Revuelo ha causado en la derecha chilena que durante el minuto de silencio en homenaje a Jaime Guzmán, dispuesto en la cámara baja, la diputada comunista Camila Vallejo no se haya puesto de pie. Yo aplaudo a la diputada, porque su actitud rompe con la hipocresía pública nacional. Ya basta de cinismos, eufemismos o de andar repitiendo como loros idioteces tales como: “es que hay que tener siempre actitud republicana en la honorable cámara de diputados”. Vallejo está en su derecho a no homenajear a quien no desee hacerlo, tan sencillo como eso. Es parte de su legítima libertad personal. Por otro lado, seamos claros y no se oculte la verdad histórica, Jaime Guzmán ha sido uno de los personajes más siniestros del país: golpista en 1973 y cómplice de las violaciones a los derechos humanos y del genocidio tras el golpe de Estado; es decir, un tipo que de vivir debería haber sido juzgado tal como debería serlo Agustín Edwards y tantos civiles más que colaboraron con los militares golpistas. Pedir que los comunistas homenajeen a Jaime Guzmán es tan absurdo como pedir a los judíos que rindan homenaje a Joseph Goebbels. Respecto al detalle de las opiniones vertidas por miembros de la UDI y RN ni siquiera vale la pena considerarlas, menos las de enajenados con tribuna pública.
PD: Sobre los diputados Teillier, Nuñez, Cariola, etcétera, puestos en la misma situación que Vallejo, sólo expresar, como seguramente habría dicho el legendario Enano Maldito en el Puro Chile, haciéndolos además acreedores del Huevo de Oro: “es que ellos son republicanos pues hombriiiiiiii ¡!!!”
Por Alejandro Lavquén
Crónica Digital, 2 de abril 2014
Mar Abr 1 , 2014
En Chile, en septiembre de 1973 se instauró la dictadura cívico militar liderada por Augusto Pinochet que duró hasta 1990. Durante este periodo se cometieron graves violaciones de derechos humanos (DDHH) incluyendo el establecimiento de campos de concentración y trabajos forzados, como los de Isla Dawson en el sur de la Patagonia chilena. El 10 de enero de 2008, 31 ex prisioneros políticos que fuimos torturados, sometidos a trabajos forzados y confinados en los campos de concentración de Isla Dawson y Magallanes entre 1973-1974, demandamos por daños y perjuicios al Estado de Chile. Después de cinco años, la demanda tuvo un fallo favorable en la sentencia de primera instancia notificada el 15 de enero de 2013 por la Juez Titular del 18º Juzgado Civil de Santiago, Claudia Donoso Niemayer. Esta sentencia dictamina que los DDHH “son inherentes al ser humano durante toda la existencia de éste” y ratifica la “imprescriptibilidad de los crímenes de guerra y de lesa humanidad”. Lo que es concordante con el Programa de DDHH del Gobierno que encabeza la Presidenta Bachelet. Este fallo da lugar a “la acción indemnizatoria solicitada respecto del daño moral sufrido por los actores, atendida la gravedad de las violaciones a los derechos humanos a que fueran sometidos los demandantes, que incluye el tiempo que se encontraron privados de libertad, tanto que fueran reconocidos como víctimas del Estado Chileno en el Informe de la Comisión Nacional sobre Prisión Política y Tortura, lo que naturalmente conlleva gran dolor y aflicción que provocan en un ser humano sujeto a aquellos, no sólo dolor físico inmediato sino que además un estado de vulnerabilidad interna con efectos permanentes.” A esta fecha, cuatro de los demandantes han fallecido y la mayoría de los restantes son de tercera edad. El Consejo de Defensa del Estado de Chile (CDE), durante la administración del ex Presidente Piñera apeló a esta sentencia y por consiguiente la causa esta para ser vista durante este mes de marzo de 2014 en la Corte de Apelaciones de Santiago. Llamamos al Gobierno a acatar esta sentencia de primera instancia, que es un veredicto ejemplar del estado de derecho en democracia, estableciendo así que en Chile se rechaza los crímenes que se cometieron en Isla Dawson.Por ello demandamos que el CDE desista de continuar oponiéndose a esta sentencia judicial. Solicitamos que, el gobierno de la Nueva Mayoría, las organizaciones de DDHH, el cuerpo legislativo, los partidos políticos y las organizaciones eclesiásticas demanden el respeto y acatamiento de este fallo judicial que acoge la reparación a las víctimas de los delitos de lesa humanidad en esta causa de ex prisioneros de Isla Dawson. Por los demandantes: Eliécer Valencia, Miguel Loguercio, Héctor Avilés y Baldovino Gómez. Crónica Digital, 2 de abril 2014
Totalmente de acuerdo con el contenido del artículo.
La conducta de la diputada Camila fue correcta y nadie tiene el derecho a objectarla. Menos, golpistas contumaces como los de la derecha. Éstos no tiene autoridad moral alguna.
Como sea, es bueno sacar lecciones. Ojalá que en el futuro, la bancada comunista muestre un mejor sentido de cuerpo y acción común. Un acuerdo de ausentarse de la sala previo a la votación sería del caso. Otra cosa más
No ser partícipes de homenajes a enemigos de la democracia chilena y golpistas, dentro o fuera del Congreso Nacional debe ser también una conducta de TODOS los parlamentarios de Nueva Mayoría y no tan sólo de los comunistas. Lo mismo para todos los funcionarios de estado de este Gobierno.
Y lo mismo también para todos los ciudadanos, quienes muchas veces son inducidos a rendir homenaje a esos criminales en eventos o actividades municipales, escolares, militares, etc.