Con mucho boato, en lo que ha sido la última cuenta pública del Presidente de la República Señor Sebastián Piñera Echeñique ha anunciado profundos cambios para la salud de la población chilena. Lo hace sin decirlo, omitiendo, que es casi, pareciera, una sinuosa forma de mentira. Lo hace cuando indica que a través del Ministerio de Agricultura Chile se transformará en una potencia alimentaria.
Más allá de lo que significa el entregarle la porción del reparto del botín a una alicaída burguesía agraria, asegurándole desde el Estado la viabilidad de sus negocios, colocando toda la infraestructura a su alcance para potenciar el mercado exportador.
Favorece, dicho sea de paso a las grandes transnacionales de la distribución de los productos del agro que, en forma sistemática han incrementado la manera de esquilmar a los pequeños productores de fruta, cereales, legumbres y hortalizas para hacer su negocio.
Claramente la mirada económica se ha montado sobre la siempre impostergable mirada de la defensa de la salud de la comunidad. La salud de la población se pone en peligro ya que no es tarea del Ministerio de Agricultura ni del SAG, institución mediante la que agricultura asumirá estas tareas (cuya preocupación central son los animales, no las personas) preocuparse por prevenir que las personas enfermen, por el contrario, lo que importa es la eficiencia en la producción y comercialización, particularmente con la mirada puesta en las exportaciones.
Así ha podido apreciarse cuando importantes partidas de los grandes consorcios alimentarios son devueltas por no cumplir con estándares internacionales, pasan directo al consumo nacional.
El señor Ministro de Salud nada ha dicho de esto, no ha levantado la voz; ni él ni el señor Subsecretario de Salud Pública han hecho una defensa de las potestades que sin duda migrarán, hacia Agricultura, tal como lo afirmara el Ministro del ramo luego de la cuenta presidencial, que serán organismos de ese ministerio quienes controlarán el tránsito de los alimentos desde la tierra, o desde el potrero a las puertas de las fábricas de queso o las industrias. Afirmo que ellos harían la trazabilidad de los alimentos en esa dirección.
Indicó que en este ámbito, salud cumple una buena tarea pero actúa reactivamente; nada dice la autoridad ante tanto descaro, toda vez que cuando se ha producido alguna emergencia, las autoridades del SAG no han sido capaces de hacer trazabilidad en potreros para identificar de qué productor son los animales que pudieron ser parte involucrada en la emergencia, ni de qué origen o especie los alimentos que consumían, por cierto menos de cómo ello afecta a la salud de las personas.
Así, de pensarse el anuncio presidencial, desde la óptica de la Salud Pública, estamos frente a la amenaza de un grave retroceso en la defensa de la salud pública y en un gran salto en la consumación del desmantelamiento de la Autoridad Sanitaria; esta situación amenaza en profundizar la crisis sanitaria en la que nos encontramos.
Lorenzo González Cabrera
Presidente Federación Nacional de Funcionarios De la Sub secretaría de Salud Pública
Santiago de Chile 22 de mayo 2013
Crónica Digital