Por Omar Cid* El domingo en la noche, será el espacio de los tecnócratas de la política. Tales personajes, se tomarán la pantalla de los medios de comunicación, para celebrar el ritual del voto y comenzar a (re) instalar el mito de la institucionalidad puesta en cuestionamiento, por el acto de negación al libro sagrado del orden neoliberal, de sus sacerdotes esparcidos en la geografía política y de todos sus fetiches (Banca, AFPs, etc.) que exigían reverencia y sumisión. Los ateos de la totalidad administrada por mercachifles, en un acto profético se instalaron el 18 de octubre en las calles del país, para reafirmar su crítica y destruir las imágenes del dios que ha cobrado la vida de tantos ciudadanos con zonas de sacrificio, sueldos y pensiones de hambre, entre tantas otras miserias y desigualdades. No estaríamos donde estamos, sino fuera por esos profetas tanto desarmados, como armados de modo rudimentario. ¿Escandaloso? ¿Un atentado contra la paz? ¿Existirá algo más violento que salir a las cinco de la mañana, para esperar una locomoción incómoda, insegura,  en pandemia -o sin ella- para volver hecho bolsa? ¿Habrá algo más violento que vivir la tensión diaria de parar la olla?  ¿Podrá existir armonía, cuando una de las sacerdotisas enclaustradas en El Vaticano del modelo, afirma que, para obtener pensiones pichiruches, se necesita trabajar hasta los 103 años? Se dirá que son unas elecciones históricas. Es cierto. Se afirmará que lo decidido el fin de semana, sentará las bases para a lo menos por 40 años, lo que es relativo. Los partidos del orden, dependiendo de los votos que obtengan, nos señalarán que los chilenos son razonables,  responsables y confiados en su sistema político. Ese será parte del negocio discursivo, la astucia de acarrear agua a su molino; ignorando como lo han hecho la mayoría de las veces, las aguas turbulentas de un mar que no encuentra calma. Bajo la mesa y con las planillas de cálculo a la vista, los mercaderes del templo,  sacarán las cuentas costo-beneficio. Se alabará a los aspirantes protegidos por su triunfo a la segura, elaborarán el relato de que se trató de una elección complicada, para sacar lustre a la victoria. Todo el dispositivo ritual, se pondrá al servicio de un escenario cuyo fin, es que los descreídos sientan culpa y vuelvan al rebaño, a la comunión de los civilizados. De los que duermen tranquilos, porque los cuida el estado de derecho, pensado y administrado por una élite sabia, meritocrática, incorruptible y solidaria que los espera con las puertas del templo abiertas. Como es sabido por los lectores de La Biblia, los profetas pagaban muy caro su crítica al culto de los ídolos de barro, siendo asesinados de la peor manera. Hoy, nuestr@s profetas ateos del dios dinero y sus sacerdotes que ponen en el centro la economía, la producción, el desarrollo y la seguridad interna a costa del ser humano: sufren las consecuencias de su osadía. Los profetas de este tiempo, cargan con la infamia de romper […]

Origen de una ponencia En mis años de la Universidad Técnica del Estado alguien me hizo la fama de que “me gustaba la historia”. Era cierto, pero había muchos otros que compartían mi afición. Para empezar, supongo, todos los estudiantes de Historia. En mi propio departamento había un profesor de Química General que enfatizaba mucho la historia de la Química, relacionando la progresión del conocimiento científico con eventos de la Edad Media, la Revolución Francesa, la segunda guerra mundial, etc. La cosa es que un día me llegó una invitación misteriosa a una reunión al local de la Jota. Después de explicar que se trataba de preparar un seminario acerca de la Historia del Movimiento Comunista Internacional, el encargado de la Comisión de Educación repartió pegas entre los ocho asistentes. Habíamos sido elegidos a dedo y cada uno de nosotros debía redactar una intervención de no más de 20 minutos acerca del tema asignado. Cada presentación sería seguida de preguntas y discusión y se contaría con la presencia de un historiador del partido para aclarar las dudas. Era, ni más ni menos, una actividad de formación política para dirigentes juveniles. De esto había mucho en aquellos tiempos. ¿Lo hay ahora? Mi tema fue “La Tercera Internacional”. El encargado me preguntó cómo pensaba proceder con la tarea y yo le propuse basarme en el libro “Historia del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS)”, el famoso y voluminoso libro azul, que yo había leído, luego sabía que incluía mucha información acerca de la también llamada “Komintern”. Este y otros libros de la temática marxismo-socialismo podían conseguirse muy baratos y siempre tuve la idea (no confirmada) de que los soviéticos regalaban a sus partidos amigos toneladas de literatura que estos, luego, vendían a precios módicos. El responsable estuvo de acuerdo con mi propuesta y le eché para adelante. Cabe señalar que la edición de la Historia del PCUS disponible en esos días había sido publicada después del XX Congreso del PCUS (1956), donde Jrushov había leído su famoso “Informe Secreto”, de modo que incluía una visión crítica del “culto a la personalidad” de Stalin y de los crímenes cometidos entre 1924 y 1953, especialmente contra dirigentes y miembros del PCUS. https://www.marxists.org/espanol/khrushchev/1956/febrero25.htm Una crítica más completa de los genocidios de Stalin sólo fue revelada en años posteriores y especialmente en el periodo de Gorbachov. La Tercera Internacional Aprovecharé esta ocasión para referirme a la historia de la Tercera Internacional o Komintern. Un par de palabras acerca de sus predecesoras: La Primera Internacional, agrupación de partidos que adherían a los principios del socialismo en diversos países, fue animada por Karl Marx, Friedrich Engels y Mijail Bakunin. Fue fundada en 1864 y disuelta en 1876. La Segunda Internacional, promovida por Engels, vio la luz en 1889, seis años después del fallecimiento de Marx. En ella participaron los rusos Lenin y Plejánov, los alemanes Liebknecht y Rosa Luxemburgo y muchos otros dirigentes socialistas. Sufrió una importante fractura a comienzos de la primera guerra mundial (1914-1918) cuando […]

Con estupor reaccionó la opinión pública a las declaraciones de Yuyuniz Navas de Caso, una candidata a constituyente por la derecha en el Distrito 9, en el programa “Aquí se Debate” de CNN Chile. Ella había sentenciado en su cuenta en Twitter: “Salirnos de la ONU es lo que se debe y dejar de vender el país. Impresentable e inadmisible”. Frente a ello, la periodista Mónica Rincón le preguntó: “¿Qué país se ha salido de la ONU?”. Respondió: “Eeeh, mira, no me acuerdo dónde leí, o sea, cuál país se salió de la ONU, que a raíz de eso también me sentí inspirada… No tengo el dato ahora”… Agregó: “Tenemos que mirar el mundo como es, cíclico, que cambia, tiene que renovarse. La ONU en su minuto fue muy importante, pero hoy día no lo es, hoy día está ideologizada”… También se refirió a la COVID–19: “Yo intuyo y lo que siente mi cuerpo (sic) es que este virus fue lanzado con un interés político y económico. ¿De quién? (…) De China y del gobierno comunista”. En verdad, no es la primera vez que desde la derecha emergen afirmaciones de ese tipo. El 2018, en el marco de la controversia por la decisión del Gobierno de Piñera de no suscribir el Pacto Mundial sobre la Migración, la diputada de RN Camila Flores defendió la postura de La Moneda, manifestando en el programa Directo al Grano de Radio Agricultura que “los países serios se están saliendo de la ONU”. Junto con ello, argumentó que “sabemos que la ONU es un brazo armado de la izquierda en el mundo”… Luego, en las redes sociales de la emisora se corrigió la primera frase de la congresista: “Los países serios no van a ingresar al pacto migratorio de la ONU”. Esas declaraciones son expresión de algo más que un par de anécdotas pintorescas. Son la muestra visible de la influencia de un componente clave del extremismo de derecha en los conservadores que adhieren a los partidos tradicionales de la derecha. UNA FABRICA DE CONSPIRACIONES Ya en los tiempos de la Revolución Francesa se instaló, en la reacción contrarrevolucionaria, una interpretación conspirativa de su origen, fundamentos y propósitos. Con el transcurso del tiempo esa noción fue mantenida entre los conservadores y extremistas de derecha: la existencia de una conspiración para imponer un gobierno o una dictadura mundial, digitada desde las sombras por una sucesión de enemigos imaginarios: la masonería, los jesuitas, el judaísmo, el liberalismo, el comunismo, la sinarquía (e incluso una combinación de todos). Desde sus orígenes, fue un relato útil para la oposición conservadora a la democracia (y, por lo tanto, al pluripartidismo y los partidos políticos), y a la existencia de principios universales de igualdad de derechos, como los delineados por primera vez en 1789 con la Declaración de los Derechos del Hombre y Ciudadano aprobada por la Asamblea Nacional Constituyente de Francia. Fue, asimismo, fundamento clave de los nacionalismos autoritarios o totalitarios que desde entonces han proliferado bajo diversas formas, incluso […]

Plantemos 30.000 árboles para sembrar memoria en homenaje a todos los desaparecidos en la última dictadura argentina, incluyendo a las personas de nacionalidad chilena. Esa fue la idea fuerza con la que, el pasado miércoles 24 de marzo de 2021 se realizaron una gran cantidad de recordatorios del golpe cívico–militar que encabezó el general Rafael Videla. Con diferentes características, se desarrollaron a lo largo de la Argentina, impulsados por Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas, Abuelas de Plaza de Mayo, Madres de Plaza de Mayo e HIJOS, entre otras expresiones del movimiento de derechos humanos. Esta propuesta se elaboró a partir del análisis de que, dada la situación de pandemia que padece la Argentina y el mundo, no era conveniente convocar a la ciudadanía a la tradicional “Marcha del 24”, la que sin exagerar resulta todos los años en una movilización de las más concurridas, en donde confluye una amplia diversidad de sectores políticos e ideológicos, sindicatos, centros barriales, sectores del arte y la cultura y todo tipo de organizaciones no gubernamentales. En verdad, una parte significativa de la población se pone en movimiento para mantener viva la memoria de lo ocurrido en la última dictadura argentina: por ello su masividad y emotividad. En este año se realizaron entonces plantaciones de árboles autóctonos en todo el país, para no olvidar a los 30.000 compañeras y compañeros detenidos desaparecidos, junto con una multiplicidad de iniciativas conmemorativas. Entre las múltiples actividades, destacó el acto en el Museo del Bicentenario, en donde el Presidente de la Nación, Alberto Fernández, entrego a todas las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo un reconocimiento oficial del Estado argentino. El Mandatario, cuando presentó el premio, dijo que son un “modelo de conducta, de lucha y de compromiso” y expresó que “su tarea es reconocida en el mundo entero”. Por otra parte, la Asociación de Fútbol Argentino (AFA), plantó un árbol en su predio de Ezeiza, en consistencia con el llamado de las organizaciones de derechos humanos. Era la primera vez que la directiva de la institución realizaba una ceremonia recordatoria de las víctimas del golpe de Estado. Encabezó el acto el presidente de la AFA, Claudio Tapia, quien dijo: “Nunca se había logrado que la dirigencia del fútbol argentino abriera este predio para homenajear la memoria de los desaparecidos por la dictadura, y hoy lo estamos llevando a cabo”. Estuvieron presentes familiares de jugadores desaparecidos y jugadores de futbol que tienen familiares desaparecidos, y demás integrantes de la directiva de la AFA. También se plantaron árboles por la memoria en Boca Juniors, River Plate, Huracán y una gran cantidad de clubes de futbol: más allá de las pasiones por la competencia futbolística, que tanto apasiona al pueblo argentino, en esta ocasión todos actuaron unidos en defensa de la memoria histórica. También fue significativo el acto recordatorio que se realizó en la ex Escuela de Mecánica de la Armada (ex ESMA), el mayor centro clandestino de detención y tortura en la última dictadura. Este recinto […]

La victoria de la iniciativa del tercer retiro del 10% de los fondos en control de las AFP, es también la expresión de una profunda derrota del dogmatismo neoliberal de Miguel Juan Sebastián Piñera, que potencialmente puede convertirse en definitiva y relegarlo al lugar oprobioso de peor gobierno de la historia reciente de Chile. En marzo de 2021, desde las filas de la oposición política se ingresaron en la Cámara Baja tres iniciativas de retiro del 10%, desafiando al Gobierno por la escasa ayuda a las familias durante la pandemia. El primer proyecto fue presentado por los diputados Pamela Jiles y Félix González. El segundo fue patrocinado por Camila Vallejo, Alejandra Sepúlveda, Maya Fernández, Jaime Mulet, Luis Rocafull, Amaro Labra, René Alinco, Patricio Rosas, Esteban Velásquez y Gastón Saavedra. Una tercera iniciativa correspondió a Karin Bianchi. En el curso de su tramitación legislativa, estas mociones fueron refundidas, por el carácter complementario de sus contenidos. En la Cámara de Diputados y el Senado lograron apoyo unánime de la oposición, con la excepción de Pepe Auth, y una parte de los parlamentarios del oficialismo que constataba con angustia, para sus pretensiones electorales, el cada vez más enorme descontento de una población que se percibía abandonada por el Gobierno frente a las inclemencias de las crisis. ¿Cómo reaccionó el Presidente que anunció el 2017 que traería “tiempos mejores” al país? El Gobierno de Piñera se niega a la posibilidad de un tercer retiro, argumentando que, en la eventualidad de un nuevo retiro, no favorecerá a los más vulnerables y que además se verán afectadas las futuras pensiones. Una argumentación ciega a la realidad del país, marcada para la mayoría por la precariedad de la vida, lo que se acrecentó en la pandemia, y por las pensiones miserables que otorgan las AFP y que contrastan con sus obscenas ganancias. Un razonamiento cegado por la convicción casi religiosa de Piñera en el libre mercado, del cual ha sabido usufructuar una y otra vez. Y advirtió, asimismo, que, de prosperar la iniciativa, acudiría al Tribunal Constitucional. Al mismo tiempo, La Moneda presenta un nuevo plan de supuesta ayuda a la clase media, denominado “bono clase media”, a lo que se sumaba un “préstamo solidario”. Otra forma de torcer el destino del nuevo retiro del 10% fue través del candidato presidencial y alcalde Joaquín Lavín que propuso como alternativa que las personas pudieran hacer un retiro de fondos en el seguro de cesantía. Uno y otro conejo que la derecha sacaba del sombrero con el propósito de proteger los intereses de las AFP. Una vez más, como aconteció para la revuelta social, la elite “no lo vio venir”. Tras la unificación de las iniciativas, el tercer retiro avanzó, raudo, en el trámite legislativo. La Comisión de Constitución de la Cámara de Diputados aprobó el proyecto y el 15 de abril la Sala lo ratificó, con 122 votos a favor, 20 en contra y cuatro abstenciones. El Gobierno de Piñera acudió al Tribunal Constitucional el 20 de abril […]

Javier Márquez y Gonzalo Jiménez se conocieron cuando ambos cursaban el Executive MBA en la Escuela de Negocios de la UAI, (EMBA UAI) y fue en ese entonces, también, que comenzó a nacer en ambos la inquietud de convertirse en emprendedores y por qué no,  en socios. El EMBA de la UAI contempla la realización de un seminario internacional en China (su generación viajó pre-pandemia) y conocer in situ las posibilidades que presenta el futuro fueron determinantes para acelerar sus intenciones. “El viaje a China representó una oportunidad de conocer la potencia asiática más allá de lo que vemos a diario. Si bien por mi experiencia laboral he trabajado con representantes y organizaciones de todos los continentes, China siempre fue una incógnita para mí. Por eso incluso me quedé una semana adicional al viaje propuesto por la universidad. Cuando visitamos un campus tipo “Silicon Valley” de Shangai fue como ir al futuro. La  inteligencia artificial es la tónica. También tuve la oportunidad de conocer a muchas personas clave y empresas tecnológicas. Entonces, si bien la idea inicial era era traer algún negocio a Chile, finalmente toda esa experiencia e ideas me sirvieron para darme cuenta que el mundo está lleno de necesidades no cubiertas y que en Chile tenemos capacidades que podemos explotar,  no siempre recurriendo a la importación,” explica Javier Márquez. Talento, dice, hay en Chile de sobra y por eso, cuando Javier decidió que quería emprender, pensó en una plataforma que ayudara a otros, también, a atreverse. Por eso, junto a su excompañero de MBA Gonzalo Jiménez son los creadores de “Encuentra socio”, una plataforma que permite a los emprendedores encontrar un socio perfecto, el complemento ideal para que el negocio funcione, según explican. El socio indicado Cuando regresó del viaje, ya con mucha información incorporada, Javier concretó la idea de crear un emprendimiento con Gonzalo – experto en marketing-  y como estaban en ese mismo proceso, notaron que muchas personas  se asocian con amigos o familiares, sin que estos sean necesariamente un buen complemento para llevar a cabo el negocio que tienen en mente.  “Se ha demostrado que un factor clave para el éxito de un negocio es el equipo que lo conforma, y en ese sentido vimos una oportunidad de hacer una especie de red social donde las personas puedan encontrar al socio correcto y ampliar así las posibilidades de éxito.” Ellos en lo personal, sumaron a Rodrigo y Bastián “dos desarrolladores que serían el motor de las ideas llevadas a código y comenzamos a utilizar metodología ágil para el proyecto. Dejamos todo el avance documentado para mantener el orden que necesitábamos, además montamos la plataforma en AWS que nos permite una gran arquitectura escalable y robusta a bajo costo.” y ¿Cómo funciona Encuentra Socio? “Es una plataforma que facilita la conexión entre personas que buscan emprender, sin importar si tienen una idea, o un negocio andando.  Los usuarios arman su perfil detallando sus habilidades, ubicación, e intereses, todo de manera rápida, simple y gratuita. Una vez dentro de la plataforma, los miembros de la comunidad podrán conectar […]

Fue el primer y más significativo contacto que establecimos con el mundo cristiano evangélico y protestante. Para los que llegamos a tomar posición en la lucha contra la dictadura cívico–militar, desde una inspiración cristiana de izquierda, la pastora Juana Albornoz Guevara era referente fundamental. Mientras un sector de ese mundo eclesiástico se postraba frente al tirano, ella era incasable defensora de los derechos humanos y protectora de los perseguidos. Ahora ha partido de este mundo y es indispensable recordarlo para rendirle un homenaje merecido, sobre todo frente a tantas renuncias del que prefirió olvidar y también frente a la ignorancia del malvado. La pastora Juanita, como la conocíamos, era una de las impulsoras clave de la Confraternidad Cristiana de Iglesias (CCI), que tomó una categórica postura profética de denuncia de todas las violaciones a los derechos humanos en tiempos del autoritarismo. Se le recuerda por haber promovido la “Carta Abierta” dirigida a Augusto Pinochet el 29 de agosto de 1986, firmada por un grupo de obispos y pastores, y el Consejo Directivo de la CCI. Sus palabras parecieran tener plena dramática vigencia hasta la actualidad. Señalaban: “No necesitamos ser economistas ni manejar estadísticas para darnos cuenta del abismo que existe entre el triste país real, y lo que proyectan generalmente las cifras oficiales o la publicidad televisiva (…) A la luz de nuestra fe cristiana, esta situación es un escándalo, y se contrapone radicalmente a la voluntad de Dios (…) En nombre de este Dios, proclamamos que ningún Estado, y menos aún si pretende inspirarse en los principios cristianos de justicia, puede supeditar la satisfacción de derechos tan vitales, tales como la salud, la educación o la vivienda, al puro ‘libre juego’ de las leyes del mercado”. “La situación antes descrita ha ido generando un creciente descontento popular. Es propio del ser humano reaccionar cuando sus necesidades básicas están insatisfechas. Sin embargo, constatamos en la actual situación del país, una inexistencia total de canales normales, permitidos y respetados, para expresar ese descontento y demandar soluciones. La gente no tiene a quién recurrir, dónde reclamar, dónde participar constructivamente para resolver sus problemas”, añadían. Frente a ello, manifestaban, emergieron las protestas y paralizaciones populares: “Aunque las leyes vigentes proscriban estas manifestaciones, como cristianos las reconocemos como éticamente legítimas y justas”, precisaban. “Con tristeza hemos constatado en repetidas oportunidades que vuestro gobierno en vez de procurar escuchar y reconocer las razones del descontento popular, ha concentrado todo su esfuerzo en la incomprensible tarea de inhibir, reprimir, desvirtuar y desconocer toda forma de manifestación popular. Para ello se ha recurrido a los mecanismos jurídicos que el propio gobierno ha creado y sobre todo al recurso de la fuerza, destinando un numeroso contingente armado para la represión directa e indiscriminada de las manifestaciones”, señalaban. Y sentenciaban: “Cuando un gobierno recurre al miedo y a la represión como fundamentos de su estabilidad, está contraviniendo la condición básica de todo buen gobierno”. En este contexto, formulaban un llamado a abrir paso a un proceso de restablecimiento de […]

Son días de encierro y se supone, al menos en teoría, que unos 17 millones de chilenos están en cuarentena. Una cuarentena que, de facto, se desarrolla en condiciones de protección social deficientes, que obligan a miles de personas a salir en busca de sustento, a pesar de las graves consecuencias del COVID–19 en Chile. Son días oscuros. No podríamos negar que en los peores momentos quisiéramos estar muy lejos. Posiblemente nos imaginemos junto al mar, en un bosque, en la naturaleza. Desde tiempos inmemoriales nuestra especie humana ha tenido un inseparable vínculo con ella. La Madre Tierra. Desde los primeros indicios de vida humana, pueblos originarios, tribales, hasta la civilización más actual la reconoce, percibe y es, en efecto, un ente del cual dependemos no sólo romántica, sino que literalmente. La tierra, el agua, el aire, el mar, proveen los recursos de los cuales depende nuestra subsistencia en el planeta. No del supermercado. No, de la naturaleza. Hace unos días inicié la reflexión respecto a la necesidad imperante de declarar la naturaleza como un nuevo sujeto de derecho en Chile. Esto, abordando cuatro aspectos fundamentales:  reconocimiento de su entidad real con intereses propios, naturaleza jurídica como persona jurídica sui generis, con el atributo de la personalidad de patrimonio y, una representación. En Latinoamérica, países como Ecuador y Bolivia cambiaron sus Constituciones, estableciendo y otorgando a la Pacha Mama y la Madre Tierra, respectivamente, derechos tales como el reconocimiento histórico a la comprensión de la relación de igualdad entre los seres vivos Naturaleza–Humanidad, desde la perspectiva histórica indígena del “Sumak Kawsay” o la filosofía del “buen vivir”. Este es el término, en quechua, que se le otorga a una cosmovisión de los pueblos indígenas cordilleranos de Sudamérica. Engloba un estilo de vida con pleno respeto y armonía con la Naturaleza, ya que las personas son parte de ella, debiendo buscar el bienestar social, no individual. Por ende, no se ha de observar una actitud egoísta de acumular riquezas; y lo que debiera ser resuelto han de ser las necesidades presentes, sin depredar los recursos naturales. En la región, Colombia también ha sentado un precedente judicial al fallar, por ejemplo, a favor de los ríos Blanco y Atrato, y de las comunidades indígenas, prohibiendo proyectos mineros por el alto riesgo de afectar los cauces y recursos hídricos, ya que dichas corrientes naturales han sido catalogadas como entidades vivientes que sostienen vida y, por ende, son sujetos de especial protección estatal. Asimismo, Nueva Zelanda también ha establecido acuerdos y legislaciones a favor del pueblo maorí iwi y hapu para proteger ríos, montañas y bosques como sujetos de Derecho. En la misma línea, India también ha marcado un hito al fallar su Tribunal Supremo de Uttarakhand a favor del Río Ganges, reconociéndole derechos como una persona, para establecer así una protección medioambiental más eficaz. Hoy vemos como una posibilidad real una catástrofe ambiental mundial producto del cambio climático. Como país debemos estar preparados para establecer al Medio Ambiente como un Sujeto de Derecho […]

Por Pablo Salvat*   Con el estallido social de octubre del 2019 se cuestionaron la mayoría de las instituciones que ordenan la actual vida económica, social y política del país. La mayoría de ellas, recibe un importante voto de desconfianza y desaprobación. Cuestionamientos que han seguido presente sumándole ahora, la pandemia del covid-19, sus consecuencias y modos de enfrentarla. Sin embargo, da la impresión que en el ámbito cultural y educacional, la consideración de las universidades se deja por ahora al parecer, entre paréntesis. Con todo, su accionar ha estado en cuestión hace bastante tiempo.  Dos flancos eran realzados: uno, el tema del lucro con la educación superior; el otro, la cuestión de la privatización de la educación pública. Esas reclamaciones, muchas veces no han tenido suficientemente en cuenta que, las UES no pueden estar al margen del proceso de modernización neoliberal iniciado a fines de los setentas. Esto quiere decir que, el modelo universitario, sus formas de organización interna y de financiamiento, su orientación pedagógica y temática, no están al margen del proceso de globalización neoliberal, al cual han adherido alegremente las elites del país. Es importante ver esto: la modernización neoliberal no afecta únicamente al sistema económico y político-administrativo. También tiende a “colonizar” la dimensión sociocultural, y allí, el espacio educacional. Uno de los rasgos distintivos de esta globalización neoliberal está en el predominio en su interior, de una racionalidad de cálculo costo-beneficio, la que se traduce en que el sistema educacional tiene que ser funcional a las empresas, los mercados de trabajo, la sociedad, el “sistema”.   Es decir, funcional al modelo globalizador de mercado impuesto desde fuera del país y más allá de la soberanía popular. La así llamada “economía” del conocimiento, acompañada del leitmotiv de la “excelencia” generan, lo que algunos llaman  “el nuevo espíritu del capitalismo universitario”. Ese “nuevo espíritu” encontrará su traducción en los documentos ministeriales y de gestión universitaria con una serie de términos que invadirán y normarán tanto la docencia universitaria, como la investigación, los desempeños y la evaluación de la gestión: índices, rankines, puntos, competitividad, rendimientismo, prestigio de la marca,  innovación, etc.  Una creciente y delicada “cuantofrenia” pasa a dominar el espacio docente, las evaluaciones, la creación intelectual y sus modalidades de ejecución. Claro, para controlar y medir esos indicadores se necesitará una espesa burocracia, desde el Mineduc a las universidades, la cual pasará a determinar desde   fuera, tanto la docencia, la investigación como el autogobierno de las UES.   Y, como no, su financiamiento.  Y lo peor, será entonces determinante. Luego, no es extraño apreciar -como muy bien lo expresa el documento de colegas profesores   titulado Manifiesto (La universidad que queremos. Más allá del mercado y la burocracia)- que “el fin último de la universidad  será por tanto, el acreditarse para poder competir por prestigio y fondos que le permitan triunfar en el mercado de la educación superior”. Agrega ese Manifiesto que el uso de indicadores y el resultadismo    tienen el problema que “se transforman en un fin en sí mismo”. […]

Este 1 de mayo se conmemora, en todo el mundo, el Día del Trabajo. Este significativo día nos sorprende, nuevamente, en medio de la pandemia por COVID-19, crisis sanitaria que se ha extendido más allá del peor de los pronósticos y que ha impactado a millones de trabajadores en el mundo y en nuestro país. Los creadores, artistas y trabajadores del ámbito del arte y la cultura han sido especialmente golpeados en esta pandemia. En Chile, desde hace décadas, quienes trabajan en el mundo del arte se vienen enfrentando a condiciones laborales precarizadas, con falta de contratos, cotizaciones de salud y previsionales esporádicas e inestabilidad laboral. Ante la falta de espacios formales de trabajo, el estado chileno abrió la posibilidad de acceder a fondos concursables que se convirtieron, para muchos, en el salvavidas para sobrevivir año a año, junto con la autogestión y gestión colaborativa para generar recursos. En otras palabras, los artistas tuvieron que transformarse, a la fuerza, en “emprendedores”. Con la crisis sanitaria y, por ende, económica, esta situación de precariedad se agudizó. Al igual que los trabajadores de otros sectores, los del mundo del arte se encontraron con la barrera de la reducción del contacto físico y de encuentros masivos, gatillando el cierre de teatros, salas de exposiciones y centros culturales de muestra de arte al público. El creador artístico debió sumarse a todo el contingente de trabajadores cesantes o que vio reducidos sus ingresos y postular a los bonos ofrecidos por el gobierno, que llegaron tarde o, simplemente, para algunos no llegaron. Por su parte, el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, sin la atribución legal necesaria, no fue capaz de realizar asignaciones directas a los trabajadores del arte, sino que generó más fondos, a los cuales los trabajadores debieron concursar y competir con sus pares para su adjudicación. Así, en noviembre de 2020, la ministra de la cartera, Consuelo Valdés, al ser consultada por la falta de apoyo económico del ministerio a los artistas con dificultades, ya identificados a esa altura en un catastro nacional, respondía que “un peso que se coloca en cultura es porque se deja de colocar en otro programa, en otra necesidad de los ciudadanos, del país”, deslizando que este sector era menos prioritario. Sus palabras, como era de esperar, generaron un álgido debate en redes sociales e incluso algunas manifestaciones de agrupaciones artísticas. En unas semanas nuestro país iniciará un proceso político-histórico con la elección de los convencionales constituyentes. El proceso constituyente, que dará vida a una nueva constitución para Chile, tiene el enorme desafío y deber de reposicionar a la cultura, el arte y el patrimonio en el lugar que se merecen. No solo como una actividad económica prioritaria, sino como un área de desarrollo integral fundamental para la vida de los ciudadanos y las ciudadanas de este país, de tal manera de avanzar a convertirnos en una nación más íntegra, humanista y verdaderamente desarrollada. Por José Albuccó, académico de la Universidad Católica Silva Henríquez y […]

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