Cuando el control de los medios de información está, en un 90%, en manos de las grandes potencias industrializadas occidentales, sus enemigos, léase, principalmente China, Rusia, la República islámica de Irán, entre otros, son sujetos de monumentales campañas de desinformación y manipulación, que generan un discurso hegemónico y aparentemente incontrastable. Y, al mismo tiempo, se concretan políticas de presiones, para incorporar a otras naciones en sus guerras, que sólo favorecen los intereses de esas potencias predominantes. Latinoamérica, a pesar de presiones, chantajes y amenazas por parte de Washington y emisarios europeos, resiste involucrarse en un conflicto donde Washington utiliza, como testaferros, a la Unión Europea y con ello a la organización del Tratado del Atlántico Norte – OTAN – y a Ucrania como la punta de lanza en ejecutar la política de máxima presión contra Rusia, iniciada el año 1991. El mandatado, para generar apoyos sudamericanos a la política de presión contra Rusia fue, en esta ocasión, el canciller alemán Olaf Scholz, quien realizó una gira – entre el 28 y el 31 de enero del 2023 – por tres países de Sudamérica. Lo presentado como lo fundamental del periplo: una línea económica, para tratar de reabrir nuevos acuerdos tras largos años de olvido del país europeo del mercado al otro lado del Atlántico, sobre todo del Sudamericano, de ahí las paradas establecidas para la delegación germana en Chile, Argentina y Brasil.  Y, una segunda línea, la más evidente, pero la menos reconocida por las autoridades teutonas, que fue generar la decisión de los gobiernos de los países visitados,  y mediante ellos al resto de países del continente, de sumarse al coro antirruso e incluso enviar armas a Ucrania. Olof Scholz sabía perfectamente y si no se había percatado, tanto Gabriel Boric, presidente de Chile, como Alberto Fernández, mandatario argentino y Luda da Silva el recientemente electo presidente brasileño – e incluso Gustavo Petro de Colombia, en declaraciones a la prensa –  le dejaron claro, que ninguno de estos países saldrá del estatuto de naciones neutrales, más aún en un conflicto que no es de nuestra región y distanciándose así, de esas políticas de sometimiento a los mandatos de la potencias occidentales, como las vividas por Chile bajo Sebastián Piñera, Argentina con Mauricio Macri, el Brasil ultraderechista de Jair Bolsonaro, al cual deberíamos sumar los años de sometimiento de Colombia en manos de una ultraderecha cuyos nombres más visibles como el de Álvaro Uribe, Juan Manuel Santos e Iván Duque, condujeron su país a la sombra , no sólo de occidente, sino también del sionismo.  Una a lo anterior el hecho, que cualquier rumbo unilateral latinoamericano, no sólo nos hace participar de una contienda que no es nuestra, sino que genera ruidos y peligros, para la enorme relación comercial que nuestro continente tiene, no sólo con Rusia, sino con China, que es parte también de los ataques de Washington y los suyos. Obstáculos complementarios que se levantan, para desarrollar acuerdos comerciales, a los cuales deberíamos sumar también a la India. […]

La creciente subida del nivel del mar y el continuo calentamiento oceánico constituyen riesgos severos para el desarrollo de América Latina y el Caribe, alertó un informe disponible hoy en el sitio de la Organización Meteorológica Mundial. De acuerdo con el estudio, los peligros son particularmente fuertes para las islas pequeñas y los países de la región central del continente. Asimismo, para las ciudades andinas el deshielo de los glaciares representa la pérdida de una importante fuente de agua dulce destinada a uso doméstico, riego y generación de energía hidroeléctrica, abundó el secretario general de la entidad, Petteri Taalas. En América del Sur, añadió, la continua degradación de la pluviselva amazónica sigue siendo uno de los principales motivos de preocupación tanto para la región como para el clima a escala mundial, habida cuenta de la función desempeñada por ese tipo de bosque en el ciclo del carbono. Las conclusiones de la investigación alertan sobre la tendencia ascendente del calentamiento en Latinoamérica, pues la tasa media de aumento de las temperaturas fue de aproximadamente 0,2 grados Celsius por década entre 1991 y 2021, el doble del registro entre 1961 y 1990. Por otra parte, los glaciares de los Andes tropicales prescindieron de, al menos, un 30 por ciento de su superficie desde la década de 1980 y, en Perú, algunos incluso registran una pérdida del 50 por ciento. La megasequía que castiga la zona central de Chile prosiguió durante 2021, en su decimotercer año hasta la fecha, y la convierte en la más prolongada de la región en el último milenio, agravando una tendencia al aumento de la sequedad y poniendo a ese país a la cabeza de la crisis hídrica de la región, remarcó. Igualmente, la temporada de huracanes del Atlántico del pasado año fue la tercera más activa de la que se tiene constancia con el registro de 21 tormentas con nombre, mientras precipitaciones extremas ocasionaron crecidas y deslizamientos de tierra. Añadió el reporte que la pluviselva amazónica brasileña perdió, en 2021, un 22 por ciento más de superficie forestal frente a 2020. En la región de América Latina y el Caribe se produjeron 175 desastres durante el período 2020-2022, refirió el informe al citar datos de la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres. Ginebra, 28 de julio 2022 Crónica Digital/PL

América Latina enfrenta cuatro “trampas” que impiden su desarrollo y preceden a la pandemia de Covid-19, señala un informe divulgado hoy por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Según el reporte anual con perspectivas económicas de OCDE, el Banco de Desarrollo de América Latina, la Comisión Europea y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), dichos obstáculos deberán ser atacados para elevar la calidad de vida y el bienestar de los ciudadanos. A juicio de los especialistas, la baja productividad, la desigualdad, la debilidad de las instituciones y la amenaza a la sostenibilidad ambiental son impedimentos al crecimiento económico inclusivo regional. El informe de unas 270 páginas enfatiza que la evolución de la pandemia seguirá determinando el comportamiento de la economía y se espera un incremento más lento en 2022, en tanto para este año se prevé un crecimiento de un seis por ciento para los países del área. También plantea que Latinoamérica ha sido la zona más afectada del mundo en términos socioeconómicos y el Producto Interno Bruto per cápita no volverá a niveles anteriores a la crisis sanitaria hasta 2023 o 2024. “La pandemia golpeó a la región en un momento en que ya enfrentaba las profundas trampas de desarrollo identificadas desde 2019″, redondeó el documento. El contexto posterior a la Covid-19 debe aprovecharse como una oportunidad única para adoptar una estrategia multidimensional de desarrollo y redefinir las políticas nacionales mediante la creación de consenso entre los ciudadanos y la implementación de reformas pendientes, necesarias para impulsar la recuperación, precisó. Santiago de Chile, 2 de diciembre 2021 Crónica Digital/PL

En América Latina y el Caribe al menos 140 millones de personas laboran en condiciones de informalidad, cifra que representa hoy alrededor del 50 por ciento de los trabajadores según la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Tal situación supone que cinco de cada 10 trabajadores son informales, algo que es muy significativo en las actividades de comercio al por menor, o sea la venta callejera, como ocurre con más de la mitad del total de personas empleadas en al menos nueve países latinoamericanos. Por ejemplo, en Perú, se estima que un 68,4 por ciento de los trabajadores en 2019 estaban empleados en el sector informal, en Argentina, este porcentaje ascendió a un 49,4; mientras en Uruguay y Chile, alrededor de una cuarta parte ejerce actividades remuneradas en el mercado laboral informal. Con la pandemia de la Covid-19 muchas debilidades se han exacerbado, defectos que a nivel estructural tienen las economías de todo el mundo, en particular en América Latina, entre ellas la informalidad, el trabajo precario, la desigualdad y sobre todo la ausencia de programas de protección. Según el secretario permanente del Sistema Económico Latinoamericano y del Caribe (SELA), el peruano Javier Paulinich, aunque la informalidad es una alternativa al desempleo, uno de sus impactos en la economía es que los países tengan una productividad baja, además de la desprotección en las personas que la ejercen sin acceso a beneficios laborales o sociales. La OIT alertó que 28 millones de latinoamericanos se encuentran en situación de pobreza laboral como consecuencia de la pandemia, que dejará una tasa de desocupación del 11,1 por ciento en la región este año. Asimismo estimó que si bien se prevé una recuperación de los índices de empleo, no llegará a los niveles de la pérdida registrada como consecuencia de la pandemia de Covid-19, enfermedad generada por el virus SARS-Cov-2. «Habrá una regeneración de puestos laborales, pero lentamente y con el riesgo de mayores desigualdades que al inicio de la pandemia, por lo cual es preciso una estrategia global que ponga a las personas en el centro de las políticas públicas», afirmó. En cuanto al futuro, la OIT considera primordial pensar en estrategias que permitan sentar las bases para un retorno con mejores condiciones laborales para todos los trabajadores. Se trata de apuntalar la recuperación del empleo en las categorías y sectores altamente afectados, mejorar aspectos institucionales referidos a la salud y seguridad en el trabajo, la formalización de trabajadores y la promoción de la inclusión laboral de las mujeres y jóvenes. Si bien en la primera mitad de 2021 la región ha experimentado una recuperación sólida, con una reducción del porcentaje de horas de trabajo perdidas desde un 30 hasta un 11 por ciento, América Latina sigue siendo la región más afectada en el mundo actualmente. Para el director regional de la OIT, Vinícius Pinheiro, es prioridad aplicar medidas extraordinarias para reconstruir los mercados laborales de la región, fuertemente impactados por la Covid-19. «El empleo debe estar en el centro de la recuperación económica», apuntó Pinheiro, […]

Chile aparece hoy a nivel mundial entre los 15 países con más muertes por millón de habitantes por la Covid-19 en la última semana, admitió el Ministerio de Salud. Al brindar en conferencia de prensa el parte oficial correspondiente al domingo hasta las 21:00 hora local, cuando se contabilizaron 121 decesos, el Ministro de Salud, Enrique Paris, señaló que en los siete días transcurridos de abril, esta nación sudamericana acumula 758 fallecidos. Indicó que el gran aumento de pérdidas humanas por la enfermedad es un fenómeno mundial que afecta también profundamente a América Latina. Explicó que «por millón de habitantes, de los 15 países con más fallecidos en los últimos siete días, 11 pertenecen a América latina y Chile ocupa en ese grupo el penúltimo lugar». «Lamentamos el fallecimiento de tantos compatriotas, nos produce mucho dolor, lo sentimos por ellos y por sus familiares y los acompañamos en este dolor. Hemos hecho todo lo humanamente posible para controlar la pandemia, y haremos mayores esfuerzos aún» dijo el titular. Advirtió que de no ser por el plan de inmunización que avanza en el país, la situación sería aún peor. A la fecha ya recibieron las dos dosis de las vacunas que se emplean en el país ocho millones 301 mil 177 personas, para el 54,6 por ciento de las consideradas en la población objetivo. El reporte oficial de esta jornada arrojó además seis mil 958 casos nuevos de Covid-19, casi cien más que lo informado el lunes anterior. Estas cifras elevan a un millón 434 mil 884 las personas infectadas por el coronavirus SARS-CoV-2 desde que se reportó el primer enfermo el 3 de marzo de 2020, y a 30 mil 58 los fallecidos. Un total de 48 mil 956 personas aparecen como enfermos activos -con capacidad de contagiar- lo cual aumenta los temores sobre la presión que esta alta cifra ejerce sobre las capacidades del sistema hospitalario. En ese sentido se informó que tres mil 247 pacientes permanecen internados en unidades de cuidados intensivos (UCI) 100 más que el lunes anterior, y de ellos dos mil 769 están conectadas a ventilación mecánica, lo cual indica una alta ocupación de camas a nivel nacional. Santiago de Chile, 7 de junio 2021 Crónica Digital/PL

Jorge Lamadrid Mascaró, embajador de Cuba en Chile, habló con Crónica Digital en nuestra sección “Conversando un café con…” en torno a la pandemia por Covid-19 que sigue azotando a Chile, y la ayuda que se ha ofrecido desde la isla para frenar la crisis sanitaria concentrada en la región latinoamericana. Lamadrid comenzó comentando que la pandemia por Covid-19 ha sido “lamentable por las víctimas, que ya son casi medio millón de personas y más de 10 millones de contagios en todo el mundo, algo totalmente siniestro”. Una realidad no menor, ha sido el caso de aquellas personas que por motivos de trabajo, vacaciones, estudios u otros, les ha tocado estar fuera de sus países, de sus hogares y lejos de sus familiares. Algo que ha significado que las personas en el extranjero se agrupen, organicen y busquen soluciones en conjunto para repatriarse. La suerte no ha corrido para todos por igual y más aún cuando trabajo y diplomacia se conjugan. Esa es la situación Jorge Lamadrid Mascaró: “Cuando uno está en desgracia, lo que más valora es estar junto con la familia. Por supuesto parte de la familia cumple estas misiones que tienen los trabajadores exteriores de la república de Cuba, de cualquier servicio exterior, sin embargo siempre hay familia muy querida y entrañable, hijos, hermanos, en muchos casos padres y madres que quedan en la tierra de uno. Ahí donde van nuestros amores, nuestros sentimientos, nuestro mensaje de aliento por supuesto, y de tranquilidad”. Sin embargo, el embajador de Cuba en Chile expresó tranquilidad en torno a lo que puedan estar viviendo sus seres queridos, según sus palabras: “yo te diría que estamos ganándole ya, la batalla al Covid-19 en Cuba, y eso llena de tranquilidad a todos los que por una razón u otra estamos fuera de la patria” aseguró. Tranquilidad que no se replica en el resto de Latinoamérica salvo un caso puntual, menciona Lamadrid: “con mucho pesar las afectaciones que la pandemia ha ocasionado en nuestra sufrida región, hay algunas excepciones incluso en el cono sur, Uruguay por ejemplo, que la ha manejado con mucho tino”. Y agrega que “los 15 años de gobierno del Frente Amplio crearon condiciones para que Uruguay pudiera enfrentar las pandemias como lo ha hecho, o como lo ha hecho Cuba, con 60 años de un sistema de salud consolidado en capacidad de enfrentar avatares como este”. Y es que efectivamente Uruguay tiene las tasas de contagio y letalidad más bajas del continente, además de contar con un sistema de salud universal.  La situación es positiva en el país uruguayo pero aún más para Cuba, que se encuentra en la primera fase de recuperación post pandemia, pues según el Ministerio de Salud Pública (MINSAP), va una semana completa sin fallecimientos por Covid-19.  Dados sus buenos resultados, la isla ha desplegado su ayuda otorgando brigadas de médicos a países como Andorra, ubicado en Europa, o enviando un electromédico para combatir la crisis sanitaria en Jamaica, por ejemplo.  “Cuba ha mantenido esa […]

“Es muy difícil que nos vayamos a la casa y que no hagamos nada», comentó la experta respecto a las pocas garantías que posee la ciudadanía en medio de una pandemia y posterior a una rebelión social. La destacada feminista chilena Kemy Oyarzún, quien es académica de la Universidad de Chile, fundadora del programa feminista de la misma casa de estudios y miembro del comité central del Partido Comunista de Chile, en conversación con Crónica Digital en el espacio “Conversando un café con: nuestra América Morena”, realizó un análisis exhaustivo de la situación que vive el país, en el contexto de la crisis social y posterior crisis pandémica que llegó para acentuar las diferencias de clase y también de género.  “Yo creo que es bien importante entender que el Covid-19 en Chile, viene después de dos importantes hechos sociales y políticos: uno es en mayo de 2018, que fue un movimiento feminista que sacudió el país de norte a sur. El otro, que ya lo han sabido, es un estallido, una revuelta o como algunos lo llaman “una revolución”, de octubre del año pasado (2019)”. Comenzó diciendo, refiriéndose en primer lugar, a un revuelo que partió en las universidades pero que desencadenó en manifestaciones de mujeres en forma transversal. Al que posteriormente, se le sumaría un movimiento nacional. Según Oyarzún, algo que para “entonces, el país venía muy conmocionado por los derechos, muy perturbado por la disposición en la que está el Estado, un Estado neoliberal que no garantiza derechos de ningún tipo ni siquiera durante el estallido, los Derechos Humanos, porque fueron violados con las personas que participaban en estas manifestaciones”.  El nulo compromiso con los DDHH desde La Moneda y el escenario devastador en el que quedó el país luego de que el presidente considerara que “estamos en guerra”, incluso en un contexto legítimo de protesta, se le agregó una pandemia pocos meses más tarde y que entró al país para acentuar todas las diferencias sociales que se estaban reclamando desde octubre de 2019: “Hoy día estamos muchas, muchos, pero no todos, en cuarentena. Hay una cantidad de quienes que no pueden permitirse quedarse en casa. Las personas tienen que salir a trabajar de alguna manera sino, no comen. De hecho el hambre es gigantesco ya, el hambre ha hecho que hayan masivas protestas desde hace algunas semanas y, por supuesto, nuevamente personas encarceladas”.  Bajo el contexto en el que estaba el país y las circunstancias que se han ido dando con la profundización de la crisis sanitaria, la académica cree que “es muy difícil que nos vayamos a la casa y que no hagamos nada (…) entonces el drama es cómo convertimos esta situación negativa, en una situación de transformación que nos ayude a continuar desde el estallido, hacia un Estado que se haga cargo de los derechos sociales, de los Derechos Humanos, de los derechos sexuales y reproductivos. De un pueblo, de una “puebla” digo yo a veces, que esté a la altura y que se […]

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Un café en una plaza con historia....

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