La Constituyente es la solución definitiva de 60 años de guerra, dijo hoy aquí Iván Márquez, jefe de la delegación de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) que participa en la mesa de conversación de paz.
En conferencia de prensa con motivo del fin del primer ciclo de pláticas sobre el segundo punto de la agenda -participación política- Márquez comentó que la iniciativa debe erigirse como «nuevo contrato social legitimado por el poder constituyente», el cual debe dirimir los disensos de la mesa.
Su composición debiera ser convenida y no derivada exclusivamente del marco del actual sistema electoral -expresó- de manera que garantice la participación de todos los sectores sociales del país.
Según Márquez, la convocatoria para este mecanismo está en manos del congreso de la nación sudamericana. «Este define la competencia, el período y la composición pero, naturalmente, un rumbo de este tipo sólo puede tomarse a partir de un gran acuerdo de sectores políticos, sociales y gremiales, que decidan anteponer sus intereses particulares o de grupos en pro del interés social y la reconciliación nacional», comentó.
Para los insurgentes dicho mecanismo generaría una reforma política «profunda, sentaría las bases para democratizar el acceso y uso de los medios de comunicación y ampliaría a cinco años el período presidencial, sin reelección».
No obstante, Márquez opinó que el país debe resolver también fenómenos relacionados con la soberanía, la desigualdad, la democracia, la salud, la justicia, la educación, el sistema electoral y el «excesivo presidencialismo».
Para ello, las FARC propusieron «10 propuestas mínimas», en las cuales presentaron varias directrices encaminadas a resolver algunos de esos problemas, además de otros como las garantías para el ejercicio de la oposición y la reestructuración democrática del Estado.
El líder insurgente declaró que los poderes ejecutivo y legislativo de Colombia deberían dejar la «prevención» frente a la propuesta de aplazamiento de las elecciones por un año.
Lo que se busca es darle tiempo al proceso de paz y colocarlo fuera del alcance de las agitaciones electorales, argumentó.
Los representantes de la administración del presidente Juan Manuel Santos han declarado en repetidas ocasiones que no están a favor de aplazar las elecciones ni de promover una Asamblea Constituyente.
Si el gobierno quisiera emplearse a fondo en la solución definitiva a esta confrontación -subrayó- no dudaría en admitir los mecanismos propuestos por las FARC.
La guerrilla insistió en que todos deben aportar para la concreción de esta iniciativa, en la que «nadie será perdedor».
El guerrillero Jesús Santrich, quien también participó en el encuentro con los medios de difusión en el Palacio de las Convenciones de La Habana -sede de las pláticas- llamó a solidarizarse con los campesinos de la región del Catatumbo, en el noreste del departamento Norte de Santander.
Ellos han sido atacados por exigir la creación de zonas de reservas campesinas y la suspensión inmediata de la erradicación de los cultivos ilícitos, dijo.
A finales de mayo, ambas partes del conflicto lograron el primer acuerdo sobre el tema agrario.
La Habana, 21 de junio 2013
Prensa Latina