Además, los investigadores de la catástrofe, en la cual perecieron el domingo pasado 92 personas a bordo de un TU-154 perteneciente al Ministerio de Defensa, indicaron que por la destrucción observada en la cola, la tripulación, al parecer, intentó posar el aparato en el mar.
Testigos afirman que la nave aérea, fabricada en 1984, dio un giro de 180 grados apenas despegó del aeropuerto de Adler, pues fracasó en tomar altura al salir de una pista cercana al mar Negro.
Un pedazo de la cola y parte de las turbinas del TU-154 también fueron localizados, pero aún están por evacuarse a la superficie.
Los fragmentos del avión, que debió viajar a la base aérea de Jmeimim, en la provincia siria de Latakia, quedaron esparcidos en un área de entre un kilómetro y medio y ocho de la costa, lo cual podría describir un fallido intento de amarizar. En las labores de búsqueda participan más de 150 embarcaciones, al menos 12 aparatos aéreos (aviones, helicópteros y drones) y 190 buzos que rastrean las 24 horas un área dividida en 15 sectores.
Por el momento, a la superficie fueron evacuados un total de 11 cuerpos sin vida y casi un centenar de fragmentos de personas.
En la nave viajaban 64 miembros del Conjunto Académico Estatal de Canto y Danza del Ejército ruso ‘A.V. Alexandrov’, nueve periodistas de tres canales nacionales, la doctora filántropa Elizabet Glinka, oficiales y funcionarios del estado.
Moscú, 27 de diciembre 2016
