El Cairo. La princesa egipcia Chert Nebti durmió cuatro mil 500 años, pero su sueño fue interrumpido hoy por arqueólogos checos que descubrieron su tumba en la zona de Abu Sir, al sur de esta capital.
El área es objeto de exploraciones hace más de un siglo y medio, pero solo ahora los especialistas llegaron a la sepultura de la princesa, hija del rey Men Salbo, flanqueada por las tumbas de cuatro funcionarios de la Quinta Dinastía y un misterioso niño, acorde con precisiones de Mohammed El Baily, del Ministerio de Estado de Antigüedades.
Resulta incalculable el número de especialistas, turistas de todo el mundo y egipcios que caminaron sobre la sepultura durantes todos estos años, atraídos por el irresistible atractivo que ejercen esas construcciones en las personas de todas las latitudes.
Y los de una nube de improvisados guías y agresivos alquiladores de caballos y camellos y vendedores de baratijas que hacen casi imposible disfrutar del espectáculo con tranquilidad.
El hallazgo de la Bella Durmiente egipcia que ha saltado a la notoriedad 45 siglos después de su fallecimiento por causas aún por determinar, indica que la zona puede albergar más sepulcros de la cultura faraónica, muchos de cuyos enigmas están por develar.
Como medida de precaución, las autoridades acordonaron el perímetro del improvisado cementerio, próximo a la pirámide escalonada de Sakara, reabierta al público días atrás después de su remozamiento a un costo de dos millones de dólares, parte de un programa de reanimación del turismo, cuyos ingresos Egipto necesita con urgencia.
Además de las sepulturas de los funcionarios y del infante, cuya identidad es otra incógnita, cerca de la sepultura de Cher Nebti fueron descubiertos cuatro pilares de piedra caliza con jeroglíficos que revelan su identidad, pero silencian otros datos que podrían ser interesantes.
Por ejemplo ¿el niño era hijo suyo legítimo o consecuencia de una indiscreción amorosa sin las debidas precauciones?
Santiago de Chile 5 de noviembre 2012
Crónica Digital
