Acostumbrados como televidentes a invasiones y ataques aéreos contra otros pueblos mostrados “en vivo y en directo” por canales de televisión, incluida destrucción y muertes, al parecer no nos sorprende que desde Estados Unidos se reitere la posibilidad de una invasión a la República Bolivariana de Venezuela, insistida luego de las elecciones del domingo 20 de mayo, bajo el pretexto de un proceso electoral supuestamente ilegítimo y antidemocrático. …Y esta vez pretende la Casa Blanca que la “sanción” sea con el aval de la Unión Europea, Canadá y los 14 países miembros del Grupo de Lima, entre ellos Chile, considerados por Washington aliados estratégicos para cumplir con el objetivo de terminar con el proceso político y social que se desarrolla en Venezuela. En el empeño por detener el proceso chavista, la oposición ha fracasado con tácticas como no participar en procesos electorales; pretender crear gobierno paralelo; llamar a la abstención en comicios eleccionarios; o realizar desesperadas acciones terroristas con un alto costo en víctimas fatales. Se han visto frustrados asimismo los boicots económicos y comerciales internos y externos y las políticas coercitivas en distintos ámbitos instrumentadas por Estados Unidos y otros países de Europa. No han tenido los resultados esperados por la Casa Blanca pese a que el impacto lo ha sentido ya el pueblo venezolano en la falta, por ejemplo, de insumos en medicina y salud que se deben importar. En ese contexto, Nicolás Maduro vence nuevamente en las elecciones presidenciales del domingo 20 de mayo, calificadas como “farsa” por Donald Trump, quien inmediatamente dispuso profundizar el boicot económico, financiero y comercial que se despliega contra ese país latinoamericano, y reflotó la posibilidad de una alternativa cruenta. “…según indicaron altos funcionarios, Estados Unidos «continúa manteniendo todas las opciones de respuesta» ante la situación de Venezuela, «incluida la opción militar», y está coordinando activamente una acción conjunta con los 14 países miembros del Grupo de Lima”, se informó a través de agencias noticiosas internacionales. En columna de The New York Times (martes 22) se sostiene también: “Figuras públicas (de Venezuela) que hasta ahora se manifestaban incondicionales de una transición no sangrienta, de una salida electoral que no dependiese otra vez de los militares, han comenzado a expresar en las redes que no avalarán una salida no electoral, pero que tampoco la condenarán”. Luego se agrega en el NYT”: …Otro dilema se les viene encima a los ciudadanos comunes y los activistas políticos con convicciones democráticas: dejar que el gobierno, a la usanza de las casi seis décadas de dictadura comunista en Cuba, se perpetúe en el poder, convocando periódicamente a elecciones blindadas para no perder; o aprender a convivir con las otras salidas propuestas y en desarrollo: la asonada militar, la insurrección popular de calle, la intervención extranjera o una mezcla de las tres”. En el empeño mediático injerencista surge una interrogante de rigor en este aún hipotético cuadro: ¿Se arrastraría también a ello, o se dejarían arrastrar, los gobiernos e instituciones de los países del Grupo de Lima? Tal […]

Ha sido una semana del terror para la seguridad pública. Dos robos con homicidio: el primero en Lo Barnechea en la madrugada del 14 de mayo, seguido del ocurrido en La Reina solo siete días después. Asesinatos sangrientos, con toda la frialdad que puede exhibir un criminal. Y hay que reconocerlo… el Ministro del Interior y Seguridad Pública dio la cara, habló claro y fuerte, mostrando autoridad. Pero mucho me temo que para dar solución a los problemas que subyacen a estas escenas de horror, no basta con un secretario de Estado que golpee la mesa. Hace poco más de un mes, el Presidente convocó a una comisión de trabajo para generar grandes acuerdos en materia de seguridad. No es casualidad que los temas de dicha invitación sean la modernización policial y la coordinación entre las agencias que componen el circuito de justicia criminal. En este clima de preocupación y de voluntad política por generar alianzas transversales, las palabras del ministro, apelando a que un poder del Estado cumpla con su cometido —el Poder Judicial—, atenta contra su real capacidad de liderar las importantes y complejas reformas que se requieren. El arte de gobernar es complejo. Consiste en resolver de la mejor manera posible la disyuntiva entre las acciones concretas inmediatas y las políticas y orientaciones que van a permitir consolidar los cambios que se requieren. No es novedad la sensación de que algo anda mal en la justicia y en la seguridad pública. Sospecho, eso sí, que el problema es sistémico. No basta con pedirle al sistema policial que detenga a los presuntos culpables, pues hay que trabajar rigurosamente para cumplir con los estándares probatorios que la fiscalía requiere para perseguir un delito y que un juez necesita para aplicar la ley. A su vez, nuestro sistema de ejecución de penas debe estar enfocado en el real cumplimiento de una condena, sin perder de vista que la prevención es la forma más durable para proteger a la sociedad del delito. Dicho de otro modo, en el proceso de cumplimiento de una pena, la reinserción social es un elemento central y un objetivo a alcanzar. Es evidentemente una responsabilidad ineludible del Estado, pero también del conjunto de la sociedad que tiene que estar disponible para generar nuevas oportunidades a quienes han delinquido, contribuyendo con ello a resguardar un interés colectivo superior: la paz y la cohesión social. Espero que no se pierda más tiempo en discusiones bizantinas sobre quién es el culpable de nuestras ineficiencias mutuas. El delito, como fenómeno social, es el clásico “problema de todos, problema de nadie”, en que nos podemos echar la culpa eternamente sin resolverlo. Por Antonio Frey Académico Facultad de Gobierno, U. Central Santiago de Chile, 25 de mayo 2018 Crónica Digital

Afincando entre los cinco mayores productores y exportadores de vinos en el mundo, Chile libra una cruzada que se antoja paradójica: lograr mayor consumo en el mercado nacional. Esta suerte de contrasentido se explica de forma muy simple por Pablo Ugarte, director ejecutivo de Catad´Or, el más prestigioso y amplio concurso de vinos, espumantes, espirituosos y piscos de América Latina y el Caribe. «Mientras la industria del vino creció aceleradamente en nuestro país, florecieron otras alternativas, la cerveza, los cocteles, piscos, whisky o vodka se pusieron de moda. Pero nos vamos abriendo espacio», comentó Ugarte a Prensa Latina. El chileno promedio consume algo más de 14 litros de vino por año. La cifra está por debajo de las expectativas. Sin embargo, es bien recibida por los promotores de la bebida de los dioses. «La campaña Nos gusta el vino que lanzamos hace tres años comienza a rendir dividendos. Sobre todo porque la mejor imagen de Chile en el exterior es nuestro embajador, el vino», dijo a Prensa Latina un alto funcionario. Mario Pablo Silva, presidente de Vinos de Chile, apuntó que el prestigio requiere compromisos, como los anotados por el país austral en hacer productos sostenibles y amigables con el medio ambiente, y enfocarse en los sellos Premium. PASAJE DEL VINO Aunque el origen es francés, las cosechas de Malbec de Argentina son absolutamente emblemáticas. Pocos enólogos se atreverían a discutir la supremacía sudafricana de la Pinotage (Pinot noire con Cinsault). Con la Carménére no hay dudas. Si bien surgió en Médoc, Burdeos, fue destruida por la filoxera y los viticultores franceses la remplazaron por una variedad más resistente, Merlot. Hasta que se hizo el milagro. En época tan cercana como en 1994, el científico galo especializado en la vid (ampelógrafo) Jean Michel Boursiquot determinó la existencia de la Bordeaux Carménére en Chile, en Viña Carmen. Había sido confundida con las vides de Merlot y el redescubrimiento le permitió al largo territorio del Cono Sur, básicamente a su región central, convertirse en el rey del Carménére del universo. De acuerdo con reputados sommeliers, los Carménére son vinos de cuerpo medio, afrutados y con notas verdes de pimentón, achocolatados y de taninos amigables. «Por la historia romántica de cómo se rescató esta cepa un siglo después de la filoxera es una variedad insignia, pero es una uva difícil de vinificar y no todos los años da para hacer vinos jóvenes sin crianza», explicó el enólogo Sebastián Labbé. Los grandes Carménére realmente deberían ser un distintivo porque sin duda poseen personalidad propia, completó. Chile cultiva actualmente el 84 por ciento de Carménére, seguido por China con el 14, Italia 0,5, Argentina 0,5 y Francia el 0,25 por ciento. Sin embargo, chinos e italianos la bautizaron con nombres adaptados a su mercado interno. FAMA Y GUARISMOS Concha y Toro se identifica bastante con la popularidad de Casillero del Diablo, que le ha dado la vuelta al mundo. Se inscribe entre los vinos Premium de la firma, que logra un promedio de ventas por más de mil millones de dólares anuales. […]

Dicen que Nelly Lemus nació danzando,  le llaman “La Pacarisca”, (Escondida en quechua); el nombre de uno de sus grupos de danza. También es poeta; sus poemas han sido llevados al mundo entero por importantes músicos y compositores. Pampina es el Taller de danzas que dirige  ensaya y hace su puesta en escena en su casa que convirtió completamente en un centro cultural de la diversa chilenidad nortina; una maestra que se ha volcado al quehacer artístico y cultural, convencida de que es una herramienta de transformación y cambio social. Es profesora, poeta, bailarina, coreógrafa, investigadora, gestora cultural, mamá, abuela y bisabuela. Cuando tenía apenas nueve años empezó a mover su cuerpo armónicamente. Desde entonces no ha parado más en lo que considera su “peregrinar” por el “gran salar y la pampa salitrera”. Desde Chañaral partió a estudiar a la Escuela Normal de La Serena, donde  tuvo a su cargo el ballet y después como su cuerpo a veces también quería hablar, empezó a escribir poesía por las noches. “No quise pedirles nada, solo traje mi cantar…” Antofagasta la acogió en 1968. Trabajó en la Escuela Japón hasta que la exoneraron en 1985. Allí formó con los niños el grupo de danza “Pacariscas”, presentándose en actividades escolares y en la peña “El Tambo Atacameño”, que cerró sus puertas en 1980.   Además de dedicarse a este quehacer – dice – que “para pasar el espanto” de los años de la dictadura militar, se dedicó de llenó a investigar lo que ha sido su eje artístico y cultural hasta los días de hoy: la proyección en la educación de los grupos promesantes  y su integralidad en la danza. Miraba cómo movían sus pies y sus brazos; sus ritos y caminatas firme en la tierra.  También les preguntaba por su gestualidad y las historias que contaban los bordados de sus trajes, concluyendo una presencia de una religiosidad popular e identidad colectiva que da cuenta del dominador y el dominado desde los tiempos de la conquista.  Se había propuesto sistematizar sus observaciones, pero como en aquellos años la libertad de expresión estaba cercenada, optó por actuarlas y luego enseñarlas, diseñando para ello una metodología de aprendizaje que basada en el cuerpo y su apropiación como protagonista y el trabajo en equipo, abre espacios de comunicación, interpretación y de desarrollo personal y comunitario. En  los espacios políticos trabajó por la recuperación de la democracia en la Coordinadora Democrática de Mujeres y como animadora comunitaria  y educadora popular desde el Servicio Paz y Justicia, Serpaj, intervino espacios públicos con una multitud de mujeres para vencer el miedo, usando el color, las formas y el movimiento. A los jóvenes les enseñó incluso a votar durante la campaña del No en 1988. El poeta Andrés Sabella le había dicho que la educación la podía ejercer incluso a la vuelta de la esquina. Desde 1994 dirige el Taller de Danzas “Pampina”, que reúne a mujeres, jóvenes y niños de distintas edades, quienes bailan al compás de ritmos de música andina, morenadas  y propuestas artísticas propias, entre […]

Casi tres décadas de posdictadura nos demuestran que la posibilidad de dotarnos de una nueva Constitución se hace imposible sin desahuciar la Carta Básica vigente. Por más que se le hayan hecho al texto de Pinochet sucesivas reformas, la verdad es que se continúa asociando  a ésta con el legado de la Dictadura y el orden institucional que ha consagrado  profundas desigualdades en la sociedad chilena, una enorme concentración de la riqueza y la restricción de varios derechos humanos esenciales. Definitivamente, la Constitución de 1980 no puede ser la base sobre la que se discuta un orden más democrático y justo. Seis autores han concordado la publicación de un importante libro en que se plantea la constatación que ya será imposible poner de acuerdo a quienes respaldaron el Régimen Militar y a sus detractores o disidentes para erigir un nuevo texto constitucional a partir de la Carta vigente.  Se trata de “1925, continuidad republicana y legitimidad Constitucional: Una propuesta “ (editorial Catalonia) , donde se propone, entonces, que lo mejor sería restablecer la Constitución de 1925, en el entendido que este texto legado por Arturo Alessandri se fue ganando una solida  legitimidad en su ejercicio, pese a que tampoco tuvo una génesis democrática. Enfatizan los autores que con el Golpe Militar de 1973 tanto los militares insurrectos como los derrocados apelaron a esta Constitución para justificarse y descalificarse mutuamente. Lo que demuestra el alto grado de consenso que este texto había alcanzado. Es importante destacar que los autores de este libro son todos académicos de distintas universidades  y sobre cuyos nombres no debieran existir sospechas respecto de que pudieran estar manipulados políticamente por alguno de los referentes ideológicos actuales *. Por lo mismo es que su propuesta ha surgido del debate intelectual, como en el diagnóstico de que para el conjunto de la política puede resultar más fácil retrotraerse al texto constitucional anterior que adoptar como punto de partida lo dispuesto por el Dictador, pese a las enmiendas auspiciadas por los gobiernos de la Concertación. Como ejemplo, los autores destacan lo sucedido en Austria después de nazismo, donde el nuevo estado se fundó sobre la institucionalidad anterior a la guerra y los gobiernos de facto. Mucho se dice que con este segundo gobierno, Sebastián Piñera quiere lograr reconocimiento histórico como estadista, dejando consolidado una serie de reformas y realizaciones que colaboren al desarrollo, la profundización de la democracia y una mayor equidad social. Desafío verdaderamente muy difícil ante la constatación de nuestros múltiples rezagos en la economía, la estresada convivencia nacional y nuestro debilitado prestigio en el mundo y la Región. Cuando lo que se ha profundizado, a pesar del crecimiento económico, es la desigualdad entre los chilenos, así como la consolidación de lacras tan severas como la corrupción  transversal de la política y el abuso empresarial, incluso en áreas tan estratégicas como la salud y la previsión . Además de las agudas tensiones por las justas demandas de los pueblos originarios, el explosivo fenómeno de la inmigración,  el empoderamiento del  narcotráfico y […]

Siempre hemos dicho que la corrupción y el abuso, por parte de los que mandan, sin que la ciudadanía lo supiera mayormente, han estado presente en Chile, con la diferencia de que ahora gracias a la libre difusión de las ideas y de la información por las redes sociales, se están conociendo muchas de esas bribonadas empleadas por los “de arriba” para obtener ventajas indebidas en los distintos mercados. La prensa que los protege ejerce su labor cautelando los intereses de sus socios a través del expediente de desinformar con sutiles mentiras a la opinión pública y para ello emplea sesudos y mendaces artículos y noticias aparentemente serias que, vía la deformación de los hechos, intenta convencer a sus lectores. Para quien suscribe esta columna fue muy gracioso leer en el vespertino La Segunda del 10/05/18  el artículo “Alcaldes y permisos de edificación” suscrito por el abogado constitucionalista, Arturo Fermandois, en donde con un sesgo absolutamente inmobiliario da cuenta, sin decirlo expresamente, de lo que sucede con un negocio de 2 torres habitacionales en la comuna de Las Condes, motivo por el cual el mismo día le enviamos una rectificación al director de ese medio, la que naturalmente se censuró en aras de proteger la palabrería insulsa de ese abogado. Nuestra carta respuesta decía “Nos vemos en la obligación de referirnos……………… quien asegura que los alcaldes no tienen atribuciones para ejercer la invalidación de los permisos de edificación, aludiendo entre otras cosas, al derecho de propiedad que emanan de esos actos municipales.  El autor de la columna no dice que el asunto se relaciona con el proyecto inmobiliario cuyo titular “se equivocó” al determinar la superficie del predio para así obtener un mayor coeficiente de constructibilidad, materia que fue resuelta por un estudio técnico del IDIEM de la UCH y que, por ello, los vecinos afectados  interpusieron un recurso de ilegalidad que llegó a la Corte de Apelaciones de Santiago, allanándose el alcalde a la posición de esos vecinos.  Ahora bien, conforme a la Ley Nº 19.880 del Procedimiento Administrativo, los actos de la administración del Estado tienen una presunción de legalidad y, dentro del plazo de 2 años desde que han sido cursados, pueden ser invalidados por “la autoridad administrativa”, cita textual del artículo 53º de dicha ley. Lo lógico es que, ante un vicio de una resolución de anteproyecto o de un permiso de edificación que haya sido aprobado por un Director de Obras Municipales, este mismo funcionario debiera iniciar el procedimiento de invalidación, pero en este caso sorprendentemente la funcionaria que lo cursó se negó a dejarlo sin efecto y por ello, su superior jerárquico en la Municipalidad de Las Condes, se vio en la obligación de ejercer esa atribución legal.  Respecto al derecho de propiedad que tendrían los titulares de los permisos de edificación, está claro que si hay controversias legales, la Contraloría General de la República tiene mucho que decir, pero siempre serán los tribunales de justicia los que dirán la última palabra.     Terminamos afirmando que el sistema económico de libre mercado funciona bien […]

A propósito de las tomas feministas en diversas universidades y de la repercusión política y social del movimiento, es pertinente hablar del significado y los mitos asociados al feminismo. En primer lugar, por el desconocimiento o ignorancia que existe en relación al tema y la gran distancia que hay entre lo que realmente es “un movimiento social y político que busca igualdad de derechos y oportunidades entre mujeres y hombres, considerando que son diferentes” y la construcción del feminismo que surge del imaginario social, es decir, “mujeres que odian a los hombres” o “feminismo es igual a machismo”. La imagen prejuiciosa que se tiene del feminismo se origina en la “sociedad patriarcal y androcéntrica”, punto de partida de la desigualdad, al ser esta una estructura de opresión y dominación que despliega el poder masculino sobre las mujeres. En esta, el hombre es la medida de todo, relegando lo femenino al espacio privado, al cuidado de los hijos y a las labores domésticas. Este tipo de sociedad se sostiene gracias al apoyo de instituciones conservadoras con gran influencia en la población: iglesia, partidos políticos y medios de comunicación conservadores. Estos, en su afán de perpetuar los valores y estructuras tradicionales, han denostado la labor de las feministas, en la lógica de demandas como el aborto o la diversidad sexual. No es difícil entender por qué la mayor parte de la población, incluso algunas mujeres, tienen una imagen negativa de las feministas. Como segundo aspecto está el cuestionamiento permanente, desde la trinchera masculina, al empoderamiento femenino, a causa del temor que significa la posibilidad de compartir (ni siquiera perder) privilegios que, históricamente, han estado reservados para los hombres, vinculados al espacio público, como la política y el mundo del trabajo. A esto se suma el verse presionados y/u obligados a participar del espacio privado, en el cuidado de los hijos y el trabajo doméstico. Ante esta amenaza, se caricaturiza a las feministas como machorras, feminazis, frustradas y amargadas que quieren someter a los hombres bajo su poder. Ello ha derivado en la polarización de las relaciones entre ambos: mujeres cada vez más empoderadas sobre su rol en la sociedad, en contraposición a hombres que construyen la masculinidad a partir del rol tradicional de macho proveedor y protector. Es decir, mujeres cada vez más independientes y hombres cada vez más machistas. Culmino citando a una de las grandes pensadoras feministas, Simone de Beauvoir: «el hombre se define como ser humano y la mujer como femenina. Cuando ella se comporta como un ser humano, se dice que está imitando al varón». Por Ana María Gutiérrez Académica, Universidad Central Santiago de Chile, 18 de mayo 2018 Crónica Digital 

La recurrente Crónica de una muerte anunciada que nos legó Gabriel García Márquez voló en las últimas horas con el Amén del Vaticano, con dureza y verticalidad. De la mano del propio papa Francisco, el remezón en la Iglesia católica de Chile está en el ambiente y si bien los tiempos de implementación de medidas pueden ralentizarse por los ritmos eclesiales, sobresale el sabor a escarmiento. Muchas cosas cambiaron respecto al accionar del Vaticano y de su actual máximo representante, el antiguo obispo argentino Jorge Mario Bergoglio. El secretismo fue trasgredido, evidentemente con toda intención. La renuncia masiva de los obispos chilenos convocados a Roma durante tres días esta semana terminó siendo una noticia relativamente menor. Se conocieron detalles de un texto entregado por el sumo pontífice. Hay detalles o luces de las consecuencias que traerá para la iglesia chilena los casos de encubrimientos de abusos sexuales en general, pederastia, manipulación de pruebas, mentiras y hasta incineración de evidencias. Parece obvio que de alguna forma, el mismísimo Vaticano permitió que se deslizaran detalles de lo ocurrido al interior de sus puertas, cuando en un inicio su portavoz dijo que no habría declaraciones ni comunicados de cierre. La cadena local de televisión T13 tuvo acceso a un texto de 10 cuartillas entregado por Francisco a los 34 obispos chilenos en el que entre otros aspectos subraya: «hay una herida abierta, dolorosa y hasta ahora «ha sido tratada con una medicina que, lejos de curar, parece haberla ahondado más en su espesura y dolor». Antes de los tres días de reuniones, llamados a las meditaciones con votos de silencio e intercambios entre Francisco y los obispos, tres víctimas de abusos sexuales de la Iglesia Católica chilena visitaron, invitados por el Sumo Pontífice. Juan Carlos Cruz, James Hamilton y Juan Andrés Murillo, quienes sufrieron los actos de pederastia del defenestrado cura Fernando Karadima, se mostraron satisfechos con las posturas del papa y confiaron en castigos ejemplares. Fueron ellos los más enérgicos denunciantes del obispo de la sureña localidad de Osorno, Juan Barros, detonante del escándalo que hizo cambiar de opinión a Francisco tras una atropellada visita a Chile en enero. Barros y el cardenal Francisco Javier Errázuriz, arzobispo emérito de Santiago, son sindicados por ocultar evidencias sobre el caso Karadima. En una de las partes del documento revelado por T13, Francisco escribe: «La Iglesia chilena se ensimismó de tal forma que las consecuencias de todo este proceso tuvieron un precio muy elevado: su pecado se volvió el centro de atención». «La dolorosa y vergonzosa constatación de abusos sexuales a menores, de abusos de poder y de conciencia por parte de ministros de la Iglesia, así como la forma en que estas situaciones han sido abordadas, deja en evidencia este cambio de centro eclesial», completó. Pero hay más. Según medios chilenos, se comprobó que hicieron desaparecer pruebas y el papa Francisco calificó los sucesos de hechos delictivos, escándalo y hasta de la necesidad de «ir más allá» de la remoción de personas para solucionar […]

1) El relevante contexto regional y mundial.- Estados Unidos intenta con cierto frenesí cambiar el cuadro de correlaciones de fuerzas en nuestra región, ante la pérdida creciente de poder, y de legitimidad política y ética en el mundo, y especialmente ante las potencias emergentes: China; Rusia; India; y bloques de países que impulsan el multilateralismo. Las naciones integrantes del histórico “patio trasero” del imperio norteamericano avanzaron en las décadas recientes hacia sistemas de integración (CELAC; ALBA; UNASUR), y de espacios de autonomía, que debilitaron objetivamente la fuerza hegemónica norteamericana en el plano estratégico. Esta tensión se ha agudizado y es lo que explica finalmente la injerencia; las guerras de intervención y los apoyos criminales a genocidios como el que se comete con el Pueblo Palestino; el Pueblo Sirio; antes Libia; en fin, casi no hay zona del mundo afectada directamente por esta política. Y es lo que explica la intervención norteamericana en Brasil; en Centro América y Caribe; el Cono Sur. De lo cual Venezuela es una pieza clave del mapa que busca recomponer Estados Unidos. Negar esta realidad es parte del intento norteamericano, y sus aliados en nuestra región, de legitimar una acción intervencionista y apropiarse de la seudo bandera de la “libertad”. En nuestra región, esto es más patético, porque ha sido el propio Estados Unidos el que en décadas pasadas avaló e impulsó golpes de estado y dictaduras que arrasaron con nuestro Pueblos, sus limitadas soberanías y sus economías que, aunque periféricas y dependientes, buscaron una nueva arquitectura. Esta elección, y todos los procesos electorales ocurridos en Venezuela desde que fuera electo Hugo Chávez, han estado marcados por la intención norteamericana de revertir su posición en esa nación. Por eso, es que ni la oposición venezolana, ni Washington, han reconocido todo el proceso político democrático y las elecciones que han ocurrido allí. 2) El cuadro interno.- Estados unidos, con todo descaro, avaló el golpe de estado violento en contra de Chávez. Algunos gobiernos subordinados a la potencia imperial, en nuestra región, también avalaron el golpe de fuerza. Incluso desde países que en décadas pasadas sufrieron dramáticamente las consecuencias de golpes que provocaron extrema miseria y crímenes de lesa humanidad. Sin embargo, producto de una correlación auténticamente democrática, ese golpe pro norteamericano fue rechazado por la mayoría de los países de América. La llamada oposición venezolana, que en ese tiempo había tomado la determinación unilateral y antidemocrática de no participar en procesos electorales, impulsó el golpe y se volcó a que este se impusiera a como fuera lugar, incluso con baños de sangre. Siguió con disciplina la misma política norteamericana. Posteriormente, esa oposición tomó la determinación unilateral de participar en las elecciones. Sin embargo, y este es un punto muy relevante, nunca lo hicieron por convicción democrática, sino como instrumento para derribar el estado constitucional que ya había surgido desde el proceso democrático encabezado por Hugo Chávez. Pero, participaron. La política norteamericana, ahora, ha tomado nuevos ribetes. Entonces en la urgencia, la premura, la lógica militarista, el régimen […]

En el poemario “La Muerte de la Televisión no será televisada”  (Ediciones Filacteria). Emersson Pérez (1982) nos conduce a  reflexionar sobre los alcances que tiene la televisión en nuestra sociedad  y ya el puro título es provocador y sarcásticamente notable. Este aparato que durante el siglo XX transmitió la crueldad de los campos de Concentración de la Guerra Mundial, el asesinato de Kennedy, la supuesta llegada del hombre a la luna, la irrupción de la Junta Militar, el triunfo del “No” y el accidente de Juan Fernández, no podrá transmitir su propia muerte. Para mi generación la que tiene más de 40 años, hablar del deceso de esta cajita mágica es impensable, crecimos con ella y no me imagino mi niñez y mi adolescencia sin “Sábados Gigantes”. La televisión era la máxima expresión de un reinado absoluto en cada hogar, claro está, que sin ninguna alternativa, salvo el cine. La televisión dominó nuestras vidas, nos controló los horarios y nos dijo que comer y comprar. El autor hace un  juego de ironías y de realidades en sus relatos, como parte de lo que nos fuimos creyendo e imaginando en nuestras cabezas. Quién siendo niño no se quedó pegado en la televisión: “De niño nos acercábamos a la pantalla, ver como esos rostros se descomponen en pixeles…Dios perdió un ojo, dentro de un triángulo en un billete, nuestro ojo dentro de una pantalla…” Y el ojo sigue estando ahí, representando al gran arquitecto del universo en un dólar, en tanto, nace la  interrogante; ¿qué es lo más importante, escuchar o ver?, mientras que hace un guiño a la historia al dedicarle un poema al escoces  John Logie, el inventor del primer sistema de televisión pública:  ”La verdad detrás de los espejos, una fe en las imágenes…sinceridad, la gente ve lo que quiere ver…” De pronto la poesía de Emersson Pérez es sugerente, viva, casi tan instantánea como la propia televisión, una crítica fácil de digerir y descarnada de todo lo que conlleva desde el momento en que la encendemos y no sabemos cuándo la apagaremos,  hasta desmembrar nuestro ojos para que no nos pase lo de “Poltergeist”,  la cinta ochentera de Spielberg, donde la pequeña despierta de noche y comienza a conversar con el televisor, el cual le transmite estática. Así es la cajita mágica que nos hace cruzar de la ficción a una, muchas veces, dura realidad. Lo coloquial de todos los días al frente de una pantalla, donde sin darnos cuenta se nos ha ido gran parte de nuestras vidas, ya lo había dicho Pablo Huneeus a mediados de los “80 en “La Cultura Huachaca”, -la televisión provoca un efecto hipnótico, adictivo inhibidor del pensamiento consciente, que además atrofia la imaginación creativa-,pero lo más visible y con lo que hemos tenido que lidiar desde siempre, es la limitación tecnológica de la televisión, que pese a todo, solo nos da una visión fragmentada y vulgarizada de nuestra realidad. Hay aquí una poesía con sentido, bordeando lo urbano y de una […]

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