Crítica Por Miguel Alvarado Natali, Editor de Cultura Hace un par de años el documentalista y Premio Nacional de Arte 2023 Patricio Guzmán señaló en una entrevista que “Chile es una país bien vestido pero miserable”  y que razón tiene viniendo de alguien que lleva retratándonos 50 años. A los  29 y cámara en mano junto a su equipo emprendió el trabajo de documentar Chile y comenzando  con “El Primer año”, la obra estrenada  en el Cine Gran Palace de Santiago en  1972, que narra lo que sucedió en el primer año de Gobierno de Salvador Allende, pasó si pena ni gloria en la visión de su tiempo. Incluso el crítico de cine Hector Soto dijo de ella que era una mala película y además una experiencia  de dudosa utilidad. Sin embargo, se equivocó después  de 50 años este documental cobra un valor único presentando inéditos archivos restaurados que exploran el comienzo de la Unidad Popular, donde lamentablemente observamos que el problema eterno de Chile sigue siendo la desigualdad y que gracias a estos registros podemos observar un Chile pobre, clasista y marcado por el abuso del “patrón de fundo” o el dueño de la fábrica. Su estreno en Estados Unidos logró elogiosas críticas en medios como el New York Times y el Washington Post. Esta semana se está presentando en Matucana 100 y su estreno se realizó en el  Museo de La Memoria y DD.HH. La cinta aborda el que hacer  sociopolítico y económico de un Chile enfrentado a un inédito escenario presidencial, con el éxito de un gobierno de izquierda en América Latina. Aquí se escarba en el plan de la unidad popular de la recuperación de tierras por parte de mapuches, las reacciones de los mineros ante la nacionalización de las minas de carbón  y la visita de Fidel Castro al país. “El primer año”, es un documental para entender el Chile de 1970, la pobreza, el abuso contra el trabajador y la política al servicio de unos pocos. Cómo hablábamos, qué anhelábamos y cómo vestíamos, en un pueblo que ponía todas sus esperanzas en Allende, el cual mantuvo sus convicciones hasta su muerte. En 1973 tras el Golpe Militar Patricio Guzmán fue detenido y llevado al Estadio Nacional. Luego se fue a Francia y nunca volvió a vivir a nuestro país. Con ayuda de un tío, quien guardo los rollos de películas de “La Batalla de Chile” en un baúl y luego los llevó a  Valparaíso donde se fueron en barco a  Europa. Con la ayuda sueca, el proyecto finalmente tomó forma en tres largometrajes: “La insurrección de la burguesía” (1975), “El golpe de Estado” (1976)  y “El poder popular” (1979). A esta trilogía se la llamó La batalla de Chile. Y solo el año 1997 las películas fueron exhibidas en Chile. En la página chilena ondamedia.cl se pueden ver los últimos documentales de Patricio Guzmán : “Nostalgia de la luz” (2010), “El botón de nácar” (2015), “La cordillera de los sueños” (2019) y “Mi país imaginario” […]

Crítica Por Miguel Alvarado Natali, Editor de Cultura   “Mujeres turbulentas” es una comedia escrita y protagonizada por las actrices Magdalena Max Neef, Elena Muñoz y Josefina Velasco. Ellas interpretan a tres amigas que son parte de  la tripulación de una línea aérea. Dirigida por Juan Bennett, se está presentando en el teatro Mori Vitacura hasta el 25 de mayo. Las grande amigas: Isabel, Antonia y Catalina, se pasan volando, ya que una es la capitana, la otra sub oficial a bordo y la tercera jefa de cabina, de una avión tripulado solo por mujeres. Magdalena Max-Neef interpreta a Isabel la piloto, tiene a su marido de toda la vida que está jubilado y a su madre con alzheimer. En tanto, Antonia, rol que recae en Elena Muñoz quien es la copiloto y ha descubierto que su esposo la engaña después de 12 años de casados. Y por último la actriz Josefina Velazco es Catalina, la jefa de cabina, se ha separado hace muy poco, vive pendiente de sus hijos treintones y el único hombre en su vida fue su ex marido. Todas ellas algo quieren y deben cambiar en sus vidas. Se cuentan todo, comparten sus secretos y sus  privacidades, sus familias, sus amores, sus dramas y se apoyan literalmente en el aire, rumbo a un nuevo destino y pasando la barrera de los 60 años. Toda la obra transcurre en una escenografía funcional donde se recrea la cabina de un avión con los elementos característicos de este y un vestuario adhoc. Y con la canción “Volare” de Domenico Modugno la apuesta sobre el escenario consigue una atmósfera que logra hacer despegar a los asistentes, mayoritariamente mujeres. Qué  decir de las actuaciones, son actrices que llevan en su alma el ADN del humor, por más de 30 años han integrado la Compañía de Teatro Aparte del cual han surgido obras emblemáticas como “Quién me escondió los zapatos negros? (1991) y “De uno a diez, ¿cuánto me quieres?. Ahora en “Mujeres Turbulentas” nos vuelven a deleitar y a sacar carcajadas. Están lúdicas, estupendas y graciosas. Es la mirada de tres colegas, pero principalmente  amigas, que enfrentan sus 60 años, lo bueno y lo malo de este periodo . Donde no quieren renunciar al sexo y están dispuestas a corregir sus errores. Las tres con matrimonios tradicionales – ya lejos del ancla del  patriarcado- son mujeres que de alguna manera se fueron empoderando. La separada que solo había estado con su marido ya tomó la decisión de estar con otro hombre.  A la que le fueron infiel, está hábil a dar vuelta la página y buscar la felicidad. En tanto, la tercera amiga no tiene problemas en su matrimonio pero tendrá que lidiar con su Marido que acaba de jubilar,  su madre anciana y su suegro que llegó a vivir a su casa. “Mujeres turbulentas” es una obra que entretiene de principio a fin, es una catarsis de risa, donde los problemas cotidianos van  bordeando la vida de estas tres adultas […]

Por Miguel Alvarado Natali, Editor de Cultura Con gran asistencia se realizó ayer el lanzamiento del libro “Sobre la Belleza” (Mago Editores) de la destacada poetisa chilena, Amanda Durán en el Museo de la Memoria y los DD.HH, el cual contó con la participación del Premio Nacional de Literatura, el poeta Raúl Zurita. A diez años de la muerte de su madre y que son los que ella ha usado para encontrar un significado de la muerte, Amanda nos entrega este maravilloso poemario. Este es el resultado de una búsqueda que en definitiva es el poder conversar de la muerte, hablar y leer de ella, no solo de lo cotidiano, también desde la intelectualidad de lo que se ha escrito y que muchas veces no nos gusta aceptar, la muerte. Nombrar la muerte y hablar de belleza puede ser contradictorio, pero para Amanda Durán el negar la muerte y no hablar de ella – no vivir el duelo- es perder lo bello de la muerte, que para muchos es tenebrosa. Hay en esta poetisa ese sentir de una responsabilidad con la muerte que implica dejar partir al ser querido, como escribe en el siguiente poema: “La última palabra de mí madre fue un aullido, sostuve su cabeza con mis manos y abrí el cascaron de su frente para que pudiera irse.  Ella se quedó ahí, observando como un reloj seguía el mismo baile de esa mañana, cuando el mismo cuadro colgado en la pared, se movía con el viento. Abrí con mis dientes la herida para que saliera volando…” Con una poesía sobrecogedora, desgarradora y a la vez conciliadora consigo misma, con su pasado y con los tiempos que vivimos, Amanda Durán nos hace reflexionar de lo que se nos olvida, de lo que no queremos hablar porque nos incomoda, la maldita muerte como la tragedia final de nuestras vidas. De pronto aparece el “Inmortal” de Borges de alguien que no puede morir y esa es su tragedia. Hay entonces que volver a mirar la muerte con belleza y no como ese episodio trágico del final de nuestra existencia. Es así que se atreve a seguir hablando de la muerte de un Presidente: “Que angustia morir ahogado corazón. Imagino que en la desesperación no pudiste ver el baile de tu camisa blanca  flotando como una medusa que se libera de tu cuerpo. 40 metros bajo el agua no es terrible dicen, pero nadie tuvo tiempo de desatarte el cinturón, y corrieron lejos de ti tal como se escapa de la muerte. Siempre has sido privilegiado, ves, en un país de sequía, el agua saturó tus pulmones, piensa que estas lleno de oro como los antiguos faraones, mientras yo pienso en esos cuarenta metros de profundidad y el vacío infinito en el que aun  nadan nuestros desaparecidos…” En la ocasión se realizó un conversatorio para hablar de la muerte, convocarla y no olvidar a los que nos han dejado, pero también a aquellos que se les asesino brutalmente en dictadura. Para […]

Crítica Por Miguel Alvarado Natali, Editor de Cultura “Franco” es un drama que habla de la marginalidad, la discriminación y la autoridad. Escrita por María José Pizarro, quien ha venido entregando este tipo de monólogos que escarban en el dolor de esos personajes que va desechando la sociedad como el “flaite” en “El Maldito QLO”, obra que presentara el año pasado en el Teatro Mori. Hay un cuidado por entregar una puesta en escena novedosa y escenografías innovadoras en estos montajes. “Franco” está dirigida por Alexandra von Hummel y estará en cartelera hasta el 17 de marzo en Mori Bellavista. Franco es un carabinero que está detenido en su propia comisaría, después de haberle propiciado un feroz golpe con una botella en la cabeza y luego apuñalar el estómago de un travesti en la calle San Camilo en Santiago. Aquí en esa celda este policía comienza su propia retrospectiva hasta llegar al punto más salvaje de su ser y concluir que su vida es un desgarro que termina en un crimen pasional. Con una escenografía funcional donde las paredes y el piso son de un amarillo intenso simulando una prisión y al fondo un carro con bolsa de basura y elementos de aseo. Sin embargo, el cubo que forma la celda es más pequeño que el escenario lo que hace que el público solo  use los asientos que están en todo el frente del escenario para poder tener buena visión del espectáculo. En tanto, la iluminación está perfecta y con los cambios necesario para el desplazamiento escénico del protagonista. El actor Juan Gálvez, a quien viéramos el año pasado en el “Estado natural de las cosas”, interpreta a este cabo que desde el encierro de cuatro paredes hace un relato casi cinematográfico no solo de la violencia con la que enfrentó a su inocente víctima, sino que también de su paupérrima vida. Con una actuación notable realiza al menos el rol de tres personalidades que confunden un poco, pero que al final es el mismo policía que hace una especie de mea culpa: el carabinero flaite, el formal y el gay. La distorsión de la voz en algunas escenas no le hace bien a la narración, pero el talento y la presencia escénica de Gálvez logra imponer una historia potente y creíble, pese a que hay al menos una situación casi surrealista al fondo del cubo en que se desarrolla la obra. Luego de quedar todo el escenario a oscuras aparece una mujer pequeña dando la espalda  a los asistentes y en la misma posición y por detrás  de un aparente travesti muy  alto, que ya estaba totalmente quieto en la escena. Esto llama la atención y creo que es un momento incomprendido. «Franco» es una obra contingente, donde aparece este juego de palabras en que Franco, es el nombre de un carabinero, es el sinónimo de franqueza y además de funcionario fuera de servicio. Es una puesta en escena colérica que en sí misma está llena de interrogantes sobre […]

Crítica Por Miguel Alvarado Natali, Editor de Cultura “Cadáver de Dios” es una comedia llena de sarcasmos ambientada en la Edad Media. Escrita por Cristóbal Cartes y dirigida por Marco Espinoza. La está presentando la compañía Reina Caballo hasta el 3 de marzo en el Teatro Mori Recoleta. Merlín, es un joven mago que mientras camina por un bosque medieval de Europa Occidental, se topa  con Aldreda y Jacinta dos monjas, juguetonas y con ansias de explorar el mundo más allá de las puertas de su convento. Es aquí que encuentran un extraño cadáver dorado de un alienígena, con una evidente y diversa sexualidad, que calló a la tierra. Este ser, mentalmente se comunicará con Merlín para enseñarle el futuro de la humanidad, lo cual dejará deslumbrado al mago, quien pondrá en dudas sus creencias y la cosmovisión de él y las religiosas de cómo el mundo va a sufrir cambios radicales sobre todo en la fe y el concepto de género. La escenografía sugerente y clásica consigue una atmósfera rica gracias al aporte de un vestuario muy bien elegido y cuidadosamente diseñado. En tanto el aporte audiovisual y musical hace de este montaje una experiencia fantástica que va encantando a los asistentes. Lo irreal y lo extraño es anecdótico cuando el futuro que se les presenta a los protagonistas es más apocalíptico en nuestro presente. “Todos los humanos usan en una de sus manos espejos rectangulares que no dejan de mirar”. Merlín, es interpretado por Francisco Dañobeitia, el cual por estos días está en la telenovela “Como la vida misma” del Mega. Nos estrega un personaje picaresco, una especie de bufón que tras sus diálogos hay un cuestionamiento a la cosmovisión del mundo medieval. Su actuación es graciosa, juguetona y la interacción con el público escapando de la escena y de su propia época es novedosamente surreal. Mientras que en los roles de las lésbicas monjas están Daniela Eichin como Aldreda y María Paz Zavala encarnando a Jasinta Jacosa. Aldrede se ha escapado del monasterio en busca de una luz dorada que ella cree que es Dios, al cual le debe dar las explicaciones por sus pecados sexuales. En tanto Jasinta Jacosa la viene a buscar al bosque, ella esconde un secreto que asombra al auditorio.  Estas  devotas, tienen esa culpa que les agrada, son curiosas y risueñas y este sello está dado por ambas actrices que están sólidas y seguras en el escenario. El resto del elenco está formado por Rafaela Soro y Joaquín Rodríguez, quienes encarnan a dos estilizados extraterrestres que dejan a la vista su diversidad. Sin duda que los disfraces dorados muy llamativos no dejan indiferente a los asistentes y son un verdadero aporte a la historia. Lúdica, extraña y original es “Cadáver de Dios”, una puesta en escena de buen ritmo, sin espacios vacíos donde el autor construye un texto de ficción provocativo sobre las creencias de una época. La libertad, el sexo y la religión quedan en jaque cuando al personaje principal le […]

Crítica Por Miguel Alvarado Natali, Editor de Cultura   Ámame, es una comedia que nos presenta lo difícil que puede ser entender la manera en que las parejas se aman, pero a la vez las formas en las que se engañan. Escrita por Gregorio Feidom y cuenta con la dirección de Christian Villarreal, se está presentando en el Teatro Mori Vitacura hasta el 24 de febrero. Adán es un prestigioso y conservador abogado, que luego de tener una pelea con su cónyuge queda solo en su departamento. Cuando se aprestaba a comer lo único que sabe preparar -huevos duros-, es interrumpido por el timbre de su puerta. Es Bárbara, su vecina, una mujer atractiva y mucho menor que él y con la cual se ha encontrado un par de veces en el ascensor. Ella ha venido a solicitarle un “servicio especial”, ya que está muy angustiada, porque su marido no cree en su amor. Entonces el abogado entiende algo que no es, pero que lo cambia todo cuando usamos la palabra ámame. El actor Rolando Valenzuela (69) es Adán, un hombre de leyes y aparentemente integro en su matrimonio. Valenzuela pone todo su potencial histriónico en escena. En tanto la actriz Fran Sfeir, realiza un trabajo sólido, interpretando con desplante y personalidad a esta joven, bella e impulsiva vecina, la cual entra en una especie de seducción con Adán y que por momentos se torna confusa para el abogado. Ambos intérpretes   superan la propia trama de la obra y manejan bien el espacio escénico, incluso en la interacción con el público. Con una atmósfera bien lograda y una escenografía realista y funcional la obra nos adentra en el complejo camino del matrimonio y sus bruscos quiebres, que suelen ser más comunes que una puesta en escena. Aquí queda al desnudo el cinismo de algunas parejas, la desconfianza y la atracción hacia el prójimo. El texto de Feidom,  tiene de pronto un aire de tensión donde no lo hay y  pausas muy extensas de silencio en los diálogos, que pareciera que estamos en presencia de una tragedia. La pérdida de ritmo en algunos pasajes de la escena es evidente, sin embargo y pese a lo inverosímil que son un par de muertes, la presentación finalmente convence a los asistentes que terminan aplaudiendo de pie a los actores. En definitiva, es un montaje que cumple con la función de entretener, nos sumerge en la emotividad y la esperanza de volver a creer en el amor. Autor: Gregorio Feidom.  Dirección: Christian Villarreal.  Elenco: Fran Sfeir, Rolando Valenzuela. Producción: Arte Independiente. Gráfica: Nelson Matus de La Parra. Realización audiovisual: Nelson Matus de La Parra. Edad recomendada: + 14 años.  Duración: 80 minutos         Por Miguel Alvarado Natali Santiago de Chile, Crónica Digital, 21 de febrero 2024

Crítica Por Miguel Alvarado Natali, Editor de Cultura. Perfectos desconocidos, es una comedia que ha sido llevada al cine en italia(2016), españa(2017) y méxico (2018), por tanto era de esperar que el teatro también se hiciera parte de esta obra. Escrita por el director y guionista italiano Paolo Genovese y ahora en la adaptación chilena, mantiene la trama central de la llevada a la pantalla grande, dirigida por Franco Battista, quien ganó el premio Carlos 2020 a mejor director, está siendo aplaudida en el Teatro Mori Parque Arauco. Qué pasaría si vas a cenar con tus amigos de toda la vida a la casa de uno de ellos, para ver un eclipse. Todos con su respectivas parejas, la mayoría casados y con hijos. Entre las bromas, la conversación del trabajo, los hijos y los recuerdos de cuando eran jóvenes, alguien propone un juego peligroso: Dejar todos los celulares en la mesa y leer en voz alta los mensajes de whatsapp y contestar todas las llamadas que entren al móvil. Este es el argumento de este montaje, aquí los más encondidos secretos  y la vida entera quedarán expuestos delante de todos. Reusarse a jugar, traería muchas sospechas al afiatado grupo, que al correr de las horas, se va dando cuenta que cada uno de ellos es un perfecto desconocido. Cuenta con un elenco de primera, Katty Kowaleczko, María José Weigel, Catherine Mazoyer, César Caillet, Hernán Contreras, Julio “Chamo” Jung y Andrés Olea, este último hace una interpretación notable de un personaje que encierra uno de los secretos mejor guardados hasta que un mensaje revela ese misterio. En definitiva cada actor transmite una energía única, además se sienten cómodos aprovechando todo el espacio escénico con mucha naturalidad y pese a que son siete los actores que interactuan durante casi todo el montaje, no se produce una sobresaturación de acciones, llegando a tener una escena limpia que hace que el público la siga y no se pierda nada de la historia. Por su parte la escenografía esta muy bien lograda, un living de una casa acomodada, donde sus dueños son un cirujano y una sicóloga. Atrás una cocina americana y a los costados una terraza y un baño. Todo esto hace una atmósfera ideal que se complementa perfecto con las luces y ese detalle de un sonido de viento y mar, para realizar el avance de minutos a baja luminosidad. “Perfectos Desconocidos”, es la radiografía íntima de un grupo de viejos  amigos, cuyos sensibles secretos quedarán develados en el transcurso de una noche, cambiando el destino de sus vidas. Es una obra brillante, hilarante y lúdica, con buen ritmo, de una trama potente e ingeniosa, donde los personajes quedan desnudos y con sus emociones totalmente expuestas al escrutinio de sus propios amigos. Un enredo de mentiras, secretos y verdades, donde los asistentes no paran de reír a carcajadas, no hay ninguna posibilidad de distraerse y el público se ve reflejado también en esta situación de entregar al destino el celular, que es el […]

“Análogos” trae devuelta al cineasta nacional Jorge Olguín, quien filmó “Ángel Negro” mientras estudiaba cine y considerado uno de los primeros filmes de terror y taquilla en el año 2.000. Luego vendrían cintas como “Sangre Eterna” (2002), “Caleuche: el llamado del mar” (2012) y mención especial al rodaje “Gritos del bosque” (2016), protagonizada por Fernanda Urrejola y Carolina Arredondo, la actual Ministra de las Culturas, las artes y el patrimonio de Chile. Ahora en Análogos, Olguín nos sumerge en la vida de dos ancianos que están atrapados por sus enfermedades, por una pandemia, por la soledad y la desconexión con algo que acentúa, aún más, la brecha generacional y te a isla del resto, me refiero al mundo digital.  Blanca y José, son un matrimonio, ya de edad avanzada, que viven solos. Él es diabético, inyectándose diariamente insulina y ella con un Alzheimer declarado. Su entretención es ver televisión en un aparato noventero con entrada para VHS, el cual dejó repentinamente de funcional debido a un fenómeno astronómico. Al declararse la pandemia ambos quedan más incomunicados y son ayudados por  Cindy, una inmigrante, que trabaja en un almacén cercano. Pero cuando la joven llega a la casa de estos abuelos, su presencia trae a la memoria de Blanca, recuerdos de una hija desaparecida. Blanca es interpretada por Mónica Carrasco(77) y el papel de José recae en Jorge Gajardo (88). Estos actores que durante 22 años estuvieron en la pantalla chica con el programa “Los Venegas” hoy realizan una actuación notable, bella y desgarradora. Para quienes los vieron y rieron  en los noventa, creo que van a quedar conmovidos por estos personajes tan extremos a lo que nos tenían acostumbrados. Sin duda el director hizo una excelente elección al invitarlos a esta película. Debe ser la mejor actuación de sus vidas y eso tiene un gran mérito, ya que siempre estuvieron encasillados en el humor. Los movimientos, las miradas y el caminar son tan precisos y bien logrados que transmiten ese suspenso de que algo va a pasar, más allá del sufrimiento que los afecta. Acompañados de la actriz peruana  Cindy Díaz (36), que encarna a una almacenera que los ayuda. Por Miguel Alvarado Natali Santiago de Chile, Crónica Digital, 30 de Enero 2024

Crítica Por Miguel Alvarado Natali, Editor de Cultura “Análogos” trae devuelta al cineasta nacional Jorge Olguín, quien filmó “Ángel Negro” mientras estudiaba cine y considerado uno de los primeros filmes de terror y taquilla en el año 2.000. Luego vendrían cintas como “Sangre Eterna” (2002), “Caleuche: el llamado del mar” (2012) y mención especial al rodaje “Gritos del bosque” (2016), protagonizada por Fernanda Urrejola y Carolina Arredondo, la actual Ministra de las Culturas, las artes y el patrimonio de Chile. Ahora en Análogos, Olguín nos sumerge en la vida de dos ancianos que están atrapados por sus enfermedades, por una pandemia, por la soledad y la desconexión con algo que acentúa, aún más, la brecha generacional y te a isla del resto, me refiero al mundo digital.  Blanca y José, son un matrimonio, ya de edad avanzada, que viven solos. Él es diabético, inyectándose diariamente insulina y ella con un Alzheimer declarado. Su entretención es ver televisión en un aparato noventero con entrada para VHS, el cual dejó repentinamente de funcional debido a un fenómeno astronómico. Al declararse la pandemia ambos quedan más incomunicados y son ayudados por  Cindy, una inmigrante, que trabaja en un almacén cercano. Pero cuando la joven llega a la casa de estos abuelos, su presencia trae a la memoria de Blanca, recuerdos de una hija desaparecida. Blanca es interpretada por Mónica Carrasco(77) y el papel de José recae en Jorge Gajardo (88). Estos actores que durante 22 años estuvieron en la pantalla chica con el programa “Los Venegas” hoy realizan una actuación notable, bella y desgarradora. Para quienes los vieron y rieron  en los noventa, creo que van a quedar conmovidos por estos personajes tan extremos a lo que nos tenían acostumbrados. Sin duda el director hizo una excelente elección al invitarlos a esta película. Debe ser la mejor actuación de sus vidas y eso tiene un gran mérito, ya que siempre estuvieron encasillados en el humor. Los movimientos, las miradas y el caminar son tan precisos y bien logrados que transmiten ese suspenso de que algo va a pasar, más allá del sufrimiento que los afecta. Acompañados de la actriz peruana  Cindy Díaz (36), que encarna a una almacenera que los ayuda. Análogos es un drama con un un sutil tinte de terror, en que su desenlace es una verdadera tragedia griega. Su atmósfera  logra envolver a los asistentes de la sala. El director Jorge Olguín construye una historia sabida, pero le saca el provecho necesario para reafirmar un guion que tiene que ver con todo lo que les pasa a los ancianos en el Chile actual, esencialmente con la soledad y la pobreza, ya que muchas veces en estos hogares no existe el mundo digital por falta de recursos. Hay en el rodaje, elementos de un país que ha quedado atrapado entre el -estallido social y la pandemia-: la desigualdad, los saqueos, la violencia militar y la inmigración.   Mientras que el paso de un cometa es un pretexto para darle acción a la […]

Crítica: Por Miguel Alvarado Natali, Editor de Cultura «Mediocres” ya el título es sugerente y claro si el mundo de la televisión ha estado lleno de ellos. En esta sátira cinco personajes se roban la escena interpretando a un programa de noticias, pregrabadas, donde lo que hay en el set de tv no es lo que finalmente aparece al aire. Pero no es el engaño o el aparentar de los conductores del noticiero lo importante, sino esa mediocridad que existe hasta hoy en lo que una vez fue llamada “La cultura Huachaca” por el sociólogo Pablo Huneeus. Escrita por  Juan Pablo Troncoso y bajo la dirección de María Figueroa, este montaje es presentado por la Compañía Frente Teatral dentro del Festival Internacional Santiago Off, con funciones hoy y mañana en el Teatro del Puente. Dos rostros de la TV que ya vienen en decadencia, una productora, un camarógrafo y un estudiante en práctica de periodismo recién incorporado al canal, dan comienzo a una nueva jornada informativa. Cada uno de ellos sabe lo que tiene hacer, menos el nuevo integrante, que lo toman inmediatamente para los mandados. Las diferencias de opiniones entre ellos, los egos y la falta de profesionalismo queda al descubierto al momento que se les comunica que el canal está en quiebra por falta de auspiciadores y  la baja sintonía, por tanto quedarán sin trabajo. Todos entran en pánico -qué será de ellos sin el público-  ese egocentrismo especialmente de los llamados “rostros” de la pantalla chica, queda de manifiesto una vez más en estos seres egoístas y poco éticos. Sin embargo hay una salida, una última oportunidad para situarse nuevamente en la mente de la opinión pública: las redes sociales. Cuando las cámaras de la televisión se apagan están las de los celulares para lograr ser trending topic. Al entrar a la sala nos recibe una escenografía realista de Andrea Bustos Pizarro, quien además eligió correctamente  el  vestuario. Es un muy bien recreado set de TV, focos, luces, cámaras, monitores y fondos verdes. Lo que hace que sea una atmósfera ideal, donde la escena es transmitida en directo en dos pantallas siendo bien ocupados los recursos audiovisuales disponibles, que es lo que se hace en televisión, pero acá ese efecto recae directamente en el público asistente, que pueden tener una mayor dimensión de esta historia. El actor Tomás Ahumada, es Patricio de la Masa. Se autodenominó así en el programa en honor al histórico periodista Bernardo de la Masa. Es el rostro del canal, el ídolo, el ególatra. Ahumada lleva a su personaje a los límites del delirio con una actuación extraordinaria. Cuando ya está todo perdido apela a la sensibilidad  morbosa de los internautas. Mientras que la actriz Valentina Torrealba, interpreta el rol de Pamela Sanhueza, la coanimadora del noticiero, una pseudo periodista con dobles caretas, que también  queda al borde del colapso al ver que se ha quedado “sin pantalla”. Ambos  junto a todos sus colegas, buscan una salida sin importar lo que se transmita […]

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