Los colombianos siguen soñando con la paz, hoy con más fuerza que nunca, al instalarse oficialmente en Oslo la mesa de diálogo entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) y el Gobierno, según consenso.
Algunos analistas, entre ellos Antonio Navarro, consideran que lo más importante de lo ocurrido en la capital noruega fue la transparencia con la cual las partes manifestaron sus puntos de vista que, a su juicio, preludian posibles escollos en las próximas conversaciones.
Será un proceso complejo, dijo Navarro, sobre todo en lo que se refiere a la solución de un desarrollo agrario integral, primer punto de la agenda que regirá las futuras negociaciones, en noviembre.
Como la gran mayoría de los colombianos quiero que esto salga bien, las condiciones son favorables, agregó.
El presidente de la Fundación Arcoiris, León Valencia, destacó la influencia positiva de la comunidad internacional, mientras la canciller María Angela Holguín manifestó sentirse muy optimista ante el curso del proceso.
Por su parte, el presidente del Senado, Roy Barreras, señaló que no debe sorprender que «la visión política y económica de las FARC-EP sea opuesta a la del Gobierno en muchos temas, porque son distintos los puntos de vista de cada uno de los lados de la mesa».
Para Iván Cepeda, uno de los copresidentes de la Comisión de Paz de la Cámara, «estamos ante un hecho alentador, que es el inicio de la negociación, en el cual las partes han anunciado que no se levantarán de la mesa hasta lograr un acuerdo».
Por supuesto, agregó, es natural que afloren diferencias y enfoques distintos. No va a ser un camino fácil, pero estas conversaciones son la llave para lograr que salga adelante el proceso y se llegue a un acuerdo que ponga fin al conflicto.
La paz alienta en el imaginario diario de los colombianos que, en Neiva, capital del departamento sureño de Huila, salieron a las calles encabezados por una multitud de jóvenes y niños portadores de pancartas con frases alusivas.
La estudiante Nelia Páez manifestó soñar día a día con ese futuro de convivencia pacífica y una sociedad donde no imperen la corrupción ni crisis como referida a los servicios públicos de salud, que abandona a su suerte a los ancianos y a una mayoría de la población, carente de recursos.
Mientras, sectores de desplazados por la violencia en diversas zonas del país reafirman sus esperanzas en una paz negociada, como Aurora Blanco, quien declaró a medios televisivos locales, en el municipio de Malambo, departamento del Atlántico: «Qureremos que nos resuelvan el problema de la tierra de una vez y para siempre».
En Bogotá, muchas personas tararearon hoy Imagine, emblemática canción de John Lennon, en tanto en una escuela próxima al centro histórico capitalino los niños se sumaron al anhelo con un cartel que rezaba: Queremos la paz para que haya amor en Colombia.
Por Anubis Galardy
Bogotá, 19 de octubre 2012
Prensa Latina