Una alta pena por el que el Tribunal Oral en lo Penal de Coyhaique condenó a un total de 26 años de cárcel a Mauricio Ortega, por el femicidio frustrado y lesiones graves gravísimas contra Nabila Rifo, termina con un sufrimiento silencioso, poniendo término a una sensación de injusticia e impunidad en la comunidad. Sin embargo esta respuesta del sistema no proporciona un tratamiento integral y más humano para las víctimas de este flagelo de la violencia doméstica. Una mirada a nuestra realidad social nos alerta sobre la alta conflictividad a la que se enfrenta la familia y las relaciones de género, en uno de los aspectos relacionales más complejos de nuestra humanidad, la vinculación personal como social entre hombres y mujeres, frente a lo que encontramos escasas y univocas respuestas del Derecho, en relación a sus capacidades regulativas, que considera irrelevantes los íntimos aspectos parento filiales de estos conflictos, limitándose a ofrecerles un tratamiento proteccional, mediante un rol paternalista y asistencialista del Estado, quién trata a la víctima cómo objeto de derecho, sin autoridad para proponer soluciones que la restauren y reparen el daño que ha sufrido. Una muestra de lo anterior es la discusión y duda que se planteó, respecto a si la víctima debía declarar en juicio frente a la prensa, exposición que le permitió mostrar ante todo Chile su empoderamiento y capacidad de autodeterminación, ofreciendo nuevas alternativas de enfrentar este flagelo a otras víctimas de violencia. Por otra parte, su necesidad al inicio de no reconocer como su victimario a Mauricio Ortega único condenado por la brutal agresión, que tuvo como resultado la perdida de sus ojos, y que la tuvo varias semanas al borde de la muerte, da cuenta de la necesidad de desarrollar procesos de contención y acogida a las víctimas, inclusos mecanismos colaborativos de regulación de estos conflictos con las familias y comunidad cercana de la víctima y victimario, en virtud de su naturaleza sistémica de estos casos y el tipo de relaciones que están en juego, abordándolos en su fase crítica, dando respuestas cercanas al quiebre violento, con soluciones restaurativas que se responsabilicen por el daño y lo reparen, evitado los costos materiales, morales y psicológicos, de la solución rápida, maquinal y tardía que ofrecen los procesos litigiosos. Por Isabel González Académica de la Facultad de Derecho, U.Central Santiago de Chile, 5 de mayo 2017 Crónica Digital 

¿Cómo se llegó a esta situación?. Algunos prominentes dirigentes lloran ahora sobre la leche derramada. Derramada desde hace bastante tiempo promoviendo fisuras; fragmentaciones; críticas destempladas a una coalición y su gobierno. No soy partidario de los análisis unilaterales, menos cuando se trata de evaluar comportamientos de varios actores y sujetos políticos, y el intento de una coalición temprana y su inédito primer gobierno. Pero habrá tiempo para el necesario análisis. Por ahora, lo relevante es la constatación de los hechos y la acción inmediata para incidir fuertemente en el cuadro de correlaciones de fuerzas políticas y electorales. 1) Es fundamental que Alejandro Guillier se proyecte como el candidato presidencial de la centro-izquierda; el candidato de las mayorías; el candidato que estabiliza las reformas, les da continuidad y profundiza en ámbitos que han surgido de las masas, de los ciudadanos, como un nuevo sistema previsional. El candidato independiente que, efectivamente, busca representar a amplios sectores ciudadanos. El candidato de las y los desencantados que son parte sustantiva de la crisis de representación realmente existente. El candidato que irrumpe para abrir espacios a la participación social y ciudadana con mayor calado y profundidad. Los partidos y fuerzas políticas que lo respaldan y lo apoyan, se reactivan positivamente en medio de la crisis de la acción política. La más reciente prueba de aquello es la legalización de todas esas fuerzas. Son los sujetos políticos de una campaña presidencial que los requiere y necesita para construir la arquitectura y el andamiaje de un amplio, plural y diverso movimiento de mayorías. Su espacio continúa siendo la centro-izquierda (no nos equivoquemos), e incluso se puede sumar a fuerzas políticas progresistas que no fueron parte constituyente de la Nueva Mayoría. Estos partidos tienen sintonías estratégicas y tácticas, y eso es una fortaleza para enfrentar campañas que serán duras. 2) Es necesario ahora construir los lineamientos del programa común de gobierno que viene, que tiene bases en el actual, y se proyecta al futuro en un proceso de continuidad, profundización y nuevos desafíos. No hay tiempo para que cada partido fragmente este proceso en sus orgánicas propias. Simplemente no hay tiempo. Hay asuntos esenciales que se deben continuar y consolidar, pero hay temas y demandas nuevas cruciales que asumir. Sobre esta base hay que instalar el debate de ideas y de programa con las demás alternativas presidenciales, y competir con todas ellas en esos términos. Con todas, sin excepción alguna. Que sea la ciudadanía la que dirima en estos aspectos. 3) La lista parlamentaria que impulsa la candidatura de Alejandro Guillier, tiene que buscar las mejores formas de potenciar su electividad. Las mejores. Aquí se juega el futuro Parlamento y su composición. Después vendrán los escenarios para las alianzas y eventuales entendimientos, que pueden ser muy amplios. No olvidemos que el nuevo sistema electoral se pudo aprobar en el Parlamento con votos incluso de un sector de la derecha. Pero, ahora, la tarea es una lista parlamentaria con máxima electividad. Candidatas y candidatos deben asumir esto, igual que […]

Las rupturas entre las personas y las instituciones raramente son intempestivas, se producen de un momento para otro. Casi todas se derivan corrientemente de un largo proceso, de tensiones que el tiempo viene acarreando y profundizando. Lo que ha pasado en la Nueva Mayoría y el oficialismo es la ruptura de la Democracia Cristiana con sus socios. En un proceso largamente manifestado de desencuentros, que al final estalló con la renuencia de este Partido a apoyar la candidatura presidencial de Alejandro Guillier, a pesar de que éste aparecía (y sigue apareciendo) como el abanderado mejor posicionado para representar a todo el oficialismo en una competencia electoral que será dura y hasta aquí muy incierta en sus resultados. Frente a un candidato de derecha que busca repetirse el plato, que ha logrado aunar a sus distintos partidos y tiene, además, mucho dinero y medios para encarar una competencia siempre onerosa, especialmente en nuestro país. Frente, además, a una cantidad de partidos y grupos de izquierda agrupados en el llamado Frente Amplio o representados por otra serie de ya crónicos y majaderos candidatos que aspiran a quitarle los votos al oficialismo. Ocasión más propicia todavía ahora, con los desastrosos niveles de aprobación del actual gobierno de Michelle Bachelet. No existe una sola causa que explique la ruptura de la DC con sus socios a poco menos de tres décadas de unidad. Sin duda que entre los falangistas ha vuelto a despertar la idea del camino propio y la posibilidad de recuperar su enorme liderazgo y caudal electoral de antaño. En una buena dosis de mesianismo que arranca de sus inspiraciones evangélicas y del legado de sus más destacados fundadores. Pero también se explica en la reticencia que le provoca a muchos militantes y simpatizantes actuar de consumo con socialistas, comunistas, masones, liberales y otros. Militantes atraídos, también, por el camino propio pero, además, por el influjo que les produce un personaje como Sebastián Piñera que, como se ha dicho muchas veces, les parece un demócrata cristiano más que un derechista neoliberal y pinochetista… Salvo por su irrefrenable afición por los negocios. Demócrata cristianos que proclaman la idea que, renunciar a un candidato propio, podría producir una estampida de ciudadanos que abandonen el centro político y se incline a votar por el candidato empresario… develando nada más con esto su antigua y personal inclinación política hacia la derecha. En la Junta Nacional de esta colectividad perdieron cotundentemente los que querían seguir atados a la Nueva Mayoría; los que sinceramente están convencidos de que el sitio que le corresponde a la Democracia Cristiana es su asociación con la izquierda, o a lo que todavía se le tildan de “ izquierda” dentro del oficialismo. Cuando desde la propia derecha, entre paréntesis, se dice que en sus antípodas políticas no están quienes hoy gobiernan, sino los que han abandonado el oficialismo en estos años. Pero también entre los que perdieron hay que contar a los oportunistas que siempre pululan en todos los partidos: los que piensan […]

Esta es una carta dirigida a ustedes, fanáticos de los llamados ‘equipos chicos’. Ustedes, quienes sintieron la necesidad de abanderarse en este deporte tan hermoso, no tomaron una decisión fácil. Ser hincha de un elenco ‘minúsculo’ en comparación a los ‘grandes’, trae todo tipo de limitaciones: se convive muchas veces con la amargura y la desazón, hay que mamarse esa pena contenida cuando esperaron toda la semana para que su club juegue y caiga otra vez, deben darse cuenta que dar vuelta la página no es tan fácil y están obligados a sufrir cuantas veces sea necesario. Cuando les preguntan por qué escogieron enamorarse del equipo que les sobresalta el corazón cada fin de semana, siempre está ese mensaje escondido acusando locura o una nimia obsesión. Y precisamente es eso, una enfermedad mucho más grande que ponerse del lado poderoso y ganador. Al principio de temporada, jamás se imaginan de una forma tan concreta la posibilidad de disputar un cupo a un campeonato internacional, ascender de división o simplemente ganar un título. Es un lujo que la vida no les ha permitido darles. Si su pasión recae en un club ‘de provincia’, probablemente hay una conexión de un sentido de pertenencia con la ciudad, una rebeldía contra un centralismo exacerbado, basado en la audiencia y el marketing. Independiente de cómo se volvieron hinchas, parecieran existir más elementos remitentes al arrepentimiento que a la perseverancia. Y ejemplos de proezas son pocos. Tan pocos que sienten una empatía con ese ‘par’, pero a la vez una profunda envidia y la ilusión de poder alcanzar una hazaña así algún día. Ganarle a un equipo ‘grande’ marca la temporada. Son triunfos contados con los dedos de las manos, son alegrías que duran semanas y son recuerdos imborrables para toda la vida. Y ese sabor es dado no sólo por la humildad o por las limitantes propias, sino por la arrogancia y el desprecio ajeno. Siempre han sido mirados en menos, avasallados en la previa, analizados como un rival de turno. Si hay información de lo ocurrido con el club el fin de semana, da la impresión que es por cumplir o por algún efecto en la campaña de los ‘grandes’, de los comunicacionalmente importantes. Les da rabia saber la poca cantidad de recursos económicos para aspirar a algo mejor, les enoja los errores arbitrales que pasan colados sólo por ser elencos ‘menores’, como si por ese aspecto no hubiese dignidad, no hubiese seres humanos detrás, como si no existiera la pasión y el sentimiento. A ustedes, quienes les cuesta mucho más juntar el dinero para viajar y acompañar a los representantes de su escudo, les agradezco. Cuando los visitan rivales con más jerarquía -histórica, monetaria y política-, a los dirigentes no se les esboza ni un atisbo de vergüenza en el rostro por vender las entradas del 90% del estadio. Se sienten pasados a llevar, su voz termina acallándose frente a la injusta resignación. Saben de la imposibilidad de hacerle frente a los grandes […]

Hace rato que partió el alejamiento entre las diversas fuerzas que han constituido el bloque de la Nueva Mayoría, por eso se veía venir la decisión de la Democracia Cristiana de ir con su propia candidatura a la primera vuelta de las próximas elecciones presidenciales. No es una noticia para estar feliz, es un hecho lamentable, que no debió ocurrir. Ahora estamos ante el riesgo de caer en recriminaciones que agraven la situación. Es de esperar que eso no suceda, entre otras razones por qué sería inconducente buscar culpables de un proceso que comenzó hace tiempo, pero ante el cual no hubo una política eficaz que lo detuviera. No cabe duda que al comienzo influyó el ímpetu refundacional de algunos y el fuerte conservadurismo en otros. En los hechos fue imponiéndose un «dejar hacer», de resignarse ante el deterioro del entendimiento político fundamental para el doble desafío de dar gobernabilidad y emprender las reformas comprometidas con el país. Al  parecer en el bloque de gobierno, había tantas tareas y preocupaciones que no hubo el espacio ni el tiempo requerido para una conversación política crucial: la propia unidad y proyección del conglomerado gobernante. Es el costo del día a día, de atender tantos asuntos que solo se trata lo inmediato y urgente. La unidad es como la planta que año tras año, con sus formidables colores o entregando una linda flor, logra embellecer la existencia, pero para ello debe tener los cuidados necesarios, el agua, la temperatura y los abonos que le fortalezcan, den energías y posibiliten su crecimiento. Un entendimiento estratégico para dirigir el Estado, es una tarea de largo aliento, de mucha dedicación, tacto y cuidados diversos, que requiere una efectiva voluntad política para hacerlo perdurar, de modo especial, ante el desafío de hacer frente a un plan de regresión social tan duro como el que sustenta el piñerismo, que ya anunció su propósito de echar atrás los avances del último tiempo. Al parecer no fue el caso y en la Nueva Mayoría los desvelos fueron insuficientes. Ganó el afán de actuar cada cual por su propia cuenta. El tiempo dirá que pasó finalmente, si gano el chovinismo partidario, cálculos menores u otros factores. Por eso, cuando se concreta esta división los llamados a la unidad ya no logran tener el efecto deseado. Lo paradojal es que pronto se volverá a valorar lo que se ha perdido, esto es un entendimiento inédito de gobierno que abarcaba desde la DC hasta el PC, incluyendo a socialistas, radicales y PPDs; tal realidad constituía un hecho político macizo, sin precedentes, cuyo valor en sí mismo, no fue valorado y preservado en la dimensión que correspondía. Lamento profundamente lo ocurrido. Esperamos que más adelante se logre recuperar el entendimiento estratégico entre la izquierda y el centro, que ante las dificultades no se caiga en lamentaciones que confundan aún más, frente a la tarea principal que es evitar que se imponga el plan de Piñera, que si gana concentrará la totalidad del poder en un puñado de afanosos […]

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La presión a la justicia fue muy intensa, tanto así que se preparó la sala del 25° Juzgado Civil de Santiago de la Corte Suprema, con Magistrados que daban confianza que confirmarían el fallo de la Corte de Apelaciones, que había fijado el irrisorio monto de tres millones para las 659 personas víctimas de secuestro, tortura y prisión política, que participaban en la quinta demanda en contra del Estado de Chile, presentada el año 2009. Y así sucedió, las presiones del CDE y del Gobierno lograban evitar que se repitiera un fallo como el que anteriormente había ocurrido en el caso de los Expp de la Isla Dawson en esta misma sala. Razón por la cual sacaron de la sala del 25° Juzgado Civil de Santiago a todos los Magistrados que habían sido parte de ese magistral fallo. Una vez logrado su cometido, el gobierno, usa posteriormente este forzado y manipulado, fallo para hacer ofertas irrisorias y miserables, con el objetivo de dar respuesta, a las exigencias presentadas en una mesa de negociación, donde participan algunas organizaciones de Expp que se atribuyen la representatividad de todos los ex prisioneros políticos. Pero esto no para aquí, el Ministerio de Justicia, ordena a la Tesorería Regional Metropolitana ejecutar el pago de dicha sentencia a los 659 personas “favorecidas” con este fallo. Todo hasta aquí, le puede parecer normal a quien lee esta nota, pero creo necesario exponer públicamente lo que posteriormente ocurrió. La Tesorería, institución del Estado en este caso aunque UDS no lo crean, FUNCIONÓ. Revisaron los expedientes económicos de las 659 personas a quienes el Estado debía cancelarles la INDEMNIZACIÓN, por todo el daño causado. Daño físico a causa de las atroces torturas y vejaciones físicas, daño psicológico a consecuencia de la incertidumbre de sentirse en manos de bestias feroces insanas, que le hacían temer por su vida y la de los suyos. Tanto durante se encontraban secuestrados en los diversos e ilegales centros de tortura, a los que fueron trasladados, como también fuera de estos cuando tuvieron la suerte de salir con vida. Pero hay que agregar también el daño patrimonial, económico y social a consecuencia de la destrucción de los proyectos de vida, la pérdida de sus fuentes laborales y hasta el destierro a quienes fueron relegados o exiliado. Es así como la Tesorería Regional Metropolitana, descubrió que 32 de los 659 demandantes, TENÍAN DEUDAS CON EL FISCO Y LES RETUVIERON EL PAGO. De esta forma obligan a los “deudores” a ir a tesorería a saldar la deuda CON INTERESES POR SUPUESTO, cancelándoseles la diferencia. Cuanta diferencia de criterio de la Tesorería y de Impuestos Internos con las grandes empresas que han cometido actos fraudulentos donde se causó un daño económico de grandes proporciones al erario nacional, de miles de millones de dólares; sin embargo para ellos hubo condonación, borrón y cuenta nueva. Cuanta diferencia en lo que hace hoy el SII, no presentando querellas para investigar el financiamiento ilegal de la política, obedeciendo a presiones del ejecutivo, […]

La muerte del director del diario El Mercurio ha generado diversas reacciones en el mundo político, empresarial y social. Resulta incorrecto desde esta tribuna elaborar un juicio al fallecido señor, toda vez que, al menos en mi experiencia, no lo he conocido. Tampoco podré hablar de lo que tristemente generó su accionar como director de un diario de circulación nacional en un periodo, por decir lo menos, oscuro de nuestra historia republicana. Sin embargo, sería prudente reflexionar sobre la forma de comprender el sentido profundo de la búsqueda de la verdad, las construcciones de argucias para desviar la atención y las innegables miradas que producen elementales fantasías en las personas. Al respecto, la búsqueda en ese sentido implica destrabar los miopes análisis que suelen hacerse cuando las situaciones salen de nuestra zona de seguridad (confort). Es éste el llamado que le hacemos a jóvenes en proceso de formación: “descubran qué nos tiene que mostrar la vida”; “confronten sus miedos y busquen allí el refugio de la esperanza”. Éstas son las palabras que algunos educadores repetimos constantemente a fin de producir en nuestra juventud el ansiado cambio social que nos pertenece como especie. Agustín Edwards probablemente pasará a la historia (al igual que muchos) como un hombre que manejó a miles de compatriotas que, en su búsqueda de libertad, caminaron por un sendero de esperanza. Pasará a la historia como un hombre que colaboró en el desvío de las informaciones a fin de crear un país y realidad fantasiosa. La historia ha ido demostrando que efectivamente la cuestión social, política y económica vivida en ese sombrío tiempo era diferente de cómo se creyó. Pero eso no es todo. Hemos visto palabras y lecturas llenas de odio, resentimiento y violencia hacia la muerte de un ser humano; una persona que, más allá de sus convicciones, ha sido influido por un conjuro de poder que lo instaló en un espacio de doctrina. Llenando nuestra sociedad de Mercurio, un compuesto tóxico y mortal cuyas emisiones a la atmósfera contaminan todos los ecosistemas. El dolor de algunos resulta complejo comprenderlo como justificación de la violencia. Podrá argumentarse lo mismo de Jesucristo, Nelson Mandela, Salvador Allende o tantos más. La muerte (y consecuente reparación personal de la misma) resulta compleja de dilucidar y comprender. Nuestra juventud tiene en sus manos la hermosa posibilidad de recambiar estas doctrinas autoritarias y totalitarias, en sus manos habita sin dudar el germen de toda transformación y es, desde esta tribuna, necesario dotarlos de las valientes herramientas que posibiliten su emancipación, sus miradas que les otorguen libertad, responsabilidad y visión de futuro. La muerte de A. Edwards quedará como siempre para el debate de los dinosaurios. Para nuestros jóvenes, por el contrario, una posibilidad de ‘mover el timón’ de nuestra sociedad, esta vez con afecto, colaboración y respeto; una cuestión que el Dr. Humberto Maturana viene hablando hace muchos años y que algunos educadores desde el mundo universitario creemos como la única herramienta de salvación para nuestro país. Recuerde usted que […]

El cumpleaños del bloque de gobierno podría verse amenazado por la decisión que tome la DC sobre el futuro presidencial: Inclinarse por la primera vuelta podría ser el fin de la Nueva Mayoría. Los candidatos al Congreso están preocupados por la situación. ¿Solos o acompañados? Es la pregunta que realmente preocupa en las huestes falangistas. Este 30 de abril se cumple el cuatro cumpleaños de la Nueva Mayoría. Lejos de celebrar, el pacto de partidos detrás de Michelle Bachelet podría iniciar los festejos al ritmo de una canción fúnebre. Todo depende de la DC. Un día antes, en la Junta Nacional a desarrollarse en el Círculo Español, la Falange debe resolver su postura presidencial. Como nunca, en 47 años, la decisión que tomen los puede aislar políticamente de sus socios, configurando así un nuevo escenario político local. La decisión mantiene en vilo al oficialismo, más cuando solo quedan cuatro días para inscribir las primarias legales, punto de discordia en la interna partidaria, y cuya repercusión podría ser determinante para la continuidad del conglomerado de gobierno. Lo parlamentario, la verdadera preocupación En medio de las disputas sobre el mejor nombre para competirle a Sebastián Piñera el sillón presidencial, la Democracia Cristiana levantó su propia representante. Emulando décadas pasadas, la DC se llenó de nostalgias y se “cuadró” tras la figura de Carolina Goic. La senadora, a juicio de sus compañeros de militancia, representaba a la perfección el ideario valórico del partido, por lo que comenzaron a soñar con volver a retomar el control de la otrora Concertación. Sin embargo, las cosas no salieron tal como las planearon. Las encuestas no ayudaron a reforzar el sentimiento de triunfo. Para peor, candidatos como Beatriz Sánchez tempranamente comenzaron a marcar más que la legisladora por Magallanes. El cuadro ya no era perfecto. Prontamente, la disidencia interna volvió a sentirse. Nuevamente la prensa fue el canal escogido por quienes consideraban que Carolina tenía que revisar sus aspiraciones presidenciales. Voces que, probablemente, nunca creyeron en su triunfo, pero mientras no vieron alteradas sus posibilidades electorales, se mostraron serviles a las ideas de la mesa demócrata cristiana liderada por Goic. Las cosas se tensaron aún más cuando la precandidata decidiera explicitar su intención de competir directamente en primera vuelta, obviando las primarias a las que se tendría que enfrentar con Alejandro Guillier. Los más conservadores militantes aplaudieron la decisión: los Martínez, Walker, Aylwin y algunos más, manifestaron públicamente su respaldo a la idea. Incluso, advirtieron que debían ir en una lista parlamentaria propia, romper con el conglomerado, retornar al centro y dejar de lado el “populismo” de izquierda que amenazaba la continuidad de la Nueva Mayoría. La postura no es unánime. La disidencia partidaria aglutinó a más de trescientos militantes para explicitar su intención de disputar las primarias. El argumento es que una carrera propia debilitaría las posibilidades electorales de quienes pretenden un escaño parlamentario: la verdadera preocupación del grueso de militantes cupulares del Partido. También revelan que afectaría la continuidad del pacto electoral nacido justo cuatro […]

Iniciaba marzo de este año y un General decidió hacer público el mayor escándalo en Carabineros de Chile. Se trataría del desvío de dineros de cuentas institucionales a cuentas de privados y, tras casi dos meses de investigación, el caso se ha convertido en un fraude de casi 25 mil millones de pesos, donde uniformados y privados se han coludido para defraudar a una institución donde las malas prácticas y corrupción era impensada en la mente de todos los chilenos. ¿Existe alguna diferencia entre este caso y las colusiones y fraudes privados de público conocimiento, tales como los laboratorios, las farmacias o el papel tissue? Lamentablemente, otra vez se instala el triángulo del fraude corporativo, afectando esta vez, a través de corrupción pública, la contribución impositiva de todos los chilenos. Este delito obedece a tres factores. En primer lugar, la presión o incentivo interno o externo para cometer el fraude, es decir, desde la propia institución, los altos mandos ejercen presión para obtener beneficios personales y responder a presiones o compensaciones mediante acuerdo o amenazas de un mismo controlador. En segundo término, concurre la oportunidad percibida, donde existe un entorno favorable para cometer los actos pretendidos. Sin embargo, esta oportunidad se presenta cuando alguien tiene el acceso o la información para realizar sus irregulares acciones. Entonces, es dable pensar que se actuó mediante información recibida de todos los actores públicos y privados que articularon este fraude. Por último se da la racionalización, entendida como que el fin justifica los medios, actitud equivocada de quienes cometen o planean un fraude, tratando de convencerse a sí mismos, consciente o inconscientemente, de que existen razones válidas que justifican su comportamiento impropio. Si a estos agregamos las sanciones públicas y condenatorias recibidas por la institución, por parte de la población civil chilena, donde han de pagar justo por pecadores, se deja entrever que al igual que los empresarios privados, los involucrados, como ha dicho su propio General Director, han fallado a la ética y a los valores propios de la institución. Entonces, Carabineros de Chile no está ajeno al triangulo del fraude, donde la motivación de algunos es lucrar, no importando el desmedro concedido. La oportunidad percibida, aparece dada por las necesidades de muchos de asegurar a través de malas prácticas un futuro esplendoroso y que por coludirse están dispuestos a faltar al juramento institucional de “Honor y Patria”. De racionalización ni hablar. No hay justificación cuando a causa de las faltas reiteradas se privilegia el actuar anti ético. Finalmente, la colusión, el soborno y el fraude, termina por aguarle la fiesta a una institución que por estos días cumple 90 años, que se ha preciado de encumbrarse en los más altos niveles de credibilidad nacional y que hoy, paradójicamente, tiene a quienes juraron combatir el delito, tras las rejas. Por Guillermo Fuentes Contreras Director Escuela de Contabilidad y Auditoría de la Universidad Central Santiago de Chile, 26 de abril 2017 Crónica Digital 

Desde la colectividad reconoce que el tema ha quedado rezagado, lo que podría generar molestia en algunos lotes partidarios. Sin embargo, avanzan las negociaciones para cumplir con las demandas internas. A días de tomar una definición presidencial, desde la DC adelantan que están por constuir unidad en la Nueva Mayoría. No todo es materia presidencial en la Democracia Cristiana, a la carrera de Carolina Goic por el sillón presidencial se suma la discusión parlamentaria, mapa electoral que ha estado detenido en pos de analizar el mejor camino para la DC. En la colectividad tienen claro que ambas competencias están unidas, así, de triunfar la opción de ir con la senadora directamente a la primera vuelta presidencial, saben que deben negociar con el resto de la Nueva Mayoría para potenciar la opción parlamentaria, donde se ha adelantado que habrían algunos senadores que temen que su reelección se vean entrampada en caso de optar por el camino. En el consejo de la DC realizado el pasado lunes, los asistentes se abrieron a las posibilidades de una o dos listas parlamentarias, dando pie a la negociación con los demás socios del bloque. Esto porque, si bien el ideal de la falange es ir con dos listas, entienden que si los demás partidos aceptan el que la presidenta de la colectividad vaya a primera vuelta, no pueden también imponerse en el escenario parlamentario, tomando en cuenta que la posición del PS, el otro partido con más fuerza en el conglomerado, es de ir con una sola lista. El sentir generalizado en la falange es que hay que conseguir un acuerdo con las demás colectividades, independiente de los términos, pero evitando que la DC quede sola en una lista. Así lo explicitó el diputado Fuad Chaín, quien señala que en aquel escenario el único destino sería un mal resultado electoral: “Lo que no puede hacer la DC es el camino propio. O sea, candidatura presidencial y lista parlamentaria propia sin acuerdos. Eso es un suicidio para la DC y también para la Nueva Mayoría, porque eso significa que ya no hay posibilidad de acuerdo futuro y vamos a quedar en una posición de enfrentamiento”. Las negociaciones internas Los demócrata cristianos aún no han comenzado una negociación interna, lo que fuentes de la directiva calificaron como “lamentable”, porque quieren evitar la posibilidad de un conflicto interno, poniendo como ejemplo un posible temor proveniente de los “chascones”, específicamente del diputado Víctor Torres, de que Carolina Goic privilegie a su sector dentro de los cupos parlamentarios. En conversación con Radio y Diario Universidad de Chile, el parlamentario dijo estar tranquilo por la disponibilidad mostrada para dialogar con la Nueva Mayoría, “no sólo por el tema electoral, sino por la señal que habría significado el que la DC quedara fuera de una coalición de centro izquierda que requiere fortalecerse”. Además de los temores hay exigencias, entre estos, el de la juventud, sector que espera que la directiva de Goic les asegure un cupo para su presidente, Diego Calderón, quien quiere competir […]

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Un café en una plaza con historia....

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