La Paz, 4 jul (PL) Más allá de los fallos que pudiera emitir la Corte Internacional de Justicia de La Haya en los contenciosos entre Bolivia y Chile sobre reivindicación marítima y las aguas del Silala, existe un protagonista esencial: el diálogo.
Antes de concluir 2018 se espera que el tribunal resuelva estos litigios -al menos el primero- que por años arrastran estos países vecinos.
Por un lado, está la reclamación boliviana de negociar una salida soberana al océano Pacífico, perdida tras la invasión chilena a Antofagasta en 1879, y que le costó a la nación altiplánica 400 kilómetros de costas y 120 mil kilómetros cuadrados de territorio.
Por otro, Chile presentó en junio de 2016 una demanda en la que asegura poder usar las aguas del Silala porque estas provienen de un río internacional y no de un manantial como afirma Bolivia.
Hace 110 años la prefectura de Potosí, Bolivia, le cedió el uso de las aguas del Silala a la Antofagasta Railway Company, una empresa chilena manejada por Inglaterra.
En 1997, Bolivia canceló dicha concesión alegando que Chile usaba las aguas para otros fines. Este último, hizo caso omiso a la decisión de su par y continuó aprovechándose del sistema hídrico.
La Paz defiende que el Silala es una reserva hídrica de aguas subterráneas, humedales y manantiales, canalizadas artificialmente hacia territorio chileno tras un acuerdo firmado en 1908 que ya expiró, y añade que el país vecino las usa de manera ilegal y abusiva, sin pagar un centavo por ello.
El equipo jurídico nacional e internacional que representa a Bolivia en el proceso del Silala, tiene hasta el 3 de septiembre para presentar la contramemoria, con todos los argumentos y pruebas que demuestren sus posiciones.
Según dispone el Derecho Internacional, cuando la Corte se pronuncie, sus fallos serán definitivos y de cumplimiento obligatorio; en tanto, eventualmente, se puede acudir al
Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas para que estos no sean vulnerados.
Pero, amén de los procedimientos jurídicos, en diversas ocasiones el gobierno boliviano ha reiterado su predisposición al diálogo, como vía para solucionar los diferendos con su vecino.
El presidente boliviano, Evo Morales, ratificó el pasado lunes en conferencia de prensa, su interés de que estos litigios sean resueltos por la vía diplomática.
Reveló que días antes la Cancillería recibió un comunicado desde Santiago de Chile para analizar algunos asuntos bilaterales.
«Ojalá esto nos pueda facilitar el diálogo con la hermana República de Chile», resaltó Morales.
Al referirse a la reivindicación marítima, remarcó: «lo que nosotros estamos pidiendo es que Chile cumpla con todos sus compromisos, con todos sus ofrecimientos, que cumpla con las propuestas que hizo, un diálogo de buena fe; esa es la demanda».
Sin embargo, si las cosas no han cambiado desde marzo -cuando se realizó la última fase de alegatos orales ante la Corte en ese proceso- Chile no comparte igual pretensión.
Para el canciller chileno, Roberto Ampuero, su país está dispuesto a dialogar con Bolivia y escuchar sus necesidades, pero, aclaró, eso no significa que esté obligado a resolverlas.
«Chile siempre ha estado dispuesto a escuchar las necesidades de Bolivia, pero no podemos aceptar todas sus aspiraciones, demandas y planteamientos. Eso no significa que uno tenga que estar obligado a cumplir aquello», dijo entonces a los periodistas presentes en La Haya.
El 30 de junio el mandatario boliviano sostuvo un encuentro en el Vaticano con el papa Francisco, con quien conversó, entre otros, acerca del tema marítimo, y destacó la participación del Santo Pontífice en un posible escenario de diálogo, lo cual se suma a similares intenciones declaradas por otras instituciones y personalidades del mundo.
Según la Real Academia Española, diálogo significa «plática entre dos o más personas, que alternativamente manifiestan sus ideas o afectos» o «discusión o trato en busca de avenencia». Definitivamente, ese sería un camino acertado para dirimir desavenencias.
Como sentenció el canciller Fernando Huanacuni a finales de marzo, tras participar en un encuentro convocado por los jueces de la Corte para reunir de manera social a las delegaciones de ambos países: «Bolivia siempre ha sido consecuente con lo que ha dicho y nosotros lo reafirmamos de manera permanente: venimos de una cultura del diálogo, apostamos por el diálogo».
La Paz, 4 julio 2018
Crónica Digital /PL