajustables. En el primer caso, aunque los precios hayan subido, la moneda en que se miden no se ha depreciado, por lo tanto el valor de salarios o depósitos permanece intacto y permitirá comprar las mismas cosas que antes una vez que la oferta se haya ajustado a la demanda y los precios de éstas vuelvan a su valor. En el segundo caso, el valor real de salarios y depósitos se reduce porque la moneda en que se expresan vale menos. Como se puede apreciar, la distinción no es trivial y resulta muy importante para comprender el efecto sobre los precios de los retiros AFP. Un cuarto retiro sin duda estimulará la demanda solvente por bienes y servicios, en particular los de aquellos que adquieren quienes tienen derecho a efectuar los retiros: los once millones de afiliados activos al sistema AFP, que rotan constantemente en los seis millones de ocupaciones asalariadas que mueven la economía del país, y un millón y medio de jubilados por dicho sistema.  Así sucedió con los retiros anteriores, que incrementaron su poder de compra en el equivalente a un 55 por ciento de la masa de sus remuneraciones imponibles de los últimos 12 meses, elevando su participación desde un 32 por ciento a más de un 50 por ciento del PIB, lo que no sucedía desde 1973.  […]

La Comisión de Constitución, Legislación, Justicia y Reglamento de la Cámara de Diputados ha aprobado el 4º retiro del fondo AFP, con lo cual próximamente éste se votará en sala. Veremos que pasa ahí. Si la Cámara lo aprueba con el alto consenso requerido, el Senado difícilmente lo rechazará, aunque varios andan flaqueando. Darían así otra alegría grande y merecida al pueblo trabajador, que mal que mal los eligió para representarlo. Los retiros ya autorizados por la casi unanimidad del Parlamento son una política pública acertada, responsable, valiente, necesaria y oportuna. Ayudó a millones de familias y miles de empresas, especialmente PYME, sostuvo el empleo y recuperó la economía, durante el COVID. Elevó extraordinariamente los ingresos del pueblo trabajador y su participación en el ingreso nacional. Nunca hubo política redistributiva más potente. Por primera vez aminora el abusivo ahorro forzoso. Al enfrentar los poderosos intereses que abusan profitando del mismo, legitima el sistema democrático en un momento de crisis nacional.  Bien por donde se los mire. El cuarto retiro no es diferente. Impertinencias Lamentablemente, la discusión del proyecto ha puesto en evidencia una vez más la dañina autonomización de determinados servicios del Estado, encabezados por el Banco Central, cuya dirección han capturado tecnócratas que son ardientes defensores del abusivo ahorro forzoso AFP.  Por su cuenta, estos funcionarios del Estado han intervenido de manera impertinente en la definición de políticas públicas que exceden su mandato y en este empeño no han trepidado en tomar medidas contrarias al interés del pueblo y del país. En sus presentaciones ante el Parlamento con ocasión del 4º retiro, como en los anteriores, los funcionarios que fungen en las jefaturas de estas instituciones advirtieron nuevamente al Parlamento, como hicieron con los anteriores, que si lo autoriza en uso de sus atribuciones, generaría un cuadro económico catastrófico, afectando la inflación, el tipo de cambio, las finanzas públicas, la solvencia de las compañías de seguros, las pensiones y hasta los seguros de invalidez y sobrevivencia. Con una mano en el corazón, manifiestan su preocupación por su efecto sobre la distribución del ingreso.  Dichas advertencias han sido difundidas profusa y reiteradamente por la prensa y reforzadas de modo unánime por la Dirección de Presupuestos (DIPRES), el Consejo Fiscal Autónomo (CFA), las AFP, las aseguradoras, y una multitud de economistas, amén de otras instituciones y personeros, tanto nacionales como algunos extranjeros que suelen inmiscuirse en estos debates.  Algunos de estos actores no se quedaron en palabras, sino que tomaron además medidas de graves consecuencias. El Banco Central elevó esta semana la tasa de interés de referencia, por segunda vez en poco tiempo y en esta ocasión nada menos que al doble, la mayor alza en décadas. Esta imprudente medida tendrá un efecto contractivo importante, que puede precipitar una nueva recesión si el gobierno atiende además a las recomendaciones de austeridad fiscal que paralelamente han efectuado el CFA y la DIPRES, que proponen contraer el presupuesto fiscal 2022 nada menos que un 20%.  Por su parte, las aseguradoras yanquis que junto […]

Gabriel Boric y el Frente Amplio han recibido el mandato ciudadano contundente de encabezar Apruebo Dignidad, la fuerza política que las primarias presidenciales han confirmado como la primera del país. Junto a Daniel Jadue, quién encabezó a Chile Digno en la conformación de esta fuerza política y la ha reafirmado abrazando de inmediato y sin ambages al vencedor de esta jornada, merecen el reconocimiento y cariño del pueblo que, con su masiva participación en otra jornada democrática impecable, depositó en ellos su confianza para conducirlo a realizar las reformas necesarias, con la amplitud y determinación de Salvador Allende. La derecha por su parte, consciente de su relativa debilidad electoral que el resultado de la primaria ha confirmado, ha minimizado el riesgo de concurrir a una derrota casi segura frente a la coalición de izquierda en segunda vuelta presidencial, eligiendo para representarla en primera vuelta a su candidato más débil, dejando así el paso libre a una probable candidatura de centro. El centro político, por su parte, cuya debilidad de tercera fuerza ha quedado en evidencia al no lograr siquiera competir en estas primarias, seguramente se reagrupará en los próximos días tras la figura de la senadora Yasna Provoste que, con el probable apoyo más o menos encubierto de la derecha, se alza con posibilidades de enfrentar a la izquierda en segunda vuelta presidencial. De este modo tras las primarias, la primera vuelta presidencial ha quedado más o menos resuelta en lo principal, aunque probablemente concurrirán allí varias candidaturas más, incluyendo al menos una por la izquierda de Apruebo Dignidad y, por otra parte, el golpismo fascista, además de varias otras que representan sensibilidades particulares. El cuadro electoral descrito, junto a la notable instalación de la Convención Constitucional, reviven la tradición política que distingue a Chile en el mundo entero y enaltece a su sistema político, que casi siempre ha demostrado ser capaz de encauzar de forma democrática las sucesivas irrupciones masivas del pueblo en política, incluyendo revoluciones hechas y derechas. Ésta es la cuestión principal para todos. Comprender y aceptar que la historia cursa impulsada por la confrontación constante entre el pueblo trabajador y las élites, en la cual los de abajo irrumpen periódicamente en escena para hacerse respetar, establecer un sano equilibrio de fuerzas y empujar a los de arriba a resolver las constantes pugnas en su interior a favor de  las fracciones dispuestas a realizar las reformas necesarias que en cada momento se requieren para asegurar el continuado progreso de la  sociedad. En las palabras clásicas, comprender que la historia es la historia de la lucha de clases. Como el pueblo de Chile comprendió dolorosamente durante el medio siglo reciente en que perdió la ingenuidad, dicho progreso no excluye retrocesos brutales, en que las facciones más reaccionarias de las élites logran imponerse por la fuerza bruta y la corrupción. Pero aprendió asimismo a enfrentarlos en todos los terrenos y, como los acontecimientos posteriores al 18-O lo confirman, que dichos retrocesos son transitorios y más temprano o más tarde, […]

Por Manuel Riesco Esto es el fin, mis amigos, es el fin. Se confirmen o no, los recursos de la profesora María Angélica Ojeda de Antofagasta y la enfermera Beatriz Valenzuela de Punta Arenas, No+AFP y La Casa Común, acogidos por las cortes de apelaciones respectivas, ponen fin a la ilusión de propiedad de los trabajadores sobre sus ahorros previsionales. Disfrazada de “capitalización individual” ha justificado su expropiación por parte del gran empresariado. Para restablecer el sagrado derecho de propiedad de los trabajadores sobre la totalidad de sus salarios lo principal es recuperar las cotizaciones corrientes. Esta parte del salario está destinada exclusivamente a sostener dignamente a los trabajadores jubilados. El Estado las impone obligatoriamente sólo a trabajadores activos para garantizar que cumplan este deber ineludible con sus mayores. Jamás pueden ser desviadas hacia otros fines, menos a beneficio de los empresarios. En su nivel actual permiten reconstruir el sistema público de seguro social que las destinará exclusivamente a elevar hoy todas las pensiones a un nivel digno, y reajustarlas a futuro al ritmo de los salarios. En cuanto al fondo acumulado, tanto el registrado a nombre de trabajadores jubilados como también el de afiliados activos, debe devolverse, íntegramente y lo antes posible, a sus legítimos dueños. Se repara así parcialmente el abuso cometido.  El fondo de ahorro forzoso, mal llamado de pensiones, tiene bien poco que ver con éstas. Sólo sirve de registro para calcular su mísero monto, que se deteriora constantemente en relación a los salarios. El dinero para financiar el aún más reducido aporte mensual que las AFP hacen a las pensiones que pagan, lo financian con parte menor de las cotizaciones corrientes, es decir, las que recaudan cada mes. El resto lo pone el fisco con subsidios en dinero contante y sonante. Si se agrega el gasto público en pensiones no contributivas y otras prestaciones previsionales, el Estado termina financiando hoy cuatro quintas partes del gasto nacional en pensiones.  Por este motivo, si se recuperan las cotizaciones corrientes para pagar con ellas las pensiones contributivas, en pocos años se puede devolver a sus legítimos propietarios todo el fondo acumulado. Debe devolverse tanto el fondo registrado en cuentas individuales de trabajadoras y trabajadores jubilados, como especialmente aquel registrado en las cuentas de los trabajadores activos. Estas últimas superan en casi diez veces el número de las primeras y su crecimiento anual triplica el de aquellas. Todo ello sin menoscabo severo de la capacidad del reconstruido sistema público de seguro social de otorgar hoy y mañana pensiones dignas a los jubilados, financiadas exclusivamente con las recuperadas cotizaciones corrientes. Poniendo fin además a la irracionalidad actual de endeudar al fisco para “ahorrar“, reduciendo el déficit fiscal y mejorando la calificación de riesgo del país. Devolver a sus legítimos propietarios este fondo rapiñado a sus salarios, íntegramente y lo más pronto posible, reparará en parte el abuso gigantesco del gran empresariado que se lo ha apropiado por décadas y pretende mantenerlo en su poder, cada vez más grande, hasta el […]

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