La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, se reúne hoy con líderes parlamentarios y de partidos políticos en busca de acercamientos y consensos que favorezcan la sanción de sus propuestas en el Congreso Nacional.
Esta reunión, prevista para la tarde, forma parte de un plan diseñado por el equipo de coordinación política del gobierno para ampliar los contactos con los líderes de las bancadas y evitar reveses que frenen la ejecución de recortes en los gastos, necesarios para sanear las cuentas públicas.
Hay interés en crear un clima positivo que garantice la implementación de los ajustes y recortes propuestos para asegurar volver a la senda del crecimiento económico, pero esto no depende solo del ejecutivo, destacó la semana pasada el ministro de Planificación, Nelson Babosa. Corresponde a la administración «proponer y ejecutar las leyes, pero corresponde también al Legislativo y el poder judicial participar en este proceso», enfatizó al defender la necesidad de que los parlamentarios revisen la propuesta de reducción de la meta de superávit primario.
Voceros gubernamentales confirmaron que la administración aumentará sus acciones de aproximación con los parlamentarios con el propósito de evitar la sanción de proyectos considerados como «bombas» e incentivados por el líder de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, quien declaró la ruptura de nexos con el ejecutivo.
En ese contexto figura igualmente una reunión de la mandataria con el líder del Senado, Renan Calheiros, y con el expresidente José Sarney en busca de respaldo político.
Se desea derrumbar las tentativas de la oposición de desaprobar en el Congreso el balance de cuentas públicas 2014, en análisis en el Tribunal de Cuentas de la Unión (TCU).
Varios ministros y hasta el exdignatario Luiz Inácio Lula da Silva participarán también en esta estrategia, destinada a impedir que el TCU, encabezado por el magistrado Augusto Nardes, desautorice el informe financiero del gobierno.
Nardes adelantó -según medios de prensa nacionales- su decisión de votar en contra del balance gubernamental, el cual también deberá recibir el visto bueno del
órgano legislativo.
El ejecutivo presentó el 24 último al Tribunal un documento en el cual refuta presuntas irregularidades en su balance del pasado año, y señala que lo realizado en ese periodo no se diferencia en nada de lo practicado de manera sistemática por 17 anteriores administraciones.
Brasilia, 3 de agosto 2015
Crónica Digital / PL
