Crítica
Por Miguel Alvarado Natali, Editor de Cultura
“Franco” es un drama que habla de la marginalidad, la discriminación y la autoridad. Escrita por María José Pizarro, quien ha venido entregando este tipo de monólogos que escarban en el dolor de esos personajes que va desechando la sociedad como el “flaite” en “El Maldito QLO”, obra que presentara el año pasado en el Teatro Mori. Hay un cuidado por entregar una puesta en escena novedosa y escenografías innovadoras en estos montajes. “Franco” está dirigida por Alexandra von Hummel y estará en cartelera hasta el 17 de marzo en Mori Bellavista.
Franco es un carabinero que está detenido en su propia comisaría, después de haberle propiciado un feroz golpe con una botella en la cabeza y luego apuñalar el estómago de un travesti en la calle San Camilo en Santiago. Aquí en esa celda este policía comienza su propia retrospectiva hasta llegar al punto más salvaje de su ser y concluir que su vida es un desgarro que termina en un crimen pasional.
Con una escenografía funcional donde las paredes y el piso son de un amarillo intenso simulando una prisión y al fondo un carro con bolsa de basura y elementos de aseo. Sin embargo, el cubo que forma la celda es más pequeño que el escenario lo que hace que el público solo use los asientos que están en todo el frente del escenario para poder tener buena visión del espectáculo. En tanto, la iluminación está perfecta y con los cambios necesario para el desplazamiento escénico del protagonista.
El actor Juan Gálvez, a quien viéramos el año pasado en el “Estado natural de las cosas”, interpreta a este cabo que desde el encierro de cuatro paredes hace un relato casi cinematográfico no solo de la violencia con la que enfrentó a su inocente víctima, sino que también de su paupérrima vida. Con una actuación notable realiza al menos el rol de tres personalidades que confunden un poco, pero que al final es el mismo policía que hace una especie de mea culpa: el carabinero flaite, el formal y el gay.
La distorsión de la voz en algunas escenas no le hace bien a la narración, pero el talento y la presencia escénica de Gálvez logra imponer una historia potente y creíble, pese a que hay al menos una situación casi surrealista al fondo del cubo en que se desarrolla la obra. Luego de quedar todo el escenario a oscuras aparece una mujer pequeña dando la espalda a los asistentes y en la misma posición y por detrás de un aparente travesti muy alto, que ya estaba totalmente quieto en la escena. Esto llama la atención y creo que es un momento incomprendido.
«Franco» es una obra contingente, donde aparece este juego de palabras en que Franco, es el nombre de un carabinero, es el sinónimo de franqueza y además de funcionario fuera de servicio.
Es una puesta en escena colérica que en sí misma está llena de interrogantes sobre hasta qué punto llega la autoridad, cuando cruza esa delgada línea al abuso de poder y el uso desproporcionado de la fuerza. Qué educación debe tener un carabinero para que sea criterioso y moralmente intachable ante la comunidad, la misma que le perdió el respeto en dictadura y luego en el “estallido social”, pero que los necesita ante la delincuencia. No hay dudas, que es una performance entretenida y valiente. Por momentos desgarradora, bordeando el humor y con ciertos ingredientes que al menos la hacen ser atípica. Nos invita a reflexionar sobre el rol que cumplen nuestras policías, lo marginal y deshonestos que algunos miembros pueden ser cuando toman el camino sin salida.
De buen ritmo y con una historia bastante sólida, nos sumerge en esa homosexualidad escondida e incomoda para las FF.AA, la corrupción dentro de la institución, la verdadera vocación de servicio que tienen muchos policías y esa resiliencia para enfrentar las críticas de la población. Franco tiene una ácida mirada del carabinero, del hombre que está debajo del uniforme y del error de enamorarse de un travesti, lo que lo lleva a un encuentro con su pasado y su presente a la espera por un juicio de un asesinato por despecho.
Dramaturgia: María José Pizarro. Dirección: Alexandra Von Hummel. Diseño de vestuario: Alexandra Von Hummel. Diseño de Iluminación: Rodrigo Ruiz. Universo sonoro: Daniel Marabolí. Técnica: Alexandra Von Humel y María José Pizarro. Producción: Cizarro Producciones. Duración: 50 minutos. Edad recomendada: + 14 años. Elenco: Juan Gálvez, Valentina Escobar, Alejandro Fonseca, Andrés Rebolledo.
Por Miguel Alvarado Natali
@miguel.a.natali
Crónica Digital, Santiago de Chile, 14 de marzo 2024