Para el conjunto conducido por el argentino Juan Antonio Pizzi, los que marcaron por duplicado fueron Mauricio Pinilla y Arturo Vidal, mientras que para los locales anotó Rómulo Otero.
El seleccionado chileno goleó esta noche como visitante ante el representativo venezolano por 4-1, en un encuentro perteneciente a la fecha 6 de la Eliminatoria Sudamericana del Mundial Rusia 2018.
Para el conjunto conducido por el argentino Juan Antonio Pizzi, los que marcaron por duplicado fueron Mauricio Pinilla (32m. PT y 6m. ST) y Arturo Vidal (26m. y 46m ST), mientras que para los locales abrió el resultado Rómulo Otero (10m. PT).
Barinas, Venezuela, 29 de marzo 2016
Crónica Digital / Télam/ Ansur.am
Mié Mar 30 , 2016
En la oposición, como si en las calles los aclamasen y las multitudes se sintiesen arrebatadas de furor por su mensaje, se lanzan improperios e intercambian frases hirientes en las que se acusan mutuamente de no hacer tanta y radical confrontación antigubernamental como la gente, según su criterio, les exige. Francamente, eso es vivir en otro mundo; hacer caso omiso de la desafección masiva de la sociedad hacia sus partidos y líderes, envueltos en los bochornosos hechos de financiamiento irregular de las campañas electorales y de la política que han desplomado del sitial de intocables a una parte esencial de sus «figuras emblemáticas». Para aumentar el espectáculo, esta semana se conoció una particular manera de inscripción de un grupo político, situado en la oposición, que dice llegar para terminar con las «malas prácticas», ofrece carrete total y copete sin límite, sólo a cambio de la firma de afiliación para inscribirse en los registros electorales. Parece que perdieron la brújula. Además, como si el desprestigio fuera poco, la derecha se embriaga altaneramente, con un lenguaje ultra agresivo, anacrónico e integrista, fue lo que aconteció en el debate relativo a la ley de aborto, en tres causales, como si el nuevo impulso que requieren para salir del marasmo, pudiese provenir de una regresión al discurso más ultra conservador, de una época ya enteramente superada por la sociedad moderna, propia de anatemas clericales y amenazantes castigos medievales. Se confirma que la derecha tiene una desorientación y una ausencia de lucidez política difícilmente superable de aquí a la próxima elección presidencial; por eso, lo más probable es que oculte sus males bajo la alfombra y vuelva a recurrir al populismo de mercado, amarrando a la fuerza sus distintos componentes, en torno de la candidatura de Piñera. Ahora bien, en el ancho mundo del bloque de la nueva mayoría y fuerzas cercanas, el panorama no muestra ni la claridad ni la voluntad unitaria que se requiere en este periodo. Lo más serio es pasar por alto que dos tercios de la opinión pública no comparten la acción política que se lleva a cabo desde el conglomerado, no obstante lo cual, persiste un enfoque que no da cuenta de esa realidad, y la práctica sigue marcada por miradas auto referentes. El valor de la voluntad colectiva está muy devaluado. Se actúa como si la mayoría del país estuviera esperando recibir las declaraciones de cada sector político o grupo parlamentario para guiarse de inmediato por tales proclamas, sin reparar que por separado son minoritarios y que son tantas y tan variadas las convocatorias que terminan anulandose sin remedio. Las mayorías silenciosas no se conmueven por mucha que sea la algarabía que las rodea. De allí que ese discurso mediático suene grandilocuente y las conductas aparezcan arrogantes, ya que la distancia de las personas hacia la política permanece impasible. Ante ello, como no se provoca la acogida que se espera, se adopta una conducta en exceso individualista, que no hace más que provocar polémicas artificiales. Al final no […]