El segundo debate entre los tres candidatos de Chile Vamos, representa la peor pesadilla de la derecha. Se dio de forma desordenada, personal, e intensa. Desnuda todas las vulnerabilidades que existen dentro de la coalición. Muestra que la amplia ventaja en las encuestas es más frágil de lo que aparenta ser, y que el escenario favorable para ganar las presidenciales se puede derrumbar sin previo aviso. De las siete presidenciales que se han disputado desde el retorno de la democracia, la de 2017 es la más auspiciosa para la coalición. Nunca ha tenido más posibilidades de ganar que ésta. En las de 1989 y de 1993 ni siquiera consideraron un triunfo. En 1999 estuvieron cerca, con Lavín. En 2005 tuvieron más posibilidades con dos candidatos. En 2009 ganaron con Piñera contra todo pronóstico, y en 2013 se inscribieron como turistas. En comparación, la actual se perfila como un extraordinario año para ganar la elección. En parte porque la mala gestión de Bachelet naturalmente premia a la oposición, y porque Piñera ha usado su imagen para liderar las encuestas. Es decir, se ve favorecida por ser la oposición más fuerte y porque cuentan con el candidato que corre más ventaja. Piñera parecía tener todo bajo control en su coalición, dominando y controlando las aspiraciones de Ossandón y Kast. Incluso había logrado limitar la cantidad de interacciones, para mantener el statu-quo. Pero algo se descarriló. Para muchos ese momento fue el primer debate, cuando el tema central dejó de ser la idea y pasó a ser la persona. La imagen de la coalición ordenada parece haberse desvanecido. La ruda interacción entre los candidatos mostró que tienen los mismos flagelos y vulnerabilidades que todos los demás. Si este primer debate no fuera suficiente, vendría el segundo, y el primer pasaría rápidamente a ser recordado como la punta del iceberg. El fuerte choque entre los candidatos en televisión a nivel nacional confirmó que no todo estaba tan resuelto. Existían las sospechas de que las prospectivas de la derecha era ganar sin mayores dificultades estaban sobre valoradas, el segundo debate lo confirmaría. Se mostró que no existe lealtad entre los candidatos de Chile Vamos. Que el carácter legal vinculante no es suficiente para que los perdedores se alineen, sino que sirve para eliminarlos de la papeleta de la primera vuelta. Evidenció que el primero en carrera puede tambalear, y que reunir la mayoría absoluta para ganar será una tarea magnánima y significativamente más difícil de lo anticipado. Nunca hubo dudas de que Piñera sería el ganador de las primarias. Pero hay una serie de ventajas tangenciales relevantes que se perdieron en el debate; la participación. Es improbable que la proporción de preferencias entre los candidatos hayan variado significativamente, es probable que menos gente acuda a las urnas después de la presentación. Parece haber consenso que el debate no sirvió para atraer a más votantes. Perder votos en las primarias es relevante e incluso podría llegar a ser decisivo. Una utilidad de las primarias es fidelizar  […]

Hugo Fazio Rigazzi, presidente de CENDA, ha estimado necesario dar una lección de ética al Banco Central, del que fuera vicepresidente. Su figura venerable ha concurrido hasta La Moneda y el BC, a entregar personalmente un estudio que refuta tajantemente un reciente informe del instituto emisor al gobierno, en el cual ha pretendido descalificar el esquema de pensiones de reparto y recomendado destinar al ahorro la totalidad o la mayor parte del cinco por ciento adicional de cotizaciones propuesto por el gobierno. “El Banco Central la está desinformando —ha advertido Fazio a la Presidenta Bachelet— ¡los salarios no se tocan, ni un peso más al ahorro forzoso!”. El estudio de CENDA demuestra que las recomendaciones del referido informe del BC, que fuera presentado con gran despliegue publicitario en enero pasado, son erróneas, inviables y cuestionables desde el punto de vista moral y político, puesto que su recomendación de destinar las nuevas cotizaciones al ahorro no mejora las pensiones actuales ni tampoco hasta el año 2050, pero en cambio incrementa extraordinariamente el ahorro forzoso desde el primer mes. El ahorro forzoso que se impone exclusivamente a los trabajadores puesto que la cotización sólo se exige íntegramente a quienes ganan menos de dos millones de pesos al mes, suma ya dos terceras partes del fondo de pensiones. El dinero es traspasado íntegramente y de inmediato al sistema financiero y no será devuelto jamás debido al constante superávit corriente entre cotizaciones y subsidios, y pensiones pagadas. La recomendación del BC lo mantiene e incrementa extraordinariamente y desde el primer momento, sin mejorar las pensiones en nada durante décadas. Como demostró el premio Nóbel Franco Modigliani, ello sucedería aún en el hipotético caso que cada afiliado recupere íntegramente lo ahorrado, lo que tampoco sucede debido al elevado costo del sistema. En otras palabras, la llamada “capitalización individual” es un mecanismo que necesariamente va traspasando una masa creciente de salarios a la “industria” financiera, que ésta no devolverá jamás. Ello constituye una inmoralidad porque la base del pacto social en cualquier sociedad, es que la reposición y modernización del aparato productivo —también la educación— deben ser financiadas íntegramente por la élite con cargo al excedente de explotación, cuya apropiación legitima precisamente al cumplir este requisito. Nunca por los trabajadores con cargo a sus salarios, que deben respetarse sagradamente y destinarse íntegramente a sostener con un mínimo de dignidad a sus familias, incluidos sus viejos. El ahorro forzoso es inmoral aún si fuera destinado íntegramente al ahorro nacional, lo que tampoco sucede en el sistema de AFP, que transfiere el grueso fuera del país y se queda con la parte del león en forma de comisiones y primas netas. El informe del BC basa su conclusión contraria al reparto en una metodología que consiste en calcular el flujo de caja de dicho esquema, la misma que utiliza la propuesta Bravo-C para demostrar que sólo con cotizaciones se pueden sostener hasta el fin del siglo pensiones el doble de las actuales en relación a los salarios. Sin […]

Probablemente no hay más alabanzas, agradecimientos y palabras de cortesía que se puedan decir. Se agotaron las maneras de expresarlo. Nuestros jugadores no sólo son valientes y aguerridos, tienen una convicción mental inigualable. Son la mejor generación de futbolistas chilenos de la historia, con toda certeza. Es fácil quedarse con la heroica imagen de Claudio Bravo y Charles Aránguiz. El monumento en la plaza de Buin y Puente Alto sería poco, considerando en qué diablos vamos a hacer cuando se nos vayan. El equipo entero mostró unas terribles ganas de vencer como fuera, y la superioridad se plasmó en gran parte de los 120 minutos de juego. El capitán y el príncipe exhibieron garantías sin vencer de una “calidad” como pocas. Las piernas no daban, las buenas ocasiones no entraban, hasta un penal -del porte del billetito que gana la FIFA con estos torneos- no quisieron cobrar. El doble palo de Arturo Vidal y Martín Rodríguez evocaba la imagen de hace 3 años exactos: Mauricio Pinilla estrellando el balón en el travesaño ante la desesperanzada mirada de Júlio Cesar. Aquella batalla épica en el mundial de Brasil 2014 dejó lecciones y desenlaces dulces en los dos títulos obtenidos en Chile y Estados Unidos. Y hoy, cuando los penales nos daban una sensación que tendía al positivismo, el coraje le ganó a todo. La proposición de un juego valiente derrotó a lo mediocre, teniendo a la figura superlativa en Europa, la cual no fue capaz de marcar diferencias. El fútbol de Portugal no me gusta, no se condice con sus baluartes, es oportunista, se conforma con poco… seguramente estoy demasiado influenciado y acostumbrado a que Chile tome el riesgo. Tener resultados con esa filosofía en la actualidad es complejo, pareciera que mientras más evites la posesión del balón peor te va a ir, y justamente la desmitificación de ese aspecto hace a la selección un conjunto tan irradiador de empatía. La verdad importa poco quién enfrente a Chile en la final, pues será un duelo difícil: Alemania, como se evidenció en la segunda jornada del Grupo B, o México, país que necesita una revancha contra la selección. Soy hincha de un equipo sin muchas vitrinas, por lo que la selección me ha dado cuantas alegrías he querido. He sido egoísta al pedirles más, he sido insensato al amargarse por no ganarlo todo y he sido mezquino en ocasiones a la hora de creer, porque la fe en sí mismos los tiene donde están. Por todo esto les pido perdón. Démosle las gracias a los prolongadores -chaqueteros- del eurocentrismo, por darnos la razón de ser rebeldes, de pelearla hasta el final, de empaparnos de nuestro grupo de guerreros. Independiente de lo que pase el domingo, gracias por tanto muchachos. El orgullo jamás se acabará. Algún día podré mirar hacia atrás y esbozar una alegría no tan grande como sus corazones. En varias ocasiones demostraron su capacidad de dejar la vida, no pierdan el sueño… Por Vicente Vásquez Feres Estudiante de periodismo Universidad […]

El muy tardío e insuficiente Plan de Reconocimiento y Desarrollo de la Araucanía es una iniciativa del gobierno de Michelle Bachelet que naturalmente no va a contar con el apoyo del pueblo mapuche y sus organizaciones, como tampoco representará un avance muy importante en el logro de la paz en los territorios ancestrales de nuestro pueblo fundacional. A pesar de los cinco siglos en que los mapuches han sido discriminados y acosados por los colonizadores de ayer o del presente, su heroica y conmovedora resistencia gana reconocimiento universal, como la creciente comprensión y adhesión de nuestro país. Los chilenos empiezan a descubrir, por fin, la historia real del genocidio descargado sistemáticamente por nuestros gobernantes para desconocer la legítima propiedad de los mapuches al sur del BIo BIo, la que fuera  reconocida por el Tratado de Quilín y, luego, por los fundadores de nuestra República. Cuando nos sacudimos de las mentiras históricas que pretendieron que reconociéramos como héroes a aquellos genocidas de la mal llamada Pacificación de la Araucanía, que despojara a los mapuches de sus tierras, los dejaran confinados en “reducciones” y asesinaran a miles de integrantes de una etnia que hasta hoy se niega a morir, renunciar a su cultura y a sus derechos humanos. Cuando personajes como Vicuña Mackenna y otros se referían a los mapuches como una raza salvaje, de vil naturaleza que había que exterminar por el terror o someterlos a una cruel domesticación. Más de doscientos años en que el Estado chileno asumió respecto del pueblo mapuche una política de exterminio que ha superado en ferocidad al de la de los conquistadores españoles y actualmente causa estupor en un mundo que ha arreglado definitivamente  muchos conflictos de esta naturaleza, permitiendo que los pueblos nativos puedan convivir en paz con los que llegaron después a sus dominios. Es vergonzoso que nuestro país haya preferido el camino de someter a nuestros pueblos indígenas en vez de convivir con ellos y tenerlos como aliados, después de su reconocida acción para liberarnos del dominio español. Por el contrario, lo que han querido nuestros gobiernos y ejércitos es someter forzadamente a nuestra nacionalidad a pueblos que tienen mayor data de identidad que nosotros. Toda vez que sabemos, y ya es reconocido por todos los historiadores y antropólogos, que en Chile primero tuvimos estado antes que nación. Y siempre se ejerció la fuerza, más que la razón, a lo largo de toda nuestra trayectoria de país independiente. De lo que dan cuenta nuestros constantes e insensatos conflictos internos como con nuestros países vecinos. Aunque ya tenemos pueblos autóctonos hechos desaparecer totalmente en el norte y sur del país, los mapuches se resisten al cometido de nuestros sucesivos gobiernos y,  aunque su población se haya reducido dramáticamente en tamaño e influencia, su lucha logra por fin un amplio reconocimiento universal. Muy poco efectivas fueron las inmigraciones europeas traídas a Chile para poblar sus territorios y “mejorar la raza”, como se decía y se escribía para justificar el terrorismo de estado ejercido sin […]

La desigualdad es un tema de preocupación permanente por los efectos que conlleva en términos del crecimiento y desarrollo de los países. En Chile, desde luego, los temas de desigualdad económica y social son parte de la discusión y de estudios permanentes que buscan clarificar la situación real y de proponer alternativas de mejora. En la misma línea, la reciente publicación del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), “Desiguales: orígenes, cambios y desafíos de la brecha social en Chile”, aborda el fenómeno de la desigualdad desde diferentes perspectivas. Por lo mismo, llama la atención que no dedique un apartado a la desigualdad de género, siendo que la OCDE ha señalado que ese es uno de los problemas que se manifiesta con mayor fuerza en el mercado laboral chileno. A pesar de qué en los últimos años las mujeres han aumentado su participación en el mercado laboral, aun sigue siendo baja, persisten brechas salariales y su representatividad en cargos altos dista de mostrar avances significativos en términos de igualdad. La brecha entre hombres y mujeres se aborda tangencialmente a lo largo del estudio del PNUD para señalar aspectos como las diferencias salariales que, aún cuando han disminuido en las últimas décadas, se mantiene en promedio un 16% por debajo de los hombres. Trayectorias laborales interrumpidas producto de la maternidad, la desvalorización del trabajo femenino o la duplicidad de roles que asume la mujer pueden ser algunas de las razones de tales diferencias. Adicionalmente, las mujeres se muestran más inseguras de poder cubrir sus necesidades básicas al jubilar, dada la desigualdad en sus pensiones respecto de los hombres. Un análisis de la desigualdad, debiera enfatizar en la perspectiva de género, sobre todo cuando muchas organizaciones han incorporado esta mirada al reconocer que el aporte de la mujer es fundamental para el desarrollo. ¿Es posible avanzar en la igualdad, sin abordar con mayor profundidad la brecha de género tan presente en nuestro país? Por Catalina Maluk Decana Facultad de Economía, Universidad Central Santiago de Chile, 28 de junio 2017 Crónica Digital

En el impactante y conmovedor documental de Patricio Guzmán, el realizador se pregunta respecto de cómo, Salvador Allende, pudo ser un revolucionario y un demócrata a la vez. Cómo, este luchador social y líder popular encarnó un proyecto histórico estrechamente vinculado al ideario legado por la Revolución Francesa: el ideario republicano. Y cómo, desde las ideas socialistas, vinculó el proyecto emancipador chileno, a un recorrido democrático que llena varias décadas de luchas sociales y políticas en nuestro país. De hecho, Allende es el mejor y más avanzado exponente de un proceso histórico en el que se entronca la Democracia y la República; la Independencia y el Estado Nacional Soberano; el Socialismo y la lucha antimperialista; todos conceptos que en la mecanicista y principista izquierda chilena, del período de la Unidad Popular, con expresiones de izquierda y de derecha, no alcanzaron a ser asimilados como formas políticas concretas para el período revolucionario que le tocó protagonizar. Sin embargo, esta riqueza del pensamiento y la acción de Salvador Allende, continúan siendo un vacío en buena medida intencional. Porque parece ser que, en la reconstrucción de la historia, más importa quedar ‘bien parados’ a quienes fueron principales gestores de una derrota histórica. Entonces viene las caricaturas de Allende: el demócrata ingenuo; el que murió con un fusil en las manos y punto, sin contexto alguno; el que no supo tomar por asalto el poder, al estilo clásico; el que no pudo evitar la polarización y fue superado por ella; en fin, hay varias más, depende del lugar, la postura y la ubicación que se tenía en ese clave período del proceso chileno. La hipótesis que aquí se expone, busca señalar que ese recorrido y ese proyecto de Allende tienen continuidad hoy y hacia el futuro. Dicho de otra forma, el proyecto emancipador que encabezó Allende, es un proyecto inconcluso, pero no derrotado. Por tanto, vigente como proyecto político, y no necesariamente como programa de gobierno, el cual corresponde realizar a las nuevas fuerzas que están por las transformaciones y la profundización de la Democracia, hasta su realización plena, en el Socialismo. En este estricto sentido, la agudeza de la política de la Revolución Democrática contiene el legado allendista, en la medida que es continuidad. Sin embargo, si a esa política de Revolución Democrática se le mira como una construcción estática, de ‘saltos’, se comete el mismo error de quienes en el período de la Unidad Popular no alcanzaron a captar y realizar un proceso inédito, único, singular, como lo son en verdad todas las revoluciones populares verdaderas. ¿Se puede defender un proceso de tal naturaleza con formas de lucha incluso violentas?. No solo se puede, se debe defender. La legitimidad de tal acción radica en varios aspectos: 1) La defensa del estado de derecho y de una constitución política vigente, cuya base era el Soberano. En tal sentido, quien rompe ese estado constitucional en Chile, son las fuerzas civiles y militares golpistas. La cúpula de la Democracia Cristiana, con el apoyo de la […]

Franco Modigliani, nacido en Roma en 1918 y fallecido en Nueva York el 2003, fue un economista ítalo-estadounidense que ganó el premio Nobel de Economía en 1985. Tuvo que abandonar su país natal en 1939 debido a sus orígenes judíos y a sus ideas antifascistas que mantuvo toda la vida, durante la cual junto a otros distinguidos economistas confrontó la perversa unilateralidad neoliberal que obscuros intereses elevaron a nivel de dogma universal en décadas recientes. Contribuyó con dos ideas fundamentales a la ciencia económica: Junto con Merton Miller, demostró que si cumplan una serie de supuestos es indiferente para la empresa financiarse mediante la emisión de acciones (financiación propia) o deuda (financiación ajena). También, junto a su alumno Richard Brumberg, explicó la aparente paradoja que hace posible que un grupo de personas de número y/o ingresos crecientes que ahorran voluntariamente durante su vida activa para luego lo gastar íntegramente lo ahorrado durante sus años pasivos, al agregarse generan una masa de ahorro siempre creciente. No me extrañaría que le hubiese alegrado saber que el segundo de sus aportes puede llegar a jugar un papel relevante en el remoto Chile de hoy, para terminar de una vez por todas con uno de los abusos más odiosos de la dictadura de Pinochet, implantado por un extremista neoliberal demenciado, y sostenido hasta hoy por los mismos que han profitado de modo obsceno gracias al predominio de las ideas neoliberales: el inmoral mecanismo de ahorro forzoso que recibe el pomposo título de “esquema previsional basado en la capitalización individual” o sistema de AFP. Éste es un mecanismo impuesto por el Estado mediante el cual el gran empresariado y particularmente la “industria” financiera, extraen regularmente una parte de los salarios del conjunto de los trabajadores, una gigantesca masa de dinero contante y sonante que utilizan en su beneficio, que crece constantemente y no devolverán jamás. Funciona igual que las estafas piramidales o Ponzi, puesto que paga magros beneficios a los primeros enrolados con una parte muy menor de los aportes forzosos de las nuevas víctimas, mientras el grueso de éstos se van acumulando en un fondo siempre creciente, administrado por el sector financiero que resulta el principal beneficiado con el esquema. El mecanismo que ha obligado a los trabajadores —el descuento íntegro se impone sólo a los que ganan menos de 2 millones de pesos al mes— a contribuir un tercio del ahorro nacional bruto según reconoce el Banco Central es bien sencillo, consiste en mantener a perpetuidad un cuantioso excedente en el flujo de caja mensual neto entre las cotizaciones previsionales recaudadas y el aporte del sistema privado de pensiones al pago de éstas. El sistema de AFP asegura un cuantioso excedente en el flujo de caja neto de cotizaciones recaudadas, las que sumaron $6,3 billones en los 12 meses a abril del 2017, en pesos de ese mes, menos las pensiones que autofinancia, que sumaron $1,5 billones en el mismo período, luego de descontar a las pensiones pagadas, que sumaron $2,9 billones, los […]

En el lenguaje de la política, resulta muy habitual reconocer los atributos del liderazgo en los gobernantes más destacados. Un buen líder es el que es capaz de convencer  al pueblo o a sus seguidores respecto de lo que él o ella piensa y le conviene al país. Liderazgos como el de Mao Tze Tung, Gandhi, Willy Brand, Hemut Kohl (que acaba de fallecer) Fidel Castro y el de la propia Margaret Thatcher nos reconocidos por sus seguidores o detractores, además de aquellas figuras religiosas o morales que marcan historia para bien o para desgracia de las naciones. Con la palabra “caudillo”, sin embargo, se denomina más bien a aquellos líderes que fueron considerados nefastos, como lo fueron un Franco, en España, el propio Pinochet y casi todos los dictadores de América Latina. Sin embargo, también hay líderes de los cuales la convicción está dividida y persistirá así respecto de su papel en la historia. Como puede ocurrir con el propio Lenin y Napoleón; o con un Diego Portales (en el caso nuestro) y otros como Juan Domingo Perón, al otro lado de los Andes. A Salvador Allende o Eduardo Frei Moltalva también se les reconoce liderazgo, pero sobre todo se los considera estadistas muy intuitivos, capaces de sostener ideología y defender un programa de acción al abrigo de las reformas que claramente reclamaba la sociedad chilena y que lograron interpretar con brillo y constancia. A todos nuestros padres de la Patria, como Bolívar, San Martín, O´Higgins y otros nadie podría negarles su gran liderazgo y consecuencia política, aunque éstos y otros como ellos terminaran en el ostracismo y hasta repudiados por sus propios pueblos. Calumniados y vituperaos como siempre por los resentidos y mediocres, por los topos que siempre pululan en la política y la vida social. Y muchas veces hasta intentan escribir la historia y darse el título de periodistas.d Quizás uno de las situaciones más lamentables de nuestra realidad política sea la de esos destacados líderes que prefirieron cambiar de rumbo o someterse a las disciplinas de los partidos, las vicisitudes electorales o simplemente se hayan decepcionado ante fenómenos tan extendidos como el de la corrupción. Debemos señalar que a los potenciales líderes siempre se los trata de embolinar con las contingencias y aquellos “cantos de sirena” que alimentan su sobreestima. Hemos comprobado, en este sentido, cómo algunos dirigentes estudiantiles, que tuvieron todo en sus manos para irrumpir con fuerte liderazgo y credibilidad moral, prefirieron aceptar cargos y ser cooptados por la llamada clase política que siempre y en todas partes teme de las figuras jóvenes o de la sabia nueva. Ninguna otra generación de dirigente, como ellos, fue capaz de convocar tantas voluntades y provocar masivas movilizaciones en torno a sus ideas y evidentes carismas; por lo mismo es que fueron tentados por los viejos políticos cuyo principal objetivo es medrar del poder, más que cambiar el mundo. Si la política en este momento es “chata”, no logra encantar al pueblo y los procesos electorales son […]

Resulta indesmentible  que la reciente cuenta pública de la presidenta Michelle Bachelet no fue sólo el cumplimiento de un mandato jurídico. Fue mucho más que eso, al punto que un conocido comentarista al que nadie podría calificar de ultraizquierdista lo llamó  “ la gran victoria de Bachelet ”. Es que el Mensaje del 1° de junio fue una contundente síntesis de lo realizado por su gobierno, el gobierno de la Nueva Mayoría, realidad signada por haber instalado públicamente los temas fundamentales que la sociedad chilena necesita enfrentar para cambiar el modelo económico y político y social impuesto mediante la fuerza por la dictadura. Pero no sólo por haber puesto en el centro del debate esos cambios, sino además por haber realizado una parte de dichas transformaciones indispensables. No es que no hayan hecho nada los anteriores gobiernos elegidos democráticamente cuando Pinochet abandonó voluntariamente La Moneda. Hay hechos que reconocer, sin  duda. Pero lo objetivo es que no se enfrentó las cuestiones de fondo atingentes a la estructura socioeconómica de Chile. El dictador siguió además como comandante en jefe del ejército y luego como ¡¡senador vitalicio!! De no haberse presentado la querella en su contra en enero de 1998 quizás hasta cuando hubiera sido senador. Tampoco sostenemos que los cambios realizados por este gobierno de Michelle Bachelet hayan sido todos perfectos. Hubo dificultades y errores. Algunos por diferencias internas, pero las más por el peso que todavía mantiene la derecha dura y conservadora en los organismos del Estado a los que corresponde la creación de las leyes. Con todo, las dos horas de la cuenta pública de la Mandataria dejan absolutamente en claro el cumplimiento de buena parte del programa de su gobierno y de su firme convencimiento y voluntad en el sentido de que la marcha por los cambios no se detendrá, que no hay vuelta atrás y que el país necesita y quiere progresar pero en el sentido de que progrese y prospere la gran mayoría de la sociedad, no sólo los conocidos pocos de siempre. Entre sus categóricas reafirmaciones, dijo ese día: “ Estoy aquí con la convicción y el orgullo de quien ha recibido la misión de liderar transformaciones que no podían esperar más ”. “ Hoy le hablo a un Chile distinto y mejor que al que pude ver hace 3 o 4 años ”. “ Podrán cambiar los gobiernos pero no puede detenerse una historia impulsada por la fuerza de un país entero. Por eso quiero llamarlos a todos a hacerse parte en la construcción de Chile… ”.  Son algunas frases del Mensaje de la Presidenta que hasta El Mercurio destacó en primera página al día siguiente. No podía ser de otro modo. Al fin y al cabo se  trata del gobierno que, por fin, puso fin al espúreo sistema electoral binominal, absolutamente antidemocrático. De ahora en adelante los procesos electorales tendrán cauces limpios, proporcionales. Pero además creó nuevos y fundamentales órganos estatales como el ministerio de la Mujer y la Subsecretaría de Derechos Humanos. […]

El recién pasado 9 de junio ha sido, conforme ordena el Artículo 75 de la Carta Política, publicada en el Diario Oficial la Ley N°21.012 que “Garantiza seguridad de los trabajadores en situaciones de riesgo y emergencia”, por medio de la incorporación de un solo nuevo artículo a la sistematización del Código del Trabajo: el nuevo Artículo 184 BIS. Su novedad está dada porque una lectura atenta de los incisos 2° y 3° del nuevo artículo lleva a observar que ellos consagran literalmente: “(…) el trabajador tendrá derecho a interrumpir sus labores y, de ser necesario, abandonar el lugar de trabajo cuando considere, por motivos razonables, que continuar con ellas implica un riesgo grave e inminente para su vida o salud. El trabajador que interrumpa sus labores deberá dar cuenta de ese hecho al empleador dentro del más breve plazo, el que deberá informar de la suspensión de las mismas a la Inspección del Trabajo respectiva. / Los trabajadores no podrán sufrir perjuicio o menoscabo alguno derivado de la adopción de las medidas señaladas en este artículo, y podrán siempre ejercer la acción contenida en el Párrafo 6° del Capítulo II del Título I del Libro V del Código del Trabajo”, lo que viene a promulgar en nuestro Derecho Laboral chileno tres institutos innovadores: a) El Derecho a resistir el trabajo en condiciones inseguras; ii) Que la calificación de las condiciones inseguras reside, autónomamente, en los trabajadores; y iii) Que tanto la resistencia, como su calificación, son derechos que pueden ejercerse colectivamente. El Derecho del Trabajo chileno, caracterizado por la híper individualización de sus relaciones, por medio de este nuevo artículo autoriza la decisión colectiva de resistirse a cumplir con la jornada contratada cuando, en concepto de los propios trabajadores, las condiciones de desempeño sean inseguras para sus vidas o salud, lo que rompe con la tradición iniciada en el Plan Laboral de 1979 de reducir al mínimo las posibilidades de acción colectiva de los trabajadores. La nueva legislación avanza aún más, puesto que al entregar la titularidad del derecho de resistencia o interrupción al trabajador o colectivo trabajadores, hace excepción también del carácter mediatizado que tienen, por regla general, los derechos laborales en Chile, toda vez que permite su ejercicio autónomo y sin consecuencias perniciosas para los mismos, imponiendo un deber de abstención para el empleador, que disminuye significativamente sus poderes punitivo-laborales; y otro deber de fiscalización para la Dirección del Trabajo y sus Inspecciones. En síntesis, es, quizás, una respuesta tardía, pero técnicamente muy adecuada al drama de los 33 mineros de Atacama, y, ciertamente, el reinicio de la Autonomía Colectiva Laboral, un giro copernicano en la materia.   Por Leonardo Holgado V. Abogado laboralista. Santiago de Chile, 19 de junio 2017 Crónica Digital

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