El presidente estadounidense, Barack Obama, enfrenta hoy fuertes presiones políticas mientras evalúa la forma en que actuará contra el Estado Islámico (EI) en Siria, para lo cual algunos congresistas insisten en que debe consultar al Capitolio.
Altos jefes del Pentágono analizan con la Casa Blanca las futuras operaciones contra el EI en la zona oriental de Siria, desde donde dicho grupo inició una ofensiva a mediados de junio con la cual «ocupó casi la mitad de Iraq y colocó sus fuerzas a las puertas de Bagdad», señala este miércoles el diario Stars and Stripes.
La Administración trata de neutralizar a los críticos de su estrategia contra el EI, y con tal fin voceros no identificados del Ejecutivo dijeron la víspera a varios medios de prensa que Obama autorizó por primera vez la realización de vuelos de espionaje contra Siria como preámbulo a ataques contra objetivos de los yihadistas.
Este problema es muy complejo porque cualquier revés en esas operaciones «pudiera beneficiar al Gobierno del presidente Bashar Al Assad», dijeron al periódico dos funcionarios del Departamento de Defensa.
La Casa Blanca, sin embargo, tiene aún que solicitar una propuesta formal para las operaciones, y existe frustración en el mando militar estadounidense por las vacilaciones del mandatario.
En ese sentido, el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, declaró este martes que los estadounidenses merecen «un plan integral y claro para revertir la expansión del terrorismo».
En respuesta a Boehner, Obama dijo ayer en su intervención ante la Convención de la Legión Americana, la mayor organización de veteranos de guerra del país, que el enfrentamiento al EI requerirá más que ataques militares y explicó las gestiones que ha hecho la Casa Blanca para lograr un Gobierno más inclusivo en Bagdad.
Entretanto, el congresista demócrata John Larson llamó a sus colegas a interrumpir el receso legislativo en vigor hasta el 8 de septiembre, y regresar a Washington para considerar «la difícil situación en Iraq, en momentos en que el Presidente Obama evalúa algunas opciones de respuesta».
Según Larson, no está claro si el mandatario necesita permiso del Congreso para atacar a Siria, pero es un deber de los legisladores evaluar esa posibilidad ante la gravedad de los acontecimientos y si es necesario votar sobre la autorización del uso de la fuerza.
«No hay dudas de que los estadounidenses están cansados de la guerra, pero debido a la gravedad de la coyuntura actual, sus representantes electos deben estar en Washington para trabajar en este tema», añadió.
Desde el 8 de agosto pasado, la aviación militar norteamericana ha realizado alrededor de un centenar de ataques aéreos contra objetivos de los yihadistas en Iraq, principalmente en los alrededores de la norteña ciudad de Mosul, pero los insurgentes mantienen su actividad ofensiva.
Washington, 27 agosto 2014
Crónica Digital / PL