Buenos Aires, 23 ago (PL) Otra familia argentina despierta hoy feliz, recuperaron tras más de 30 años de búsqueda a la nieta desaparecida. Ana Libertad ya, por fin, conoce su real identidad y a su verdadera familia.
A tres semanas del hallazgo del nieto de Estela de Carloto, titular de Abuelas de Plaza de Mayo, esta organización anunció la víspera la restitución de la identidad de la nieta número 115 desde que comenzaron su lucha.
Se trata de una joven que vive en Holanda, hija de Héctor Carlos Baratti y de Elena De la Cuadra, y nieta de Alicia «Licha» De la Cuadra, la primera presidenta de la emblemática institución.
De Carlotto se encargó, rodeada de alegres miembros de las familias De la Cuadra y de Baratti, de anunciar la identidad de Ana Libertad, como sus padres querían nombrarla.
«Elena y Héctor llamaron a su hija Ana Libertad. Hoy ella logró adquirir ese bien tan preciado que sus padres le desearon con su nombre: bienvenida Ana a tu libertad», expresó Carlotto ante los medios y los que se reunieron en la sede de la organización para celebrar la buena nueva.
Alicia De la Cuadra tuvo dos hijos que fueron desaparecidos durante la dictadura: primero sufrió la de Roberto José y tiempo después fue detenida en 1977 Elena, cuando estaba embarazada de cinco meses.
Elena continúa desaparecida mientras que Héctor, su esposo, ya se comprobó su asesinato por la dictadura cívico militar y sus restos fueron identificados por el Equipo Argentino de Antropología Forense años más tarde.
Es la historia de muchas familias argentinas que se repite cada vez que emerge la alegría de una restitución de identidad.
La nieta de Licha vive en Holanda y se logró determinar su verdadera identidad por medio de una denuncia anónima que una persona envió por correo electrónico a Abuelas de Plaza de Mayo en 2010 con información sobre una joven que podía ser hija de desaparecidos.
A partir de ahí comenzó una investigación que fue presentada ante la justicia en agosto de 2013. Al ser notificada acerca de la sospecha, la joven accedió a realizarse la extracción de sangre de manera voluntaria el pasado 25 de abril en la misión diplomática argentina en Holanda.
Licha no logró abrazar a Ana Libertad, pues falleció en 2008, pero su lucha contribuyó a que otras abuelas pudieran vivir la alegría del nieto o nieta recuperada.
Prensa Latina
Crónica Digital, 23 de agosto 2014
Sáb Ago 23 , 2014
En un espacio íntimo, sobrecogedor, en la Casa Museo Pablo Neruda de La Chascona, una pequeña mujer cubana puso a volar sus musas con el Premio Iberoamericano de Poesía que todavía le parece asombroso. Reina María Rodríguez no hizo más que ser ella misma, como pocas, en la sencillez de su verso y la sinceridad de sus palabras, para cautivar con una lectura de sus poemas y el asidero de su cubanía enclaustrada dentro de su preciosismo.Reescribo a mano todo lo anterior, siempre creo que debo mejorar lo escrito, por eso soy tan difícil para los editores, relató esta habanera fascinada con «tantas emociones nuevas e inmerecidas».La modestia sería en su figura un adjetivo recurrente. Por mucho que se esmere no puede ocultar que la fama, los honores y los reconocimientos le son ajenos. Pero tampoco los rechaza y en Chile, Reina María se vio superada por los acontecimientos.Primero en el Palacio de La Moneda, donde recibió el Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda 2014 de manos de la presidenta de la República, Michelle Bachelet, y luego con un recorrido por las rutas del Premio Nobel de Literatura chileno.He sido muy dichosa en esta primera visita a Chile. Me permitieron entrar a lugares que no visita el público en las tres casas de Neruda, una experiencia extraordinaria, porque rebasan lo que conocía por láminas o lecturas, comentó.Soy una persona que se alimenta de la lectura, he devorado a Nicanor Parra porque es un irreverente, de Virgilio Piñera, de Lezama (José) que es otro registro; no son mejores ni peores, son razas, como Neruda, Huidobro (Vicente) Lihn, (…), dijo.Laureada por Casa de las Américas en 1984 con Para un cordero blanco y en 1998 con La foto del invernadero; Orden de las Artes y las Letras de Francia en 1999, y Premio Nacional de Literatura de Cuba en 2013, se sitúa hoy en el pináculo de las letras iberoamericanas.Recuerdo una anécdota que cuando era niña y no sabía leer pero me hacía la que leía, en mi casa había un libro de Rafaela Chacón Nardi a quien mi madre le cosía y dentro de ese libro estaban cartas de Gabriela Mistral, apuntó.«Un poeta tiene que ser un depredador hambriento, uno va tomando de muchos (…) mientras más nutrientes, más lenguajes tengas, más será el diapasón, como es el diapasón de un poeta como Pablo Neruda», subrayó.En el Espacio Estravagario de La Chascona, la residencia santiaguina del autor de Veinte Poemas de Amor y una Canción Desesperada, Reina María Rodríguez dejó su impronta sin olvidar a su madre de 93 años, su brújula junto a su familia y amigos. Por Fausto Triana Crónica Digital, 23 de agosto 2014
