Por Marcel Garcés Muñoz La Derecha política, empresarial y mediática se ha lanzado a la carga contra la Convención Constitucional, en un ataque total y desembozado que ha dejado de lado toda las hipócritas alegaciones sobre el diálogo, las buenas maneras y sobre todo el respeto por las formas propias de un debate democrático, declarando la guerra a la voluntad de redactar elaborar una nueva Constitución, generada en un acuerdo mayoritario que regule de manera moderna, justa, la institucionalidad de la sociedad común. Una atenta lectura del inusitadamente extenso editorial conocido como “La Semana Política” del domingo 11 de julio permite reconocer no solo el lenguaje agresivo y amenazante de una Derecha, que elige el camino de la confrontación alevosa y el desconocimiento de la voluntad del pueblo soberano. Claramente se trata de una declaración de guerra, y una incitación sediciosa, de la formulación de una estrategia de “guerra interna”, la puesta en marcha de una especie de “desobediencia civil”, anticipo de una rebelión de la derecha y los gremios empresariales, y de un complot contra la voluntad del Soberano, que por la vía del proceso constituyente busca la generación de una nueva Carta Magna, que represente sus demandas. Habla, la que no se puede definir sino como una proclama antidemocrática, una amenaza y un chantaje, de que la actividad legítima de la Convención, “de no rectificar, amenaza una deriva rupturista de imprevisibles consecuencias”. Agrega el editorial de El Mercurio, que “mientras perdure el estado de afiebrada desmesura, resulta difícil observar con demasiadas esperanzas el futuro de un proceso clave para el país”. Mas adelante el texto pretende que “la justificación abierta” de los indultos a las víctimas de la violencia represiva contra manifestantes desde octubre de 2019, se constituye en un mensaje de impunidad frente a acciones delictuales futuras y en una peligrosa señal a los otros poderes del Estado, incluídas las policías, sobre el control del orden público y la persecución de estos hechos delictivos”. Y sigue amenazando, “No queda así espacio para el diálogo o para el acercamiento de posiciones, que es precisamente lo que debiera buscar una Convención Constitucional”. Pero además el editorial. devenido en virtual declaración de guerra, apunta como “enemigos” en el sentido bélico del concepto, a la presidente de la instancia, la más democrática de la historia republicana del país, Elisa Lonco y a su vicepresidente, Jaime Bassa. El texto señala que ambas autoridades, elegidas por los constituyentes en amplia mayorías, ”parecen concebir su propia labor, dentro de un relato que justifica los hechos vividos por el país a partir de octubre de 2019 y romantiza la violencia. En este relato, la Convención vendría a ser la instancia para llevar finalmenter a cabo el “proceso de transformación social”, según el concepto usado por el mismo Bassa en su tuiter y en consonancia con el ánimo fundacional declarado por la presidenta de éste órgano”. El editorial señala como otros “enemigos” favorecidos por el refundacionismo y el neopopulismo, de que acusan a la Convención, a otros sectores sociales, […]
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Por Marcel Garcés Muñoz Se nos fue Ulín Urrea, Raúl Urrea Bobadilla, compañero de mil batallas políticas, periodísticas, de aventuras, de la resistencia, y de los sueños de futuro, de amor por el ser humano, de esperanzas y utopías. Sus datos biográficos retratan lo que fue su existencia, sus compromisos personales, sus vicisitudes¨: reportero gráfico de El Siglo, en los tiempos en que soñamos con tomar por asalto el cielo, y construir un país más justo, más progresista, más de hermanos. Terminó su presencia física a los 82 años, que nos lo arrebató, sin dejarle cumplir su sueño personal, sentimental, profundamente humano: viajar a Ucrania, poder conocer a sus nietos, ver y abrazar a su hija Daniela, depositar una flor y sus lágrimas en la tumba de su hijo Marcelo, fallecido de una cruel enfermedad, lejos de su tierra originaria, en un exilio de dolor y de ausencias de la Patria. No pudo cumplir su sueño, por el que trabajó duro y planificó su viaje, ilusión que también le arrebató, primero la dictadura y la represión, luego el destierro, y finalmente las carencias y la maldita pandemia. Lo vimos soñar con ese viaje, emocionarse del posible encuentro, y prepararse para esa cita que no pudo darse. También esos pesares, esas tragedias personales, están en la cuenta de la dictadura. Quedaron muchas familias destruidas, separadas por la distancia geográfica, y por las imposibilidades económicas. Pero Ulín Urrea no perdió nunca las esperanzas. Llegó a adquirir el pasaje necesario, pero vino la oscuridad, la agresión del Corona Virus, las fronteras cerradas. Y Ulin no logró su sueño, que también fue nuestra esperanza. ¿Podrá la dictadura y sus hechores, cómplices políticos y defensores de hoy, entender el dolor de un padre y de un abuelo que solo tenía el anhelo de darle un beso a su hija y conocer a sus nietos? Esa es también, una deuda con miles de padres, abuelos, abuelas, hermanos, familias, que la dictadura de Pinochet y la derecha económica y política tienen con generaciones de chilenos. Ulín, partió al exilio, primero a la Argentina y luego a la Unión Soviética, radicándose en Zaparozhye, una ciudad obrera de la Ucrania Soviética, donde tuvo la oportunidad de proseguir la profesión que lo apasionaba, la fotografía, y que ejerció en Chile, en el diario El Siglo. Hizo un camino al que, se vieron obligados tras el Golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973, con todas sus vicisitudes, dolores, carencias, incertidumbres, esperanzas y frustraciones, hicieron otros cientos de miles de chilenos. Y como la mayoría de ellos lo hizo pensando en la vuelta. Y sobre todo en continuar la lucha por la democracia y la libertad. Eso fue lo que hizo. El exilio fue para él un nuevo escenario para la lucha. Y cumplió con las tareas más modestas y las más responsables que le fueron encomendadas por su Partido, el Partido Comunista de Chile, con una lealtad, una entrega, más allá de sus refunfuños, los menos, y las dificultades, […]
Por Marcel Garcés Muñoz Despedimos desde el dolor a Pepe Secall Parada, una de las voces emblemáticas de “Escucha Chile” de Radio Moscú. Nos dejó este lunes 5 de julio, a los 72 años, partiendo en ese viaje definitivo hacia la posteridad y la memoria, víctima de una cruel enfermedad, que lo mantenía alejado de los escenarios, no pudiendo seguir entregando su talento, su humanidad, su alegría y cariño, su sensibilidad a su público, a sus admiradores. Quisiera recordarlo también como un amigo entrañable y compañero de trabajo, en el programa “Escucha Chile”, de Radio Moscú Internacional, donde entregó durante años, diariamente, disciplinadamente, cada noche de Chile, el mensaje de solidaridad, de lucha a los que en Chile y en el mundo entero, luchaban contra la patriotas dictadura Pinochet, las Fuerzas Armadas, y sus servicios de exterminio contra los patriotas demócratas y la derecha económica y política de de Chile, que le arrebataron la vida a su primo, José Manuel Parada, hijo de los actores, Roberto Parada y María Maluenda. Su voz fue conocida y querida, junto a la de Katia Oleskaya, José Miguel Varas, René Largo Farías y tantos otros, que acompañaron al pueblo chileno en su resistencia a la dictadura, y promovieron la solidaridsad internacional con la lucha por la democracia en Chile. Pepe, fue un actor protagónico en esta gesta. Luego de vuelta a Chile siguió con su pasión de vida, el teatro, y desarrolló otras facetas, en la televisión, en el teatro popular, y su vocación de impulsor del arte escénico en sectores agrarios y mapuches. Durante su trayectoria como actor, Secall participó en teleseries de Canal 13 y TVN, tales como «¿Te conté?», «Marrón Glacé», «Fuera de Control», «El milagro de vivir» y «Volver a empezar». Asimismo, a principio de los ’90 participó en el programa infantil «Pin Pon» junto a Jorge Guerra. En 2013 fue parte de la segunda temporada de la serie «Los Archivos del Cardenal» en el papel de Sergio Valech. Pero siempre, fue un militante de la justicia, de la libertad, de la democracia, de la belleza, del amor, pero decía que hacía política desde el arte, desde el teatro. Por lo mismo seguramente estaría orgulloso, y con esa felicidad que le inundaba con los triunfos del pueblo, del paso adelante que significa la Convención Constitucional, y del hecho que una mujer del pueblo, Elisa Loncón, una mapuche, presidiera esta instancia a la que se le ha asignado la responsabilidad de redactar, por primera vez en la historia de Chile y del mundo, una nueva Carta Magna. Por supuesto que no tengo la pretensión de interpretar sus sentimientos, y hablar por él, pero, lo siento junto a nosotros en este trance histórico. Y es mi manera de rendir homenaje a su compromiso humano y profundamente político, a la esencia de su amor por Chile y el pueblo, por el amor a sus hijas, Adela, la más cercana y, a Masha, la más lejana en la geografía, en algún monasterio ruso, a […]
Por Marcel Garcés Muñoz La instalación de la Convención Constitucional este domingo 4 de julio de 2020, constituye un hecho histórico crucial en el escenario político y social de Chile, producto de un histórico proceso de luchas sociales, populares, patrióticas, democráticas, libertarias, que se inician en la profundidad de sus orígenes ancestrales. Ello quedó plasmado en las palabras inaugurales de la presidenta del órgano democrático más representativo de la ciudadanía en la historia política nacional, la catedrática, lingüista y activista mapuche, Elisa Loncón, cuya elección (96 votos a favor, en tanto el derechista RN, Harry Jurgensen, logró los claramente minoritarios 36 votos de su sector, desde luego constituye un símbolo potente de los nuevos tiempos democráticos que vive Chile. Elisa Loncón subrayó que la instancia, encargada de redactar la nueva constitución de un Chile, en un legítimo proceso de refundación, no se iniciaba en el vacío, sino que era consecuencia, proyección, de las luchas libertarias desde el momento en que los pueblos originarios se alzaron por la independencia, justicia, y contra la opresión colonial, contra la usurpación de sus territorios y el genocidio de los tiempos iniciales de la República y de la llamada “pacificación de la Araucanía” a cargo de las tropas y el gobierno chileno, de la lucha por la democracia y contra la tiranía de Pinochet, y de la militarización del territorio mapuche, y de la represión contra jóvenes, estudiantes y mujeres del presente, de quienes sostuvieron sus símbolos y sus convicciones y demandas libertarias, desde el amanecer del Wallmapu y de sus espacios geográficos, históricos, sociales y culturales ancestrales hasta el momento presente. En realidad nada se escribe sobre un papel en blanco sino del sacrificio, el esfuerzo, de la sangre derramada. No es casual entonces que uno de los primeros actos políticos de la Convención Constitucional, sea la demanda de libertad de los presos políticos del estallido social, desatado en octubre 2019 y de los presos políticos consecuencia de la ocupación y represión en los territorios mapuches. “Con jóvenes encarcelados, con mapuches encarcelados, no se puede vivir la democracia”, sostuvo Elisa Loncón. En su discurso dirigido a los “hermanas, hermanos, compañeros y compañeras” -Habló de “los pueblos”-, que enraizados en la historia y la geografía de Chile, conforman la Nación, y de “los sueños de nuestros antepasados”. Elisa Loncón, señaló en sus palabras inaugurales “un gracias grande a todo el pueblo que nos está escuchando. Aquí estamos. Agradecerles el apoyo a las diferentes agrupaciones que depositaron su sueño en el llamado que hiciera la nación mapuche para votar por un mapuche mujer, para cambiar la historia de este país”. Este saludo y agradecimiento -agregó- es a todos los que votaron por ella para presidir la Convención, “para la diversidad sexual, para las mujeres que caminaron en contra de todo sistema de dominación. Agradecerles que estemos instalando aquí una manera de ser plural, democrático, participativo”. Y al mismo tiempo enunció los principios y orientaciones que inspiran las reformas que impulsará e inspiran el trabajo del órgano constitucional: “Esta Convención transformará Chile, en un Chile plurinacional, […]
Por Marcel Garcés Muñoz Se viven horas cruciales en Chile. Y no hay que equivocarse en la caracterización del momento político, de lo que está en juego y de las perspectivas que se nos vienen, como esperanzas de futuro, de una ampliación y profundización de la democracia, pero también de las amenazas de una involución del proceso reformador, creador, fundacional, en marcha. La historia ha puesto a Chile en una encrucijada: a las puertas de avanzar en un proceso de profundización de su institucionalidad democrática que responda a las demandas mayoritarias de la ciudadanía, o de ver frustradas sus esperanzas por la combinación alevosa de la conspiración de la oligarquía político, económica y fáctica y la subordinación a sus objetivos retardatarios de parte de una elite política incapaz de ver más allá de intereses subalternos de cuotas de poder o de intereses económicos. La alternativa que una historia de luchas ha puesto en nuestro camino es la de la construcción del Chile Nuevo, Social y Democrático, que las nuevas generaciones de la Patria se merecen y tienen derecho. Y no tenemos derecho a claudicar, como protagonistas colectivos, en esta misión política nacional, patriótica y social. El pueblo ha obtenido un colectivo triunfo abrumador, en la calle y en las urnas donde una mayoría democrática impuso sus demandas y su voluntad de mantener el rumbo hacia una nueva Constitución, hacia un Chile justo y digno, hacia el protagonismo popular y el respeto a su voluntad. Esta no es una dádiva, es la conquista de decenios de luchas constante del pueblo, de una constante movilización popular, aunque no les guste a algunos exquisitos temerosos, a los que repugna el liderazgo social de la calle. Nadie ha dicho que las fuerzas políticas que rechazaron la nueva Constitución, y han buscado frustrar el proceso, iban a dejar fácilmente sus posiciones de poder, y la constante de ellos ha sido el complot, la conspiración para impedirlo, la crminalización de la lucha popular, la calumnia como arma, el terrorismo ideológico, político, y hasta el ejercicio de la violencia criminal- el terrorismo armado, como recursos para dividir y contraponer a sectores del progresismo y de la siembra del miedo paralizante en sectores de la población. Los mecanismos de insegurización pública, de manipulación del miedo, del terror sin sentido ni fundamento, la generación de un ambiente de sospecha y temor en las poblaciones, de racismo y de manipulación sicosocial frente al “extraño”, el “diferente”, a la caricaturización de las “intenciones” de “los otros”, la histeria frente a supuestas bandas, u hordas que asaltarán sus casas y saquearan sus bienes, se está convirtiendo en peligrosas armas de una “guerra interna”, que se ambienta en algunos sectores, donde se entrenan grupos de asalto o de “autodefensa” vecinal, o planifican acciones paramilitares y se sueña con “la vuelta de los militares” a la calle, para “poner orden”. El reclamo del “orden social” para contraponerlo a las demandas sociales, se ha convertido en el catecismo de los que históricamente han impuesto la […]
Por Marcel Garcés Muñoz La segunda vuelta de la elección de los Gobernadores Regionales, este domingo 13 de junio, confirmó un dato irrefutable del escenario político nacional:¨el abrumador rechazo político social de la ciudadanía a la Derecha política y a su gobierno y un proceso de generación de una mayoría nacional a favor de los cambios profundos en el ámbito político, social y económico. Se trata de la confirmación ciudadana del rechazo rotundo al modelo económico, al orden institucional, y a la gestión política y social de La Moneda, y como lo expresó, demudado, el senador RN, Francisco Chahuán, “una derrota política y cultural” de Chile Vamos, y del Gobierno del presidente Sebastián Piñera. Dicho sea de paso. Chahuán, resulto también derrotado personalmente al esgrimir una campaña del terror, con una versión 2021 de los prejuicios anticomunistas de la Guerra Fría, y buscar asustar a los chilenos con un “tsunami rojo”, que no solo afectó a los electores del distrito 11, donde se atrincheró el voto del “rechazo” a una nueva constitución, en el plebiscito del 25 de octubre de 2020, y ahora se volcaron a votar por Claudio Orrego, para evitar el triunfo de Karina Oliva, del Frente Amplio, sino que enturbió la confrontación electoral, convirtiéndola en un escenario esquizofrénico de “buenos” y “malos”, junto con tener sus objetivos confesos de separar dividir, caricaturizar a los demócratas, con el falso, primitivo y criminal dilema de “amigos” o “enemigos”. Pero claro cumplió con su objetivo de la coyuntura, estrategia que ahora será parte de su discurso en adelante, con su llamado a conformar una nueva CODE, la llamada Confederación de la Democracia, constituida en julio de 1972, para conspirar contra el Gobierno Constitucional de Salvador Allende, desde el Congreso, destituirlo mediante una Acusación Constitucional, un virtual Golpe de Estado parlamentario, una especie de prólogo al Golpe Militar derechista del 11 de septiembre de 1973, iniciativa con que la derecha sediciosa, buscó comprometer a la DC de la época en su propósito inconstitucional Lo grave, es que el campo político de la oposición a los enemigos del progreso y la democracia de hoy, el progresismo, la llamada centroizquierda, no supo, no quiso, o no acertó en una estrategia comunicacional, ni orgánica, ni fue oportuna, en una política unitaria, y se fraccionó, cayó en la trampa tendida por una derecha que utilizó todos los recursos, los habituales y los oscuros de la guerra sicológica, y sus mecanismos torvos de la guerra sucia, como antes, en los 70, como siempre, para enturbiar el ambiente. Hay que decir que más bien se observó en determinados círculos de la izquierda progresista, y algunas de sus figuras, cierta tendencia de subordinarse al chantaje derechista, o caer en posiciones, declaraciones o expresiones que dieron alimento y argumentos al mensaje antidemocrático de los enemigos de la democracia. Hay que decir que la discusión sobre temas como el Estatuto de Garantías que el presidente Allende firmó en 1973, y las alusiones a la DC en relación a ese episodio y sus […]
La clase política chilena, los académicos y los analistas políticos coinciden en que el fantasma de la abstención amenaza el proceso electoral chileno, la institucionalidad democrática y la legitimidad y representatividad de los órganos del poder. La preocupación es de tal magnitud que la propia Presidenta de la República, Michelle Bachelet, ha salido al ruedo con un llamado en que apela a la responsabilidad ciudadana por el porvenir del país. “Es muy importante que la gente se pronuncie yendo a votar, para que puedan expresar lo que creen que es importante para ver cuál es el tipo de país que quieren que se siga construyendo”, expresó desde Viña del Mar este lunes 23, a cuatro semanas de los comicios. La Moneda también ha apoyado este esfuerzo por incentivar la participación ciudadana en la elección con mensajes a través de los medios de difusión advirtiendo: “no dejes que unos decidan por todos” y “Mira como la minoría decide por la mayoría” e instando a “no te restes, súmate”. La urgencia en promover la participación electoral de los ciudadanos es también reconocida por la candidata de la DC, Carolina Goic y por la candidata del Frente Amplio, Beatriz Sánchez. La primera enfatizó que “nadie puede negarse a sumarse en nuestro país a una campaña que busca que la gente participe. La abstención es un enemigo común que tenemos”, en tanto Beatriz Sánchez, subrayó: “El único momento en que somos todos iguales en un país tan desigual como Chile, es el momento en que votamos, entonces por supuesto que yo me adhiero, qué bueno que haya desde el Gobierno un llamado a votar”. Y en la Nueva Mayoría, el ex ministro de Allende, Ricardo Lagos y Michelle Bachelet (primer periodo) y ex senador Sergio Bitar, integrante del comité estratégico de la campaña de Alejandro Guiller, señaló que la Derecha apunta a la abstención como un mecanismo en que funda su posibilidad de ganar, agregando que la derecha estima que le favorecería ya que “la que más se abstiene es la gente partidaria de la centroizquierda”. Ello explicaría las protestas y rechazo de Piñera y su comando por la campaña oficial que busca aumentar la participación ciudadana en el esfuerzo electoral. Como lo reconoce el editorialista de EL Mercurio, John Müller en su “Radar Político” de este martes 24 de octubre, uno de los ejes de la estrategia de Piñera es “disuadir a los votantes del adversario” de participar en las elecciones. El articulista alerta sobre esa estrategia, indicando que “apostar a que con menos participación, el sistema se verá fortalecido, es un contrasentido”, y agrega que “esta apuesta supone jugar con fuego porque puede ocurrir que la votación sea tan baja que la legitimidad de los cargos surgidos de esta elección resulte cuestionada”. Algunas cifras detallan la situación objetiva: la participación de un 34 por ciento de los chilenos habilitados para votar en las elecciones municipales del 23 de octubre de 2016 (14.1 millones de registrados en el padrón), encendió las luces riojas […]
La presidenta de Chile Michelle Bachelet entregó este jueves 1 de junio, una Cuenta Publica de su gestión de gobierno, que junto a la necesaria enumeración de logros y cumplimiento de los objetivos constituyó un documento de profundo contenido político, de proyección política estratégica, , y que coloca a su figura como una estadista, y a su periodo como una fragua de transformaciones . En el fondo de su discurso de poco más de dos horas se expresó una situación histórica de confrontación política e ideológica, donde se oponen las fuerzas de las transformaciones, del progreso y de la democracia contra los poderes políticos y económicos de la Derecha y de los grandes empresarios, y los intereses conservadores de los poderes fácticos frente a las demandas que la historia ha puesto en la agenda del día. Precisamente la historia de su segundo periodo presidencial , iniciado el 11 de marzo de 10014 estuvo marcado por la tensión entre el impulso a las reformas que Chile requería con urgencia, y la oposición cerrada de la Derecha a los cambios indispensables para fortalecer y profundizar la vida democrática en el país y responder a las demandas ciudadanas. Algunos analistas consideraron que la Cuenta Pública estuvo caracterizado por un sentido histórico y de alguna manera tienen razón. Bachelet es sin duda una figura histórica, siendo la primera mujer presidenta de la República, y reelecta por un segundo periodo, , con un destacado paso como Ministra de Salud y de Defensa y su estatura como funcionaria internacional en un alto rango en Naciones Unidas. Pero lo realmente trascendente es que sus gobiernos se han caracterizado por su convicción y compromiso con los cambios, la democracia, los derechos humanos , el protagonismo social y su respuesta a los urgentes problemas sociales y económicos demandados por la ciudadanía y la realidad objetiva. Precisamente sus convicciones transformadores la pusieron en la mira del odio de la Derecha política y empresarial del país y explican el encono reaccionario, la agresiva, virulenta y permanente guerra (sucia) sicológica desatada en su contra por los medios que responden a las orientaciones reaccionarias. El mensaje presidencial puso el acento en asuntos que aparecen como trascendentales en el escenario político presente y futuro del país, como la mantención y defensa y proyección de las reformas y transformaciones, la profundización y ampliación de la democracia. Hemos enfrentado- dijo “las consecuencias de la ideología de mercado, que le pone precio a todo y que enfrenta a las personas entre sí”. “La política chilena vive un momento difícil. Se ha debilitado la confianza entre los ciudadanos, sus representantes y las instituciones, sean ellos del Estado o privados. Esto tiene fundamento: el abusivo entramado entre política y negocios permitió la corrupción, lesionó la fe pública, el buen nombre del servicio público y la actividad empresarial”, agregó. La presidenta advirtió sobre los riesgos de una involución del proceso apuntando que “nada de lo que hemos logrado está asegurado para siempre. Porque hemos aprendido dolorosamente, que los avances históricos […]
La derecha pinochetista y su prensa subordinada creen haber encontrado un filón en la explotación política y mediática sobre las inversiones realizadas por el Partido Socialista con recursos que recibió legítimamente y públicamente del Estado como indemnización por los robos y saqueo que hizo de sus bienes la dictadura militar derechista de Augusto Pinochet. La política de razgadura de vestiduras de las vestales de la UDI, rápidamente estimulada y magnificada por “El Mercurio”, no logra ocultar la pretensión de tender una cortina de humo sobre los escándalos de corrupción propios, el vínculo directo y hasta delictual entre dinero y política, donde aparecen nombres de sus prohombres, como Pablo Longueira o Jovino Novoa, el desaforado senador, Jaime Orpis, o los financistas de los retoños del asesor intelectual de Pinochet, Jaime Guzmán, Carlos Alberto “choclo” Délano y Carlos Eugenio Lavin, amigos del alma de Sebastián Piñera. La teoría del “empate moral”, o el de abrumar con una ofensiva brutal, propio de la guerra sicológica, es un viejo método de la Derecha, de los empresarios, de El Mercurio y del Pinochetismo. Este domingo, 14 de mayo, aunque el ataque mediático había bajado de intensidad debido a la debilidad de los argumentos contra el Partido Socialista, un columnista mercurial, Joaquin García Huidobra mantiene la ofensiva por la vía del insulto y la descalificación “moral”. Epítetos como “cinismo”, “desvergüenza”, “del sentido moral mas corriente”, “corrupción del socialismo”, son utilizados con descaro, e instalando la hipotética como canallesca eventualidad de que los militantes socialistas queden a merced de algún “aventurero capaz de seducirlos”, que pudiera “enriquecerse a la pasada”. Una vieja y sabia sentencia popular señala que “el ladrón cree a todos de su condición. La intención sin duda es obvia, y pretende poner un manto de silencio a los reales escándalos de la corrupción o de ocultamiento de maniobras financieras como la última de Piñera, de `calcular su fortuna en 600 millones de dólares, mientras que la revista económica internacional Fortune, la cifro en 2.700 millones de dólares. De todas formas, queda claro en estos episodios que los temas de financiamiento de los partidos políticos necesitan claridad y transparencia, cuidados en el fondo y en la forma. Porque, como se sabe, una vez que la confianza se pierde, recuperarla es un proceso largo y complejo. Y a eso apunta la artillería pesada de El Mercurio y la Derecha. Pero la “guerra sucia “de la UDI sigue adelante, pretendiendo involucrar al Partido Comunista en esta escalada de ataques, en que actúa como caja de resonancia, la prensa adicta y cuyo objetivo es claramente desacreditar, de trasladar a la izquierda las sospechas que los han tenido a ellos contra las cuerdas. Se trata de una maniobra cuyos efectos sobre la política, las confianzas ciudadanas, y la propia campaña presidencial y parlamentaria en marcha pueden ser demoledores Acusaciones al voleo, y donde los “catones chilensis”, escenifican prédicas desde un púlpito moral que solo se sostiene en un discurso demagógico, sobre manejos financieros, y la instalación de sospechas […]
Lo que parece obvio en el escenario político nacional es el final de una coalición , la Nueva Mayoría, en tanto proyecto común y voluntad unitaria, base del sistema institucional democrático, y del proyecto estratégico de darle coherencia a una perspectiva progresista de futuro al país, en beneficio de las mayorías y abrir paso a una acción programática de reformas y progreso, que comprometa a fuerzas que representan historias , fundamentos filosóficas, experiencias políticas , demandas sociales, económicos y hasta culturales diversas, en una experiencia ciudadana de voluntad que se cohesiona dentro de sus legitimas diferencias. Es evidente que la Democracia Cristiana, en su resolución de la Junta Nacional del sábado 29 de abril, no solo echó por tierra una experiencia histórica que resultó enriquecedora y positiva para el país , el pueblo y el fortalecimiento del sistema democrático, tras la dictadura militar derechista y empresarial de 1973 a 1990 , sino que puso fin a una etapa de colaboración y fraternidad política que constituyó una experiencia única de institucionalidad, progreso- y políticas sociales, que aunque compleja y quizás insuficiente, permitieron recuperar la confianza de los ciudadanos en la política y. hasta en el sistema democrático y sus instituciones, tras la tiranía criminal. No es casual que los electores entregaran su confianza y adhesión , primero a la Concertación de Partidos por la Democracia y luego a la Nueva Mayoría , derrotando a las fuerzas oscurantistas de la Derecha pinochetista, tras el traspié del gobierno de empresario populista, Sebastián Piñera, con el cual se impuso la fuerza del dinero, la corrupción, la colusión empresarial y otras malas prácticas. La determinación falangista de separarse, de la Nueva Mayoría y optar agresivamente por el “camino propio”, dividiendo al sector progresista de la sociedad, postulándose en solitario en las primarias presidenciales, es sin duda el fin de la coalición que agrupaba a las fuerzas que recuperaron la democracia en Chile. La afirmación de que el rechazo del Partido Socialista a la postulación de su histórico militante y ex presidente, Ricardo Lagos, en su reunión plenaria del Comité Central, le abrió el camino a la derecha del PDC para lograr éxito en su vieja estrategia de dividir a la Nueva Mayoría, pretender la exclusión del PC, y en general de toda expresión de izquierda, no representa toda la magnitud y consecuencias política del gesto. Lo objetivo, desgraciadamente , es que se perfila en el escenario la materialización de la vieja tentación derechista – ayer por la fuerza de las armas y la barbarie pinochetista, hoy por medio del dominio del dinero en la política y la guerra mediática , de destruir a la izquierda democrática, de criminalizar las demandas populares, las expresiones legítimas de protesta de sectores populares, la búsqueda de profundización de la institucionalidad democrática a través de fortalecer su carácter representativo. Lo sucedido en el escenario de la Nueva Mayoría alerta a sus sectores progresistas sobre las intenciones, de determinados sectores de imponer su aversión a los cambios profundos, democráticos reflejados en […]