En 2022 los desastres relacionados con el ambiente, como inundaciones extremas, calor y sequía, se cobraron numerosas vidas, afectaron a millones de personas y costaron miles de millones de dólares, lo cual confirmó el rápido avance del cambio climático. Por Cira Rodríguez César* No fueron más que pruebas del impacto de ese fenómeno inducido por la actividad humana y de la urgencia de actuar antes de que sea demasiado tarde, apuntan expertos y varias agencias de Naciones Unidas vinculadas al medio ambiente y el desarrollo. Según uno de los últimos informes del IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático), un calentamiento global de más de 1,5°C causaría perturbaciones climáticas sin precedentes, tales como: tormentas mayores y más intensas, lluvia seguida de sequías más prolongadas, así como fenómenos extremos que podrían ser más frecuentes y tener repercusiones irreversibles en el medio ambiente. El 2022 se encargó de demostrarle a la humanidad cuánto ha dañado a la naturaleza, de ahí las olas de calor récord, fusión de los glaciares europeos, aumento del nivel del mar, inundaciones, largas sequías, incendios forestales, desforestación, pérdida de biodiversidad, derretimiento de los polos, cambios en los ecosistemas, migraciones masivas y acidificación de los océanos. Al cierre del año la temperatura general del planeta va a registrar 1,15 ºC por encima de la que había en la época preindustrial, con lo cual la década 2013-2022 tendrá un calentamiento extra de 1,14 grados. El límite menos dañino trazado por los científicos –y recogido en el Acuerdo de París– está en 1,5ºC para final de siglo. Las mediciones científicas permiten asegurar que los últimos ocho serán los más cálidos desde que existen los registros. Teniendo en cuenta las políticas adoptadas por los países y a nivel mundial, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente asegura que el mundo va rumbo a alcanzar, por lo menos, los 2,8°C en 2100. La cifra preocupa a los especialistas que demandan mayor acción, un pedido que parece toparse con la indiferencia de muchos gobiernos. “Desafortunadamente en la última década, de 2000 a 2019, las emisiones de estos gases han sido las más altas que hemos tenido en toda la historia de la humanidad”, aseguró Edwin Castellanos, autor del informe del IPCC y director de Ciencia para América Latina de The Nature Conservancy, organización ambiental global. En el verano, múltiples países del norte se enfrentaron a olas de calor sin precedentes y el Cuerno de África vivió su mayor sequía en 40 años, otros contrastaron con inundaciones como Paquistán, un fenómeno que el propio secretario general de la ONU, Antonio Guterres calificó de «carnicería climática». Para muchos expertos, fueron catástrofes incipientes de lo que sería un rápido aumento de la temperatura global, si no se evitan más desastres en un mundo que debe reducir las emisiones contaminantes en un 45 por ciento para 2030. Sin embargo, la realidad dista de ese objetivo pues la tendencia es al alza. De hecho, los niveles atmosféricos de los tres principales gases de efecto […]