Hay una fecha que para la jabalinista cubana María Caridad Colón representa su entrada al Olimpo de los dioses del deporte: el 25 de julio de 1980, día en que se convirtió en la primera mujer de Iberoamérica en coronarse en citas estivales.
Con un solo disparo, la joven de 22 años, de Baracoa, ciudad del oriente cubano, puso fin a un período de 84 años y 21 juegos bajo los cinco aros sin presencia de la mujer de esa región geográfica en lo más alto del podio.
La simpática y esbelta atleta sorprendió a todos en el estadio Lenin, sede del atletismo de los Juegos de Olímpicos de Moscú, justa en la que fue una de las concursantes más solicitadas por los medios presentes que le dedicaron grandes espacios en la prensa plana, la radio y la televisión.
Campeona panamericana en los Juegos de San Juan-1979, Colón compitió en Moscú con una lesión en su espalda que le mortificaba, sin embargo, puso todo su pensamiento y su entereza en tener una buena competencia y lo logró con creces.
Ese, su primer disparo de 68.40 metros, resultó un jarro de agua fría para el resto de las competidoras encabezadas por la alemana Ruth Fuchs (exRDA), titular de Munich-1972 y Montreal-1976, y la soviética Tatiana Biryulina, en ese momento recordista del orbe, quienes tenían todas consigo para optar por el título.
Pero ninguna de las finalistas pudo batir a la baracoense, nacida el 25 de marzo de 1958, que entre saltos y lágrimas por la inmensa alegría echó afuera la inmensa presión de tantos años de esfuerzos y sacrificios para abrirles las puertas del podio olímpico a las atletas iberoamericanas en el Año Internacional de la Mujer. Digno homenaje de la cubana a la emblemática fecha.
BREVE RECORRIDO POR LA CARRERA DE MARIA CARIDAD COLON
Tras su paso por la Escuela de Iniciación Deportiva Escolar (EIDE) Capitán Orestes Acosta, de la oriental provincia cubana de Santiago de Cuba, Colón fue promovida a la Escuela Superior de Perfeccionamiento Atlético (ESPA) nacional y en menos de un año como atleta juvenil, logró la medalla de oro del Torneo Internacional Santiago Nakazawa con 49,74 metros.
En la edición del Memorial Barrientos-1978, exactamente el 20 de mayo, consiguió su primer récord nacional al registrar 60,62 metros y ello le aseguró la participación en los XIII Juegos Centroamericanos y del Caribe de Medellín, Colombia.
Allí triunfó en la prueba con marca de 63,40 nuevo récord del área y nacional (20 de julio) y dos semanas después (2 de agosto) consiguió otro disparo de 63,50 metros, lo cual le permitió ubicarse en el sexto lugar del ranking mundial detrás de las consagradas Fuchs, Hommola, Richter, la británica Thersa Sanderson y la estadounidense Kathryn Schmidt.
Asistió a los Juegos Panamericanos, San Juan, Puerto Rico (1979), y el 14 de julio se tituló monarca continental con envío de 62,30 metros, pero la victoria no la dejó del todo satisfecha por la ausencia de Schmidt, quien desde el 11 de septiembre de 1977, en Hamburgo, Alemania, fijara marca mundial de 69,32 metros.
En sus siguientes Juegos Panamericanos, los de Caracas-1983, revalidó su título con envío de 63.76 metros, y cuatro años más tarde, en Idianápolis-1987 conquistó la plata (61.66) al ser superada por su compatriota Ivonne Leal, quien registró 63.70.
Los Juegos de la Habana-1991 pudieron marcar su última presencia en la cita cuatrienal, pero no fue escogida para integrar la selección nacional y así perdió la posibilidad de volver al podio de premiaciones por cuarta ocasión.
Clasificada entre los 100 deportistas cubanos más destacados del siglo XX, fue seleccionada en 2003 para el Salón de la Fama de la Confederación Centroamérica y del Caribe de Atletismo y en 1998 recibió la medalla de la Federación Internacional de Atletismo en el Año Internacional del Atletismo Femenino por su trabajo en favor del desarrollo de la mujer en ese deporte.
Por Duber Luis Piñeiro González |
Periodista de la redacción Deportes de Prensa Latina
La Habana, 15 de abril 2016
Crónica Digital / PL