La tesis refundacional, aquella que señalaba que se partía de cero en el proceso de reformas democráticas a implementar en la actual segunda administración de Michelle Bachelet, provoco un serio daño no sólo a la definición de sus prioridades, desconociendo la gradualidad de las transformaciones a realizar, sino también genero un  grave desprecio a la identidad de las propias fuerzas del bloque de gobierno. Al igual que en la vida personal, las fuerzas políticas que no valoran ni defienden su identidad, es decir, aquel conjunto de factores sociales, ideológicos y políticos que las definen, en suma, que no rescatan su propia historia de la que surge su carácter, fisonomía y los rasgos distintivos que la hacen diferente y proyectan su personalidad, sin ese necesario aprecio y valoración a lo que han hecho y sin la defensa del patrimonio forjado por aquellas miles de personas que determinaron su continuidad en el tiempo, sin esa apropiación de su propia identidad, no podrán esperar que el país, al que aspiran dirigir o representar pueda entregarles su apoyo y confianza. En otros términos, la tesis refundacional alimentó el desprecio a la tarea de reimplantación de la democracia, realizada durante un cuarto de siglo por los partidos y fuerzas populares de izquierda y de centro, que unieron sus esfuerzos o que coincidieron en esta decisiva tarea nacional. En variados textos se descalifica la tarea realizada en su momento por la Concertación, como alianza política y fuerza de gobierno. En dicho afán democratizador se pueden distinguir dos grandes etapas, el Golpe, la etapa de la cruenta represión posterior, la imposición del esquema institucional y del modelo económico hasta la gran crisis de 1983; y desde allí hasta las Protestas nacionales y la derrota dictatorial en el Plebiscito de Octubre de 1988. El costo social y la dura experiencia que afectó a los Partidos populares todo ese periodo, del 73 al 90, fue determinante del ciclo posterior. No cabe duda que los ideólogos refundacionales han tenido un gran aprecio de sí mismos y de sus afanes intelectuales, asunto que puede ser materia de cada cual y no resultar dañino, pero que en este caso, se proyectó en una mirada soberbia y autosuficiente que llevó a conductas sectarias y excluyentes que afectaron la marcha de las reformas en curso, al pretender reducir su conducción a un grupo de iluminados, cuya lógicaparadojal es el menoscabo de la política y la sobrestimación de la tecnocracia. Por muy radicalizada o «izquierdista» que haya sonado o aparecido en las imágenes mediáticas la idea que hacia atrás no había nada que rescatar y que, por tanto, lo que se debía hacer era comenzar desde cero, con esa propuesta se falseo la realidad, y desconoció en el hecho, el largo esfuerzo de lucha y movilización del pueblo y la nación chilena para recuperar la democracia primero, y luego ir  sucesivamente consolidando y ensanchando sus límites políticos e institucionales. La tesis refundacional, en cuanto mirada histórica, favorece a la UDI y a la derecha, ya […]

Es costumbre por estas fechas “hacer un aro”, echar una mirada al camino recorrido y el que se viene por delante. En este ejercicio, muchas veces perdemos de vista que nuestro tranco individual sigue el curso y ritmo que imponen la marcha del pueblo y la humanidad de los que formamos parte. Sus correntadas se mueven en un cauce que, más o menos, algo se puede barruntar, aunque sus dimensiones son tan inmensas que resultan difíciles de apreciar aún en sus grandes líneas, y resulta imposible pronosticar con precisión o certeza, puesto que siempre hay neblina y suele dar giros y adentrarse por desfiladeros inesperados. Aun así, es bien fascinante y puede resultar de utilidad, intentar apreciar los grandes rasgos de nuestro movimiento colectivo. Como decía Eric Hobsbawm, el sabio británico recientemente fallecido, el gran descubrimiento que nos legó la historiografía del siglo XIX, fue apreciar que el mejor hilo conductor para comprender el curso grueso del movimiento de nuestra sociedad es observar cómo se va modificando la forma de vida y trabajo de las grandes masas de la población. Y ¡vaya que está cambiando! con una masividad que impone al curso general de los acontecimientos un ritmo vertiginoso. En su plano más profundo, que determina todos los demás y sigue marcando el carácter de nuestra época, en el año recién pasado, no menos de unos setenta millones de seres humanos, unos doscientos mil cada día, dejaron atrás la vida que tradicionalmente habían llevado en el campo, y marcharon hacia las incertidumbres de una nueva vida en las gigantescas urbes del mundo emergente. A ese ritmo, que posiblemente se acelerará aún más en el año que viene, la mitad de la humanidad que todavía vive y trabaja en el campo se habrá urbanizado en su mayor parte en las dos o tres décadas que vienen. De este modo, seguiremos experimentando los dolores del gigantesco parto de la modernidad urbana, que ha durado dos siglos y culminará en el curso del actual. La población del mundo seguirá creciendo el año que viene, pero a un ritmo cada vez menor, en la medida que la mitad que se urbaniza acelera todavía su ritmo de crecimiento, antes de estancarse o decrecer como ya lo hace la otra mitad. La economía mundial seguirá creciendo a un ritmo promedio de largo plazo parecido al incremento de la población urbana, lo cual significa que su centro seguirá gravitando y crecientemente, desde las regiones que se urbanizaron más tempranamente, hacia las más pobladas del planeta, pero condicionada por su movimiento cíclico de largo y corto plazo. La globalización de la civilización urbana traerá muchas maravillas, pero al mismo tiempo el terrible peligro de los tres demonios que la acompañan:la depredación de la naturaleza, el fascismo y la guerra. El año termina con una buena noticia, aunque insuficiente, con el acuerdo de París para evitar el calentamiento global. Los rostros horrendos de los otros dos demonios, bien se conocieron durante el siglo veinte y andan por ahí mostrando […]

En su paso por nuestro territorio, Albert Camus, describió a Chile como un país con un carácter inestable e impreciso, uno donde se hace «política al día» producto de nuestros constantes temblores y terremotos, lo que hacía al chileno un «eterno improvisador». Esta forma de describirnos no es más que una poética lirica para decirnos que: Ustedes son un país bananero. Idea que nuestras elites siempre han querido eliminar, buscándonos posicionarnos como los ‘ingleses de sudamérica‘, y que como bien relata Tomás Moulian en «Chile actual: anatomía de un mito» alcanzó su mayor expresión en la Expo-Sevilla 92′ cuando expusimos un trozo de hielo como símbolo del Nuevo Chile (el postdictatorial) y quería mostrar un Chile frío, blanco, y técnicamente superior a nuestros vecinos ‘calientes’, ‘mulatos’ y ‘populistas’ de los países bananeros. Sin embargo el «temblor de tierra» (forma que Camus se refería a las protestas en Chile) nuevamente revelan nuestra identidad. La protesta estudiantil en pleno diciembre, nos revela nuestro lado más bananero, el de la improvisación de las políticas sociales.  Por un lado tenemos una oposición que no logra encontrar el ‘relato’ a su defensa al lucro en la educación, y a veces aboga por la no discriminación a instituciones privadas (recurso comunicacional que hoy levanta <<¿Porqué a unas instituciones sí y otras no?>>) y otras  veces por el fortalecimiento de la educación pública (discurso sacado en la primera etapa de la reforma <<primero mejoren la educación municipal y luego métanse con el mundo del emprendimiento privado>>). Y por otro lado un gobierno que no sabe lo que hace y muestra señales de improvisación para poder avanzar en sus reformas, !aún no existe claridad respecto a sus principales reformas!, como lo que pasa con la nueva constitución; ya estamos a finales de año y el «proceso» iniciado en septiembre ha tenido cero impacto real; la reforma laboral ha sido aplazada y re-estructurada según las «nuevas condiciones económicas» y por supuesto la reforma educacional (razón de la protesta de los estudiantes en diciembre a días de navidad y los resultados de la PSU) los y las estudiantes no saben qué instituciones tendrán gratuidad, ni de qué forma. Nuestra clase dirigente no sabe cómo avanzar, solo espera que se acabe el año y de pasada su gobierno, y mientras tanto improvisaciones serán sus caminos de accionar. Quizás algo de esto tiene que ver con el sentido de crisis que hoy atraviesa el país, y que ya entre 1929 y 1932 Antonio Gramsci intentó explicar (claro está, eran otros tiempos y otros contextos) «lo viejo no muere, ni lo nuevo puede nacer, y en ese interregno nacen los más diversos moustros». Pero no nos confundamos. Aquello nuevo que pueda estar surgiendo no provendrá más que de las fuerzas sociales, movilizaciones y grupos organizados que puedan disputar el sentido común y los procesos de transformaciones que se requieren, ya que la otrora Concertación seguirá haciendo política bajo la lógica del transformismo y la improvisación, que lo único que hace es favorecer la […]

“Podemos decir que hay un Chile que vive en la opulencia: el 10% de la población que concentra todo lo que el país produce, con ingresos promedio de más de 60 mil dólares per cápita, lo que es superior, por ejemplo, al promedio de Estados Unidos y Singapur. Hay un Chile postergado que vive en la indigencia y en la pobreza y las cifras, así lo demuestran: el 60% de la población subsiste con ingresos equivalentes a países como Angola y el Congo. En efecto, el ingreso per cápita del 1% más rico es 40 veces mayor que el ingreso per cápita del 81% de la población”, según un estudio de la Universidad de Chile. No se debe seguir administrando la pobreza, sino terminar, de una buena vez, con ella y con la política asistencialista del Estado chileno. Tenemos que terminar con la fábrica que produce pobres y es tiempo de erradicar una sociedad caracteriza por un hecho concreto: los pobres son cada día más pobres, mientras que los ricos son cada día más ricos y sus bolsillos se van acumulando de ganancias, mientras los pobres tienen que hacer maravillas con el poco dinero que reciben y tratar, mes por mes, de alimentar a sus hijos, pagar su educación y reunir las monedas para cargar la tarjeta BIP. Hay una verdad irrefutable: la élite política que ha administrado el país tiene una deuda con los sectores más vulnerables y pobres del país. El slogan «Chile Crece contigo» no se ha traducido, en la práctica, en mejores condiciones de vida para los postergados, para los más vulnerables y vulnerados. Por el contrario, la brecha entre ricos y pobres ha aumentado y son, justamente, los ricos los que más crecen. Hoy, constatamos que las aguas son de privados, que los mares fueron privatizados a un pequeño grupo de familias, que las forestales son de Angelini y Matte y que, la electricidad, le pertenece a empresarios españoles. La conclusión, inevitablemente, es que el “Chile para todos» es sólo para unos pocos. Quienes estamos en la actividad política no vinimos a defender deudas que cierta élite política tiene con el pueblo. No vinimos a defender un sistema injusto, ni una forma de hacer política como la que hemos conocido, en el último tiempo, con los casos de corrupción, cuando se mezcla lo público con lo privado, los negocios con la política y se transgreden la moral y todo principio. Estamos aquí para denunciar las injusticias, alcanzar la libertad, cobrar las deudas pendientes y terminar con la política de las migajas que caen de la mesa del poder hacia los sectores más pobres y discriminados. Mi conciencia no me deja otra opción más que denunciar las injusticias que hacen sufrir a los más desprotegidos. «¡Llega un momento en que el silencio es traición!” decía alguien y no estamos dispuestos a traicionar al pueblo de dónde venimos, los que no son escuchados, ni tomados en consideración en las grandes decisiones del país. Ese Chile postergado se […]

Llegamos al 2016 con la confianza de lo que seamos capaces de hacer como pueblo organizado, protagonista de su destino y encaminado a un objetivo patriótico de desarrollo, justicia y democracia. Deseamos a todos, un feliz, próspero y combativo año 2016, donde las esperanzas personales, familiares se unan a las de todos, y sumemos en lo colectivo, demandas y sueños. Este es nuestro primer y profundo deseo: Abrazarnos y brindar por la Patria, recordar a los que han partido, honrar a los que han caído, comprometernos en los objetivos del futuro. Hemos aprendido de la experiencia histórica que nada le ha sido otorgado gratuitamente al pueblo. La propia reconquista de la democracia, desde el mismo 11 de septiembre de 1973, fue una suma patriótica y colectiva de esfuerzos, dolores y vidas. Sabemos que la contradicción objetiva de hoy es la de los dispuestos, de los comprometidos, de los que sueñan y buscan construir realidades a partir de las esperanzas, los proyectos y hasta de las utopías, frente a los que se atrincheran en los intereses políticos, económicos y sociales conservadores, en las fuerzas retardatarias y antidemocráticas. La contradicción fundamental es entre las fuerzas del cambio y de las reformas que la vida ha puesto en la agenda de hoy, y los que  pretenden frenar la historia, frustrar las demandas ciudadanas, impedir el avance democrático, volver al pasado totalitario de la dictadura criminal. Aquí nadie tiene derecho a equivocarse. Tenemos que vivir, practicar y aprender la convivencia de los demócratas. Dejar de lado los refunfuños -siempre amplificados por “El Mercurio”-, las suspicacias, reticencias, caricaturas, los intereses político electorales de trinchera, a veces disfrazados de pretensiones doctrinarias. La historia ha demostrado que siempre la Derecha busca dividir para reinar, que cuando la Derecha te aplaude, es porque algo lo estás haciendo mal, que “cuando se pacta con la Derecha es la Derecha la que gana” o que avanzar “sin transar” es sinónimo de aventurismo y de encaminarse alegre e irresponsablemente hacia el precipicio. Tenemos la esperanza y convicción de que los ciudadanos, trabajadores, los estudiantes, hombres y mujeres de Chile, los pueblos originarios, los profesionales, los artistas, los científicos, los que producen, crean y hacen patria cada día, serán los protagonistas del proceso de cambio puesto en marcha por la historia y el desarrollo, tanto como por una coalición política mayoritaria. Necesitamos, Chile y su futuro necesita, una participación protagónica activa de los ciudadanos, comprometida con el futuro, entusiasta, que asuma como un deber patriótico abrir las perspectivas del cambio, del desarrollo, de la profundización, y ampliación de la democracia. Hay una necesidad histórica, que se refleja y emana de la voluntad mayoritaria tanto como de las necesidades objetivas. El mundo del futuro se construirá con la suma de las demandas y los sueños, de las deudas sociales y políticas que nos ha dejado el pasado. Y este desafío requiere de una nueva épica, a la que debemos dar sustancia y orgánica, inteligencia y fuerza, proyecto y determinación, liderazgos y participación colectiva. […]

Quiénes no quieren gratuidad en educación superior han ejercido su sagrado derecho a pataleo. Han consumado su intento postrero de revertir la glosa presupuestaria presentada por el Gobierno y aprobada por el Parlamento, democráticamente elegidos, que da inicio inmediato a este beneficio mediante la asignación de partidas a instituciones de calidad que otorguen gratuidad. Recurrieron al más antidemocrático y desprestigiado resabio de la constitución Pinochetista, el Tribunal Constitucional (TC), cuya mayoría opositora votó, sin asco y sin detenerse siquiera un minuto a considerar los fundados alegatos de la defensa, por objetar parcialmente la constitucionalidad de dicha ley. La Presidenta respondió asimismo de inmediato “No me conocen, la gratuidad va de todas formas el 2016”, ha declarado. Así sucederá. Las grandes transformaciones siempre terminan por concretarse mediante letra chica. Así había venido sucediendo con la privatización de la educación, que avanzó año tras año en la misma medida que crecía la proporción del presupuesto público asignado al denominado “subsidio a la demanda” o “vouchers” como los bautizó su inspirador Milton Friedman. Todo ello sin ley especial ni alegatos ante el TC. Los ideólogos de la privatización bien han sabido siempre que en los “vouchers” reside la clave de todo. La educación privada brama por demanda solvente como ciervo sediento por agua fresca. Si ésta crece, aunque sea a punta de becas y créditos financiados con fondos fiscales, las empresas educacionales privadas florecen y lucran de uno u otro modo. Si en cambio, la demanda por educación pagada merma o desaparece casi totalmente al extinguirse los “vouchers”, esos capitales deberán migrar hacia otros horizontes. Así lo han entendido claramente, al menos en el caso de educación superior, la Presidenta y el gobierno, la Nueva Mayoría y todos sus parlamentarios, con la sola deserción de un senador, aunque vociferante y amplificado por las primeras planas de la derecha. Asimismo el Consejo de Rectores (CRUCH), que agrupa a las universidades tradicionales y de mejor calidad, quienes encabezados por su Presidente, Rector Aldo Valle, han defendido con decisión y brillo la glosa presupuestaria en todas las instancias, en el entendido que ésta incorporaba asimismo a instituciones privadas de calidad que no pertenecen a su agrupación. El movimiento estudiantil no ha sido en esta ocasión un protagonista relevante. Ha seguido el debate con distancia y escepticismo. Pero ello se explica principalmente por el extendido clima de desconfianza de la ciudadanía en las instituciones políticas en general, que el fallo del TC no hace sino exacerbar a un nivel en extremo peligroso. Más importante, tras el debate de la glosa presupuestaria y el propio fallo del TC “la pertinencia, necesidad y justicia de la gratuidad universal parece haber decantado en un amplio consenso político” como ha escrito acertadamente un comentarista. Tras el fallo, el gobierno ha reafirmado la voluntad de la Presidenta, sugiriendo que la gratuidad ya es un hecho en las universidades del Consejo de Rectores (CRUCH), donde no fue cuestionada por el TC y son las más importantes de todo el sistema. Eventualmente, podría incluso […]

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La ocupación militar de los territorios mapuche, el apaleo indiscriminado a los pobladores, estudiantes y trabajadores que protestan, el robo diario que las AFP hacen a los trabajadores, la existencia del omnímodo poder del Tribunal Constitucional, así como casi todo lo que existe, está fundado en alguna ley. El resto o no existe, o es del dominio de lo silvestre. Cada una de las instituciones o conductas concretas que existen u ocurren en el país, tienen como respaldo una ley, la que, como se sabe, manda, prohíbe o permite. De ahí que lo de Marco Enríquez Ominami, que intenta protegerse por la vía de argumentar que haber recibido más de 300 millones de pesos de un empresario ruin como Ponce Lerou, está respaldado por la ley, lejos de explicar su inocencia, lo deja en una situación tan desmejorada, como la de cada uno de los otros sinvergüenzas que se han vendido a los poderosos por la misma vía, y que han dicho exactamente lo mismo: actuamos con apego a  la ley. Marco Enríquez Ominami sufre del síndrome que es propio de todo poderoso que presuma de tal por poseer fortunas inimaginables, como por tener acceso a la toma de las decisiones que pueden cambiar en uno u  otro sentido la vida a millones de seres humanos: cree que los chilenos son todos huevones. Da la impresión que su certeza es que a la gente se le puede decir cualquier cosas y que va creer todo con tal de evitar el miedo, el estrés o la incertidumbre. Por eso se cuida de hacer una distinción de sobra conocida por él: la que hay entre lo legal y lo ético, entre lo legal y lo legítimo, entre lo legal y lo decente. Por eso no se refiere a lo éticamente reprochable para el hijo de un ejecutado político el acercarse así sea en son de paz o para conversar acerca del estado del tiempo, a quienes no solo fueron autores, cómplices o encubridores de crímenes que dejaron un saldo de más de 3.500 muertos y desaparecidos y centenares de miles de torturados, sino que jugaron un rol activo en la implementación de un sistema de dominación que hasta este minuto cumple con vengarse cotidianamente del pueblo y ha terminado haciendo de este un país de mierda. Para Marco Enríquez no resulta reprochable su cercanía con sujetos que deberían estar en la cárcel de tratarse en el que vivimos, de un país sano, reconciliado con el sentido de la justicia, depurado de la maldad y reencontrado con su sentido de lo decente. Importa más su desenfrenado deseo de poder. Abandonado el recato que le debería ser propio en tanto víctima de la violación de los derechos humanos por la dictadura,  accede a refregarse con aquellos que solo debían optar a su desprecio más profundo. Sucede que Marco Enríquez Ominami es un contrabando ideológico que intenta elevarse por sobre blancos y rojos, aprovechando para el efecto la necesidad de suplir la falta casi absoluta […]

Este año sucedió lo espectacular, lo tantas veces deseado, que Chile fuera el campeón. Así fue, como en un sueño, en la Copa América. Pero, los escándalos de corrupción y el vandalismo descontrolado se ocupan de hacer olvidar lo bueno, aquel momento irrepetible y quede sólo lo malo, lo que da vergüenza y estupor. Lo que pasa es que los futbolistas y la hinchada han sido reemplazados como figuras centrales, ahora los actores principales son los que van a forrarse de dinero rápido y fácil de un lado y los grupos que provocan el vandalismo, por el otro. A veces se unen, otras se repelen, en ocasiones se rechazan, en otras son aliados. La historia viene de antes que se crearan legalmente las “sociedades anónimas deportivas”, los antiguos clubes dirigían lo que era ya un hecho, el fútbol profesional se había convertido en una actividad rentada, es decir, un producto con el fin de obtener utilidades, pero reproducía, a su modo, un acervo cultural que entregaba a esos clubes un patrimonio y una razón de ser. Llegó “el cambio”. El propósito de ganar dinero y maximizar utilidades pasó a ser primordial, e incluso excluyente en la legislación que creó las nuevas entidades; los clubes tradicionales fueron desplazados por poderosos controladores financieros, que tomaron su popularidad para capturar las elevadas utilidades del negocio. Por ello, se vio como los más ansiosos en alcanzar ganancias, mudaron velozmente de camiseta, trocando sus amores de niños por el rendimiento de sus inversiones. Al comienzo, para ganar popularidad, estos inversores transformados en inusuales y a veces patéticos fanáticos, se congraciaron con las “barras bravas”; con tal propósito el dinero bajo cuerda cooptaba sus líderes, para pagar desplazamientos u otros “gastos ad-hoc”, como hacer propaganda electoral a un candidato que fuera dirigente o hacer de matones contra los que se opusieron a tales reprobables acciones. La “buena onda” no podía alargarse en el tiempo y esta alianza inicial se trocó en dura confrontación, asuntos de platas más, platas menos, el hecho es que los exaltados que componen tales grupos de choque se convirtieron, aparentemente, en incontrolables. Hoy, son los actores de la violencia en el fútbol, los “delincuentes” de los que reniegan, al parecer, sus protectores de ayer. Ahora, los financistas que les dieron vida están escandalizados, piden mano dura y la acción enérgica del Estado. Pero, quieren mantener el negocio al tope, sin molestos controles, sin repartir la torta, muy crecedora por lo demás, de varios centenares de millones de dólares. En efecto, así como hubo quienes cambiaron el “club de sus amores” por pura avaricia, también existen los que usan doble vestimenta, son ávidos camaleones que cambian de color para atrapar dinero, por un lado usan la camiseta de la ANFP, es decir, la entidad que dirige esta actividad y, por otro, la del canal del fútbol, cuya adjudicación es decidida y entregada por la primera. Son juez y parte de un negocio abundante, altamente concentrado, que se debe repartir. Al producirse los graves incidentes, del domingo pasado, […]

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Sí, lo sabemos, la derecha lo que busca no es que más estudiantes puedan acceder a la gratuidad a través de los bonos o becas que el gobierno entregue para la gratuidad. Entonces, ¿Qué es lo que buscan? Desde el mundo progresista sabemos que este tipo de políticas no subsana el problema del financiamiento de la educación, no obstante, se puede conceder a este paso táctico del gobierno lo que es: un tibio avance. Ya el abogado de ‘Chile Vamos‘ (ex Alianza por Chile) ante el Tribunal Constitucional mencionaba que sería inconstitucional que el Estado entregue recursos basales potentes a las instituciones de educación (recordemos el engranaje constitucional que tenemos que hace del Estado de Chile un ente subsidiario, y que sería incluso anticonstitucional entregar recursos que no sigan esa lógica). El Tribunal Constitucional falló en contra del requerimiento de que era inconstitucional hacer a través de la glosa de presupuesto la iniciativa que persigue el gobierno para entregar ‘gratuidad’ a 200 mil estudiantes. Nos atreveríamos a decir que ésta era la primera punta de lanza de ‘Chile Vamos‘ para retrasar un año más la reforma educacional referente a la gratuidad, arguyendo que, como decía Jaime Bellolio, esta política no debe pasar por la ley de presupuesto, sino más bien a través de una ley que permita crear una nueva institucionalidad con financiamiento permanente ¡Pero cómo, si esto se contradice con lo dicho por el abogado de su sector que defendió la postura de inconstitucionalidad ante el TC! Por tanto, la táctica era no sólo retrasar, sino impedir, sea cual fuere el mecanismo propuesto por el gobierno, la gratuidad tan esperada por las familias chilenas. Ahora bien, ante el posible fallo de esta primera punta de lanza (cuestión que finalmente sucedió), se inventaron otra alternativa: la discriminación por los criterios de selectividad de las instituciones educativas que recibirían los bonos y becas de la gratuidad: la calidad (4 años de acreditación para instituciones que no sean del CRUCh), la participación triestamental, y el no lucro. Este segundo paso táctico le funcionó  a la derecha, advirtiéndose inconstitucionales estos criterios de selección. Si bien lo que hasta ahora se sabe debido a que aún el TC no emite su informe, es que se votó como inconstitucional el criterio de la participación triestamental como criterio de financiamiento, no obstante, esto va más allá. Lo que se ve en este punto es que la derecha busca el financiamiento de las instituciones educativas que persiguen el lucro, luego la baja calidad educativa y el desinterés por la democracia de las instituciones de educación, terminando así éstas financiadas y subsidiadas con los recursos del Estado, de todos los chilenos, para seguir lucrando. Bueno, esto no es nada nuevo bajo el sol, sabemos que la derecha económica es una clase social que basa la capitalización de sus empresas, las utilidades o las entradas directas de dinero vía bono para el consumo a través de los recursos del Estado y no por verdadera competencia en el mercado (el […]

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» Y aunque hay en todos lados quienes se arriman a un árbol ajeno; quienes esperan vivir de privilegios; y quienes intentan sacar de cada cosa pequeños y grandes provechos… hay también quienes van por la vida con la frente y el corazón en alto, sembrando… sembrando… Mi hermano del alma FranciscoVilla nos regaló anoche un concierto maravilloso!!, pero en realidad fue más que eso: Fue testimonio, fue convicción, fue ejemplo…. la cosecha hermosa de 3 décadas de canto porfiado, contra corriente, hermoso «canto con sentido» diciendo una y otra vez: «de lo contrario, no canto»…. Inspiración trovador!!, llevo 2 horas despierta y aún no se como traspasar la emoción y lo vivido anoche en tu concierto «30 AÑOS Y 1 DÍA»… A Cine Arte Normandie llenito!! y gracias al esfuerzo solidario de muchos amigos y amigas; rodeado de hermosas cantoras y cantores!!! celebramos tu cumpleaños de oficio y en él, la porfía de tantos; y más que eso renovamos juntos «el derecho a seguir soñando»… Te quiero mucho trovador…. no encuentro imagen, ni el modo de compartir lo feliz que estoy!!… saber que ya estás a esta hora hoy cantando, que sigues así silenciosamente sembrando… querer simplemente decirte gracias!! y que persista por siempre tu canto… Por Cecilia Concha Laborde Santiago de Chile, 12 de diciembre 2015 Crónica Digital

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