Por Marcel Garcés Muñoz El abrumador triunfo dado por la ciudadanía a  Gabriel Boric es la victoria de la esperanza, de un proceso de cambios que encuentra un camino histórico, de la movilización de la juventud, del pueblo chileno, de sus mujeres, de las minorías sexuales, de los pueblos originarios, de la fuerza de la calle, de la protesta y la movilización,  de la rebeldía ante la injusticia del modelo, de las demandas sociales (salud, educación, trabajo digno), de la exigencia de defensa y respeto a los derechos humanos, y de una perspectiva de futuro hecha carne en una rebeldía colectiva, creadora, de una tradición de lucha democrática, de la creatividad cultural y de la maduración de las demandas más profundas de las masas. Es también la comprensión por la ciudadanía de la necesidad urgente de la unidad social y política de las fuerzas del cambio, de la renovación de los partidos y de la eclosión  de nuevos liderazgos así como de la necesidad y oportunidad histórica de los cambios, la hora de hacer realidad los sueños y demandas que han madurado tras años de luchas populares, de combates sociales, de sacrificios y tanta sangre derramada a lo largo de la historia nacional. Es también la enseñanza  de la rebeldía de las generaciones jóvenes, en combinación con la experiencia acumulada por quienes entregaron sus esfuerzos y hasta sacrificaron sus vidas, en batalla épicas de las masas populares, de los trabajadores y luchadores sociales, y que escribieron antes páginas de la historia  de la lucha social, por la democracia, generando experiencia, organización, tradición y sueños de futuro. El abrumador triunfo de Boric, es por otro lado, la derrota de quienes pretendieron utilizar el miedo, el terrorismo, la calumnia, la vileza, el oscurantismo como armas de una versión  criolla de la “Guerra Fría”, buscando imponer la falacia de una falsa disyuntiva entre, “democracia, libertad y comunismo”, para disfrazar sus oscuros intereses y propósitos de falsear la objetiva, real y  presente  realidad de un modelo fracasado en lo político, económico, social y cultural. Así se escribió una nueva página en la historia del país y es de esperar que ello signifique un nuevo ciclo político y social. Se trata de un nuevo inicio, y habrá que transitar la celebración multitudinaria nacional, el triunfo electoral y político y social, – que justamente desató la alegría, la esperanza, los sueños colectivos de cambio- e instalar el camino de la construcción de esa esperanza, la materialización responsable de las demandas populares. Aquí habrá que mantener firme el pulso, generar una amplia y responsable alianza político social, que protagonice los próximos pasos, y le dé conducción estratégica al proceso que  se inicia que el pueblo ha propuesto en sus luchas y ganado en los procesos político y electorales. Un rol central en este esfuerzo será la organización, la acción, el acompañamiento  del pueblo organizado, quizás una forma o expresión nueva, colectiva, de la voluntad popular, al que deberá entregarse un rol social  determinante. Desde luego, ya han aparecido  algunos “bien intencionados”, como el propio presidente en ejercicio, Sebastián Piñera, […]

Por Marcel Garcés Muñoz* El abrumador triunfo dado por la ciudadanía a  Gabriel Boric es la victoria de la esperanza, de un proceso de cambios que encuentra un camino histórico, de la movilización de la juventud, del pueblo chileno, de sus mujeres, de las minorías sexuales, de los pueblos originarios, de la fuerza de la calle, de la protesta y la movilización,  de la rebeldía ante la injusticia del modelo, de las demandas sociales (salud, educación, trabajo digno), de la exigencia de defensa y respeto a los derechos humanos, y de una perspectiva de futuro hecha carne en una rebeldía colectiva, creadora, de una tradición de lucha democrática, de la creatividad cultural y de la maduración de las demandas más profundas de las masas. Es también la comprensión por la ciudadanía de la necesidad urgente de la unidad social y política de las fuerzas del cambio, de la renovación de los partidos y de la eclosión  de nuevos liderazgos así como de la necesidad y oportunidad histórica de los cambios, la hora de hacer realidad los sueños y demandas que han madurado tras años de luchas populares, de combates sociales, de sacrificios y tanta sangre derramada a lo largo de la historia nacional. Es también la enseñanza  de la rebeldía de las generaciones jóvenes, en combinación con la experiencia acumulada por quienes entregaron sus esfuerzos y hasta sacrificaron sus vidas, en batalla épicas de las masas populares, de los trabajadores y luchadores sociales, y que escribieron antes páginas de la historia  de la lucha social, por la democracia, generando experiencia, organización, tradición y sueños de futuro. El abrumador triunfo de Boric, es por otro lado, la derrota de quienes pretendieron utilizar el miedo, el terrorismo, la calumnia, la vileza, el oscurantismo como armas de una versión  criolla de la “Guerra Fría”, buscando imponer la falacia de una falsa disyuntiva entre, “democracia, libertad y comunismo”, para disfrazar sus oscuros intereses y propósitos de falsear la objetiva, real y  presente  realidad de un modelo fracasado en lo político, económico, social y cultural. Así se escribió una nueva página en la historia del país y es de esperar que ello signifique un nuevo ciclo político y social. Se trata de un nuevo inicio, y habrá que transitar la celebración multitudinaria nacional, el triunfo electoral y político y social, – que justamente desató la alegría, la esperanza, los sueños colectivos de cambio- e instalar el camino de la construcción de esa esperanza, la materialización responsable de las demandas populares. Aquí habrá que mantener firme el pulso, generar una amplia y responsable alianza político social, que protagonice los próximos pasos, y le dé conducción estratégica al proceso que  se inicia que el pueblo ha propuesto en sus luchas y ganado en los procesos político y electorales. Un rol central en este esfuerzo será la organización, la acción, el acompañamiento  del pueblo organizado, quizás una forma o expresión nueva, colectiva, de la voluntad popular, al que deberá entregarse un rol social  determinante. Desde luego, ya han […]

Por Marcel Garcés Muñoz Los chilenos estamos convocados este domingo 19 de diciembre de 2021 a una definición histórica entre la perspectiva de un proyecto de renovación , profundización  de la democracia y del desarrollo social, en un camino de progreso, justicia social y protagonismo ciudadano y popular en la construcción de sus destinos y la regresión neofascista que pretende  retrotraer al país y la sociedad a los peores momentos de la dictadura pinochetista, al imperio del neoliberalismo y un escenario de conservadurismo, violencia y terrorismo represivo de Estado, según el conocido modelo norteamericano de la Guerra Interna. La contradicción está representada , de una parte, por la candidatura presidencial de Gabriel Boric,  representante de una nueva generación de políticos progresistas, audaces, creadores, independientes de los viejos lastres del siglo 19, de la confrontación Este-Oeste, libres  de la argumentación  pretendidamente  fundamentalista de la Guerra Fría, y de la retórica dogmática, que dividió el campo de la izquierda  y que avanzan en un proyecto político, esencialmente humanista, que nos da tareas, objetivos de liberación y sueños, y un modelo histórico, social y económico,  a construir. Pero no nos engañemos. Y en ello consiste el alerta, el llamado a organizarse, a comprometerse hoy por el simple, pero fundamental gesto de participar activamente en nuestro camino al futuro: Votar este 19 de diciembre es un gesto de  ciudadanía de vocación democrática, de decisión por el futuro de nuestro país, de nuestros hijos, nietos, de las generaciones venideras. En definitiva de valentía y determinación. Convirtámoslo en un acto de rebeldía, de resistencia a los enemigos de ayer.- la dictadura-, de hoy el neofascismo- de mañana, del conformismo, de la inacción, o de la complicidad, frente a un modelo cultural, económico, social represivo, terrorista, que pretende nuevamente como en la historia, imponerse en el poder economico, político., cultural e institucional. La candidatura de José Antonio Kast, cuya nombre y presencia recuerda al mayor proyecto criminal de la historia contemporánea, el fascismo alemán de Adolf Hitler, sus cámaras de gases, sus campos de concetracion y de extermino en toda Europa, el paso de sus tropas invasoras que amenazaron el mundo y la democracia, los derechos humanos, y ensangrentaron la tierra entera, es una amenaza real, una advertencia de que el Imperio, utiliza a sus instrumentos y esbirros, en una guerra contra la democracia, los derechos humanos, que siguen en las ordenes del día de sus fuerzas militares y agencias de inteligencia globales. No es un secreto para nadie en Paine, donde se registró el mayor porcentaje de chilenos asesinados por habitante, se trata de 70 chilenos asesinados y desaparecidos, tras el golpe militar del 11 de septiembre de 1973, la complicidad del ex oficial nazi, Michael Kast, con la dictadura de Pinochet y sus crímenes, padre de José Antonio Kast, que hoy pretende mostrar una estudiada y entrenado perfil de  pacífico  predicador de la democracia. Su hermano Christian Kast aparece en el proceso sobre esos crímenes, como entusiasta facilitador de vehículos, huésped de festejos con los […]

Por Marcel Garcés Muñoz El candidato presidencial neofacista, José Amtonio Kast, que obtuvo la primera mayoría relativa ( 27.9 por ciento) en la primera vuelta  del domingo 21 de noviembre, ha declarado en su primer discurso tras los comicios, que la  contradicción en Chile es hoy entre “democracia y comunismo”. Semejante afirmación es digna de un admirador de la dictadura de Augusto Pinochet y del jerarca nacional socialista alemán, Adolfo Hitler, que inundaron de sangre y muerte la historia de la humanidad, y debe  alertar a los ciudadanos de Chile, por el sentido criminal y terrorista que encierra, y la amenaza cruenta que se hace a la estabilidad, la paz, la convivencia y el futuro de la institucionalidad democrática nacional. Crónicadigital había alertado en vísperas de la primera vuelta de los comicios presdenciales, que la disyuntiva estaba entre ”democracia y neofacismo”, teniendo en cuenta las amenazas a las libertades, a los derechos ciudadanos, a los derechos humanos, a las demandas ciudadanas , que encerraban los enunciados programáticos y el discurso de Kast y sus émulos del Partido Republicano , el Frente Social Cristiano y las bandas paramilitares que lo postulan. Tras los comicios del domingo 21 de noviembre, y en camino  a la segunda vuelta es mas evidente que nunca que lo que está en juego es precisamente  la contradicción entre un régimen neofacista, terrorista, violador de los derechos humanos y la perspectiva de una democracia, que ponga en el centro precisamente los derechos  de los ciudadanos, el progreso social, el imperio de las libertades, una sólida institucionalidad democrática, una sólida convivencia nacional y un camino de prosperidad, derechos sociales, respeto a los pueblos originarios y las distintas expresiones de la diversidad política, sexual, generacional y cultural. Kast y sus secuaces son  el oscurantismo,  el imperio del terror y el miedo, la persecución a la disidencia, del garrote, el gatillo fácil. Es cuestión de examinar sus antecedentes históricos del facismo y sus cómplices a través de la historia. Como es obvio, el complejo momento político pone de  manifiesto la confrontación de posiciones ideológicas, de las oligarquías  partidistas de la derecha política y empresarial, de los prejuicios, y estereotipos de muchos políticos, de sectores partidistas que reflejan intereses que han llevado al país y a la política, a un callejón sin salida, en su prestigio y perspectivas. Pero en estas circunstancias, aquí nadie “emplaza” a nadie como busca hacer creer, y a veces instalar el montaje permanente y abrumador de la prensa y TV derechista, en lo que a veces colaboran desde la trinchera izquierda. No hace falta ser muy perspicaz pensar que la Derecha- El Mercurio, las organizaciones empresariales, y los poderes facticos- ven en el proceso de recuperación democrática del país, puesto en marcha tras octubre de 2019, el proceso constituyente, el funcionamiento de la Convención Constituyente, una grave amenaza a su modo de ejercer el poder El rostro desencajado, violento de uno de los Barones de la DC, Ignacio Walker, repitiendo desaforado la consigna neofacista de que la […]

Por Marcel Garcés Muñoz Chile y los chilenos viviremos este domingo 21 de noviembre una histórica disyuntiva, una confrontación entre un proyecto democrático de futuro, y la pretensión de devolver el país, al escenario de la violencia, de la guerra interna, del terrorismo, del facismo corriente y confrontación permanente entre la oligarquía y los ciudadanos. Con total desparpajo y  altanería el candidato del pinochetismo, José Antonio Kast, ha reivindicado a su mentor político, su ídolo del “orden social”, la disciplina,  el dictador Augusto Pinochet, y negado al carácter  criminal de su régimen, que él y su familia apoyaron, junto a otros que hoy reivindican su “legado”: el terrorismo de Estado y el imperio del modelo de mercado. Kast señaló en un encuentro con corresponsales extranjeros, que durante la dictadura  de Pinochet, de sus esbirros uniformados y cómplices civiles, políticos y empresariales, no hubo represión, persecución, asesinatos dentro y fuera de las fronteras, exilio  de dirigentes políticos democráticos, opositores a sus fechorías. Tamaña barbaridad, dicha con un rostro interpérrito, casi sonriente, conforme al personaje que sus asesores de imagen le han creado, no solo es una canallada, sino un acto de complicidad con un régimen, una pandilla de asesinos  desalmados, a los que hoy es posible encontrar en cárceles, con condenas judiciales de decenas y hasta cientos de años de prisión, pero también en esferas de derecha política y empresarial, cómplice de esos crímenes. Kast, cuya familia ha sido denunciada judicialmente por sus vinculación con los verdugos de  decenas de campesinos y dirigentes populares en Paine, durante la dictadura de Pinochet, afirmó en declaraciones periodísticas del 15 recién pasado, que durante la dictadura derechista-militar de Pinochet “se hicieron elecciones democráticas y no se encarceló a opositores políticos”, en referencia a sus acusaciones contra el proceso electoral presidencial nicaragüense. Kast, como si no fuera suficiente su historial familiar y político, ya se había hecho notar por su admiración a Pinochet y sus crímenes, el 9 de noviembre de 1917, cuando en declaraciones a TV-13, en medio de una campaña electoral presidencial de la época, aseguró que si Pinochet estuviera vivo, “votaría por mí”. Semejante falsificación de la historia y “negacionismo” frente a los crímenes de la dictadura encabezada por su ídolo, además de la pretensión de sentirse “heredero”, de Pinochet, de quien se presenta como continuador político, no pudo pasar desapercibido. La candidata  presidencial, Yasna Provoste señaló que bajo Pinochet, “se encerró  a los opositores, en Chile se torturó a los opositores, en Chile se hizo desaparecer opositores”. Incluso el candidato derechista-populista, Sebastián Sichel se distanció de  Kast y su pretensión de relativizar los horrores de la dictadura militar derechista de Pinochet, apuntando que no se puede ocultar, ”lo doloroso que fue para miles de chilenos ver vulnerados sus Derechos Humanos, o para una generación completa de no saber lo que era la libertad o las elecciones democráticas”. Conceptos similares  tuvieron  los presidenciales, Gabriel Boric, y Marco Enriquez-Ominami y muchos políticos, victimas de los crímenes de la dictadura y luchadores por los […]

Por Marcel Garcés Muñoz* Nuevamente en Chile,  como en 1973, lo que está en grave riesgo es la democracia y la libertad. La derecha política y empresarial, la oligarquía, los poderes facticos a su servicio, el aparato policial y militar, se disponen a desconocer y si es necesario reprimir las demandas ciudadanas de democracia, progreso, justicia y derechos humanos que maduran en la sociedad, que requiere de cambios, progreso, derechos humanos reales y libertad. Por ahora los campos de batalla son el Congreso,  la Convención Constituyente, la llamada  macro zona de la Araucanía, los tribunales de justicia, el escenario de la estrategia y táctica de las Fuerzas Armadas, la Inteligencia estatal, todo ello en un marco conceptual y político de “Guerra Interna” que está en pleno desarrollo. Los episodios inocultables, de la ocupación militar-policial  en el Walmapu, los ataques militares y comandos de la Marina a manifestaciones de jóvenes, mujeres mapuche con agresiones a niños y ancianos, o pescadores artesanales, aparecen como deliberadas provocaciones, destinadas tanto a reprimir a los “enemigos”, como una práctica para acostumbrar- entrenar- a los uniformados, a nuevos episodios, más violentos y mortales, en el marco de una estrategia de guerra interna. Desde La Moneda, los grupos de poder empresariales, el “segundo Piso”, se parapetan y utilizan al propio Presidente Sebastián Piñera, como portavoz político, operador y manipulador generador de montajes represivos, que aportan y alimentan elementos de propaganda de guerra, y manipulación  sicológica de masas, como parte integrante  de la estrategia de “guerra interna”, que utiliza para encubrir su incapacidad de estadista- lo que siempre ha soñado ser para pasar a la historia nacional. En la zona mapuche, se están aplicando estrategias y tácticas puestas en práctica en Colombia, en la lucha contrainsurgente, cuya doctrina fue elaborada por el Pentágono y la CIA, y que integra en sus supuestos básicos, la supuesta y calumniosa idea de identificar insurgencia, lucha guerrillera- cuyas motivaciones son esencialmente políticas, de liberación, sociales y económicas- con argumentaciones simplificadoras y falsas, sobre una supuesta identificación de lucha guerrillera, violencia, y narcotráfico. Al desatarse la  rebeldía juvenil, popular, feminista, poblacional, ciudadana del 18 de octubre de 2019, Piñera se declaró en una guerra contra “un enemigo cruel e implacable”. Pero luego tuvo que recular e intentan apropiarse de las demandas que motivaron el estallido, y pretender manipular el inevitable proceso de la  discusión por la ciudadanía de una nueva Constitución, y dar paso, a regañadientes, a la Convención Constituyente. Fue contra su voluntad y por ello, la Derecha Política y Económica, olvidándose de las buenas maneras lo obligó, a maniobrar para poner en la agenda política y social de Chile, el desarrollo, bastante mediatizado en su primer momento, de un proceso de búsqueda de una Nueva Constitución, pero poniéndole condiciones, cortapisas, a la expresión ciudadana. Es decir, con “letra chica”, con cerrojos a la real expresión de la voluntad ciudadana, pretendiendo utilizar al Congreso Nacional, a los Tribunales,  a los “especialistas”, a los analistas, a los gremios  empresariales,  para sabotear, desconocer, los […]

Por Marcel Garcés Muñoz. Nuevamente en Chile, como en 1973, lo que está en grave riesgo es la democracia y la libertad. La derecha política y empresarial, la oligarquía y los poderes facticos a su servicio, el aparato policial y militar, se disponen a desconocer y si es necesario reprimir las demandas ciudadanas de democracia, progreso, justicia y derechos humanos que maduran en la sociedad, que requiere de cambios, progreso, derechos humanos reales y libertad. Por ahora los campos de batalla son el Congreso, la Convención Constituyente, la llamada  macrozona de la Araucanía, los tribunales de justicia, el escenario de la estrategia y táctica de las Fuerzas Armadas, la Inteligencia estatal, todo ello en un marco conceptual y político de “Guerra Interna” que está en pleno desarrollo. Los episodios inocultables, de la ocupación militar-policial en el Walmapu, los ataques militares y de comandos de la Marina a manifestaciones de jóvenes y mujeres mapuche con agresiones a niños y ancianos, o pescadores artesanales, aparecen como deliberadas provocaciones, destinadas tanto como a reprimir a los “enemigos”, como una práctica para acostumbrar -entrenar- a los uniformados a nuevos episodios, más violentos y mortales, en el marco de una estrategia de guerra interna. Desde La Moneda, los grupos de poder empresariales, el “segundo piso”, se parapetan y utilizan al propio Presidente Sebastián Piñera como portavoz político, operador y manipulador generador de montajes represivos, que aportan y alimentan elementos de propaganda de guerra, y manipulación  sicológica de masas, como parte integrante  de la estrategia de “guerra interna”, que utiliza para encubrir su incapacidad de estadista, lo que siempre ha soñado ser para pasar a la historia nacional. En la zona mapuche se están aplicando estrategias y tácticas puestas en práctica en Colombia, en la lucha contrainsurgente, cuya doctrina fue elaborada por el Pentágono y la CIA, y que integra en sus supuestos básicos, la supuesta y calumniosa idea de identificar insurgencia, lucha  guerrillera -cuyas motivaciones son esencialmente políticas, de liberación, sociales y económicas- con argumentaciones simplificadores y falsas, sobre una supuesta identificación de lucha guerrillera, violencia y narcotráfico. Al desatarse la rebeldía juvenil, popular, feminista, poblacional, ciudadana del 18 de octubre de 2019, Piñera se declaró en una guerra contra “un enemigo cruel e implacable”. Pero luego tuvo que recular e intentan apropiarse de las demandas que motivaron el estallido, y pretender manipular el inevitable proceso de la discusión por la ciudadanía de una Nueva Constitución, y dar paso, a regañadientes, a la Convención Constituyente. Fue contra su voluntad y por ello, la Derecha Política y Económica, olvidándose de las buenas maneras lo obligó a maniobrar para poner en la agenda política y social de Chile el desarrollo, bastante mediatizado en su primer momento, de un proceso de búsqueda de una Nueva Constitución, pero poniéndole condiciones, cortapisas, a la expresión ciudadana. Es decir, con “letra chica”, con cerrojos a la real expresión de la voluntad ciudadana, pretendiendo utilizar al Congreso Nacional, a los Tribunales,  a los “especialistas”, a los analistas, a los gremios  empresariales, para sabotear, desconocer, los derechos otorgados a […]

Por Marcel Garcés Muñoz El segundo aniversario de la protesta social del 18 de octubre 2019 ha reavivado la discusión política, ideológica, de un hecho sin duda histórico de la historia reciente del país, y de su indudable carácter político y social y de las consecuencias inmediatas y remotas del acontecimiento. Sin duda ese 18 de octubre es un hecho fundacional que provocó un inédito proceso de reagrupamiento y conciencia histórica de las fuerzas sociales y política y de la emergencia de nuevos liderazgos que hizo evidente el protagonismo de actores  existentes desde hace tiempo, pero negados, tergiversados y manipulados por los administradores habituales del escenario político nacional, las oligarquías de poder, los clanes económicos, los tradicionales detentadores del poder. Fue sin duda, y de acuerdo a una valoración histórica objetiva, la explosión de una fuerza social, de una tensión contenida, de la presión que buscaba una salida, el estallido de una caldera imposible de contener, abriendo un camino que no ha terminado de explorar, pero que tiene un horizonte  continuo, con avances, desafíos y aún obstáculos, pero que la ciudadanía estima necesario, obligatorio, desafiar y seguir avanzando. Por ello, es falsa la disyuntiva que El Mercurio, la derecha y el Gobierno del presidente Piñera, han pretendido  instalar, entre el orden establecido -en realidad su orden oligárquico- y las legítimas demandas ciudadanas. La negación y falsificación de la realidad, lo que busca no solo es demonizar la expresión soberana de la ciudadanía, sino que eliminar el derecho a la protesta, y el ejercicio de la democracia, de los derechos humanos, sociales, económicos del pueblo. La realidad y constatación histórica es que la violencia, el terrorismo, el crimen, la delincuencia política, la corrupción, la represión el genocidio, han sido instalados en el escenario nacional por la Derecha, las oligarquías, los clanes, económicos, empresariales, militares, en alianza y subordinados  a las transnacionales y poderes imperiales. Precisamente de eso se trata cuando la propaganda derechista abruma a través de editoriales, declaraciones, análisis de “expertos”, encuestas, con sus ataques a la Convención Constituyente, el órgano legislativo más democrático, representativo, que se ha dado la  ciudadanía, el pueblo, en toda la historia del país. No se trata entones de lamentaciones sobre puntuales hechos de violencia, saqueos, incendios, cuya autoría e intenciones son claramente sospechosos, a los que la policía llega habitualmente tarde, y más bien parecen corresponder a un libreto diseñado previamente por los propios servicios de inteligencia policial y las academias políticas de la Derecha. Habría que hacerse entonces la clásica pregunta de “a quién sirven” estos hechos, cuales son sus objetivos políticos, quienes promueven y financian, manipulan, coordinan su accionar. El saqueo, el asalto a pequeños almacenes, el crimen alevoso nunca ha sido un método, un instrumento de las luchas populares y democráticas, pero si lo han sido  de las bandas paramilitares ( tipo Patria y Libertad, los comandos Rolando Matus, las pandillas armadas y protegidas por la UDI, en el último tiempo, los grupos de autodefensa en Las Condes, Lo Barnechea, Vitacura,  y otras comunas y en La Araucanía, […]

Por Marcel Garcés Muñoz A veces el que explica, se  complica. Y ello  queda en evidencia cuando el presidente Sebastián  Piñera,  debe recurrir a una cadena nacional para intentar eludir una responsabilidad  moral, frente a un acto, que asegura,  se ajustó a la ley vigente, y fue aprobado y ratificado por determinadas instancias,  demasiado cercanas al poder. Porque aquí no se trata, en realidad, de leyes vigentes,  hechas para defender negociados, el modelo neoliberal,  la colusión, las trampas jurídicas en practica, a la medida de los poderosos, sino de hechos incompatibles con la  moral,  la justicia, la democracia, los intereses nacionales. Entonces, se complica. Y el discurso se distorsiona en alegatos de que todo se hizo conforme a la ley,  en apelaciones plañideras a su inocencia, en  que todo lo que se pudiera haber hecho en relación a la venta de  Dominga,  la violación del deber de defender desde el gobierno y el cargo que ostentaba, un santuario de la naturaleza, pero sobre todo de encubrir un acto deleznable, como el que un interés privado, una empresa, con la cual esta estuvo vinculado como propietario y luego como  asociado a una operación  que la dejó en manos de un amigo y asociado. Entonces no es  casualidad, ni una conspiración, que  su nombre este en el debate público mundial,  en el banquillo de los acusados y que su rostro acapare las portadas de la prensa internacional, como ejemplo, de  oblicuas operaciones en que se mezclan influencias políticas, ganancias ilícitas, y  deleznables operaciones mafiosas. No es casual tampoco que  un grupo  económico “amigo”,  exigiera  en un documento, un acto de gobierno para evitar  cualquier acción jurídica, de soberanía nacional, y de compromiso  exigido por la legislación internacional, en defensa de la naturaleza,  la ecología, el medio ambiente. El tema de fondo es que  el empresario Sebastián Piñera,  acordó con su amigo  y socio, Carlos Alberto Délano, una operación  comercial, que en la perspectiva de las ambiciones presidenciales del primero, le permitiera, conforme a la legislación vigente, claro, “traspasar, deshacerse”  de sus intereses en la empresa minera Dominga,  recurriendo,  antes de asumir su primera presidencia, en marzo de 2009, al subterfugio o mecanismo  financiero empresarial,  denominado  “fideicomiso ciego” para la administración de todos sus activos financieros,  dejarlos en manos seguras, un recurso ideado para eludir los  intereses a pagar por la generación de empresas en los “paraísos fiscales”, y evitar pagar los que corresponden al país de origen de los capitales en  operación. Y en definitiva mantener a buen recaudo, en manos  confiables, los capitales y negocios, que es lo que en realidad  les importa. Este mecanismo  destinado a eludir el pago país de impuestos e intereses, y ocultar operaciones financieras ilegales, puede definirse claramente como un tráfico de dinero, blanqueo de capitales y evasión de impuestos y es ampliamente utilizado por las redes internacionales delictuales.. El propio presidente Sebastián Piñera señaló en un foro en Ecuador en 2016, como lo recordó este martes 5 de octubre el Mercurio, bajo el título “Las implicancias de […]

Por Marcel Garcés Muñoz Partió  Patricio Manns, por sus caminos de alta cordillera, sus desfiladeros, arroyos, pasos , sus paisajes  llenos de historias, de muertes, de coraje,  por sus lagos, ríos fulgurantes, bosques majestuosos y silenciosos, pero también de vida,  plenos de cuentos y de historias, y sus verdes profundos o teñidos de sol, de amaneceres  coloridos , de noches estrelladas, o lunares, sus vientos que trasmiten mensajes, palabras, cantos de los pueblos originarios y sus dioses tutelares, rocas , la savia  de la vida vegetal, y  otros materiales  que nutren su canto, la inspiración de sus poemas permanentes, del cancionero esencial del fenómeno colectivo del Nuevo Canto que acompaño a Chile en el proyecto  histórico encabezado por Salvador Allende y la Unidad Popular. Se fue por los caminos indescifrables de la muerte, pero nos dejó, imperturbable, pero sonriente, imborrable, su verso,  sus canciones,, sus personajes románticos, épicos, combatientes. Porque  el sabía que la lucha y el amor, eran dos fases de una misma vida, de un mismo caminar por senderos que caminaron otros antes, en un esencial escenario de sueños y conquista de futuros.  de una perspectiva por la cual se debía vivir, y a veces, demasiadas veces, quizás, el hombre  y la mujer del pueblo, se encontraban con la muerte artera. Así su vida transcurrió entre las esperanzas y los desafíos, mientras descifraba los misterios del devenir, de los mensajes escritos en piedra y en alerces milenarios,  en  pehuenes milenarios,  que han visto pasar hombres y siglos, en senderos, que buscaba  un destino, un horizonte,  que no era otro que nuevos desafíos, nuevos escenarios, nuevos poemas , nuevas canciones,  que regaló a Chile, su pueblo y su historia . Partió Patricio, en un viaje final pero nos deja una biografía de permanentes desafíos. De compromisos políticos, sociales, humanos,  creaciones musicales y esperanzas épicas, pero nos legó una galería de personajes, de rostros curtidos por el viento y la nieve, la pampa, los canales del sur, las trincheras , y también las pérdidas de compañeros y compañeras, también inolvidables. Patricio Manns asumió el desafío y los riesgos de la lucha contra la dictadura del terror pinochetista, de la venganza de la derecha económica y política, del imperio. Fue portavoz del Frente Patriótico Manuel Rodríguez, (FPMR) en el terreno internacional y cuya emblema le acompañó sobre su ataúd, en su despedida física, en el  velorio  en el Teatro Antonio Varas, éste lunes 27 de septiembre. Partió en su corcel, pero nos dejó un cancionero fundamental en la memoria colectiva, una herencia de orgullo, dignidad, de sensibilidad, de creación comprometida por el amor y la lucha, simbolizada en su inolvidable, “Cautivo de Til Til”, himno imborrable de la resistencia  insurgente,  y en el  retrato del viejo arriero,  transhumante, que “Arriba en la Cordillera” desafía el clima, el viento, el frío, llevando au rebaño  a través de la frontera  y enfrentando finalmente la bala policial, instrumento de una justicia artera, injusta y en definitiva, clasista que castigaba y sigue castigando el pobre, […]

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