Lun Sep 21 , 2015
La presidenta del Partido Socialista de Chile, senadora Isabel Allende, ha denunciado con claridad meridiana la ofensiva de la opositora derecha política con el objetivo de desestabilizar la figura de la presidenta Michelle Bachelet. La legisladora apuntó que existen componentes de “sedición” al plantear- como lo hizo el diputado ultraderechista José Antonio Kast, la renuncia anticipada a su cargo de la Mandataria, en medio de una campaña orquestada de rumores y “trascendidos” ( fase inicial de una indesmentible e insensata guerra sucia) sobre una eventual enfermedad que le impidiera ejercer el mando institucional. Otros insisten por estos días, siempre mediante el mecanismo de la fuente anónima, en la cantinela de una “depresión” de la Mandataria, o una frustración por no poder realizar su programa de reformas, o por la falta de compromiso y lealtad de los líderes de la Nueva Mayoría, o por los resultados negativos de las encuestas de opinión pública que la desfavorecen. Isabel Allende apuntó que “hay bastantes componentes de sedición contra la presidente”, pero advirtió que ello no llegará muy lejos y que “la gente ya se está molestando con algunos adjetivos y descalificaciones”. Al mismo tiempo reconoció las fallas de la política del gobierno, que no ha sido capaz de enfrentar la ofensiva comunicacional de la Derecha política y económica. Este es un terreno justamente criticado, desde la prensa independiente- ante la evidente carencia de una política del gobierno en este terreno y la entrega del espacio comunicacional a los intereses empresariales y derechistas, a los que además se aporta con financiamiento. Pero además criticó el “fuego amigo”, que es el proveniente de quienes – en el campo de la propia Nueva Mayoría, disparan contra la figura de la presidenta o de las reformas, dándole material, argumentos a la derecha y su ofensiva propagandística antigubernamental. Pero sin duda lo que debe motivar la mayor preocupación, y la consiguiente reacción en el seno, de la Nueva Mayoría y del Gobierno es lo que, hace semanas hemos caracterizado en Crónica Digital como “la escalada insurgente de la Derecha”. Al llamado del Consejo Directivo Ampliado de la UDI, del 7 y 8 de agosto recién pasado de ser “conductores del malestar social”, “fortalecer el mayorazgo opositor del partido”, y “trabajar con más fuerza” en una oposición sin dar cuartel al gobierno se han sucedido otras declaraciones, y un llamado de las organizaciones empresariales del país a oponerse a las reformas impulsadas desde el Gobierno. Sus dirigentes, como los camioneros que marcharon a Santiago con sus camiones, no eluden los términos agresivos, amenazantes contra el gobierno rechazando de plano las reformas tributaria, laboral y constitucional. El presidente de la patronal Sociedad de Fomento Fabril, Sofofa, Hermann Von Mühlenbrock dice no haber sido escuchado, y el presidente de la Sociedad Nacional de Agricultura, subraya que “los empresarios no nos vamos a sumar a esto”, introduciendo el tema del irrespeto a la ley y la institucionalidad y la conjura del boicot económico (no habrá trabajo ni inversiones, amenazan) y la desobediencia civil. […]