Resulta increíble, remontarse dos años en el pasado, justamente al momento que la Universidad de Chile conseguía su tercer título local consecutivo, donde ya no se le podía pedir más a Jorge Sampaoli. Semifinal de la Copa Libertadores 2012, la Copa Sudamericana 2011, y los ya mencionados torneos locales. Sin duda, dos años muy exitosos, que llevaron al casildense a la actualidad, a usar el buzo de la Selección Chilena, que afronta un gran desafío en el próximo mes de Junio: en el Mundial.
Pero desde que el “pelado” dejó la institución, al parecer los nuevos aires, no le hicieron nada de bien a la “U”, puesto que ha enfrentado un problema tras otro, sobre todo cuando José Yuraszeck asumió como timonel de Azul Azul. Problemas con la Conmebol, con dirigentes de otro club, con hinchas, técnicos, etc. La escuadra está pasando por una crisis que por ahora, no ve salida, manifestándose esto en ámbitos predominantemente futbolísticos y también sociológicos. El “Romántico Viajero” no ha logrado ser protagonista de los torneos locales, a pesar de la obtención de la Copa Chile 2013, y la clasificación a las últimas dos ediciones de la Copa Libertadores, en las cuales mostró un magro desempeño, y no logró ni pensar en las expectativas que dejó el torneo disputado por Sampaoli el 2012.
Darío Franco, Marco Antonio Figueroa, ambos rotundos fracasos y charlatanes por lo demás, y el autóctono Cristián Romero, no lograron impregnar el sello que los azules dejaron como huella por dos años: Velocidad, verticalidad, vertiginosidad, jerarquía, ímpetu. Poco a poco el equipo, que se llenaba de figuras de otros clubes, se fue desgastando y siendo un conjunto de “chispazos futbolísticos”, que no le han alcanzado y no le alcanzan, para pelear por algo más, y sólo envidian a quienes disputan la gloria.
Lo que más enfada, es que no se le pueda responder a la hinchada que tiene que moverse tanto en Santiago, como en regiones, para hacer presencia y alentar al “Bulla”; que aún, no se tiene el Estadio anhelado por generaciones de funcionarios del club, que todos los beneficios económicos que generó la venta de Vargas, Díaz, Aránguiz, Marcos González, Mena y tantos otros, no hayan sido aprovechados en su totalidad, y refuerzos como Civelli, Morante, Gutiérrez, Videla, doten al equipo una característica de “cuello de botella”, sólo se aglutinaron al resto, y no aportaron al engranaje de la institución.
Ciertamente muchos añoran ciertas épocas de la “U”: el Ballet Azul, los buenos años de Marcelo Salas, la propia de Sampaoli. Y creo yo, que ya es hora que vuelvan a decir presente, que lleguen a la última fecha con posibilidad de ser campeones, de demostrar, por qué se hacen llamar “Leones”, de enmendar el rumbo perdido, de pavimentar la senda con nuevas historias gloriosas que estén escritas en azul y rojo, y que se sume otra época más al listado. Ojo, que “León herido… Ruge más fuerte”
Por Vicente Vásquez Feres, Instituto Alonso de Ercilla
Crónica Digital, 8 de mayo 2014
Que buen remate….